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miércoles, 1 de enero de 2014

Todo comenzó aquí (origen del Proyecto agua y de Esguevas)



Tres años después, he vuelto al lugar en el que comenzó el Proyecto agua, la investigación artística sobre las relaciones del agua con los espacios autobiográficos que me ha ocupado desde entonces y que diera lugar, con la inestimable colaboración y el cariñoso impulso de mi amigo Javier García Riobó, al libro Esguevas y todo el montaje expositivo que lo acompaña. Fue en ese mismo lugar de la fotografía en donde grabé el primer video, Circunvalaciones. No suelo dar explicaciones detalladas de mis textos ni de mis fotografías o videos. No considero importante que se identifiquen los lugares mencionados, por lo que también guardaré el secreto de la localización exacta de esta imagen.

Hace tres años iniciaba yo una de las épocas más convulsas y tristes de mi vida. Los más constantes lectores de La Acequia recordarán todo aquello. Me refugié en la familia, en los amigos y en el arte. No sabía bien lo que buscaba aquel 1º de enero de 2011 pero al llegar a ese lugar tuve la intuición de que solo el agua podría acoger lo que pasaba por mi mente, con el misterio de su profundidad y de su sonido. El proyecto creció como una necesidad y, a la vez, me ayudó a reflexionar sobre aquello que llevaba dentro. Me sirvió también para superarlo porque hay cosas que por mucho que se cuenten en voz alta no hay otra forma de tratarlas que objetivándolas y el arte es una de las mejores maneras de hacerlo.

Cuando Esguevas salió de la imprenta hace casi un año y, sobre todo, cuando Javier y yo comenzamos en Béjar la gira de presentaciones del proyecto expositivo en el que se incluye, algo se había modificado ya dentro de mí. Lo constaté en las presentaciones posteriores. Pero ha sido al regresar al lugar en el que todo comenzó cuando me he dado cuenta de lo que ha cambiado dentro de mí, de cómo he aprendido a conocerme en soledad y a encontrarme entre las personas a las que quiero, que me son cada vez más necesarias. Esguevas sigue su camino y por suerte ha sido bien acogido siempre. Me llegan noticias de los lectores y de cómo muchos se reconocen en mis palabras o en las imágenes de Javier. Espero que a ellos les sirvan como me sirvieron a mí. Dentro de pocas semanas tendrá lugar la presentación en Burgos del libro y es casi seguro que el primer año de su carrera editorial se cierre en tierras andaluzas, con la tirada casi agotada puesto que son ya pocos los ejemplares que quedan.

Al llegar a ese lugar percibí cómo en tres años la vida puede cambiar tanto y darte todas las lecciones y cómo solo aprendiendo de ellas de la manera correcta puedes encontrarte a solas y entre la gente. Y seguir adelante.

sábado, 29 de junio de 2013

Razones para ir a Aranda de Duero. Presentación de Esguevas en la Librería Bayo


Desde que el 1º de enero de 2011 naciera el Proyecto agua todo en él ha tenido la fuerza de un sortilegio. La vida se teje de tristezas y alegrías, pérdidas y encuentros y las puntadas que unen estas emociones son nuestra biografía. Aquel día tuve el acierto de recurrir al agua para salvarme de la desolación, de acercarme abrumado de tristeza al hilo humilde del río Esgueva en sus últimos quilómetros, antes de que se rinda al Pisuerga. Encontré en la Esgueva un viaje hacia dentro que me descubrió mis propias esguevas, las más peligrosas, aquellas en las que nacen los peores monsturos, pero también las que dan fruto a las lágrimas consoladoras y a la feracidad del tiempo. El fruto final de aquella investigación sobre la presencia del agua en los espacios autobiográficos a la que se sumó Javier García Riobó con la constancia que a mí me faltaba y su innato sentido de la amistad -contrafuerte de un muro que se derribaba- nació este año: el proyecto expositivo en el que se reúne una videoinstalación (con videos de Javier y míos) y una presentación de fotografías (obra de Javier) que presentamos en Béjar y después en Valladolid y que hoy hemos mostrado en la Librería Bayo de Aranda de Duero junto al libro que lo soporta, Esguevas, con mis textos y las fotografías de Javier.

