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lunes, 23 de enero de 2017

Exposición Ortego Mínima


ortego mínima oceánida Ortego


Hemos hablado en varias ocasiones de Océanida en este blog y hoy queremos compartir la agradable noticia de su primer gran hito dentro de lo que serían las actividades relacionadas con uno de sus objetivos más claro​s:​ difundir la obra de grandes artistas olvidados.

Desde el pasado jueves hasta el ​próximo día 15 de febrero estará colgada la primera gran exposición de cuadros de Esher Ortego, "Ortego Mínima Reflejos de Interior" en el nuevo Centro Cultural Padre Vallet en Pozuelo de Alarcón. Invitamos a todos nuestros seguidores a recorrer esta maravillosa muestra fruto del trabajo de toda la Asociación Océanida y, muy especialmente de su presidenta, María Jesús Aragoneses, que ha sido la verdadera artífice, y responsable como comisaria, de que esta muestra se haya podido llevar a cabo.





Rita y un servidor tenemos el placer de pertenecer a Oceánida en estos sus primeros pasos y de estar aportando nuestro granito de arena dentro del tiempo que nos deja la vida.  Personas como María Jesús, y otras personalidades espectaculares y que fueron amigos de Esther Ortego y de nuestro querido Miguel Ángel Andés, nos llevan demostrando desde hace ya unos cuantos meses que esto del Arte es fundamentalmente pasión y fidelidad. Ya hemos contado que Esther  puede considerarse una las maestras artísticas de Miguel. La verdad es que contemplar una buena selección de su legado en una exposición casi antológica y ver cómo su obra sigue vigente y explica parte de la obra de Miguel es simplemente un placer.





Fotografías: Del álbum personal Amarneciendo.



Contacto: [email protected]

sábado, 18 de junio de 2016

Los números



Hoy vengo hablar de un tema realmente extemporáneo. Hace tiempo una amiga me dijo lo siguiente: “Cuando las cosas se pueden reducir a números, se puede decir que la persona que los aporta empieza a saber de lo que está hablando". Parece ser que la cita pertenece a un gran economista americano y la cosa vino a cuento a raíz de los preparativos de la exposición Reencuentros, que organizamos hace ya casi un año y medio en Moratalaz y en la que reunimos 42 obras de nuestro artista, unas obras que habían estado separadas durante varias décadas y que conseguimos reunir en esa estupenda exposición de la que ya hemos hablado en este blog. Esto de “volver a reunir cuadros que habían estado separados” puede sonar un tanto ingenuo, pero realmente fue algo así: juntamos y expusimos un gran número de cuadros que Miguel había guardado celosamente en el que fue su último estudio de la calle Caravaca, el piso donde vivió con  mi abuela los últimos 15 años de su vida. ¿Y qué tiene que ver todo esto con los números? Pues, como iba diciendo, estábamos preparando aquella exposición y hubo un momento en que aquel maravilloso grupo, del que ya hemos hablado también en este blog, nos encontramos metidos en un debate que finalmente terminé yo mismo por zanjar. Alguien me dijo: “Tú eres el comisario, Luis; te toca decidir”. Fue aquel entonces cuando me propuse escribir un post con este título, “Los números”, donde explicaría el porqué de aquella decisión. Y, por fin, hoy me dispongo a retomar aquella primeras líneas que dejé en este borrador de Blogger. De aquí lo de “extemporáneo” del principio.

Aquel debate tuvo que ver con la conveniencia de poner o no poner títulos a algunos cuadros de Miguel. Ya hablé en este post de la ingente tarea que tenemos por delante de catalogación del legado de Miguel Ángel Andés y de aquellos primeros trabajos que acometí junto con mi hermano Juan cuando hubo que vaciar el piso de Caravaca, allá por el año 97. Mi abuela Saturnina, en una decisión que no compartí y por la que me llevé la única regañina que recuerdo por su parte, decidió vender aquel piso e irse a vivir a Valdepeñas, a otro piso al lado de su hija la mayor, mi tía Juanita. También conté que mi hermano y yo pasamos unas cuantas tardes en aquella terraza, moviendo cuadros y haciendo fotos…, e intentando poner orden entre aquel enorme legado pictórico, compuesto también de otras muchas cosas: fundamentalmente, libros y papeles. ¿Y cuál fue nuestra dificultad principal? Pues que la gran mayoría de aquellos cuadros no tenían título. Muchos estaban firmados y fechados por detrás, algunos tenían referencias a series de las que ya hemos hablado: cósmicos, durante hembra, etc.; pero no teníamos nada más, ninguna pista, ni un mínimo listado, ni anotaciones en cuadernos, ni nada de nada... ¿Y qué se nos ocurrió hacer? Pues algo que también he contado: pintarles,  con un rotulador grueso y negro, un número en la parte posterior. Recuerdo que tuvimos muchas dudas, y que barajamos otras alternativas. Con todo, aquella fue nuestra decisión.
 
