Seguimos con las recomendaciones, y esta vez quiero recalar en un persona a la que admiro por su sencillez, y sobre todo, porque sabe contar anécdotas...
No, no os riáis. Por muy bueno que sea el chiste, perderá toda su gracia si quien lo cuenta es mal contador de chistes o se ríe antes de tiempo, y lo mismo sucede con las anécdotas de nuestro deporte, que según sea quien las toque, salen croquetas que apetece comer o croquetas quemadas.