Quiero compartir algunas notas del conversatorio que sostuvimos con el escritor Jaime Manrique Ardila, el pasado 8 de julio en el marco del programa de la Gerencia de Literatura, "Bogotá contada".
Estas son apenas unas ideas que podrían servir de esquema para desarrollar unas reflexiones más elaboradas.
Al final hay una cartografía de obras y autores colombianos que los invito a revisar a la luz de la literatura queer.
-¿Qué entendemos por
literatura queer?
-No es un campo homogéneo.
-Podría entenderse como una propuesta de
interpretación y de representación de la literatura que permite la posibilidad de desafiar el
sistema patriarcal, logocéntrico y heterosexista.
-La literatura queer es un
ejercicio de escritura y lectura, de interpretación y apropiación, de resistencia y empoderamiento.
-Intenta construir un nuevo corpus en el que quepan la pluralidad de cánones y se propongan otras lógicas de comprensión, producción y reproducción de sujetos, por medio de nuevos lenguajes, apertura hacia otros
saberes y establecimiento de nuevas relaciones de poder.
-Los mundos y los sujetos sobre los que reflexiona la literatura queer no corresponden a maneras universales
sino particulares, en las que confluyen múltiples líneas para definir nuevas subjetividades de acuerdo a las condiciones
concretas de vida.
-Pueden ser creaciones fronterizas que retan los lugares de estudio,
los paradigmas estéticos y las lógicas del pensamiento.
-Puede ser una búsqueda de ruptura con lo
heteronormativo o de lucha por la inclusión dentro de la “normalidad” social.
-Algunos antecedentes
investigativos y teóricos sobre la materia
-Estudios de referencia
como los de Sylvia Molloy, David William Foster, Daniel Balderston y Óscar
Montero, Beatriz Preciado.
-El discurso de lo sexual
dentro de la literatura es una temática que toma fuerza conforme se crean obras
literarias dirigidas o encaminadas hacia una escritura queer, o bien, hacia una
visión homosexual.
En ellas, lo primero que las identifica es que crean el “espectáculo de la
sospecha” como dice Balderston.
-Un punto de partida
puede ser el realizar una
lectura de los elementos queer que hay en el
interior de los textos, como
trasgresores, lúdicos y eróticos.
-Afirma el escritor
mexicano Sergio Téllez-Pon que “la tendencia homosexual está presente, pero a mí
me gusta más la tendencia queer, porque ahí no importa si la ruta es
heterosexual, homosexual, trasvesti, trasgénero o lo que sea. A mí me gusta
crear una obra literaria que trasgreda y que vaya más allá de esos límites de
la sexualidad normativa”.
-Autores de referencia en
la construcción de personajes en tránsito, sin identidades definidas, como
Perlongher, Puig, Antonio Silva, Pedro Lemebel, Francisco Casas, Jaime Manrique
Ardila.
-Cómo algunas compilaciones terminan haciéndole el
juego a la homofobia. Caso de la Antología
de literatura gay en República Dominicana (Mélida García, 2004) y El teatro homosexual en México (Tomás
Urtusástegui, 2002) en tanto reconstruyen historias de personajes “desviados”,
marginales, peligrosos, que no responden a la representación hegemónica de lo
idéntico que espera copias, y por tanto, lo que se salga de ahí se reconoce
como diferente pero por fuera del canon.
-Otras publicaciones se enfocan en autores que están
vinculados por su condición de género. -Otras se concentran en las diversas
expresiones del Deseo.
-¿Es la literatura queer algo
creado como categoría por los analistas o hay una literatura queer realizada
conscientemente para reafirmar las diferencias?
-La manera como se interpreta, a partir de la
hermeneútica del deseo, parte de la obra poética por ejemplo, el caso de
Virgilio Piñera sobre Emilio Ballagas (texto de 1955). Esto en oposición a
cierta escritura velada como la de Villaurrutia.
-Autores que construyen su obra como oposición a la
reproducción de instituciones que se perpetúan a sí mismas e imponen
valoraciones que refuerzan la superioridad de clase, cultura,
género y nacionalidad.
-Autores ubicados al margen, creadores de de literaturas
fronterizas, su
poder provocador reside
más en los campos políticos y sexual.
-Como afirma David
Foster refiriéndose a Manrique “la construcción no sólo de
una tradición latina gay, sino una tradición de
héroes culturales, gays fuertes y ejemplares”
-La literatura queer en
Colombia. Primeras expresiones (poéticas-narrativas), obras representativas,
estudios sobre literatura queer.
-El cuento “El hombre que parecía un caballo” (1914)
del guatemalteco Rafael Arévalo Martínez, en el que su personaje “señor de
Aretal”, se inspira en Barba Jacob, por ese entonces conocido como Ricardo
Arenales, y tiene gran importancia porque allí irrumpe el sujeto homosexual
como parte de la literatura, aunque de una manera velada.
-De ahí en adelante, la obra del mismo Barba Jacob.
-Bernardo Arias Trujillo
-Luego hay referencias a escenas homoeróticas y
aparecen personajes secundarios en algunas narrativas (especialmente, cuentos),
pero es en El Divino de Gardeazábal,
donde el personaje tiene más presencia.
-Marvel Moreno (en la mayoría de sus cuentos está
presente la sexualidad no normativa)
-Albalucía Ángel (Misiá
señora) descripciones poéticas de los encuentros lésbicos, más que en los
encuentros heteros.
-Félix Ángel (Te
quiero mucho poquito nada)
-Raúl Gómez Jattin,
-Harold Alvarado Tenorio,
-Jaime Manrique Ardila,
-Fernando Molano
-Fernando Vallejo
-Libros: Otros
cuerpos, otras sexualidades (Instituto pensar, 2006)
-La actualidad de la
literatura queer en Colombia, su recepción, difusión, edición.
-La obra de Rubén Vélez
-Alonso Sánchez Baute (Al diablo la maldita primavera)
-César Alzate (Mártires
del deseo)
-Giuseppe Caputo (Un
mundo huérfano)
-Manuel Valdivieso (Los hombres no van juntos a cine)
-John Better (Locas
de felicidad)
-Ana María Reyes (Entre
el cielo y el infierno – Historias de gays y lesbianas)
-Hernán Vargascarreño (Tempus)
-Gonzalo García Valdivieso (Tres hombres: Dos padres y un hijo)
-Escovar y Cermeño (The Lola’s Vergas Big band)
-Nana Romero (Juanantonio)