La Semana de Estudios Románticos que se celebra en la Casa de Zorrilla de Valladolid ha cumplido este año trece ediciones. Se trata, por lo tanto, de unas jornadas consolidadas. La razón temática está clara puesto que tienen lugar en la Casa Museo dedicada a la memoria de la vida y la obra del escritor romántico José Zorrilla, su casa natal. La Casa no es solo un espacio museístico riguroso y moderno, sino que, desde hace unos años, se ha convertido en uno de los lugares culturales vallisoletanos de mayor importancia por la agenda de actos programados, su número y su importancia.
Desde su inicio, el programa Valladolid Letraherido que dirijo junto a Paz Altés para la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de esta ciudad ha tenido su sede en el Museo. La Semana de Estudios Románticos debe mucho a la constancia y trabajo de Ángela Hernández, que creyó en la actividad cuando apenas había fondos económicos o estructura para llevarla adelante y que siempre será una parte esencial de su espíritu, y luego a quien tomara su relevo al frente de la Casa, Paz Altés. Desde el año pasado, me ha correspondido la coordinación de la Semana. Se ha procurado siempre aunar el rigor académico con un espíritu divulgador y los temas han sido muy variados a lo largo de estos años, con el objetivo de que no se queden en aspectos solo del pasado, sino que tengan vinculación clara con nuestro presente. Siempre se celebra en los primeros días del mes de noviembre, para hacerla próxima a la tradicional representación del drama Don Juan Tenorio escrito por Zorrilla y estrenado en 1844.
Ese año se nos presentaba un reto muy difícil debido a la pandemia ocasionada por la COVID-19 y sus consecuencias. Cuando comenzamos a diseñarla parecía que se abría una ventana esperanzadora hacia la vida normal, pero al acercarse las fechas de su celebración temíamos las limitaciones, puesto que ya comenzaba a correrse la noticia de un posible segundo confinamiento domiciliario que la hubiera impedido y que sigue como posibilidad cuando redacto estas líneas. Las medidas contempladas en el protocolo sanitario de la Casa de Zorrilla nos permitían un cierto optimismo porque han protegido todos los actos celebrados en la Casa desde su reapertura en mayo, sin ningún incidente (de hecho, la Casa de Zorrilla y el programa Valladolid Letraherido han sido el único espacio regular en la ciudad en la programación de actos culturales de todo tipo en estos meses), pero no todo dependía de la organización.
A pocas semanas del inicio de la Semana teníamos ya claro que no podría celebrarse la tradicional representación de las escenas del cementerio del Don Juan Tenorio por parte de la compañía de Amigos del Teatro en el jardín de la Casa Museo por la imposibilidad de controlar adecuadamente el acceso y, sobre todo, la separación entre personas. Tampoco fue posible disponer de un escenario al aire libre cercano que nos lo permitiera, por lo que tuvimos que prescindir de esta actividad con mucha pena, que fue sustituida con la feliz idea de Paz Altés de realizar una lectura del Tenorio en el jardín coincidiendo con el Día de los Museos, que se había aplazado para la jornada del sábado 14. Con las debidas medidas sanitarias, han desfilado decenas de personas que han recitado los versos del drama y, con todas su intervenciones, se ha elaborado un vídeo que representará la manifestación popular más interesante que se ha realizado sobre esta obra. A todos los participantes se les ha obsequiado con libros y una participación en un sorteo que incluía una visita exclusiva a la Casa Museo realizada por el actor y guía Javier Calaveras, verdadero José Zorrilla, y unos lotes de la obra de Benito Pérez Galdós, del que se conmemora el centenario de su fallecimiento, editada por Yolanda Arencibia.
A pocos días de comenzar, supimos que los invitados procedentes de otras regiones no podrían estar presentes debido al confinamiento perimetral de Castilla y León, que lo impedía. Por suerte, desde el inicio del curso habíamos previsto estas situaciones, potenciando la infraestructura técnica que nos permitiera la emisión en directo a través de las redes sociales y las conexiones con aplicaciones informáticas. Con esto, facilitábamos la intervención por videoconferencia y salvábamos las limitaciones de aforo impuestas por las normativas, permitiendo el acceso en directo a quienes no pudieran entrar y su difusión a un público más amplio, interesado por las actividades de Valladolid Letraherido.
