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martes, 7 de noviembre de 2017

Políticos en el trullo

Si yo fuera un político profesional (gracias al cielo no lo soy) y alguna vez en mi vida me viera en la tesitura de ir a la cárcel, preferiría mil millones de veces hacerlo por haber intentado un conato secesionista (si ese fuese el caso, entraría en la cárcel con la cabeza bien alta) que por otras razones tales como:
  1. Haber creado una banda terrorista, haber secuestrado y torturado a Segundo Marey, haberse quedado con un pellizquito de los fondos reservados, como hicieron en su momento el Ministro de Interior socialista José Barrionuevo y su mano derecha Rafael Vera.
  2. Haber malversado, cometido cohecho, fraude fiscal y estafa a tutiplén, como fue el caso del ínclito Director de la Guardia Civil, el socialista de toda la vida Luis Roldán.
  3. Haber cometido prevaricación, cohecho, malversación de caudales, apropiación indebida, falsedad documental, tráfico de influencias, blanqueo de capitales, delito fiscal y delito electoral, como fue el caso del que fuera Ministro de Medioambiente, Presidente de las Islas Baleares y amigo íntimo de Iñaki Urdangarín, Jaume Matas.
  4. Haber cometido un delito de malversación y otro de prevaricación, como fue el caso del ultraderechista Juan Hormaechea (ah, me acuerdo de que este pajarito no fue a la jaula, porque recibió un indulto total del Consejo de Ministros, que por aquel entonces presidía, tachín, tachán, Felipe González Márquez. Y ese indulto le llegó ¡¡¡5 días antes de dormir en el trullo!!! Y sí, es cierto, para eso están los amigos.
  5. Haberse gastado cincuenta mil euros en puticlubs y haber abusado de menores, como fue al caso del que fuera concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Palma, el simpar miembro del Partido Popular, Rodrigo de Santos.
  6. Haberse gastado 6.098 euros en llamadas telefónica a una misma mujer, como le pasó al Alcalde del municipio sevillano de Puebla del Río, Julio Álvarez (este tampoco fue a la cárcel porque al final se le bajó la condena de los 3 años que le había impuesto la Audiencia de Sevilla a un año y medio -se ve que tenía buenos amigos en el TSJA-. Repito: No hay nada como tener amigos bien colocados).
  7. Haber cometido múltiples delitos de corrupción y haber beneficiado fraudulentamente con 240.000 euros a una empresa audiovisual cuando presidía el Consell de Mallorca, como pasó con la otrora todopoderosa presidenta de Unió Mallorquina, María Antonia Munar.
  8. Haber cometido fraude reiterado a la Hacienda Pública, como fue el caso del que fuera presidente provincial del PP y de la Diputación Provincial de Castellón, Carlos Fabra (y padre de esa hija sin igual que es Andrea Fabra, que tanto quiere a los pobres de España). Menos mal que en este país no es delito ser un afortunado en el juego porque de lo contrario, Fabra hubiese pasado más años a la sombra que el Conde de Montecristo.
  9. Haber cometido diferentes delitos relacionados con la malversación (esta es una manera fina de decir mangoneo, pero todos entendemos muy bien su significado) , etc., como es el caso de todos los miembros de la famosa “banda de Matas”: José Juan Cardona: consejero con Matas, ex senador, ex diputado y ex presidente del PP de Ibiza y Formentera; Kurt Viaene: ex director general de Industria de Baleares. Antònia Ordinas: exgerente en la Consejería de Industria, ex concejala del PP; Felipe Ferré: ex concejal del PP y empresario. Eugenio Hidalgo: ex alcalde de Andratx del PP; Jaume Massot: ex director general del Territorio con Matas, exjefe de Urbanismo de Andratx:
  10. A esta magra lista de nombres habría que añadir los de Luis Bárcenas, Francisco Granados, Ignacio González et al, acusados todos ellos de algunos de estos delitos: prevaricación, organización criminal, malversación, cohecho, blanqueo, fraude, falsificación documental y corrupción en los negocios. Pero como no han sido condenados en firme, pues pasamos de ellos.

