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miércoles, 5 de septiembre de 2018

A los elefantes ni tocarlos

El logaritmo de youtube me conoce bien. No se puede decir lo mismo del de Netflix (como has visto "El alienista", te recomendamos "Villaviciosa de al lado") o del de Spotify (que en recomendaciones semanales ya me ha sugerido tres veces "Mister policeman" de Leticia Sabater).  Pero el de youtube me ha calado. Lo abro y ahí están los títulos de los videos pensados para mí: "baby gorilla cuteness", "peanut eating baby orangutan", "newborn goat Hector makes friends with barn kittens", "pit bull dog is terrified of pineapple"... y así todo.

Así que antes de visitar el Elephant Park de Chiang Mai, mis expectativas eran estas:


Yo quería lo mismo, pero sin barro y sin impermeable lila. Pocos colores peores que el lila.

Espoiler: no pasó.

Nada más llegar al parque de elefantes te dejan bien claro que tú estás ahí para mirar, no para tocar. Eres un voyeur, punto. Cada grupo de turistas sigue a una guía que en cuanto nota que un elefante se acerca un poco indica a todos que hay que apartarse.

El mayor momento de roce humano-elefante se da en la comida. Sacan unas cajas azules repletas de trozos de fruta (no trocitos de fruta tamaño macedonia, sino trozos tamaño elefante, como una piña partida en dos) y los turistas, situados tras las vallas de las instalaciones del parque, cogemos los trozos de fruta y se las damos a los elefantes. Ellos huelen con la trompa, con suerte te rozan un poco la mano y se zampan las frutas. Ahí estábamos todos: ingleses, franceses, italianos y un montón de españoles gritones compitiendo por alimentar a los elefantes cuando uno de ellos debió pensar: ¿por qué les sigo el rollo a esta panda de guiris? Decidió eliminar al intermediario (nosotros) y con su trompa volcó una de las cajas de fruta:


Los elefantes disfrutaron del buffet libre hasta que este valiente recuperó lo que quedaba de la caja de fruta:


¿Y por qué los gerentes del Elephant Park son tan crueles y nos privan del placer de revolcarnos sobre el barro con un Dumbo?, ¿por qué no nos dejan grabar nuestro propio video viral? Por esta perogrullada: los elefantes son animales salvajes. Que sus orejas grandes y su cara de buena gente no os despisten: son salvajes y, además, gigantescos. Tan gigantescos que cuando mean aquello tiene la potencia de los cañones de agua de los antidisturbios. Un animal salvaje es imprevisible, ingobernable. Ninguno se domestica a base de premios y golosinas. Si a mí me ha costado años (y varios rascadores repartidos por toda la casa) conseguir que mi gato no arañe el sofá, ¿cómo se las apañan para domar a un animal salvaje? Otra perogrullada: a golpes.

Al proceso por el que se domina a un elefante se le llama "romper el espíritu". El primer paso consiste en separarles de sus madres y sus manadas cuando son crías. Después se les encierra en jaulas y se les golpea, luego les racionan la comida y la bebida y así hasta que el animal se vuelve dócil. Estas burradas se hacen con cualquier especie salvaje, como bien cuentan en Rainfer, el refugio de primates de Madrid donde recogen a animales supervivientes de circos, zoos cutres o incluso del mundo del espectáculo (clicad aquí para llorar un poco con sus historias).

Antiguamente, en Tailandia usaban a los elefantes como animales de tiro. Hoy en día aún se saca provecho económico de ellos ofreciendo paseos turísticos a lomos de elefantes. Así que, si viajáis a Asia y queréis ver elefantes de cerca, no participéis en una industria basada en la tortura animal. Los elefantes empleados para los paseos también han sido "domesticados", también les han roto el espíritu. Tailandia ofrece otras opciones, hay varios refugios como Elephant Park, que acogen a animales que han sido usados como animales de tiro o para pasear a turistas, y que ahora son mayores para seguir trabajando.

Podría pensarse que el elefante que decidió que él era más de autoservicio que de esperar a que los turistas le dieran media piña era el animal con más carácter del Elephant Park. Pero no. En Tailandia hace mucho calor y cuando el sol aprieta, los elefantes usan hojas para protegerse la cabeza, formando una especie de sombrero. Cuando visité el Elephant Park era época de monzón, el cielo estaba encapotado, hacía calor, pero no sol... Pero eso, a él, le dio igual: 

El sombrero me queda bien y me lo pongo sea temporada o no.

Last, but no least, ¡estamos de estreno! Ya hace unos meses me dieron el premio CEPA 2018 de novela juvenil y el libro en cuestión: "Loser", ya está a la venta en la página de la editorial Tandaia. Todavía no hay fecha para la presentación, pero será en breve y, por supuesto, os avisaré.

Y vosotros, ¿cuál es vuestra experiencia con los animales salvajes?, ¿habéis conocido a alguno que sea un esclavo de la moda, como el elefante con sombrero?

martes, 28 de junio de 2016

Monos y patatas cocidas

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Hoy os voy a contar unos cuantos dramas. Por si teníais poco drama con el resultado de las elecciones y el épico, lacrimógeno y conmovedor discurso de Rajoy justo después.

Empezaremos con el drama de Guille. ¿Quién es Guille?

Guille, saluda.

Es uno de los chimpancés que viven en el refugio para primates Rainfer, en las afueras de Madrid. Este refugio no es tontería, tiene en sus instalaciones a 135 primates y es el segundo más grande toda Europa. Guille vivía en un zoo hasta que éste cerró sus puertas, momento en el que alguien se dijo: “oye, ¿y qué hacemos con los animales?” y otro alguien tuvo una idea: “pues los repartimos entre el personal”. 

No sé a quién le cayó el marrón de quedarse con el hipopótamo, pero el caso es que Guille acabó en casa de la señora de la limpieza. Ella le cogió mucho cariño y por eso le trató como a ella le gustaría que le trataran. Le daba bollería industrial, coca-cola… y así pasaban los días los dos juntitos, ella viendo la tele y él metido en una jaula. Los días pasaron hasta convertirse en 12 años, cuando se llevaron al chimpancé. Su dueña se llevó un disgusto tremendo, para ella era su mascota. Pero la realidad es que los chimpancés no son mascotas, sino animales salvajes. Los perros y los gatos han necesitado miles de años para convertirse en animales con los que se puede convivir en una casa. No es el caso de ningún primate, que puede ser violento, que tiene colmillos, que necesita espacio, la luz del sol, criarse en una manada, comer fruta y beber agua.  

