La juventud, esa franja de edad que va desde que te viene la regla y/o te tomas tu primera cerveza hasta que por fin asumes que estás ridículo intentando aparentar una edad que no tienes, pasa sus noches de fin de semana haciendo estas cosas:
A) Bebiendo
B) Bailando
C) Ligando
D) Tapeando o cenando por ahí
Pero yo no. Yo he pasado el viernes noche dando clases de español. Vale. Mientras bebía. Eso quizá explique algunas cosas.
Mi metodología es eminentemente práctica, nada de gramática, mucha conversación y énfasis en el hablar de la calle. El equipo docente está compuesto por: uno que dice que ha pasado varios veranos en Irlanda, una que sólo sabe decir en inglés "game over" e "insert coin", una que una vez habló inglés en un viaje a Amsterdam y otra que habla muy bien inglés pero se traba porque mira a nuestro único alumno, un americano con nivel medio de español, y le entra la risa tonta.
Lo primero que le enseñamos fue una expresión popular, típicamente española, que refleja nuestro ser y nuestras costumbres: ir de pedo. Como buenos maestros le enseñamos todas las variantes: estoy pedo, voy pedo, vas pedo, vaya pedo llevo, menudo pedo. E incluso pedal, borrachera, melopea, ciego y un largo etcétera.
Después pensamos que también era imprescindible que nuestro americano conociera una expresión muy usada, pero desconocida en los libros de texto: montar el pollo. Por si no lo pillaba bien se la tradujimos tal cual: to set up the chicken. Sí, nuestras lecciones beben un poco de estas otras:
Además le enseñamos otra que nos parecía le venía bien por ser americano: cruzar el charco (crossing the puddle).
Entonces, vimos la luz. Todo cuadró como en un puzzle sideral. Ya podíamos formar una frase con todo lo que le habíamos enseñado y esa frase era: montó un pollo cuando cruzaba el charco porque iba pedo, ¡como Melendi! Eso sí que es una lección de la cultura popular española, porque hay pocas cosas tan populares como Melendi. O quizá impopulares. Pero ya se sabe que los extremos se tocan.
Luego le cantamos canciones profundamente arraigadas en el sentir español, afortunadamente ninguna de Melendi, mientras se las íbamos traduciendo. Cantamos "un velero llamado libertad" (a ship named freedom), by songwriter Jose Luis Perales, también "Yo soy aquel" del Spanish Johnny Cash, Raphael, y por supuesto "Explota mi corazón" by Raffaella Carrá, the italian Madonna.
James, darling, no bebas en el avión de vuelta a casa, no montes ningún pollo, ni ninguna bronca tampoco. Aprende la lección de Melendi, que luego tuvo que pedir perdón en público. Espero que alguien le lea este mensaje a James en inglés, es decir, leyéndoselo tal cual, despacio y muy alto.