En este verano caluroso (as usual) y deprimente (more than ever) que nos ha tocado, yo hago todo lo posible por esquivar la depresión. Eso incluye no ver las noticias, no consultar la edición online del periódico y huir de las portadas de La Razón. Pero hay prensa que te transporta a otro mundo, un mundo irreal, sin prima de riesgo, ni paro, ni incendios... un mundo con glamour. Bueno. Eso del glamour sólo a ratos.
Hablamos, cómo no, del Hola.
Y es que al Hola se le disfruta cuando coincide con temporada de bodas. Y de eso, en el verano, hay en cantidad. Por eso, lectores todos y, especialmente, mozas casaderas, haced caso de estos sabios consejos cuando vayais a preparar vuestra boda:
- El horror vacui sólo está bien si hablamos de sarcófagos de la época romana o de la casa de SaraMontiel. Si eres una novia, intenta no volverte loca con el encaje, el velo y los complementos o parecerás un tapete de los que toda abuela ponía sobre la mesa camilla del saloncito, justo al lado del cuadro con escena de caza.
- El look invitada zorrón es muy obvio. Llevar un letrero de neón que dice "en esta boda yo he venido a ligar" es muy vulgar, además de incomodísimo cada vez que te sientas. Y en las bodas religiosas toca levantarse y sentarse un porrón de veces.
- El look daltónica. El daltonismo no es como la alergia que un día se presenta en tu vida así, de esa manera, para quedarse. O lo tienes, o no lo tienes. Si lo tienes, consulta a alguien antes de elegir modelito. Sólo el daltonismo explica que esta señora, que dicen que es novia de Ortega Cano elija un vestido azul con un tocado rosa.
- Pasarse con el bótox, la dieta y los rayos uva. Que yo entiendo que la novia quiere estar guapísima el día de su boda. Y no tanto porque sea “su” día o porque lo recordará como el más feliz de su vida o porque lleva fantaseando con él desde que se compró la Nancy aquella de la Primera Comunión:No. Las novias quieren estar guapísimas porque en ese día van a quedar inmortalizadas en el video oficial, las fotos oficiales, las fotos de los amigos, en sus móviles, en las páginas de facebook, álbum boda de Menchu, en pinterest, tumblr, flickr... y las fotos que entran en la red vete a saber tú cuándo salen... Si yo entiendo la obsesión de las novias por estar ideales. Pero esto, a veces, cual boomerang (boomerang, boomerang, viva la numeración) vuelve a nosotras y nos da en toda la jeta. Y eso le ha pasado a Gema Ruiz, que quería estar delgada, morena y joven para su boda y ha quedado tal que así:
- Tu boda no es un recopilatorio de la teletienda. No quieras que la banda sonora de tu enlace esté a la altura de "las 100 mejores bandas sonoras", volumenes I, II y III, por sólo 20 euros, gastos de envío incluidos. En la boda de Iniesta, él entró en la iglesia al son de “Gladiator”, la novia con “El guardaespaldas” y el vals fue con “Titanic”. Probablemente tengan ese recopilatorio en casa y han querido rentabilizarlo.
- Los disfraces, en Carnaval. Este razonamiento: "si a mi Comunión fui de marinerito, ¿por qué no ir de piloto a una boda?" No funciona. A las pruebas me remito:
Aunque eso mismo debió pensar Cayetano Martínez de Irujo, cuando se casó
vestido de domador o de soldado austrohúngaro en la Corte de Sissí.
Una de dos.
Mozas casaderas, ¿habéis tomado nota de todo lo que NO hay que hacer en una boda?, ¿me he dejado algo?