Todos juntos: ¡¡¡¡¡Qué pasará qué misterio habrá, puede ser mi gran noche!!!!!
Sí, amigos, Raphael ha actuado en un festival indie. Y yo, que me había jurado a mí misma, con un trozo de tierra en la mano y un atardecer de fondo, a lo Escarlata O'Hara, que no iba a volver a ningún festival, he vuelto. Eso sí, durmiendo en hostal, que los campings son para veinteañeros y mayores de 30 que siguen viviendo con sus padres. Las señoritas dormimos en hostal y para las 3 de la mañana estamos que nos caemos de sueño. Y de frío, porque hay que ver cómo refresca en Aranda en cuanto anochece. Y es que la primera clave para sobrevivir al Sonorama es abrigarse. No estamos hablando de la típica rebequita fina de las noches de verano. Esto es Burgos, y todo es a lo bruto: el sol de las 4 de la tarde es a lo bruto y el frío de medianoche también.
Por eso la segunda clave para sobrevivir al Sonorama es llevarse algo con lo que combatir el calor de mediodía. Ignoro si es una costumbre asentada o moda de este año, pero las pistolas de agua arrasaron. Las modestas tipo spray para regar las plantas y las grandes rollo metralleta.
Pensaréis que entre la mochila con el jersey para luego, más la pistola de agua, más el sudor, más los vermús a 1.50 euros no hay hipster que no acabe convertido en un despojo digno de los Sanfermines. Pues os equivocáis. El uniforme indie permite que aguantes todo el día con tu glamour intacto. La moda del 2014 dicta lo siguiente.
Para ellas:
- short vaquero muy corto. Los rotos y que se te vea medio cachete son un poco chonis, pero se admiten.
- Camisa o camiseta estampada. Las piñas son el estampado de la temporada. Seguido muy de cerca por el clásico estampado floral y las mariposas. Las rayas este año están demodé.
- Vestidito corto por encima de la rodilla. Liso o con estampado de flores, pero no de piñas. No sé porqué. Misterios de la moda.
- Sombrero tipo borsalino y gafas de sol tipo espejo. Muy útiles para retocarte los labios (rojos, por supuesto) a las 2 de la mañana.
Para ellos:
- Pantalones cortos por la rodilla. Vaqueros o lisos en tonos neutros.
- Camiseta con mensaje, sea del grupo favorito del susodicho o con alguna serigrafía de "El Nota", de Breaking Bad o algo graciosillo tipo esto:
- Camisas tropicales. Aquí las palmeras sustituyen a las piñas, ¿por qué? Yo qué sé, dejad de preguntarme cosas difíciles.
- Como complemento sirven tanto el sombrero tipo borsalino como las gafas de pasta.
Last, but not least, los festivales siempre habilitan una zona de descanso que suele estar más concurrida que la carpa dance cuando toca en directo alguien malo (Cut Copy, por ejemplo). En el Sonorama había una patrocinada por Beefeater con sillones hinchables donde proyectaban documentales musicales y video clips. Yo ahí fui feliz. Si ya hubieran tenido mantitas hubiera sido la repanocha.
Con todos estos elementos ya estás preparado para triunfar. Pero, recuerda: "lo que pasa en Aranda se queda en Aranda", como dijeron un grupo de chavales de 25. Luego comentaron lo que les pasó el año pasado, que tío, luego tu novia se entera de que te liaste con una en el cámping y eso no puede ser. Este grupo, por cierto, estaba enfadadísimo con la inclusión de Raphael en el festival y, para demostrar su protesta, decidieron quedarse en el cámping. Estos chavales (me apuesto la metralleta de agua que robamos) ahora se están comiendo sus palabras, porque Raphael triunfó por todo lo alto. Dio el mejor concierto de todo el Sonorama.
Y no lo digo yo como fan que ya es la tercera vez que lo ve en directo. Ahí están las cifras para demostrarlo. Llenó el escenario principal.
Yo soy la cabecita número 27 de la cuarta fila desde la derecha.
Raphael se comió con patatas a todo el pop indie nacional. ¿Porque tiene mejor voz y además vocaliza? Podría ser, pero no. ¿Porque las canciones de Manuel Alejandro han envejecido divinamente y las de Australian Blonde, pues mira, chico, como que no? Tampoco. La clave de Raphael es su intensidad. Algo que falta mucho en el pop en general, y en el español más aún. Porque es my triste que en tooooodo el concierto de Nacho Vegas el momento más intenso fuera cuando se desabrochó el botón de la americana. Chico, un poco de sangre en las venas. Por no hablar de la costumbre de Iván Ferreiro de cantar encogido, como si tuviera chepa, o Depedro y su guitarra que sonaba a que en cualquier momento iba a tocar "un pueblo es".
Por si cuela, voy pidiendo ya a Javier Ajenjo que el año que viene repitan León Benavente, Second y Raphael. Y que se traiga a Raffaella Carrá. Porque los hipsters lo dan todo cuando suenan Lori Meyers o La Casa Azul, pero el delirio es total si suena "para hacer el amor hay que venir al Sur".