No os dejéis engañar por la cara de juguete de peluche de los macacos de Berbería, tienen muy mala leche.
Cuando Guille llegó a Rainfer tenía el cuerpo deformado por haber pasado tanto tiempo metido en la jaula. Huía de la luz del sol y era adicto a la coca cola. Para que volviera a tomar agua tuvieron que ir mezclándola con coca cola gradualmente hasta aguarla del todo. 
Cuando Seprona o la policía se incautan de animales salvajes porque se está comerciando ilegalmente con ellos o porque están abandonados o porque se ha cerrado un zoo, los colocan donde buenamente pueden. Si se trata de primates, los llevan a Rainfer y ahí el Estado se desentiende de los animales. El refugio se creó gracias a un primatólogo que tenía un terreno en el norte de Madrid y usó sus ahorros para acondicionarlo. Ahora tienen, además, una ayuda estatal con la que alcanza para un mes de comida. El resto lo consiguen con apadrinamientos, visitas guiadas y recaudaciones de fondos varias. Rainfer tiene acuerdos con universidades para impartir clases de comportamiento animal y de veterinaria y cuando Jane Goodall visita España, allá que va. Y, sin embargo, apenas llegan a fin de mes.
Boris, el orangután, come lo suyo.
El refugio está lleno de historias dignas de una película de Pixar.
Para capturar a una cría de primate los furtivos tienen que matar a toda su familia, ya que los simios tienen un fuerte sentido de grupo y luchan hasta el final por sus cachorros. La vida de ese cachorro, tras ser separado de su familia, va de mal en peor. Lo capturan para venderlo y entonces se dan tres opciones:
-     - Que lo compre un particular que piensa que es una gran idea tener un chimpancé como mascota y piense que podrá vestirlo, pasearlo y hacerle mimitos. Eso de que sea ilegal, bah, no importa mucho. Al principio todo será como una fantasía infantil hecha realidad porque el cachorro es pequeño y manejable. Pero crecerá, le crecerán los colmillos, gritará, se hará fuerte y un día atacará a su dueño, él se asustará y optará por encerrarlo en una jaula para que no moleste. O puede que decida extirparle los colmillos, castrarlo y/o arrancarle las cuerdas vocales, todas esas cosas se las hicieron a Yaky, otro de los chimpancés de Rainfer.

-       -  Que quien lo compre quiera ganarse un dinero amaestrando al primate para espectáculos de circo o para el audiovisual. De nuevo, los simios no son animales domésticos y no se les puede enseñar con refuerzos positivos, la manera de enseñarles más eficaz es a través del miedo, con palizas o con trucos como envolver una barra de hierro con periódico. Se le pega con esa barra de hierro, el animal aprende que el periódico es igual a paliza y, en el número que quiera hacer (en un circo ante el público, en una película…) el amaestrador le enseña un periódico y eso basta para que el animal se asuste y haga lo que le pidan. Cuando un chimpancé enseña los dientes en una foto, no está sonriendo, enseñar los dientes es muestra de miedo. Los chimpancés Tarzán y Loti pasaron tanto tiempo encerrados en una jaula que han tardado 9 años en superar la agorafobia y salir al jardín de Rainfer.

-    - Que sea un zoo quien adquiera al animal. Los zoos cumplen una normativa y son totalmente legales, pero su prioridad es la rentabilidad del negocio. Esto significa que si los lémures se hacen muy populares entre los niños por “Madagascar”, comprarán muchos lémures. Y como son unos bichos muy tranquilos, programarán visitas de grupos dentro de sus instalaciones, para poder hacerte fotos con un lemur subido a tu hombro, sin tener en cuenta que los lémures se pueden contagiar de enfermedades que nosotros les transmitimos. No importa, si se mueren, se compran más y listo. 
Cuando visitas Rainfer, más que ver de cerca a los animales, lo que haces es escuchar a los cuidadores (voluntarios en su mayoría), que te van contando todas estas historias. Visitad su página, donad algo, id a visitar sus instalaciones o aconsejad al colegio de vuestros hijos que organicen una excursión. Si no lo hacéis, es que en vez de corazón tenéis una patata cocida.

lunes, 2 de noviembre de 2015

La vida en seis videos de gatitos

¿Cuántos calcetines desparejados tenéis?

Yo, según mi último recuento, cuatro.

El drama de ir a ponerse calcetines y encontrar que sólo tienes uno y que el otro ha desaparecido, como si hubiera un triángulo de las Bermudas en tu cajón de los calcetines, afecta a millones de personas. Por eso existe el día internacional de los calcetines perdidos. Es el 9 de mayo y supongo que es el día dedicado a buscar bajo la cama y a llamar a los vecinos dueños del patio interior al que dan tus cuerdas de tender la ropa por si por fin aparecen esos malditos calcetines perdidos.

Pero también existe el día internacional de las zapatillas de distinto color, el día del agradecimiento al plástico de burbujas (último lunes de enero), el día de la pelea de almohadas (primer sábado de abril)... y esta semana, el 29 de octubre, ha sido el día del gato.

Los gatos no pueden merecerse menos que las peleas de almohadas porque, ¿qué aporta una pelea de almohadas a nuestra existencia? Y los gatos son una parte fundamental de la vida en el siglo XXI. Puede que no tengas gato, puede que no te gusten, puede incluso que te den alergia... pero seguro procastinas con ellos.

Procastinar, qué verbo tan feo y tan difícil de pronunciar, con lo bonito y gráfico que es decir "perder el tiempo". Porque eso es lo que hacemos cuando nos ponemos a ver videos de gatitos en bucle. Videos como estos, que explican la vida entera. Y todo, todo, se puede explicar con un video de gatitos.

