lunes, 25 de febrero de 2019

Tú no eres gafe, Glenn Close sí

Puede que tengas un lunes de esos de enmarcar. Que no hayas oído el despertador, llegaras tarde al trabajo, descubrieras que mandaste a la papelera de reciclaje el informe que tenías que entregar hoy y además se te ha caído el móvil y se ha roto la pantalla y, como las cosas se rompen de tres en tres (esto es así, todo el mundo lo sabe), también se te habrán estropeado la lavadora y el microondas. Te creerás que estás teniendo el peor lunes de tu vida. Pero no. Peor ha sido el día de Glenn Close.

Anoche ella iba vestida para ganar. Si iba vestida de estatuilla y todo:

Glenn Close de dorado en la alfombra roja de los Oscar 2019
Compro oro.

Además, ¿no dicen que a la tercera séptima va la vencida? A Glenn Close la habían nominado ¡7 veces!, por "Atracción fatal", por "Reencuentro", por "El mundo según Garp", por "Las amistades peligrosas" y este año por una película que ha pasado bastante desapercibida: "La buena esposa", pero daba igual, este año tocaba y punto. Ya le habían dado el Globo de oro, el premio del sindicato de actores, el de los Spirit Awards y en la vitrina de Glenn había un hueco para el Oscar. Su estilista le dijo: "Glennie, vas a deslumbrar, porque he estado estudiando el historial estilístico de los Oscar y he encontrado un patrón, para ganar hay que ir vestida de dorado". A Glenn esto le dio un poco de mal rollo, porque ya sabéis que el amarillo da mala suerte. Y eso no es una costumbre cañí, sino actoral y universal. Resulta que allá por el siglo XVII Molière vestía de amarillo cuando protagonizaba su obra "El enfermo imaginario". Le dio un ataque de tos malísimo en plena obra y, lo que hoy en día se hubiera arreglado con ibuprofeno o jarabe para la tos, en aquella época acabó con Molière muerto.

Glenn le dijo a su estilista que ni de coña se vestía de amarillo. El estilista le enseñó las fotos de Emma Watson y Cate Blanchett, las dos de amarillo, las dos con su Oscar.

- Que no, que el amarillo da mal fario- dijo Glenn Close, o a lo mejor no dijo "mal fario" y dijo algo menos racial y más anglosajón.

- Meryl lo ha llevado. Y dos veces.

- ¿Seguro? Si Meryl es muy supersticiosa. Que cruza la calle cuando ve un gato negro y toca madera para tener buena suerte y nunca brinda con agua y cuando brinda con vino dice lo de que "el que no apoya, no folla".

El estilista entonces le enseño esta prueba gráfica:


Y Glenn Close decidió que iba a ir de amarillo dorado.  Como Meryl. La ganadora de 3 Oscars y 9 Globos de oro y 3 Emmys. Si es que Meryl se transforma en sus papeles, te hace un día de Margaret Thatcher y otro de la tipa con el pelo de paje sospechosa de matar a su hijo; un día te clava el acento danés en "Memorias de áfrica" o el polaco en "La decisión de Sophie"; te hace comedia pero también drama; ¡si hasta canta bien! Glenn no es que odie a Meryl Streep, a ver, que si se encuentran en un acto benéfico o en un estreno, se saludan y hablan: "qué calor, ¿eh?, hay que ver el cambio climático", "¿quién es esa chica que está con Di Caprio, otra modelo de Victoria Secret o la misma de antes?, es que las confundo". Lo típico. Si Meryl es maja. Y eso es lo malo, que la tía aún encima tiene el cuajo de ser encantadora. Es la típica amiga maja que te hace el favor de acompañarte a un casting y resulta que la eligen a ella. Es la amiga simpática que te roba al novio (pero la gente es libre de hacer lo que quiera y que no robó nada, que quizá la relación ya estaba en crisis y tú no quisiste darte cuenta). Es la compañera de trabajo encantadora que se acuerda del cumpleaños del jefe y le hace un regalo y tú, que no te fijas en los detalles, no.