Todo tiene su sentido. Tinín nos buscó por la petición de una cliente. Luego comprendí por qué teníamos que acudir a Aranda. Tinín y su mujer, Marisa, llevan la bondad en los ojos; se afanan poque su negocio siga como referencia de la ciudad frente a un mundo que quiere arrasar las librerías y las papelerías en las que la relación humana está por encima del vértigo del consumo. Lo comprendí en cuanto vi el saludo de Tinín al vernos, cuando aprecié el escaparate de su librería, el celo con el que había organizado la presentación hasta en los más mínimos detalles.

La Librería Bayo se llenó, como se han llenado todos los locales en los que hemos presentado el Proyecto agua y Esguevas. Y desde el primer momento comprendí las otras razones por las que debía estar en Aranda. Bastaba con mirar los ojos de los que allí estaban, la atención que prestaron y el cariño con el que acogieron nuestra presencia. Entre ellos, algunos recordados del pasado; otros compañeros ciertos del presente -¡gracias, gracias, Paco, Begoña!-; la mayoría nuevos amigos con los que hacer más agradable la travesía de los futuros inviernos.

Hubo también una certera guía por las bodegas que recorren el subsuelo de Aranda. En alguna de ellas quise detener el tiempo para buscar el corazón que pareció habérseme parado hace tiempo, cuando hasta los duraznos enloquecían. Al ascender a la superficie todo me pareció más claro, más evidente, más limpio. Las antiguas bodegas de estas tierras tienen el poder sanador de los laberintos cuyos enigmas son descifrados.

Contribuyó mucho el grupo de amigos que reunió Tinín para agasajarnos, a los que agradezco el tiempo que nos dedicaron de forma tan cariñosa, y su invitación a comer en Casa Florencio, lechazo asado y ensalada en buena compañía. El tiempo trascurre así de una forma en la que todo adquiere el ritmo humano del que este mundo quiere despojarnos a mordiscos.

Gracias, Tinín. Por suerte, ya tengo librero en Aranda. Librero, digo, con todo el amor de esa palabra. Es decir, amigo.

viernes, 28 de junio de 2013

Presentación de Esguevas en Aranda de Duero


Mañana sábado 29 de junio, a las doce del mediodía, Javier García Riobó y yo presentamos Esguevas en la Librería Bayo de Aranda de Duero. Estos días, con motivo de la cariñosa atención que han prestado a la presentación los medios de comunicación arandinos, he tenido oportunidad de constatar que hay algunos temas que son universales, que todos podemos sentir emocional o intelectualmente de la misma manera. El agua forma parte esencial de nuestra vida, como un componente que integra nuestro mismo cuerpo pero también como presencia constante en las estampas de nuestra autobiografía que nunca olvidaremos: la llegada anunciada de la tormenta de verano, el río en el que nos detuvimos  a contemplar el misterio del curso del agua -los misterios se encierran en lo más sencillo-, la risa adolescente que chapotea en la piscina, la primera vez que vimos el mar, la furia desatada del vendaval. Sigue válida la vieja imagen de la vida como río, qué otra cosa es.

Todo esto está en el Proyecto agua que presentamos mañana en Aranda de Duero: un video de quince minutos en el que el agua llena los espacios urbanos, una nueva presentación de las fotografías de Javier García Riobó. Y la lectura y comentario de Esguevas, el libro que lo condensa todo.

Será un placer compartir emociones y pensamientos con aquellos que se decidan a acudir.

martes, 4 de junio de 2013

Presentación de Esguevas en Aranda de Duero


Presentar un libro como hacemos Javier García Riobó y yo con Esguevas es encontrarnos con aquellos que nos ofrecen su tiempo y su atención. En cada acto de presentación de un libro como este hay algo de incertidumbre porque este libro requiere un ritmo y un tono que nos aleja del ruido en el que vivimos, que exige que demos tiempo a un tiempo que está muy adentro de cada uno de nosotros. Javier y yo nos acercamos a la Librería Bayo de Aranda de Duero el próximo sábado 29 de junio a las 12:00. Quien acuda encontrará todo el Proyecto agua: un video en el que el agua entona su propio misterio, una proyección de fotografías y la lectura de los textos de Esguevas.