¿Sabes cuando eres adolescente y te gusta uno de tu clase que te ignora y tú lo intentas y lo intentas y lo intentas porque te han dicho que ante todo hay que perseverar y tú no logras nada? Pues los gatos, insisten, y sí logran que les hagan caso. Claro, que ellos son mucho más monos que tú.


Ya lo dicen los libros de autoayuda y las tazas de Mister Wonderful, la seguridad en uno mismo es fundamental. Con seguridad se consigue todo, hasta que un perro que es 7 veces más grande que tú se acojone. Pero claro, es que ellos (los perros) son una raza inferior:



Pero a veces la seguridad no basta. No se puede luchar contra la esencia de uno. No puedes ir de tipo duro cuando tú eres sumamente adorable:



¿Sabes el dicho ése que dice que la curiosidad mató al gato? Pues es verdad:


Los gatos no distinguen su imagen en el espejo. No distinguen lo que se ve en el televisor. No saben qué es internet, ni youtube. No saben que son una estrellas en la red. Pero saben que son guapos. Y por eso saben que tú lo que quieres es verlos a ellos. Todo el tiempo:



Last, but not least, la historia que Pixar adaptará pronto para que todos nos deshidratemos llorando a mares.

Koko es una gorila a la que unos científicos estaban enseñándole la lengua de signos supongo que con la intención de crear su propio "Origen del planeta de los simios" y exterminar al ser humano de la faz de la tierra. El caso es que Koko aprendió a comunicarse de una manera rudimentaria y eficaz. Hasta le contaban cuentos como "el gato con botas". Un buen día Koko manifestó, por signos, que quería un gato. Y como se dio la casualidad de que cerca habían aparecido tres gatitos abandonados, le dieron uno, al que ella llamó All Ball (todo redondo o Bolita). Los científicos hubieran querido que Koko tuviese hijos para así ver si usaba la lengua de signos para comunicarse con ellos y si estos, a su vez, la aprendían de ella. Pero Koko, como en una versión en imagen real de esos primeros diez minutos devastadores de "Dumbo", no se quedaba embarazada. Así que los científicos aprovecharon su relación con All Ball para ver cómo se comunicaba con él. Pero entonces, ¡oh drama! Bolita murió en un accidente. Se lo contaron y Koko hizo los signos de "triste" y "duerme gato".



Y vosotros, ¿a qué ser vivo, objeto o costumbre absurda dedicaríais un día internacional?, ¿creéis que Pixar conseguirá con "Koko, la película" que lloremos más aún que con "Up"?

lunes, 3 de noviembre de 2014

¿Qué mascota deberías adoptar?

Un día que estabas en el metro encontraste un ejemplar del 20 minutos y te leíste este artículo sobre lo buenísimo que es tener una mascota. Y desde entonces estás ahí, dándole vueltas al asunto. Porque tú eres así de voluble, y también tomas leche de soja desde que leíste en el Huffington Post que la leche de vaca es malísima, horrorosa, peor que el cianuro, que el talio o las grasas saturadas.

Para ti, amigo indeciso que no sabes qué mascota adoptar, tengo este práctico y súper riguroso test con el que encontrarás cuál es el animal que deberías elegir como compañero de piso, qué digo de piso, de vida.


Estás en el metro (sí en el mismo vagón donde has encontrado el 20 minutos) y entra un músico a perpetrar con su acordeón una versión de "my heart will go on" de Celine Dion. Tú....:
A. No le das nada. Faltaría más. Seguro que quiere el dinero para drogarse.
B. Te enfrascas en la lectura del 20 minutos y te haces el loco.
C. Le das dinero. Es más, le das una moneda de 2 euros, y eso que en la cartera también tenías monedas de 10 y de 20 céntimos.
D. No le das nada, pero no por falta de solidaridad, sino porque te parece un atropello a la música y a tus oídos el sonido del acordeón, el peor instrumento que existe, con permiso de la gaita.
E. Le das todas las monedas de dos y de un céntimo que tienes en la cartera.

Para conquistarte, hay que...:
A. Tratarte como una reina (o rey).
B. Ignorarte. Te enganchan los que pasan de ti.
C. Ser buena persona.
D. Tener inquietudes, intereses, gusto por las películas coreanas...
E. Esperar a las 4 de la mañana, a esa hora, y con cinco copas encima, te conquista cualquiera.

Tu trabajo ideal es...
A. Ama de casa que se dedica en exclusiva a tomar café, ir al gym y supervisar al servicio.
B. Autónomo, trabajando en casa, todo el día en pijama.
C. Trabajo social, enfermería, enseñanza infantil...
D. Diseñador de apps para Apple.
E. Que me toque la lotería y no tener que trabajar nunca más.

Tu peor defecto:
A. Vanidad
B. Egoísmo
C. Ingenuidad
D. Pedantería
E. Holgazanería

¿Dónde te compras la ropa?
A. En tiendas de grandes marcas.
B. En tiendas bohemias de Conde Duque o el Borne.
C. En el Alcampo
D. En tiendas de segunda mano de Malasaña o de la Riera Alta.
E. Online, que es más cómodo y te lo traen a casa.

Es domingo, ¿cómo lo pasas?
A. Aprovechas para hacerte un completo: pedicura, manicura y baño de espuma con pétalos de rosa.
B. Te quedas en casa leyendo a tu aire.
C. Te vas con tu cuadrilla a la sierra a rodearte de aire puro.
D. Vas a una exposición de un artista conceptual en el Matadero.
E. Duermes y ves películas malas de ésas protagonizadas por actores en horas bajas.

¿Ya habéis rellenado el test? Pues aquí tenéis las respuestas.

Mayoría de A: un perro patada

Dentro de ti no hay una estrella (como cantaba Bertín Osborne en la inolvidable "Lluvia de estrellas"). No. Dentro de ti hay una señora del barrio de Salamanca que pugna por salir a la luz. Las horas pasan como minutos cuando estás en el Corte Inglés de Serrano. Tú, más que una mascota, quieres una figurita de Lladró. Por eso un Yorkshire, un maltés o un caniche pequeñito son tus mejores opciones. Y más ahora que Louis Vuitton saca bolsos para que te los lleves por ahí cuando bajes a Marbella o salgas a hacerte la manicura.