Así que Glenn Close se puso su vestido dorado con cola en plan estrella, en plan "los focos a mi persona", que diría la Pantoja. Como Meryl.


Aunque una alfombra en la que están Lady Gaga y Billy Porter eso de llamar la atención va a estar reñido. También andaban por ahí Sarah Paulson envuelta en rosa, Linda Cardellini con una bata de estar por casa llena de tul y Rachel Weisz con... ¿una torera de látex rojo?

Y Samuel L. Jackson caracterizado como su personaje en "Glass":

Spike Lee y Samuel L. Jackson, ¿o es al revés?

Pero todo eso a Glenn, plín, porque sabía que cuando dijeran "and the Oscar goes to..." sería su nombre el que oiría. Hasta había preparado un discurso memorable. Lo tenía ya escrito desde el 82, cuando la nominaron la primera vez. Lo había ido retocando cada año, con cada nominación y ahora era perfecto y completísimo, todo un carrusel de emociones: tenía una parte espontánea y alocada como en el discurso de Benigni, pero también su momento agradecido y feliz como cuando Julia Roberts ganó su Oscar y hasta había una parte cantanda, como cuando Donen agradeció su Oscar honorífico. A todo eso había que sumar las palabras de agradecimiento a la familia, el equipo, las otras nominadas porque es un honor estar a vuestro lado y bla, bla, blá. Glenn estaba repasando mentalmente los nombres del equipo técnico de su película, cuando dijeron lo de "the Oscar goes to... ¡Olivia Colman!". Y pensó por un momento: "¿y esa quién es? Ah, ya, la inglesa". Con la fuerza de la costumbre, aplaudió y sonrió como lo que es, una profesional, y escuchó el discurso de Olivia, improvisado, porque ella no se esperaba ganar, que si se lo esperara ya habría elegido un vestido menos horrendo:


¿esas mangas acaban en un lazo por detrás?

La gala se le hizo un poco larga a Glenn, solo tenía ganas de irse a casa, quitarse ese vestido tan largo y tan dorado, ponerse un pijama y comer helado mientras buscaba a Olivia Colman en la imdb. Pero su estilista le recordó que ya le habían cedido un Armani y se había comprometido a ir a la fiesta de Vanity Fair. Y, como ella es una profesional, allá que fue. Sonrió en el photocall, saludó a unos y a otros: "oye, esa Kardashian que ha venido, sí, la que se le ve el mondonguito, ¿es Kylie o es Kendall?". Menos mal que se encontró con Amy Adams. Algunas fuentes aseguran que fueron a tequilas, bebieron uno por nominación de cada una de ellas y Amy acabó vomitando en los baños del Beverly Hills City Hall mientras Glenn Close le sujetaba su larga melena pelirroja para que no se le manchara de pota.

Hoy lunes, pasada la resaca, lo primero que hará Glenn Close será despedir a su estilista.

Y vosotros, ¿conocéis a alguien con más mala suerte que Glenn Close?, ¿queríais que ganara "Roma" o, como yo, todavía no habéis conseguido verla despiertos?, ¿con quién os iríais de cañas: con Glenn Close, con Meryl Streep o con Olivia Colman?, ¿también os ha dado pereza ver "Bohemian Rhapsody" porque detrás de tanto actor caracterizado pensáis que está Joaquín Reyes?

martes, 19 de febrero de 2019

Lectura de mesilla versus lectura de cercanías

Hay gente que se pasa veinte años de su vida trabajando en el mismo sitio, con el mismo horario y las mismas labores diarias.

Yo, por no pasar, no paso ni seis meses yendo a la misma oficina. En cuanto toca escribir capítulos, los guionistas emigramos a nuestras casas, nos ponemos los pijamas más roñosos que haya por casa y no volvemos a las oficinas de las productoras hasta que nos obliguen pongan una reunión. Por este motivo mis lecturas de cercanías se han ido transformando en lecturas de mesilla de noche. Ya casi no voy a la productora, ya no madrugo tanto, ya no paso dos horas al día en medios de transporte diverso así que tendré más tiempo para ir a baile, para leer, para tener la casa limpia como los chorros del oroJAJAJAJAJAJAJA. No.