jueves, 2 de febrero de 2017

La tarjeta black de Virgilio Zapatero



Virgilio Zapatero fue ministro en dos de los gobiernos de Felipe González, ahora no recuerdo ni de qué ni en cuál de esos gobiernos. Ni siquiera me voy a molestar en buscarlo en internet. Total, no me interesa lo más mínimo. Lo que me interesa es que este señor, fue consejero de Caja Madrid y dispuso de una de esa tarjetitas mágicas con las que su portador podía gastar a mogollón en restaurantes de lujo, en gasolineras, en la sección de lencería del corte inglés, en su puticlub favorito, en un spa o donde le saliera de los cojones (¿por cierto, hubo alguna mujer que tuviera tarjeta black? Y si la hubo, ¿también gastó a mogollón?). Zapatero gastó en torno a 25000 euros, que es poco si lo comparamos con lo que gastaron los otros mamones, pero que a mí me parece una cantidad desorbitada, dado que no era su dinero y dado que él sospechaba que aquello no era muy legal. En fin, hoy, que ha sido la última sesión del juicio, el único que ha hecho uso de su derecho a hablar ha sido este hombre, para decir, básicamente, que se sentía fatal por toda esta movida, que nunca obró de mala fe y que siempre actuó con mesura y diligencia con la dichosa tarjeta. En fin, qué no seáis cabrones, que el pobre hombre no quería gastar ese dinero, y que si lo hizo no fue con mala fe. Qué os habíais creído, que sois muy mal pensados.

domingo, 29 de mayo de 2016

Un cuento que no acaba nada bien

Érase una vez un país muy lejano donde los políticos estaban tan acostumbraron a robar, a engañar, a estafar y a embaucar a la gente que se convirtieron en los mejores de todo el continente en la materia. Un día sí y otro también, la policía detenía a algún político famoso. Un día sí y otro también, algún ex presidente de la cosa pública, algún miembro destacado de cualquier diputación, algún consejero de empleo de la comunidad autónoma o el copón bendito, aparecía en la televisión, a su salida del juzgado, rodeado de micrófonos, sonriendo nervioso, declarando que todo aquello era un sucio montaje de la oposición, que lo odiaba sin ningún motivo.
Y tú, querido/a e inteligente lector/a que lees esto, pensarás: bueno, seguro que la gente, lista por naturaleza, no soportaría ese estado de corrupción generalizada y no los votaría el día de la fiesta de la democracia. Pues no, nada de eso. En aquel lejano país, la gente no reaccionaba. Tan acostumbrados estaban todos al robo, al estraperlo generalizado y a la estafa sistemática que, si algún político se comportaba como era debido, la gente pensaba que era un capullo integral, pues teniendo ocasión de meter la mano en la caja, no lo hacía.
Para más inri, en aquel lejano país, existía una droga muy, muy, muy poderosa. La fuerza de esa droga era devastadora. En realidad era la droga más potente inventada por el hombre. ¿Heroína? No. ¿Cocaína? No. ¿MDMA? No. Aquella droga, capaz de atontar a miles de millones de seres humanos, capaz de dejar sin respiración a un país entero, capaz de hacer que toda una nación mirara alelada para otro lado, se llamaba fútbol y, como ya hemos dicho, era tan poderosa que todo el que entraba en contacto con ella, acababa moviéndose, pensando y actuando como un zombi tarado.
Así que en aquel lejano país, la extraña combinación de políticos corruptos y del narcótico mágico llamado fútbol, tenía a prácticamente toda la población sumida en la tontuna. Los políticos corruptos sabían que cuando las cosas se ponían mal, siempre les quedaba el fútbol para aturdir un poco más a la gente. Sólo era cuestión de darles una final de Champions, o un Mundial, o una Copa del rey, o un partido amistoso. Daba igual. Con llamarlo el partido del siglo, ya era suficiente. Lo único importante era que la población tuviese su ración de fútbol para gritar y llorar y reír y vociferar como gañanes. Mientras tanto, ellos seguirían como si tal cosa, robando, engañando, traficando, y encima cobrando por hacer todo eso.
Moraleja: En el lejano país de nuestro cuento, según la ONG Save the Children, 8.330.369 niños y niñas son pobres en mayor o menor medida. Pero ese es otro cuento, que contaremos otro día.