Mayoría de B: un elegante y desidioso gato

Esta maravilla está sacada del libro "cómo saber si tu gato planea matarte".

Cuando una fiesta está en su apogeo, tú eres de los que les entra un ataque de sueño y coge y se marcha sin siquiera avisar con un "me voy a ir yendo". Independiente y a tu rollo, pensaste que tu mascota ideal era un pez. Pero los peces se dedican a nadar y morirse (esto último con mucha facilidad), por eso tu mascota perfecta es un gato, capaz de ser peluche y tigre. De sentarse en tu regazo y ronronear para, acto seguido, pegarte un arañazo porque "le ha dado por ahí". Independientes e imprevisibles, como el chico ése de la uni que pasaba de ti todo y te tenía loquita perdida, el gato conseguirá que le idolatres, y eso que te va a dejar el sofá destrozado.

Mayoría de C: un chucho de mierda.

Esta maravilla está sacada del libro "Mi perro: la paradoja"

Tú eres una excelente persona. Más de una vez (y de dos) te han dicho: "de bueno que eres, a veces pareces tonto". Ofreces a tu amigo del pueblo que se quede en tu casa unas semanas mientras busca trabajo y piso en Madrid, sabiendo que eso significa que no serán semanas, sino meses, y que jamás te pagará un duro. Por no hacer, ni limpiará el baño cuando deje la ducha llena de pelos. Eres un pedazo de pan y por eso tú irás a una protectora de animales a por una mascota y elegirás al perro más feo que, eso sí, te lo va a pagar con creces. En concreto haciéndose pis encima cada vez que vuelvas a casa. Ya sea cuando vuelvas del trabajo, de pasar el día fuera, o después de dos minutos porque te has dejado las llaves. 

Mayoría de D: un mini cerdo


Hipster, innovador, adelantado a tu tiempo. De los que hace cola para comprar el Iphone 6 y reniega de Woodkid, que es un vendido porque sus canciones salen en los anuncios. A ti no te vale cualquier cosa. Y por eso vas a tener la mascota más novedosa del lugar. Pequeña, adorable, limpia (aunque no lo parezca) y, sobre todo, original: un mini cerdo. Además, sacarlo a pasear por Malasaña te garantiza ser el más fotografiado. Dentro de nada Leonard (que se llamará así tu micro cerdo, en honor a Leonard Cohen) y tú seréis una celebridades en Instagram.

Mayoría de E: una planta, preferiblemente un cactus


Por favor te lo pido, no adoptes a ningún ser vivo. Morirá. Es más, no entiendo cómo tú sigues vivo. A tus años sigues alimentándote como un Erasmus, a base de pasta, patatas y arroz y sigues dándolo todo todos los fines de semana, que para ti empiezan los jueves, a los que tú llamas, en un alarde de originalidad, "juernes". La ley del mínimo esfuerzo rige tu vida y hasta un pez correría peligro de muerte a tu lado. La mejor opción para ti es o un cactus o una de esas flores de plástico tan monas que venden en Hábitat. 

¿Qué os ha salido en el test?, ¿estáis de acuerdo con el resultado? y, sobre todo, ¿alguno de vosotros está dispuesto a comprarse un micro cerdo?

Y vuelvo a pediros el voto, con la insistencia de un candidato a la presidencia. Pero esta vez es para otro concurso online, el de Sonorama (sí, el festival de música también tiene un festival de cortos). Voten, oigan, que no hace falta ni salir de casa, ni buscar cuál es tu colegio electoral, ni empadronarse.

lunes, 28 de julio de 2014

Catnado (psicología felina, volumen II)

Estamos a julio y la mayoría no nos hemos ido de vacaciones a esas playas donde nos haremos fotos que titularemos "aquí, sufriendo", pero ya sabemos cuál es la película éxito de este verano: "el planeta de los simios".  La nueva, no la de Charlton Heston luciendo torso, ni la de Helena Bonham Carter disfrazada de mona. Es la segunda parte de la precuela de "El planeta de los simios",  ésa en la que salía ese hombre que es como un cuarto y mitad de chopped, James Franco. Creo. No me preguntéis cuál es el título exactamente, que estoy hecha un lío:


Los monos son, con permiso de los tiburones y los perros, unos animales de lo más cinematográfico. Y ya si reciben radiación, crecen desmesuradamente o de golpe se vuelven mazo listos, ni te cuento. Dentro del género de las películas catastróficas tenemos el subgénero de animales malvados que nos quieren comer a nosotros, los seres humanos, que tan bien hemos portado con ellos de siempre. Y yo, como experta en psicología felina, me pregunto, ¿qué pasaría si cualquiera de estas películas de animales cabreados la protagonizaran gatos?

Probemos con la película revelación de esta Nochebuena: Sharknado. Un tornado originado en el océano llega hasta la ciudad de Los Ángeles, el tornado ha absorbido a un montón de tiburones que "llueven" sobre la ciudad creando el pánico. Bien, sustituyamos "tiburones" por "gatitos". Y la cosa cambia. Para empezar, se vuelve una película casi realista porque, amigos, ha existido un tornado de gatos. No en Los Ángeles, sino en Chobham, Surrey, donde estoy segura que el tornado de gatos ha sido lo más emocionante que ha pasado desde que Agnes Clarissa Beresford, vecina de 73 años, hizo el casting para "The voice".

Pero volvamos a "Catnado". El tornado de gatos cae sobre la ciudad de Los Ángeles. Los gatos está mojados y, por tanto, cabreados. Casi tanto como el gato Bon Jovi:



El héroe de la película, un actor que conoció la gloria en los 90 y ahora hace tv movies (Luke Perry, el rubio de "Salvados por la campana"...) tiene una idea: dar jamón de york a los gatos cabreados. Lo hace y la película acaba en el minuto 20.

Por cierto, la segunda parte de Sharknado se proyecta este jueves en el patio del Conde Duque en Madrid. Id y contadme qué tal, anda, porfi.