No sé vosotros pero yo el tiempo libre lo uso en la nada. Hasta leo menos porque entre leer algo antes de dormir o ver un true crime mierdero en Netflix, demasiadas veces gana el segundo. Tengo la fuerza de voluntad de un calamar, qué se le va a hacer. Aún así, me las he ido apañando para leer esto en los últimos meses:

Relatos de Henry James 
El año pasado cayó en mis manos un recopilatorio de cuentos titulado "La pierna perdida del capitán Acab". De todos los incluidos en el libro me gustó especialmente uno de Henry James titulado "Un error trágico". Así que cuando ojeando libros en la FNAC me topé con éste me dije: "pues me lo compro". Luego me di cuenta (a estas alturas ya os habréis dado cuenta de que no soy muy metódica que digamos) de que "Un error trágico" no estaba incluido en esta antología. Un hurra por mí.
Antología de cuentos de Henry James editado por Penguin Books

Siempre que iba al teatro hacía uso de unos delicados pero potentes anteojos. Sabía que era un acto impropio de un hombre verdaderamente distinguido y que era una falta de consideración apuntar hacia una dama un instrumento que era tan solo algo menos lujurioso en sus efectos que una pistola de dos cañones; pero siempre le vencía la curiosidad.

Seguro que muchos de vosotros habréis leido "Otra vuelta de tuerca" o al menos conoceréis la novela de oídas. James es un experto en contar los alrededores de una historia sin nombrar nunca el meollo de la cuestión. Eso, perfecto para una historia de fantasmas, también viene muy bien a la hora de hablar de las reglas no escritas de la alta sociedad de su época. El primer cuento de esta recopilación, "el cerco de Londres" comienza con el reencuentro de la americana Nancy con un viejo amigo, el inglés Littlemore. Nancy tiene un pretendiente de la alta sociedad inglesa y está deseando medrar en el país, pero le preocupa que llegue a saberse su turbulento pasado amoroso. Todo el relato gira en torno a qué es lo que sabe Littlemore y si llegará a contarlo, mientras el pretendiente de Nancy, ella, la familia del pretendiente... murmuran y juegan sus sutiles bazas.

Si os gustan los grandes giros, la acción, la violencia... este libro no es para vosotros. Otro de los relatos más bonitos (y lentos, que todos son lentos, para qué nos vamos a engañar) de la antología es "Lo real", la historia de una pareja bella, elegante y arruinada que se ve obligada a buscar trabajo para sobrevivir. Se ofrecen como modelos para un dibujante, pero él descubre que su criada, experta en imitar a cualquiera y que le sirve para hacer tanto de aristócrata como de lo que surja, es mejor modelo que los dos auténticos aristócratas, incapaces de ser otra cosa que ellos mismos y que acaban trabajando justo en todo lo contrario: como criados.
 
Para compensar tanta damisela en apuros, tanto caballero preocupado por el qué dirán, tanto reloj de bolsillo y tantos anteojos delicados pero potentes, mi siguiente lectura fue:

El asombroso viaje de Pomponio Flato, de Eduardo Mendoza

Que los dioses te guarden, Fabio, de esta plaga, pues de todas las formas de purificar el cuerpo que el hado nos envía, la diarrea es la más pertinaz y diligente.

Romanos y humor en "El asombroso viaje de Pomponio Flato", de Eduardo Mendoza

Leí este comienzo y pensé: ¿diarrea?, ¿pedos?, ¿un tipo que se llama Pomponio Flato? Esto promete. Esta especie de "Vida de Brian" versión Eduardo Mendoza empieza muy bien: situaciones rocambolescas, una trama detectivesca entretenida y Mendoza siempre ingenioso. Pero según va avanzando el libro la historia va perdiendo interés, la trama de intriga te va dando cada vez más igual y, lo que es peor, te ríes menos. Da la impresión de que al propio Eduardo Mendoza le pasó lo mismo, que conforme iba acercándose al final de su novela, menos interés tenía en ella.

