Aunque no fue un sex symbol, era un tipo alto, elegante, de hablar pausado y aspecto bonachón que tiene, sin duda, una de las filmografías más envidiables del cine del siglo XX.
Stewart nació en 1908, en la pequeña localidad de Indiana (Pennsylvania) y en el seno de una familia acomodada de clase media. Estudió arquitectura, pero se dedicó a la magia y al teatro junto a Henry Fonda antes de ir a Hollywood, donde debutó en 1935, en la poco conocida The murder man junto a Spencer Tracy. Intervino en varios títulos más, pero el éxito le llegó al coincidir con el cineasta Frank Capra en Vive como quieras (1938).
Interrumpió su brillante carrera al alistarse voluntariamente al ejército durante la II Guerra Mundial, donde participó en muchas misiones de combate como piloto de bombardero. Pasó de soldado a coronel en menos de 4 años, y se le concedieron numerosas medallas. Al acabar la guerra reinició su carrera junto a Capra en la inolvidable ¡Qué bello es vivir!, uno de los films más geniales y optimistas que ha dado Hollywood.
Recibió el Óscar a la mejor interpretación por su papel de un periodista en la película Historias de Filadelfia (1940), y fue candidato en otras cuatro ocasiones; en 1985 recibió uno honorario por el conjunto de su carrera. La estatuilla se la regaló a su padre, propietario de una tienda de artículos mecánicos en Indiana (Pennsylvania).
Frank Capra dijo de él: "Mejor que una gran interpretación es el nivel de la no actuación, cuando el actor desaparece y en la pantalla emerge la persona de carne y hueso, una persona que enseguida interesa a la audiencia. James Stewart, es de los pocos capaces de alcanzar ese nivel".
Hizo casi un centenar de películas, muchas de las cuales se sitúan entre los principales títulos de cine clásico de los años 30, 40 y 50. Casi siempre interpretó el papel de un norteamericano corriente, honesto, y con coraje pero recorrió dramas y comedias, westerns y cine negro. Simplemente citando algunas de las películas que protagonizó se hace uno a la idea de la importancia de la carrera de este respetable señor:
Con Frank Capra: Vive como quieras (1938), Caballero sin espada (1939) ¡que bello es vivir! (1946).
Con Lubitsch El bazar de las sorpresas (1940)
Con Cukor Historias de Filadelfia (1940)
Con Ford: Dos cabalgan juntos (1961), El hombre que mató a Liberty Balance (1962)
Con Anthony Mann: Winchester 73 (1950) Horizontes lejanos (1952), Colorado Jim (1953), Música y lágrimas (1954), El hombre de Laramie (1955)
Con Alfred Hitchcock: La soga, (1948) La ventana indiscreta, (1954) El hombre que sabía demasiado (1956) y Vértigo (1958)
La lista podría continuar pero sería excesivamente larga.
No tuvo una infancia dramática ni frecuentó los reformatorios, sino que fue un chico inteligente y tímido y un joven trabajador y emprendedor. No se le conocen aventuras y desventuras amorosas; se casó por única vez a los 41 años con Gloria McLean, y tuvieron dos hijas gemelas. No se vio envuelto en escándalos económicos, ni se refugió en el alcohol y las drogas al verse en la cumbre del éxito. No vivió con el endiosamiento de algunas grandes estrellas. Murió en 1997 por problemas respiratorios, y aquejado en los últimos años por el síndrome de Alzheimer.
Una vez, el gran director John Ford dijo: "Stewart siempre se interpreta a él mismo, pero es que Stewart es todo un personaje".
Un gran personaje. Un personaje bueno. No quedan muchos.