Pero, ¿qué sucedería si el ejército norteamericano hiciera unas pruebas atómicas? Muy listos ellos, como siempre que hacen estas cosas se van lejos de casa, por si acaso. Las pruebas las realizan en el océano Pacífico y la radiación alcanza la isla de Tashirojima, en Japón, más conocida como "la isla de los gatos". Los gatos empiezan a crecer cosa mala y salen de la isla para buscar comida. Lógicamente, acaban en Tokio, ciudad en la que crean el caos, como Godzilla, pero soltando más pelo.


El ejército del aire rodea a Catzilla, que los persigue con sus garras, pensando que son moscardones. Pero la población civil y los miembros del grupo de Facebook "dormir en postura incómoda para no molestar al gato" se movilizan. Se manifiestan y hacen un change. org para defender a Catzilla que sí, está causando el caos y la destrucción, pero también es verdad que duerme 20 de las 24 horas y es muy fotogénico.

¿Y si "el planeta de los simios" fuera "el planeta de los felinos"?

Un laboratorio que investiga una cura para el Alzheimer experimenta con gatos, pronto los gatos aprenden el lenguaje de los signos, a hacer puzzles y a tirar de la cadena después de hacer sus cosas en el water en lugar de en el arenero. Pero los gatos quieren ser libres, se rebelan... y aquí es donde la sinopsis de la película cambia. En lugar de irse a un bosque, donde crear su propia sociedad, los gatos inteligentes toman un centro comercial y ocupan la tienda de colchones y la pescadería.

Definitivamente, los gatos deben copar los vídeos de youtube, pero no dan más de sí. Jamás protagonizarán una película catastrófica.

Y vosotros, ¿cuál es vuestra película de animales que nos quieren destruir favorita?, ¿vais a ver "Sharknado 2"?, ¿habéis votado ya a "La leonera" en el festival de Elche?, ¿no?, pues aquí tenéis el enlace. ¡Que el plazo se acaba el día 31!

martes, 1 de abril de 2014

Psicología felina (volumen I)

Existen las dos Españas de las que hablaba Machado.

Y es que se debe elegir entre Cola cao o Nesquick.
Entre Pepsi y Coca Cola.
Entre café o té.
Y entre gato o perro:
Las dos Españas se dividen entre los que prefieren gato y los que prefieren perro.

Aquellos que pertenecemos al grupo de fans de los gatos somos, definitivamente, el grupo menos popular. Tenemos a la industria audiovisual en contra, con todas esas películas de Disney con gatos malvados que persiguen a adorables ratoncitos (señores de Disney, ¿desde cuándo un ratón es adorable?, ¿DESDE CUÁNDO?). Tenemos al poderoso lobby de los amantes de los perros empeñados en decir que los suyos son más leales y más cariñosos y son lazarillos y encuentran droga en los aeropuertos y todas esas cosas tan útiles. Y tenemos a los tópicos en contra, diciendo que los gatos son maliciosos, ariscos y presuntuosos. Desmontemos mitos:

Los gatos son inteligentísimos.
Falso. Los gatos parecen inteligentes porque son muy elegantes. Pero no. Son como Nati Abascal. En cuanto pasas un rato con ellos te das cuenta de que todo es fachada. Los gatos son vagos, torpes, dormilones y no especialmente brillantes. Se resbalan contra la pared que han visto todos los días de su vida cuando se emocionan y corretean por el pasillo. Se piensan que tu pie moviéndose bajo el edredón de la cama es un ser misterioso al que deben cazar. Y ni siquiera reconocen su imagen en el espejo. Desde luego, serían incapaces de encontrar droga oculta en ninguna maleta, al estilo de un perro policía. En todo caso serían capaces de localizar un paquete de jamón york, para comérselo.

Los gatos son bipolares.
Verdadero. Un gato duerme. Duerme. Duerme. Abre un ojo. Cambia de postura. Duerme. Duerme. Y de repente se despierta, se despereza, y empieza a correr por la casa como si hubiera caído en la cuenta de que tenía que pagar el gas y le va a cerrar el banco. O está en el sofá hecho una ensaimada y haciendo el vago cuando, de repente, ve una sombra que le parece sospechosísima y la ataca, cuando es una sombra y nada más que una sombra (leer punto número 1).


Los gatos son cazadores y depredadores
Falso. Eran cazadores y depredadores. Ahora, como casi todos los hombres mayores de 30 años de nuestra generación, son niños grandes. Acostumbrados a la calefacción central,  a la comida que aparece mágicamente en su platito sin necesidad de cazar y a los mimos indiscriminados, los gatos se han olvidado de su instinto. Os aseguro que yo cazo moscardones con más eficacia que mi gato.

Los gatos no quieren a nadie
Falso. Mi gato me adora. A mí y a la tabla que está encima del radiador cuando está caliente, y al sofá. Nos quiere a los tres muchísimo. Lo que pasa es que su manera de querer no es la de un perro. Si un perro fuera humano lo denunciaríamos a la policía por acosador. Sería peor que Glen Close en "Atracción fatal" porque, ¿es sana una relación tan dependiente en la que uno de los dos miembros de la pareja se mea de la alegría cuando vuelves a casa? Eso no puede ser bueno. Mientras que el gato, como mucho, se despierta de su siesta y va a recibirte al pasillo.

PD: en realidad lo de las dos Españas no es tan radical. Yo soy una talibán del café. Prefiero la Coca Cola a la Pepsi y los gatos a los perros, pero entre el Cola Cao y el Nesquick, tengo el corazón dividido, ¿y vosotros? ¿a cuál de las dos Españas pertenecéis?

lunes, 30 de mayo de 2011

El plan B

Tengo un guilty pleasure muy guilty, pero very, very. Me gusta “Madrid a la última”, un programa de Tele Madrid presentado por Marta Robles. Sí, en Tele Madrid. Sí, Marta Robles.

Pero si esos dos motivos ya os parecen suficientes para detestar el programa, esperad... porque su colaborador fijo es Carlos García Calvo. Ese hombre que jamás ha sonreído, jamás ha acertado el nombre de nadie medianamente famoso a la primera, ni se ha puesto una camiseta de algodón. Ése.

