Como no había nadie puede entrar tranquilo a la panadería. Ya les he contado que huyo cuando están esas viejas patéticas, jetonas y reaccionarias que se confabulan con el panadero para hacerle hervir la sangre al más tranquilo.
Hoy estaba el hijo, que no se queda corto pero es un poco más moderado.El flaco es del Rojo, y como el domingo hay un choque de aquellos en el Monumental nos pusimos a calcular cómo será el empate: Menos tres a menos tres, menos uno a menos uno, en fin, todos los cálculos que pueden surgir de dos hinchas con la moral decrépita por tanto sinsabor. Según Roberto, el problema de Independiente y del fútbol argentino en general es que los jugadores ganan tanto que están aburguesados. Lo repite a quien quiera escucharlo. Por eso tiene una propuesta superadora para acabar con este achanchamiento:
Que sólo cobren cuando ganan…
Lo saludé y partí con la prepizza y un par de empanadas pensando en los estragos ideológicos que está padeciendo nuestra sociedad. Recordé al despreciable Marcelo Araujo cuando relatando una coronación de
Boca ante el
Santos en la
Copa Libertadores de América dijo mientras el equipo brasileño subió a recibir su premio:
“Recibe su premio el mejor de los perdedores”
Eso era el Santos para este despreciable relator de fútbol: “El mejor de los perdedores”
Bueno, lo que dice mi panadero amigo encaja en la misma lógica ¿no? Que los jugadores de un club cobren sólo si ganan, con lo cuál sólo se cobra cuando se gana, con lo cuál la derrota es hambre.
Una muestra en miniatura de la ideología imperante ¿no? Lo importante es ganar como sea, si jugaste mejor y bailaste al contrario pero en una contra trapera te vacunó sos un boludo, sos un fracasado y no tenés derecho al pataleo, no cobrás.
Los que ganan cobran sin importar cómo lograron el triunfo, y los que pierden al fondo de la cola, así funciona en realidad la sociedad que se rinde ante los ganadores y castiga a los que pierden.