El sábado venían a cenar Santos y Arno, y lo único qué tenía claro de la cena era el postre, pero lo que no tenía previsto era el desastre que iba a ocurrir en el momento del desmoldado ¡Dios! No me lo podía creer, o mejor dicho, no quería admitir lo evidente, me había quedado sin postre, aquello era prácticamente irrecuperable.
Ya os terminaré de contar esta aventura que tuvo dos finales, el primero el desastre, el segundo “el desastre reaprovechado”.
Por lo menos, el plato principal de la cena quedo genial, a lo mejor estoy exagerando pero nos encantó la mezcla de los ingredientes.
Es una de esas recetas que tengo recortada de una revista y pegada en uno de mis cuadernos de notas, diría con gusto el nombre de la revista pero no lo recuerdo. En mi vicio de repasar notas, cuadernos y libros, y además leer, que no solo ojear, me di cuenta de porqué la había recortado y conservado, era francamente apetecible y como resultó que tenía todos los ingredientes necesarios resultó muy sencillo empezar a preparar la cena del sábado.
Voy a poner los ingredientes tal cual vienen en la revista, pero yo lo hice un poco a mi aire en cuanto a cantidades, los ingredientes sí son los requeridos. Me gustaría deciros la marca de los boletus que utilicé, no suelo dar marcas, no me gusta, pero es que estos son deliciosos, vienen confitados y envasados al vació y luego metidos en una cajita de cartón, soy incapaz de recordar el nombre, si os sirve de ayuda diré que son de Soria. No vienen muchos, pero para este plato son suficientes.
Los ingredientes:
- 4 patatas grandes (yo utilicé 6 normales)
- 200 g de foie mi cuit
- 200 gramos de ceps (yo utilicé los boletus)
- 4 cucharadas de nata para cocinar
- 50 ml de vino de oporto
- 1 puerro
- 1 chalota
- sal y pimienta
- aceite de oliva
Lo primero fue lavar las patatas y asarlas. Cuando estuvieron bien asadas, y con mucho cuidado para no romperlas, con ayuda de una cucharilla las vacié y reservé la pulpa de la patata. Decidí quitarles la piel.
Con el puerro y la chalota preparé un sofrito al que añadí los boletus cortados en finas láminas, como ya vienen confitados no dejé que siguieran haciéndose por lo que añadí el vino y la nata y deje hervir unos minutos.
De la barra del micuit corté unas rodajas para poner encima de cada patata, el resto picado lo añadí a la sartén, también la pulpa de la patata reservada y picadita, no aplastada. No hace falta que cueza, simplemente mezclar bien y rellenar las patatas.
Encima de cada una puse la rodajita del micuit reservado, un hilo del aceite de los boletus y al horno, lo justo para que se caliente la patata, como mucho que se gratine un poco.
Esta sería una perfecta patata de fiesta, queda deliciosa.