Básicamente “Madrid a la última” es una guía del ocio de las compras y el pijerío en Madrid donde caben nuevos restaurante tailandeses en Serrano, clínicas donde hacerte tratamiento de ácido hialurónico o cremas con polvo de oro iguales a las que usan las celebrities. Como una Telva televisada. Mi sección preferida es cuando Marta, casi siempre enfundada en vaqueros blancos, botas con taconazo, abrigo de pieles y joyas de oro a tutiplén:

vamos, hecha una hortera, aunque Carlos García Calvo le asegure todos los programas que está divina, se da un paseo por los lugares preferidos de Madrid con algún medio famoso, en general un actor. Y entonces, aparte de descubrir la cantidad de cafeterías monas con “macarons” y cartas de té que hay en Malasaña, descubres que todos los actores tienen o un bar o un restaurante.


Lógico, es una manera de invertir los ahorros de haber trabajado en una serie, por si la serie se acaba y no te vuelven a llamar para otra. Algo parecido a lo que nos pasa a los guionistas con la pequeñisísima salvedad de que nosotros no podemos contar con nuestra fama ni nuestra agenda de gente conocida para dar tirón al local. Así que me he puesto a pensar en planes B por si esto del guión no tira y pensando, pensando, resulta que tengo un plan B, y un C, un D, y hasta un E. Será por planes.


Los planes B y C son inventos y me hace falta un ingeniero para que se lleve un generoso porcentaje (entre el 5 y el 10 por ciento, a negociar) y cree los dispositivos. El plan B consiste en crear un chip con el que se puedan hacer perdidas a todos los objetos que solemos perder. Es fácil encontrar el móvil haciéndole una perdida desde el fijo así que, ¿por qué no hacer lo mismo con las llaves, las gafas de sol, la cartera…?


El plan C consiste en un aparato que hace que nuestra cama se mueva con el mismo bamboleo de un coche. ¿Por qué cuesta tanto dormirse en la cama y tan poco en un coche? Con el tiempo el dispositivo imitará el bamboleo de trenes (regional, AVE, Altaria) y autobuses y arrasaremos con la versión para cunas. Además el aparatito tendrá sus extras para optimizar el acto de conciliar el sueño, por un módico precio podrás añadir la voz de la azafata del AVE anunciando la próxima parada, pequeñas luces móviles como si fueran las farolas de los pueblos por los que pasa el autobús regional y hasta el sonido de fondo de Cadena Dial, que tanto gusta a todo conductor de autobús.

El plan D es una franquicia. Se trata de implantar en España algo que ya existe en Japón: las cafeterías de gatitos. A cambio de pagar una barbaridad por un café, este novedoso local te deja sobar a los gatitos que pasean tan tranquilamente por el sitio. Eso sí, hay que cumplir unas normas de convivencia básicas: no se despierta a los gatitos dormidos y ni te los llevas a casa ni puedes llevar a los tuyos al local, no vayan a montar gresca.

Debería ser yo en una cafetería de gatitos de Tokyo, pero la fatalidad quiso que en todo el viaje no viera ni una puñetera de estas cafeterías.


El plan E necesita más inversión que todas las demás opciones. Se llama Telecachorrito, y es un canal temático dedicado a los animales adorables. Es decir, nada de roedores, ni insectos, ni animales asquerosos en general. Es más, los documentales de este canal acaban bien, los guepardos sólo persiguen a las gacelas de buen rollo, para entrenar, y ningún oso polar devora a ninguna foca. Todo es amable y cursi como una entrevista de Pablo Motos a Blancanieves. Nuestra carta de ajuste será un gatito o un perrito que lame la pantalla y también tendremos nuestras estrellas, esas que nos darán imagen de cadena. Si en Antena 3 tienen a Matías Prats, en Tele 5 a Jorge Javier y en Cuatro a Paula Vázquez, nosotros tendremos a Maru...:


Podría estar viendo este video en bucle toda la vida.

...y también a Boo, a quienes dedicaremos horas de realities. La audiencia, sólo con la cantidad de fans que tienen estos dos en youtube y en facebook, está garantizada.

¿Cuál de las opciones para hacerme millonaria os convence más?, ¿alguien se anima a ser socio?, ¿alguien conoce a un ingeniero? Confesad, ¿alguien más está enganchado a "Madrid a la última", muy a su pesar?

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Platanito

Este fin de semana he vivido una celebración atávica, salvaje, de iniciación.

Tranquilos, no me he montado en un caballo para perseguir a Platanito, ni he estado en Tordesillas.

Por si no habéis visto las noticias en los últimos días, os hago un resumen: el toro de la Vega es una celebración que se da todos los años en Tordesillas, consiste en que los mozos del pueblo, a caballo y con lanzas, persiguen a un toro, hasta que lo matan a lanzadas. Previamente al evento hubo una manifestación en contra de la fiesta, y el día del evento hubo otra manifestación, pero a favor, defendiendo las tradiciones populares.

Tordesillas ha monopolizado los telediarios (con permiso de Sarkozy y Nadal) y además el pueblo se ha llenado de visitantes, tanto curiosos, como periodistas y ecologistas con pancartas. La hostelería lo celebra, la alcaldesa lo celebra y el afortunado lancero que dio la estocada final a Platanito también, que por algo llevaba media vida "soñando con eso".
Para otros años, quizá sería mejor política celebrar la manifestación contra salvajadas como considerar una fiesta la tortura pública de un animal, en el pueblo de al lado. Así al menos los hosteleros beneficiados no serán los del mismo Tordesillas.

En el 2010 es una obviedad hablar de la mala imagen internacional que da una fiesta popular tan bruta como "el toro de la Vega". Ni siquiera entiendo porqué hay que razonar algo tan evidente como que es cruel e innecesario matar a un ser vivo porque sí y aún encima hacer de ello una fiesta. Además, que los toros sean del gusto de personajes como la Duquesa de Alba, Fran Rivera o Jaime Ostos ya debería ser un punto en contra.

Los defensores del "toro de la Vega" argumentan que es una tradición, antiquísima, que data del siglo XIV. El siglo XIV, esa época tan bonita, en la que no había antibióticos, ni televisión, ni chocolate, ni higiene, pero sí peste negra, Inquisición y analfabetismo. Recuperemos las costumbres del siglo XIV, claro que sí.

