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domingo, 20 de julio de 2014

Foto de una época



En la Latina.
En La Latina, Madrid, con Jean Loui, Antonio, Andrés y un cuarto personaje por descubrir.

Esta foto es una de mis favoritas del álbum personal de Miguel Ángel Andés, pues tiene reminiscencias "beatelianas". El fin de semana pasado por fin pude hacerme una foto en Abbey Road. ;) No sé si Miguel y las otras cuatro personas que posan con él tuvieron conciencia de ello o si les gustaban los Beatles o no, pero la imagen es realmente representativa de una época.Gracias a nuestro amigo Guillermo, con el cual Rita y yo compartimos una estupenda y larga velada el martes pasado, hemos podido descubrir los nombres de tres de las personas que acompañan a Miguel en esta foto. El primero por la izquierda es Jean Loui, del cual solo recordaba su nombre. El segundo es Antonio Guerrero Serón, alguien con quien Miguel compartió muchos momentos de su vida y que aparece en más fotos de su álbum. Antonio fue un reputado sociólogo e investigador del campo de la educación que murió el año pasado. El del jersey a rayas es Andrés García Cubo, otro personaje bastante conocido en años posteriores por sus viajes a la India y sus investigaciones sobre el mundo del baile flamenco y la relación de este arte con un tipo de danza hindú denominada Kathak, además de haber sido director de varios espectáculos de danza y comisario de exposiciones artísticas de todo tipo. Miguel aparece con su abrigo "tweed", y su imagen es la que nos parece más impactante y "beateliana", con las manos en los bolsillos y esa sonrisa suya, la única del grupo junto a la del quinto personaje, del cual Guillermo no recordaba su nombre.
En la parte de atrás de la foto, Miguel escribió "El Rastro 1970", pero Guillermo recuerda que los carteles de detrás pertenecen claramente a la fachada del Teatro de La Latina, muy cercano al mercadillo callejero más conocido de Madrid. Fue ese mismo año el de la separación de los cuatro de Liverpool y parece casualidad que esta foto muestre a cinco personas cuyas vidas también siguieron derroteros muy distintos en los años siguientes. 
El origen de su relación se remonta a la época de Mastabas, el grupo de teatro escindido de Los Goliardos del que ya hemos hablado en algún otro post y al cual pertenecieron Guillermo, Miguel y otros muchos personajes más, algunos de los cuales continuaron su carrera artística en el cine, la televisión y el teatro. La visión de Guillermo de Mastabas (al que él siempre nombra como "Prado", pues su sede estaba en un enorme local en el número 23 de la calle Prado) es muy similar a la que Octavio Colis (otro de sus miembros) hace en su blog. Se podría decir que aquel grupo tuvo como dos especies de miembros: aquellos que provenían de la Escuela Superior de Arte Dramático: Rafa Morante, Joaquín Hinojosa y otros más (y que ya eran casi profesionales); y aquellos otros, como Guillermo y Miguel, que entraron allí en busca de otros fines más allá de la interpretación y del arte. Aquel grupo fue mucho más que un colectivo teatral, al que se sumaron personas de otros países que también andaban en busca de otras experiencias más relacionadas con la búsqueda del "yo" (el sicoanálisis o las últimas tendencias filosóficas) que con la vida teatral.
 
Según Guillermo, la gran genialidad de Miguel radicaba en su capacidad para recitar poesías, suyas y de otros poetas. Oír recitar a Miguel era algo único, su voz y sus gestos hacían que muchos poemas de autores conocidos y desconocidos parecieran tomar vida aflorando su verdadero significado, algo que hacía a la gente enmudecer y alucinar a la vez. Recuerdo que alguna vez en casa de mi abuela le oí recitar junto a Maite, otra "loca" por la poesía. La biblioteca de poesía de Miguel, la cual conservamos casi íntegra, es un reflejo de sus gustos, pero también de su sabiduría literaria. Estoy deseando escuchar de nuevo su voz; por fin, han aparecido algunos de los casetes de su "laboratorio de poesía" y pronto compartiremos el hallazgo en este blog.



Contacto: [email protected]

lunes, 24 de marzo de 2014

Paradero (III)



Miguel Ángel para Amarneciendo


III

1970 - por toda la eternidad
el imposible de imitarla
1974 - Vds. la vertical fingiendo


Poesía: Miguel Ángel Andés (Paradero 1974)
Fotografía : Álbum familiar 1972


Contacto: [email protected]

martes, 4 de febrero de 2014

Poemas pictóricos y dibujos poéticos






El título de este post proviene de algunas anotaciones encontradas en los cuadernos personales de Miguel. Realmente, la expresión "poemas pictóricos" es la única que él utilizó, pero nos atrevemos a añadir la otra: "dibujos poéticos". 

Desde aquel día en que leí por primera vez un poema de mi tío, siempre he pensado que su poesía y su pintura (sus dibujos, sobre todo) estaban íntimamente relacionadas. La influencia del Simbolismo en su obra es más que evidente. Además, hay que decir que su biblioteca personal, de la cual pude salvar la mayor parte, estaba llena de libros de poesía francesa, fundamentalmente, de Verlaine, Mallarmé, y Rimbaud, máximos exponentes de ese movimiento artístico del finales del XIX y autores, que claramente debieron de ser sus favoritos.

No vamos a entrar hoy a analizar la obra de Miguel ni a explicar esas posibles relaciones de sus dibujos con su poesía, pero sí queremos justificar esto que estamos haciendo con mayor frecuencia en este blog, es decir, por qué y con qué criterio estamos uniendo sus poemas y sus dibujos en una misma entrada.


El porqué está claro. Desde el principio, Rita vio la conexión, no dudó en afirmar que cada dibujo, cada cuadro de Miguel Ángel, encerraba una historia y un sentimiento profundo, y que la mayoría de sus poemas, a pesar de su hermetismo, parecían describir algo que se podía representar gráficamente. Por mi parte, esa convicción no vino más que a confirmar algo que ya había percibido hace años y que no me atreví a defender ante sus amigos, poetas y pintores casi todos, que me ayudaron en la edición y publicación de su antología póstuma del año 99.

¿Y con qué criterio lo estamos haciendo? Pues desde la intuición y desde la admiración y pasión por el legado de Miguel Ángel Andés. Sus dibujos de los años 70, los cuales se conservan en casi una quincena de cuadernos son nuestros favoritos y creemos que son lo mejor de su obra gráfica. El que hoy ilustra este post es del año 1975 y pertenece a un cuaderno maravilloso lleno de dibujos similares, donde los fetos, los senos y los espermatozoides claramente simbolizan alguna historia desconocida hoy para nosotros, pero que transmiten una gran ternura y misterio.


Por fin, mi sueño se hace realidad: juntar sus dibujos y sus poemas es un atrevimiento tan delicioso que los más entendidos en Arte nos sabrán perdonar, pero que creo que a Miguel le habría encantado.


Dibujo: Miguel Ángel Andés

Cuaderno: Göteborg, 1975


Contacto: [email protected]


miércoles, 22 de enero de 2014

Paradero (XI)



Soldado para Amarneciendo



XI


1970 - me pusieron de soldado



Poesía: Miguel Ángel Andés (Paradero, 1974)
Fotografía: Álbum personal.



Contacto: [email protected]