En ningún momento pensamos en suspender o aplazar la Semana, salvo que las medidas gubernamentales lo ordenaran. Las personas que estamos al frente de Valladolid Letraherido nos hemos tomado la continuidad del programa en las circunstancias presentes casi como un acto de resistencia cultural y proseguiremos las presentaciones de libros, la organización de jornadas, exposiciones y actos de todo tipo, siempre que sea posible y con las debidas medidas sanitarias.
Decidí dedicar la XIII Semana de Estudios Románticos a La prensa periódica en el siglo XIX, una cuestión esencial para comprender aquel siglo y su vinculación con el mundo presente. En aquella época la prensa alcanzó su madurez y su impacto en la sociedad fue importantísimo en todos los aspectos. Las grandes ideas y las modas circularon ampliamente por las páginas de los cientos de cabeceras que se crearon, también la información y el debate político y la literatura. El mismo José Zorrilla colaboró con varias redacciones y gran parte de su obra se publicó primero en las páginas de los periódicos de su tiempo.
De esta manera, Celso Almuiña, Catedrático emérito de la Universidad de Valladolid, nos situó en la trascendencia de la prensa para la difusión del romanticismo; la profesora Ana María Velasco Molpeceres abordó las relaciones entre la moda y la prensa, que contribuyen a comprender mejor aquella sociedad; el historiador Francisco Cánovas la gestación e importancia de las tendencias culturales y artísticas de la crisis de finales del siglo XIX, tan afín en muchas cosas a la actual y la Catedrática emérita de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria la faceta periodística de Galdós, en oportuno enlace con la conmemoración del centenario del fallecimiento de este autor. Todas las conferencias resultaron interesantes y amenas y provocaron un tiempo de preguntas y debate posterior tan interesante como la misma charla, lo que da idea de la forma de entender esta Semana de Estudios Románticos. Sin duda que hay muchos otros aspectos de la prensa de la época que podrían haber sido tratados (su desarrollo tecnológico, la personalidad de alguno de los grandes periodistas, la evolución de los géneros periodísticos en su desarrollo, las relaciones con el poder, etc.), pero serán abordados en posteriores ocasiones al tratar otros temas o una segunda parte de este mismo, que será necesaria.
Aquí dejo el enlace a los vídeos almacenados en la página de Facebook de la Casa de Zorrilla, que pueden consultarse también desde fuera de esta red social, con la recomendación de no perderse en ninguno de ellos los interesantes turnos de preguntas y debate:
- Celso Almuiña, La prensa en la difusión del romanticismo: https://fb.watch/1L_3wpLizZ/
- Ana María Velasco Molpeceres, Moda y prensa. Realidades e ideales en la España del XIX: https://fb.watch/1L_5smznRl/
- Francisco Cánovas Sánchez, Tendencias culturales y artísticas en la crisis de fin de siglo: https://fb.watch/1L_7dBsvZw/
- Yolanda Arencibia, Galdós. El periodismo como taller y como instrumento: https://fb.watch/1L_8BhvTyn/
Quiero dar las gracias a todos los participantes por su entusiasmo a la hora de aceptar y la comprensión por la situación planteada por la pandemia vírica, al público presente en la sala por comprender la importancia de su presencia en estos momentos y a los que asistieron en directo a través de las redes sociales o han visto con posterioridad las grabaciones, que son ya muchos. También a todos los colaboradores que lo han hecho posible y al personal que trabaja en la Casa Zorrilla y en la Casa Revilla, en donde se celebraron las jornadas.
Preparamos ya el próximo encuentro y continuamos con la programación de Valladolid Letraherido, con el convencimiento de que no solo es un derecho el acceso a la cultura sino también una obligación, más en estos tiempos.