Por suerte para todos las historias de superación no se escriben solas, hace falta creer, creer mucho; en realidad son necesarias altísimas dosis de fe inquebrantable en que lo conseguirás o en que si surge un tropiezo sabrás levantarte para continuar creyendo.
Por fortuna, repito, en el interior del Mini dorsal número 305 iban dos individuos que creían por ellos y por nosotros, en que hoy, día 17 de enero de 2020, culminarían el Dakar saudí en primera posición, seguramente imaginando que terminarían sobre el capot de su vehículo cogidos de la mano y sujetando la bandera que nos hace a todos un poco partícipes de su logro. Un regalo, vamos, a los que hemos empujado desde la distancia y a los que han estado a un palmo de ellos jaleando cada centímetro recorrido y ganado a la prueba.