Esguevas, textos de Pedro Ojeda Escudero y fotografías de Javier García Riobó.

domingo, 5 de mayo de 2013

Noticias de un paréntesis


Estos días no he podido acudir a mi cita habitual con vosotros en La Acequia. El entreverado de cosas en las que consiste la vida me lo ha impedido. Ingresos hospitalarios de familiares, un problema de cervicales, acumulación de trabajo, noticias de enfermedades. Doy cuenta aquí de las cosas buenas.

El viernes, Javier García Riobó y yo presentamos Esguevas en la Librería Sandoval de Valladolid. Como ocurrió en Béjar, el espacio inicialmente previsto se quedó pequeño y tuvimos que poner más sillas para los amigos que quisieron acompañarnos en la presentación de todo el Proyecto agua, del que es parte este libro del que os vengo hablando en las útlimas fechas. Resultó emotivo por la presencia de tanta gente querida y porque yo tenía un secreto que no confesé hasta iniciar el acto.

Hace más de tres décadas entré por primera vez en el local que Sandoval tenía -y tiene- en la Plaza de Santa Cruz, muy cerca del edificio que albergaba la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid en la que estudié Filología Hispánica. Y lo hice porque mi padre no hacía más que recomendármelo. Mi padre, por motivos relacionados con su trabajo, tenía que pasar un tiempo, todos los días laborables, en aquella Plaza. Y comenzó a entrar en Sandoval. Mi padre, que solo tenía estudios primarios, me animaba a leer y a estudiar. Y parte de aquel estímulo le hizo visitar casi a diario, durante años, la librería de Miguel. Comenzó a gastar parte de su asignación familiar -en mi casa, como en muchas del mundo obrero español de entonces, quien manejaba el jornal que se ganaba era la mujer- en comprarme algunos libros que le atraían. Tanto insistió que Sandoval se convirtió en mi librería de referencia en cuanto pude comprender las razones de mi padre, nada más conocer y tratar al dueño de esta librería. Como es lógico, he entrado en muchas otras a lo largo de mi vida, pero Sandoval es mi librería. Y ahora que lo pienso, es la referencia más constante y fiel de mi vida. Cuando cambió su sede de la Plaza de Santa Cruz a la Plazuela del Salvador, lo seguí. Ha creado allí un local admirablemente acogedor. Y conserva sus señas de identidad, entre ellas, el que es una de las pocas librerías que quedan con fondo propio. A lo largo de los años se ha ido quedando con los libros que considera que debe conservar y no devolver a las distribuidoras, como hacen casi todos los otros libreros. Y su oferta de títulos es amplia y selectiva: huye de algunos títulos que puedes encontrar en cualquier gran superficie comercial, pero aprecia aquellos que han acumulado el saber. Esguevas tiene dentro a mi padre pero también, gracias a él, los libros que he leído en estas décadas comprados en Sandoval. Por eso, la librería Sandoval era el lugar lógico en el que presentarlo en Valladolid.


El sábado, Indë, el grupo musical del que es miembro mi hija Elena, presentó en el Espacio Joven de Valladolid -una de las naves del antiguo matadero de la ciudad recuperado así para necesarias y elogiables labores culturales-, su primer disco. No puedo más que recomendaros visitar su espacio, en el que hallaréis los videos con parte de su actuación, que fue todo un éxito.



La vida es esto, una mezcla de emociones y vivencias -buenas, malas, regualares-, que uno debe decantar para seguir adelante. En los próximos días publicaré las entradas que os debo correspondientes al Club de lectura y visitaré vuestros espacios. Sé que sabréis comprender mi ausencia.

domingo, 28 de abril de 2013

Presentación en Béjar de Esguevas y el Proyecto agua


Acabo de llegar de Béjar. Estoy muy satisfecho de la presentación ayer sábado de Esguevas, el libro que he publicado en colaboración con Javier García Riobó. En Bizarte, presentados por las generosas palabras de mi querida Marina Hernández, mostramos todo el conjunto expositivo en el que consiste el Proyecto agua: un video de cuarto de hora de duración, fotografías y el libro, con mis textos y las fotografías de Javier. Agradezco a la gente que se acercó ayer a las ocho de la tarde y que llenó la sala, en la que hubo de ponerse más sillas de las inicialmente previstas. Fuera nevaba y hacía frío, salir de casa, en esas condiciones, para asistir a un acto cultural suponía una manifestación de conciencia, de esa conciencia necesaria que debemos ejercer en momentos como los actuales. A todos los que pudieron asistir, gracias. A todos los que quisieron hacerlo pero la distancia o el trabajo se lo impidieron, gracias también.


