Incluso L'Automobile Club de l'Ouest ha pasado por etapas muy mejorables y, sin duda, la edición de 1984 de las 24 Horas de Le Mans es una de ellas.
Mientras en el entorno de la Resistencia se aceptaba que Porsche había creado una plataforma avasalladora, por su calidad incuestionable y por el amplio elenco de equipos privados que apostaban por el 956, el ACO consideró que podía poner puertas al campo ajustando a la baja las reglas de consumo para la cita anual en La Sarthe. La maniobra sentó muy mal en Porsche, que anunció inmediatamente que no participaría en la prueba francesa, a la vez que amenazaba con ejecutar los contratos con sus pilotos para impedirles que compitieran en otros equipos.