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jueves, 1 de septiembre de 2022

1926, Lasarte

Era 25 de julio de 1926, Santiago Apóstol. Fangio había cumplido 15 años el 24 de junio anterior y soñaba ya con convertirse en un astro del fútbol al que conocerían mundialmente como Chueco, aunque los autitos habían llamado a su puerta para, apenas tres décadas después, llevarlo a ser un referente universal y el mejor piloto de automovilismo de todos los tiempos. En México, según abundantes estudiosos aún no había concluido la Revolución iniciada en 1910, y a 9.500 kilómetros de distancia del territorio mesoamericano, en Mónaco, Antony Noghès ya acariciaba la idea de celebrar un Grand Prix en las calles de El Principado tras el éxito cosechado con su Rally de Montecarlo.

España despertaba de los estertores de la Sanjuanada, primer intento serio de golpe de estado contra Primo de Rivera, y vivía con miedo y expectación las posibles consecuencias para el país y el viejo continente de la huelga general de Gran Bretaña de primeros de mayo. Social y políticamente estaba quebrada y la monarquía cada vez tenía mayor contestación por su apoyo al Directorio, pero la Bella Easo continuaba siendo el lugar de vacaciones estivales de la Familia Real y, por tanto, el centro neurálgico del verano así como un atractivo aliciente para el turismo nacional e internacional que visitaba las costas orientales del Cantábrico.

domingo, 10 de julio de 2022

1924, Lasarte


El éxito del I Gran Premio de San Sebastián de 1923 y la noticia de que la AIACR (Association Internationale des Automobile Clubs Reconnus) había aceptado la candicadura de la capital guipuzcoana como posible sede del Gran Premio de Europa de 1926, ejercieron de revulsivo entre los industriales, diarios y fuerzas vivas que apoyaban la actividad del Real Automóvil Club de Guipúzcoa [Lasarte, 1924 a 1935].
 
En cierto modo desamparado por la Diputación y el Consistorio Municipal, que por razones políticas —el éxito de la carrera de bólidos empañó el de la II Feria de Muestras donostiarra de 1923— declinaron participar en la organización y contribuir a mejorar las condiciones del circuito Lasarte-Oria en su recorrido o para evitar el peligroso paso por el interior de Hernani, por ejemplo, el RACG abordó prácticamente en solitario la realización del II Gran Premio de San Sebastián, que, gracias a la acreditación internacional de la AIACR, fue también el II Gran Premio de España.