Este fin de semana, como todos los días que he pasado en Béjar, ha sido hermoso: amigos, palabras, naturaleza, arte. Todo había sido eficaz y cariñosamente organizado por este grupo de personas a las que tanto quiero gracias al impulso inicial e intenso de Manolo: subida a la sierra, comida a 1500 metros de altura -¡qué ensalada de limones, naranja, jijas, huevos fritos y aceite, qué sopas castellanas para calentar un día frío acompañando de la conversación de personas que saben acoger al viajero como si fuera de la familia, al lado de una chimenea alimentada con sabiduría y una pizca de picardía!-, conversaciones cómplices en casa de una de las mejores anfitrionas posibles que conozco capaz de hacer de cualquier rincón un lugar lleno de magia y arte y con gente maravillosa, paseo por la ribera del río Cuerpo de Hombre... Hasta Emma -cariñosamente tenaz- consiguió su encargo. Cada vez que salgo de Béjar tengo la sensación de no haber estado a su altura, de que su generosidad y cariño son tan grandes que necesitaría varias vidas llenas de abrazos y besos, de miradas cómplices y sobremesas para compensarlos.

El libro ha quedado a disposición de quien lo quiera en Bizarte, en Béjar. En Valladolid puede adquirirse en la librería Sandoval (Plaza del Salvador), en donde los presentaremos el viernes 3 de mayo a las ocho de la tarde ante todos aquellos que quieran acompañarnos en esta aventura en tiempos en los que hasta la primavera se nos trasforma en invierno y solo los amigos salvan.


miércoles, 24 de abril de 2013

Presentación de Esguevas en Béjar



El próximo sábado 27 de abril, a las ocho de la tarde, se presenta Esguevas en el Espacio Cultural Bizarte de Béjar, un lugar tan lleno de buenos recuerdos para mí. El libro es fruto del Proyecto agua que comencé en este blog en días llenos de reflexión, soledad y melancolía que aún recuerdo de forma tan nítida por lo que supusieron para mí.

Como recordaréis los más antiguos seguidores de La Acequia, todo comenzó el 1º de enero de 2011. Pretendía una exploración poética personal sobre mi estado anímico de entonces y la presencia constante del agua en lo biográfico, con todos sus significados. Esguevas, palabra de etimología extraña, hace referencia a una doble realidad: el nombre del río Esgueva cuyos últimos quilómetros recorrí paso a paso aquel día como quien camina hacia dentro de uno mismo sin perder nunca de vista el paisaje que lo rodea; también las corrientes subterráneas de agua que recorren los valles incluso por debajo del asfalto de nuestras ciudades.

El final del proyecto -un conjunto completo preparado para ser programado en exposiciones temporales- es este que presentamos el sábado. El libro es una colaboración con mi amigo Javier García Riobó, al que debo el impulso final porque a mí me fallaba el aliento. Los textos son míos y las fotografías suyas. Acompañamos todo con un video conjunto en el que el agua tiene su propio ritmo musical y poético. Fragmentos que componen una sinfonía musical y visual, el ritmo en el que pretendemos hallar el misterio de ese espacio presente y persistente que es la memoria.

Es un buen motivo para acercarnos a Béjar, en la que también está tan presente el agua, desde el hermoso y sugerente nombre del río Cuerpo de Hombre y ver a los amigos que se quieran acercar a compartir ese día con nosotros. Y abrazar a aquellos que han hecho posible que podamos reunirnos todos allí.

jueves, 14 de febrero de 2013

Esguevas


Hago una pausa en el Club de lectura: la entrada correspondiente a esta semana la publicaré mañana. Hoy he recibido los primeros ejemplares de mi libro Esguevas, que me ha tenido ocupado estas pasadas semanas y que explica mis ausencias en los blogs de los amigos. Javier García Riobó, autor de las fotografías, y yo nos hemos reunido para celebrarlo. Daré cuenta más extensa en los próximos días.