Pero algo deben tener estas fiestas salvajes para enraizarse tanto y sobrevivir durante siglos. Algo debe haber de iniciación, de catarsis, de llegar al límite y sobrevivir para contarlo.

Para que los muchachos de Tordesillas sigan teniendo todos los años su chute de adrenalina, y los hosteleros su inyección económica, sugiero otra opción. Deberían contratar a la crew de los Supersouthsonics que, justo en las mismas fechas que el "toro de la Vega" celebran su aniversario.

¿Y cómo lo celebran? El primer día con baile, varias exhibiciones de los distintos miembros del grupo, ya que unos bailan popping, otros break y, sobre todo, les gusta mucho hacer el payaso.

Pero el segundo día, los Supersouthsonics celebran el "strip drunken master", una fiesta donde se unen varios elementos: alcohol, break dance y desnudos:




Lo que comenzó como un juego en la calle y en plan de risas de "el que pierda se quita una prenda o bebe un chupito", se ha ido sofisticando. El 15º aniversario de los Supersouthsonics se ha celebrado en un teatro, entre sus participantes había hasta algún concursante de "Fama a bailar" y, sabedores de que el jurado valoraba especialmente las coreografías guarras, arriesgadas o con una chica como participante, los bailarines optaban por acudir disfrazados de mujer o por desnudarse a primeras de cambio.

Un par de rondas después, cuando ya estaban todos desnudos (todos, y del todo) y habían bebido varias rondas de absenta, la única forma de vencer al contrario era arriesgando mucho ¿Y qué puede haber más arriesgado que el desnudo integral, sin caer en la delincuencia?

La escatología.

Sí, los b-boys desnudos mearon en público, cagaron en público y, esto es lo mejor, lo que hizo que el público se levantara de los asientos: un chico meó en un vaso y su compañero se lo bebió.
Ni Sanfermines, ni el primer día en las rebajas del Corte Inglés. La experiencia social más primitiva, iniciática y brutal que he visto nunca es el strip drunken master de los Supersouthsonics.

Y vosotros, ¿cuál ha sido vuestro momento atávico más bestial?

Postdata, añado aquí un pequeño diccionario para la jerga del street dance, o baile urbano, pero es que les pierden los palabros en inglés:
Crew: grupo de personas que bailan juntas.

Popping: estilo de street dance basado en "pops" o pequeñas contracciones musculares, el efecto conseguido se conoce popularmente como hacer el robot.

Break dance: estilo de street dance basado ante todo en acrobacias que se realizan en el suelo.

B-boy: bailarín de break.

sábado, 21 de febrero de 2009

El formato ideal de mascota

Mientras la ciencia no avance y siga sin poder crear al oso panda mini con el tamaño adecuado para una casa de 50 metros cuadrados, el gato sigue siendo el formato ideal de mascota.

Todo son ventajas: no hay que sacarlo a pasear, puedes dejarlo solo un fin de semana sin problemas, aprende él solo a hacer sus cosas en su caja, es silencioso y tiene el tamaño perfecto; más grande que esos perros miniatura que parecen ratas y lo suficientemente pequeño para que pueda sentarse sobre tus rodillas.

Y además son monísimos siempre, aunque dejen de ser cachorros. Atención a este gato, el scottish fold. Un equivalente a lo que en los coches fueron los Micra o los Twingo, la versión redonda de los gatos, parecen un dibujo animado con sus ojos enormes y las orejas gachas, no en balde casi todos los videos de los scottish fold vienen de Japón.


Hay gente (en general aquellos que nunca han tratado con gatos durante más de una hora) que dicen que son ariscos, fríos, maquiavélicos, inteligentísimos, que se mueven sólo por el interés propio. Respecto a esto último, ¿pero es que hay alquien no se mueva buscando su propio interés? Y respecto a la inteligencia, es mera apariencia. Su elegancia natural les hace parecer sofisticados, y eso se confunde con inteligencia, cuando en realidad se caen, se equivocan y se asustan mucho. Otra cosa es que rápidamente disimulen y vuelvan a su postura de gato elegante.

Y eso de que son solitarios y fríos es un bulo. Mi gato me espera en la puerta cada vez que vuelvo a casa (le oigo maullar en cuanto la llave toca la cerradura), me sigue por la casa y si se queda dormido y cuando se despierta ve que estoy en otra habitación, va a esa habitación, busca otro sitio donde dormir, pero cerca de donde yo esté.

Incluso la versión salvaje de los gatos, los leones, reconocen a sus dueños incluso mucho tiempo después. O si no mirad este famoso video del león Christian (la música es una cursilada, pero el vídeo es taaaaaaan bonito):


Yo estoy segura de que Simón me reconocería muchos años después. Sobre todo si voy a buscarlo con un bote de mayonesa en la mano (sí, le gusta la mayonesa, y la nata líquida, el queso, los yogures, el chocolate, la pechuga de pavo, el pollo y, obviamente, el pescado).

Last, but not least, los dibujos de Simon Tofield, un conocedor del mundo gatuno que cuelga en youtube pequeñas piezas como ésta:

Definitivamente, el gato es el formato ideal de mascota.

miércoles, 25 de junio de 2008

Bienvenido, Simón

Se llama Simón.

Ni José Luis, ni Ángel María, ni Ariel, ni Yuyu, ni Baldomero, ni Bubu, ni Plácido, ni, por supuesto, Chumino o Escroto.

Simón.


Hola, buenas, ¿qué tal?


Tiene unos tres meses, es blanco con una mancha gris en la cabeza y hace lo que todos los gatos a su edad: dormir. Duerme unas 18-20 horas al día. El resto del tiempo juega.

Juega con los cables, juega con los pañuelos de papel que se caen al suelo o que el saca de los bolsos, juega con los propios bolsos:


Juega con la alfombra, juega a trepar por el sofá, a morder mis zapatillas de estar por casa, a cazar moscas (y luego comérselas), juega con las cortinas de la habitación:



Juega a morder mis brazos, mis piernas, mis pies:

Obsérvese que está abriendo la boca todo lo que puede. Su intención es comerse mi pie, pero yo calzo un 39 y eso no es tan fácil.