Además, es inevitable acordarse de "Cordero", de Christopher Moore, también ambientada en la infancia ficcionada de Jesucristo. Pero el libro de Moore, aunque irregular como el de Pomponio Flato, tiene ambición, se atreve a tratar temas más serios y esto hace que al menos mantengas las ganas de saber cómo acabará. Así que si te apetece una comedia romana/cristiana, recomiendo antes "Cordero" que "El asombroso viaje de Pomponio Flato".

Humo y espejos, de Neil Gaiman
Siguiendo esa técnica tan elaborada consistente en:

A. elegir un autor reconocido del que no haya leído nada y luego...
B. sacar de la biblioteca el libro que quede disponible...

...acabé llevándome la recopilación de cuentos "Humo y espejos" de Neil Gaiman a casa. La mayoría de los relatos son encargos que han ido haciendo a Gaiman a lo largo de su carrera y, vista la variedad, Gaiman es de esas personas que dicen a todo que sí. Oye Neil, ¿me mandas un relato para un libro homenaje a Lovecraft?; Neil, ¿no tendrás por ahí suelto un cuento sobre el Santo Grial?; Neil, oye, mira, que somos de Playboy, ¿te interesa escribir un relato para nosotros?; Neil, soy yo otra vez, que sacamos otro libro sobre Lovecraft...

Recopilatorio de relatos "Humo y espejos", de Neil Gaiman

Como primer acercamiento al universo de Gaiman, no ha estado mal. Aunque de 400 páginas y chorrochientos cuentos me quedo solo con dos, que son los que un mes más tarde aún recuerdo. El primero es una historia de andar por casa sobre el Santo Grial. Una típica anciana anglosajona de esas que hace tartas y té, y que compra compulsivamente en los mercadillos, adquiere en el ejército de salvación (ong protestante que en Inglaterra y por ahí tiene montones de tiendas de objetos de segunda mano) una copa muy cuca que resulta ser el Santo Grial. Al poco aparece en su casa el caballero Galahad, en brillante armadura y a lomos de un corcel blanco, para convencerla de que se lo dé. Pero las ancianas con afición a coleccionar cacharrería son cabezotas y a Sir Galahad le va a costar persuadirla.

El segundo cuento que me encandiló es una versión perversa de Blancanieves basado en una idea muy divertida: ¿y si Blancanieves era blanca como la nieve porque era un vampiro?, ¿y si la versión que nos ha llegado del cuento es la de la propia Blancanieves, que fue la que venció, pero la buena de la historia era en realidad su madrastra?

La actualización de mitos y cuentos, la violencia (demasiadas veces gratuita) y los puntos de partida originales se repiten en este recopilatorio. Pero no me acaban de convencer los desarrollos de las historias ni tampoco los de los propios personajes, muchas veces simplones. ¿Me he equivocado con este libro y tengo que dar otra oportunidad a Gaiman?, ¿qué me recomendáis de él?

Ciencia ficción rusa y soviética volumen I, varios autores
antología de relatos de ciencia ficción rusa y soviética, volumen I

En Reyes me regalaron este libro de portada preciosísima que incluye una selección de relatos de pioneros del género. En él hay muchas historias de ciencia ficción especulativa sobre cómo sería la vida en un hipotético futuro. Relatos que recuerdan a películas como "La vida futura" (que está en Filmin, por cierto), con poco hilo narrativo y mucha descripción de cómo se supone que será  el porvenir, aunque no aciertan ni de casualidad. Para mí los relatos más interesantes son los que van más allá de tanta descripción y cuentan una historia. Como en "Una tarde en el año 2217", de Nikolai Fiodorov, una distopía sobre una sociedad aparentemente idílica, estable y rica, pero que ha conseguido esa estabilidad a costa de sacrificar la libertad individual de sus gentes. Fiodorov estaba radicalmente en contra del comunismo y plasmó sus miedos en este relato, descorazonador:

- Me dan envidia esos individuos tan libres de antaño. Tengo celos de sus desventuras, de su hambre, y del frío de sus campesinos. Eran tan libres, tenían el mundo a sus pies, eligiendo si querían trabajar, o si no querían hacer nada, tal y como les venía en gana.
- ¿Y eso es lo que te da envidia, tener la libertad de morirse de hambre?- escupió Liuba.
- Pues sí, tener la libertad de morirse de hambre.