 Y fue esa misma decisión la que condicionó aquella otra que tomé 17 años después en Moratalaz. Miguel Ángel había puesto títulos a muy pocos de sus cuadros, y había decidido dejar la mayoría sin nombre. Y es por esto que nuestro catálogo de la exposición Reencuentros, del que pronto vamos a imprimir una segunda edición, contiene cuadros titulados solo con números, unos números que son aquellos mismos rotulados por mí en 1997. ¿Y por qué un pintor no titula sus obras? ¿Quién sabe? El caso es que, muchos años después, aquellos números nos han permitido  tener más claro el conjunto de su obra y marcar una senda por la que seguir trabajando en su catalogación  y difusión. Y ahora viene la serendipia...

En estos últimos meses, también he hablado en varios posts del trabajo emprendido por unos cuantos buenos amigos de Miki tras la desaparición de Esther Ortego. He contado un poquito de los primeros pasos de Oceánida y de la ingentísima tarea de catalogación del legado de la que pudo ser la artista que más influyó en la obra de Miguel Ángel Andés. ¿Y qué fue lo que me dejó noqueado un día de esos en que estuve echando una mano ordenando y empaquetando? Pues, ni más ni menos, que Esther, que sí había titulado y catalogado casi todos sus cuadros, había anotado en la parte posterior de todos y cada uno de ellos un número con un rotulador grueso y negro, tal y como hicimos mi hermano y yo desde nuestra más ingenua ignorancia con los cuadros de su amigo y discípulo Miki aquel verano en que también hubo que vaciar un piso lleno de Arte por todos sus rincones.


Contacto: [email protected]

jueves, 2 de abril de 2015

Abismaluz (I)


larvas para Amarneciendo


I

el acaso hombre
laberinto de su pulso


Poesía: Miguel Ángel Andés, Abismaluz (1971), primeras poesías.

Óleo: Miguel Ángel Andés, Larvas (1974). Técnica mixta s/tabla, 30x30cm. Colección particular. Madrid.



Contacto: [email protected]

viernes, 20 de marzo de 2015

Amarneciendo (XLVI)



reencuentros andés para Amarneciendo

XLVI

Y todas las estaciones amarnecen
su propio esplendor
como los frutos que padecemos.
Lo imposible nos ocupa
cuando brota el sueño del poeta.
El poeta, qué de siempres de especie,
él es nuestro único.


Poesía: Miguel Ángel Andés, Amarneciendo (1978)
Óleo: Miguel Ángel Andés. Sin título (V). Técnica mixta s/tabla. 92x61 cm. Madrid, 1975. Colección particular. Madrid.



Contacto: [email protected]

miércoles, 14 de enero de 2015

Abismaluz (XXII)


caratabla 2 para amarneciendo


XXII

1970.- por toda la eternidad
          el imposible de imitarla
1974.- Vds. la vertical fingiendo



Poema: Miguel Ángel Andés, Abismaluz 1971 (primeras poesías)
Óleo: Miguel Ángel Andés


Contacto: [email protected]

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Abismaluz (XXI)



Andés para Amarneciendo

XXI

despertaran de alba
asombrados durante garra
parecido a lo profundo (irreconocible)


Poesía: Miguel Ángel Andés (Abismaluz 1971)
Óleo: Miguel Ángel Andés


Contacto: [email protected]

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Amarneciendo (LII)



Andés para Amarneciendo


LII

Si durante el acaso hombre
(laberinto de su pulso) siempre fuimos
gemelante energía
hacia un tiempo de acontecer humano,
(circular altura del amor):
hielos flotan ardiendo
en tierra sin nadie
descendiendo su rumbo
la dura jornada del sueño de hombre
donde haber sido siempre
somos
seríamos
rectos abrazos de los ejes más remotos.
Fuéramos
(aquel domingo en la célula)
progresivo abismaluz del ahora
amarneciendo desde cualquiera.


