domingo, 4 de enero de 2015

Retrato de un artista


buhardilla 72
Buhardilla 72


Después del huracán de emociones del final de 2014, con nuestro aniversario y, sobre todo, con la publicación del poemario de Rita, queremos volver a la normalidad de este blog. La idea es seguir publicando un par de entradas a la semana: en fin de semana, una foto acompañada de un texto y, entre semana, un poema de Miguel acompañado de una de sus obras gráficas; aunque bien es verdad que ha habido (y habrá) excepciones a este criterio.

La foto de hoy pertenece también al álbum personal del artista, y con ella quería hablar de eso mismo, de eso que la gente nombra como “la llamada del arte”. Cuando vi esta foto por primera vez me sorprendió ver a mi tío con una guitarra, era un faceta que no conocía de él. La verdad es que no sabemos (todavía) si sabía o no tocar ese instrumento, pero lo que sí sabemos es que cultivó varias facetas artísticas y que todo el mundo que le conoció coincide en que Miguel Ángel fue de esas personas que fue “llamada” por el Arte desde su más tierna infancia. A mí nunca deja de sorprenderme este asunto. Me sigue alucinando ver cómo, por ejemplo, Maite, mi mujer, es capaz de agarrar una guitarra, o una flauta, y tocar cualquier canción o melodía en cuestión de segundos. Está claro que hay algo en la genética de algunas personas que les da ese don, esa sensibilidad, la cual muchos (la mayoría) no tenemos. Miguel fue uno de esos artistas que nacen y que, luego, tuvieron que luchar por hacerse a sí mismos. Ya hemos contado que a mi abuelo Juan no le gustaba mucho esa faceta de su quinto hijo y cómo fue que mi abuela Saturnina tuvo que defenderle a menudo, pues ella siempre tuvo la conciencia de que su hijo Miguel Ángel era un artista..., y nada más y nada menos que un “artista”. Y es que en España, pero también en otros muchos sitios del mundo (me acuerdo ahora de Joyce y de su “Retrato”), los artistas han sido personas que se han visto casi siempre abocadas a vivir en contra de los convencionalismos. 

Revisando su álbum personal compruebo que son muchas más las fotos en las que Miguel se muestra con una guitarra, incluso con otras personas; pero la sensación que me transmiten esas fotos no es la de estar plasmando sesiones acústicas, sino más bien parecen momentos de una clase, donde las personas que aparecen estuvieran tomando lecciones de guitarra. La verdad es que esta foto me recuerda muchísimo a un buen amigo de mi propia juventud, al que hace muchos años que no veo pues volvió a su tierra al otro lado del Atlántico. Mi estimado Ariel tocaba y cantaba de maravilla, y su melena negra, como la de Miguel, también le tapaba en parte la cara. Me consta la atracción que la figura de Ariel a la guitarra provocaba entre nuestras amigas (y amigos) de los 80 en nuestro pequeño entorno de Vallecas, cantando a Silvio Rodríguez, a Pablo Milanés, a Víctor Jara... Puedo imaginarme vibraciones muy similares alrededor de esta figura de mi tío a la guitarra.

La foto de hoy lleva anotado por detrás: “Buhardilla 72”. Sabemos que Miguel tuvo varios estudios, pero nos sorprende que la fecha de esta anotación no concuerde con otras en sus cuadros y dibujos. Suponemos que la “buhardilla” es aquella de la calle Real 8, su primer domicilio después de abandonar la casa familiar de la calle Caravaca. Hemos publicado más fotos, poemas y dibujos de esta época (incluso otra de Miguel a la guitarra); y tenemos claro que este año fue un momento clave en su vida, un año en el que encontramos muchos más vestigios del origen de su verdadero ser como artista. Es sorprendente verle dibujando, actuando, escribiendo, recitando, tocando la guitarra... ¡Y se le ve feliz! Muy feliz. ¡Qué contraste con esta otra foto!




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