Pero ojo, que no todos los rusos son unos tristes de la vida. "El viaje científico a la isla de los osos" de Oleg Ivanovich Senkovski, cuenta cómo unos investigadores encuentran unos jeroglíficos en Siberia (sí, en Siberia) en los que se relata el fin de una civilización ruso/egipcia anterior a la caída de un metorito que acaba con ellos. Si este comienzo os parece disparatado, la historia que se cuenta en los jeroglíficos lo es aún más, con un señor más preocupado porque su prometida no le ponga los cuernos que por salvar la vida antes del desastre.


Y vosotros, ¿conseguís leer antes de iros a dormir o, como yo, acabáis viendo un docu reality malillo sobre Ted Bundy?, ¿qué me recomendáis de Nei Gaiman?

lunes, 4 de febrero de 2019

El huevo como un aguacate

Tranquilos, que éste no va a ser un post sobre la última mamarrachada moda de instagram: los huevos dentro de un aguacate. Es algo aún más guarro. Quizá a partir de ahora oigáis la palabra "aguacate" e inmediatamente penséis en un huevo, pero no un huevo cualquiera, sino el huevo del cómico David Broncano. La noche del sábado, durante la gala de los Goya, Broncano y Berto Romero iban a entregar el premio a mejores efectos especiales y aparecieron colgados de un arnés, cabezón en mano, y diciendo que no podían moverse: "esto sube, pero no baja", "me está haciendo tope la polla con el arnés", "Andreu, se me ha puesto un huevo como un aguacate". Servidora estaba comiendo unos canapés en casa de mi amiga A. (canapés sin huevo ni aguacate, por cierto) y me entró un ataque de risa. Diré más. Me reí más de una vez con la gala. Me reí mucho con Màxim Huerta diciendo que no nos preocupáramos que él iba a ser muy breve. Me reí con Silvia Abril quedándose en el escenario con la faja de cuerpo entero de la Kardashian.

Amaia de OT mira al cabezón como si le hablara
Y también me reí con/de Amaia, la hacedora de memes.

Diré aún más: me parece de las mejores galas en los últimos años.

Pero... ¿qué mierda diantres es esto?, ¿es que no voy a hablar de los modelis? Pues claro que sí, ¿por quién me habéis tomado?

Macarena Gómez, Aldo Comas, Cristina Castaño, Belén Rueda y María Adánez de blanco impoluto en los Goya
¿La pasarela de moda Adlib o los Goya?

Cristina Castaño apañó las típicas cortinas de casa viejuna para hacerse un vestido. Luego vio que la tela no le llegaba del todo y se dijo a sí misma: "qué más da, enseño mis carnes morenas y listo". Macarena Gómez se plantó una capucha tan innecesaria como las zapatillas de estar por casa de Aldo Comas. Belén Rueda y María Adánez llevaban unos vestidos blanquísimos dignos de "Say yes to the dress", aunque llego yo a nacer en Austin, Texas, me prometo con el quaterback de mi instituto y voy al programa a comprarme un vestido de Lazaro o Pnina Tornai por menos de 3.000 dólares, me enseñan estos dos modelos, y les hubiera dicho "no to the dress".

Y hablando de Pnina, seguro que si Hiba Abouk se casa, elegiría uno de sus sobrios diseños:

Najwa Nimri plateada y con torera e Hiba Abouk de amarillo pollo en los Goya
Ellas, sencillas.

Hiba, ¿amarillo pollo, seriously?, ¿y esas mangas pasteleras?, ¿y esa coleta prieta que da dolor de cabeza? El vestido de Najwa Nimri, con toda la plata de las minas de Potosí, era bien bonito, una lástima la torera que llevaba encima. Decid no a las toreras siempre. NO. ¡NO!