Poesía: Miguel Ángel Andés (Amarneciendo 1978)
Óleo: Miguel Ángel Andés


Contacto: [email protected]

sábado, 26 de abril de 2014

Paradero (II)


caratabla1 para Amarneciendo

II

por el espacio sin límite
mis ojos aún
lleno de desconocidos


Poesía: Miguel Ángel Andés (Paradero 1974)
Óleo: Miguel Ángel Andés


Contacto: [email protected]

martes, 22 de abril de 2014

Abismaluz (V)



caratabla3 para Amarneciendo


V

malogran mi venida
hábitos de luz, hábitos de sombra


Poesía: Miguel Ángel Andés (Abismaluz 1971, primeras poesías)
Óleo: Miguel Ángel Andés

Contacto: [email protected]

sábado, 19 de abril de 2014

Cosas que siento


Cabezaumbi para Amarneciendo

Empañados los cristales
de amarnecidos amores
con colores verticales
de sombras oscurecidos.

Azules y verdes células
de poeta errante,
abismaluz que encuentra
su ser salvaje.

Álbumes familiares
llenos de sensaciones,
donde encuentro sonrisas
llenas de postales.

Exposiciones permanentes.

Exposiciones temporales.

Llenas de ilusiones,
llenas de amistad,
que envuelven los colores
sacándolos del lienzo,
iluminando este proyecto,
que espero interminable.

27/III/14

Óleo: Miguel Ángel Andés
Poesía: Rita
Blog: Cosas que siento


Contacto: [email protected]

miércoles, 26 de marzo de 2014

Abismaluz (XXXI)



Fetosale para Amarneciendo



Abismaluz XXXI

amortece desde cualquiera
mi última vez a cada instante
sin poderte tener amarnecidos.
Hoy es el final de habernos sido,
el final de nuestro secreto.
Somos el mismo 
abismaluz penetrados
sólida sangre amarnecida


Poesía: Miguel Ángel Andés ( Abismaluz 1971
Óleo: Miguel Ángel Andés


Contacto: [email protected]

martes, 4 de marzo de 2014

Amarneciendo (XXXIII)


árbol para Armaneciecdo


XXXIII


A través de los verdugos de la sangre
la tarde desciende
desplegada quimera.
No soy. No estoy.
Yo era la verdadera presencia
en las jamaseantes mañanas
de los profundos pueblos,
sus habitantes,
estares domingueros,
quehaceres
que estática aurora
invitándose a sí misma,
cuerpos de carne y luz acariciantes.
A través de los verdugos de la sangre
la tarde permanece
su imposible sueño:
Agosteándome esplendores sin nadie
el amor perdido
las palabras sin sonido ni sentido.




Óleo: Miguel Ángel Andés
Poema: Miguel Ángel Andés ( Amarneciendo 1978)



Contacto: [email protected]

martes, 25 de febrero de 2014

Abismaluz (III)



seno azul para Amarneciendo



III


dispersados de la hembra que amortaja
yo era de aquí sin mí por la eternidad
condenado al género humano
sucesivamente concebido


Óleo: Miguel Ángel Andés
Poesía: Miguel Ángel Andés  (Abismaluz 1971, primeras poesías)



Contacto: [email protected]

jueves, 2 de enero de 2014

Amarneciendo (VII)


Óleo Soles para Amarneciendo

Te llevo en el verbo,
en la tinta.
Ramón de Garcíasol
VII

Recordando fugacidades
hago días gratos
de aire constante,
sol pinos y libro:
horas lentas de invierno definitivo
acariciantes 
doraban mi rostro
primavera acechando,
lentos fríos que ardían
mi adentro
era:
duro hielo de la espera
de alguien
esperando indefinidamente 
ante paisaje que forja
el silencioso adentro;
a solas quedaba en tierra
aire, agua y fuego
de mis pasiones
ahora que retorno
recordando:
sol, pinos, aire y libro
vertebrándome
no poeta firme amortecido
sino muchacho de verbo amarneciente.


Poesía: Miguel Ángel Andés (Amarneciendo, 1978)
Óleo: Miguel Ángel Andés (90x60, Madrid, 1975)