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Si el tiempo es lluvia y no amaina,
verás como el paisaje se oscurece
y desde la ventana, once mujeres,
como once vientres de ballena protegen
las vísceras y los pecios, la luna
que se tragó un invierno, el gran azul
brillando en el ojo de un albatros,
la roca y su verde resbaladiza contención
un espejo de niebla a través
de Alicia desnarcotizada.
Once farolillos para una nevada insigne
marcan puntos entre un lugar y ninguno
- no es su lar otra celda, si una ventana -
que escucha los vientos en la furia inmanente
y deshilan brisas de araña tejedoras de penumbra.
Once damas, once niñas, once dagas.
A ver, por donde empezamos, la casa
es horizontal e irregular archipiélago:
Ana Pérez Cañamares tiene el alma disponible cerca
Carla Badillo nuestra mujer en tierra firme nomadea
Alicia Martinez dónde Nínive perdida observa
Ana Mª Espinosa escucha ecos del columpio y transcribe
Laura Giordani en los huesos livianos de los pájaros se da
Lu Bosca con la magia en las palabras tiembla
Rocio Silva Santisteban sobre la Kolumna Okupa habla
Danhir Salomon que las nocturnidades oye latir mundos
Eloísa Otero desde la Isla Kokotero acoge a los naufragos
Nuria Ruiz concierta su rascacielos y nuestra sed de altura
Jenni en las letras de arena remueve granos de conciencia
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Si el tiempo es lluvia y no amaina,
verás como el paisaje se oscurece
y desde la ventana, once mujeres,
como once vientres de ballena protegen
las vísceras y los pecios, la luna
que se tragó un invierno, el gran azul
brillando en el ojo de un albatros,
la roca y su verde resbaladiza contención
un espejo de niebla a través
de Alicia desnarcotizada.
Once farolillos para una nevada insigne
marcan puntos entre un lugar y ninguno
- no es su lar otra celda, si una ventana -
que escucha los vientos en la furia inmanente
y deshilan brisas de araña tejedoras de penumbra.
Once damas, once niñas, once dagas.
A ver, por donde empezamos, la casa
es horizontal e irregular archipiélago:
Ana Pérez Cañamares tiene el alma disponible cerca
Carla Badillo nuestra mujer en tierra firme nomadea
Alicia Martinez dónde Nínive perdida observa
Ana Mª Espinosa escucha ecos del columpio y transcribe
Laura Giordani en los huesos livianos de los pájaros se da
Lu Bosca con la magia en las palabras tiembla
Rocio Silva Santisteban sobre la Kolumna Okupa habla
Danhir Salomon que las nocturnidades oye latir mundos
Eloísa Otero desde la Isla Kokotero acoge a los naufragos
Nuria Ruiz concierta su rascacielos y nuestra sed de altura
Jenni en las letras de arena remueve granos de conciencia
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Víktor Gómez