Álvaro Cervantes y Miguel Muñoz y  los trajes con estampado de sofá
Y decid ¡no! al estampado de sofá.

El estampado de sofá, como su propio nombre indica, es para el sofá. Álvaro, bello entre los bellos, ¿cómo me haces esto? Primero te dejas bigote y luego te plantas ese traje. La próxima vez que te vea por la calle (que Álvaro Cervantes debe ser vecino, porque lo veo de vez en cuando por la Latina) me acercaré a ti y te lo comentaré, como una perturbada cualquiera.

Y ahora, un impás. Yo creía que el momento: "¿qué fue de?" de la gala lo habíamos cumplido con Miriam Díaz Aroca, Ruth Gabriel y Fresnadillo en la entrega del premio honorífico a Chicho Ibáñez Serrador pero... ¡no! que también estuvo por ahí Athenea Mata, también conocida como "una de las de Al salir de clase". Ojo, ella no pertenece al equipo Leticia Dolera, Rodolfo Sancho, Hugo Silva, Elsa Pataky... y todos los que no han parado de trabajar desde entonces, sino al equipo Mariano Alameda, aquel del pelo rizado, la pelirroja que luego salió en "Los hombre de Paco" y luego desapareció... También estuvo disputado el premio "tú qué haces aquí". Nieves Álvarez y Dulceida van tanto a los Goya que las dos están, claramente, buscando ser nuestra Heidi Klum, así que la justa merecedora del galardón es... (redoble de tambores, intento abrir el sobre, no puedo, lo intento una, dos, tres veces, me pongo nerviosa, empiezo a destrozarlo) ¡Tamara Falcó! Que, por cierto, llevaba un vestido diseñado por ella. Y se notaba, vaya que si se notaba. Ojalá ella y Lourdes Montes se asocien y vendan sus ñordos creaciones. Se me ocurren varios nombres para su sociedad: Tamalour o Faltes o Tamades, o Moncó o LouraraPORFAVORPARADME. 

Os pensaréis que voy a ir a lo fácil y que voy a decir que los peor vestidos de la gala fueron Brays Efe, Eduardo Casanova, Rossy de Palma o Pilar Ordóñez vestida enterita de Agatha Ruiz de la Prada, pero eso sería taaaaan predecible. Ellas sorprendieron más:

Ainhoa Arteta y Azucena de la Fuente con cosas indescriptibles
 Una de las dos es Ainhoa Arteta. A ver si adivináis cuál.

Hace un tiempo el i+d+i de Pizza Hut decidió juntar la ensalada y la pizza porque, si dos cosas por separado juntas son buenas, juntas serán mejores. Todos sabemos cómo acabó aquello: hojas de lechuga pochas y muchos memes. Aquí pasó algo parecido con la salvedad de que el vestido/túnica-de-ésas-que-te-pones-encima-del-bañador-en-la-playa que eligió Azucena de la Fuente no había por dónde cogerlo se pusiera encima lo que se pusiera. Ya si te pones unas flores tochas en la cabeza pues como que la cosa no mejora. En cuanto a la bata con plumas arribita de Ainhoa Arteta, tendría su punto si Ainhoa Arteta fuera Doris Day en "Confidencias a medianoche".

Además del homenaje a Fernán Gómez que se marcaron en la gala (Raúl Pérez es como las vainas extraterrestres de "La invasión de los ladrones de cuerpos" se puede hacer pasar por cualquiera) me gustó mucho el homenaje a Salomé (desde que llegaste ya no vivo llorando, ¡ey!, vino cantando, ¡ey) de Lola Dueñas, con un vestido llenito de flecos. Muy monas (y ahora lo digo en serio) iban Sandra Escacena, Marta Nieto, Manuela Velasco y Penélope Cruz.

Y vosotros, ¿qué nombre pondríais a la futura y necesaria sociedad entre Tamara Falcó y Lourdes Montes?, ¿también pensáis que Amaia es una cómica en potencia y debería dejar de cantar canciones ñoñas y dedicarse a las risas?, ¿jamás volveréis a oír la palabra "aguacate" sin imaginaros el testículo de David Broncano?