Juega con una pelota de goma, con los boligrafos, las gomas de pelo, las pinzas de tender la ropa, hasta las pinzas de depilar, todo vale siempre y cuando caigan en su territorio: el suelo. Juega hasta con la cuerdecita que cuelga de la cámara de fotos:


Y si lo coges en brazos y le acaricias el cuello ronronea fuerte, tanto que parece que estuviera roncando.

Simón llegó a casa como los huerfanitos de las películas: alguien llamó a la puerta, fui a abrir y me lo encontré al lado de mi puerta, metido en una cesta. No es que una gata madre soltera lo dejara ahí, fueron mis amigos que sabían que mi anterior gato, Benito, había muerto y consiguieron a Simón para regalármelo.

Como mi madre muy bien dijo cuando se lo conté, "cuánto te tienen que querer tus amigos para hacerte una sorpresa así". Esos amigos son (por riguroso orden alfabético): Alegría, Ángela, Bea, Berta, Esther, Gorka y Mariano.

Muchísimas gracias a todos por traerme a Simón. Él está sano, come bien (se come su pienso e insiste en comerse mi jamón, pero yo no le dejo), ronronea fuerte, juega como un loco y duerme como un bendito:


Yo diría que es feliz.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Nuestros primos los primates

Estaba yo el otro día leyendo un libro de más de 600 páginas. Llevaba unas 40 y tenía esa sensación de "yo esto ya lo he vivido antes". Y no porque recordara que ya había leído el libro, sino porque la historia, el tono y también la longitud, eran igualitas a una novela que leí el año pasado. Así que como soy incapaz de dejar a medias un libro, incluso si no me gusta, decidí leer otro a la vez. Este año todo el mundo se puso de acuerdo para regalarme libros en mi cumpleaños y tengo toda una pila esperándome, así que podía escoger. Elegí "El dios de la risa oscura" de Michael Chabon, poco más de 40 páginas y con dibujos y todo.

No puedo ni quiero hablar del cuento porque es mucho mejor que os lo compréis y os lo leáis. Es una edición muy cuidada, con ilustraciones de Adriá Fruitós. Es original, conmovedor y está bien escrito. En definitiva, lo tiene todo. En un momento dado el fiscal protagonista de la historia se encuentra con un mono, que piensa podría ser testigo del crimen que investiga:

El animal levantó la vista hacia mí, con los ojos iluminados por esa pena luminosa y sagaz que les otorga a las caras de los simios y los mandriles un aire de reproche propio de primos, como si los humanos hubiéramos traicionado los principios de nuestra especie.

Los que tenemos mascotas vivimos muy de cerca el parecido entre animales y humanos. Pero está a la vista de cualquier espectador de documentales que los monos son nuestro primos lejanos.

Orangután abrumado, quizá porque es mileurista y no llega a fin de mes.
De todos los primates, mis favoritos son los orangutanes. Y todo desde que en el viaje de fin de curso de octavo de EGB fuimos al zoo de Barcelona. Nos dijeron que el orangután aplaudía y allí que fuimos. Pero el orangután no tenía ganas de hacer el mono (tarde o temprano iba a salir este chiste malo) y se dedicó a extendernos la mano, como pidiendo algo por su actuación. Mis amigas y yo nos pusimos chulas y también extendimos la mano. Entonces el orangután se giró. Buscó, y nos lanzó un palito. Muy agradecidas, nosotras también buscamos por ahí y le tiramos otro palito. Ahí acabó nuestra amistad y empezó mi simpatía por los orangutanes.

Sin embargo ellos no son los primates más listos. Quienes se llevan la palma son los chimpancés. Fijaos en la cara de éste, que parece estar pensando una jugada de ajedrez:


Pero es que este chimpancé en concreto, que tiene este aire de anciano venerable, al estilo de Morgan Freeman o Héctor Alterio, resulta que sí es listo de verdad. Se llamaba Washoe y es el primer chimpancé (la primera, es hembra) en aprender un sistema de comunicación de signos. Murió el año pasado y usaba ese sistema de signos para comunicarse con sus cuidadores. Aquí encontraréis detallada una anécdota tierna y blandita como el bimbo que no tiene corteza. En ella se cuenta lo mucho que Washoe echó de menos a una de sus cuidadoras, que estaba embarazada y un buen día dejó de ir. Cuando la cuidadora volvió, Washoe usó los signos para preguntar el porqué de su ausencia. La cuidadora dijo que el motivo fue que perdió el niño que esperaba, y Washoe le dijo por signos "por favor persona abraza". Washoe había sufrido ya dos abortos y empatizaba con el drama de su cuidadora.

Sin embargo, todo este estudio de las posibilidades de comunicación de los chimpancés a través del lenguaje de los signos debe tomarse con cautela. Según esta página muchos de ellos pecan de poco rigor, por ejemplo: los animales hacen gestos de modo natural y esos gestos muchas veces se parecen a signos de la lengua de signos. De todos modos, y aunque haya que tomarse con mucha cautela la capacidad de un chimpancé para aprender un lenguaje complejo, yo no dudo de la anécdota de la cuidadora embarazada. Los animales carecerán de capacidad de abstracción y no podrán asimilar un lenguaje complejo, pero sí sienten: empatía como Washoe o soledad y miedo como mi gato cuando me voy de vacaciones, así que cuando vuelvo me sigue a todas partes, ronronea y me roza para que yo le acaricie como diciéndome "menos mal que has vuelto, pensé que me iba a quedar solo para siempre".

Esta foto tan preciosisísísísíma pertenece al catálogo histórico del zoo de Londres.
Pero dejemos de lado a los primates y volvemos a nuestros habituales "Bichos raros", que forman parte del circuito SGAE en corto y va a ser proyectado junto a tres cortometrajes más (recomiendo especialmente "Sálvame", de Javier Veiga) en estas ciudades:
30 de mayo a las 20h en la sala SGAE de Santiago de Compostela
10 de junio en el círculo de bellas artes de Madrid
17 de junio en la sala Van Dyck de Salamanca