domingo, 17 de abril de 2016

Una época mediocre y cruel

Vivimos en una época mediocre y cruel.” Esta frase la escribió Pio Baroja hace más de 60 años. Y sin embargo, es una frase que podría haber sido escrita en este mismo momento, pues su actualidad y su veracidad son de una radicalidad absolutas. Resulta más que evidente que los tiempos que nos han tocado en suerte, como ya le ocurriera al genial escritor vasco, son tiempos para que los mediocres y los crueles campen a sus anchas, moviendo los hilos, haciendo y deshaciendo sus oscuros negocios, conspirando para alcanzar sus malvados y crueles objetivos.
Escribo todo esto a propósito de lo que hemos vivido en España en los últimos días. Día sí y día también nos encontramos en los medios de comunicación con las andanzas de personajes tan siniestros, tan mediocres y tan crueles que más parecieran personajes perpetrados por la mente creadora y fecunda de un novelista de prestigio. A veces la realidad en la que andamos sumergidos es tan retorcida que uno tiene que pellizcarse varias veces para darse cuenta de que no vive en una pesadilla perpetua.
Personajes como el ministro José Manuel Soria, con sus cuentas opacas (o como quiera que se llamen esas cuentas bancarias ubicadas en los paraísos financieros), mintiendo sobre sus empresas, tratando de mostrarse ofendido ante la información publicada por los medios de comunicación, pero sabiendo perfectamente que todo lo que se ha dicho sobre él y sus dinero es tan cierto como la vida misma.
Personajes como José Torres Hurtado, a la sazón alcalde de Granada, detenido hace unos días por la policía que él mismo mandaba hace unos años cuando era Delegado del Gobierno en Andalucía, acusado de ocho o nueve delitos, empecinado en que se le detiene porque alguien la tiene tomada con él, ya que su honradez, bla bla bla, está fuera de toda duda.
Personajes como Mario Conde, banquero, delincuente condenado, reincidente, adicto al dinero y a los placeres a los que sólo los muy ricos tienen acceso, montando toda una estructura mafiosa para poder seguir disfrutando del dinero que chorizó de Banesto, hace quince o veinte años, cuando se le consideraba un mago de las finanzas, y no simplemente un remedo de don Vito Corleone.
Personajes como José María Aznar, ex Presidente del Gobierno de España, guía moral y ética de la derecha neoliberal, adalid del milagro conservador, patriota de medio pelo, sí, él, el rey de los mediocres y crueles, el mismo que le regaló a su gran amigo César Alierta Telefónica, más tarde travestida en Movistar, o a su otro gran amigo, Blesa, la dirección de Caja Madrid, paraíso terrenal para chorizos con tarjeta black, vendedores de preferentes y otras joyas del estraperlo financiero, y ahora dedicado, Aznar digo, a hacer juegos malabares para pagar menos o no pagar nada en absoluto a Hacienda, ese ente al que supuestamente pertenecemos todos los españolitos.
No se nos puede ni se nos debe olvidar que todos estos personajes y otros muchos que sería largo y monótono citar en este artículo —cada cual puede añadir los nombres que considere oportunos— han contribuido, con su mediocridad y su crueldad, al sufrimiento colectivo, al dolor de miles de personas, a que la miseria se haya extendido como una mancha de aceite. Soria, Torres Hurtado, Conde o Aznar: ejemplos paradigmáticos de esta época en la que vivimos, una época, ay, don Pío, mediocre y cruel.

martes, 26 de enero de 2016

Cárceles


De todas las cosas que ha hecho o que no ha hecho Rajoy durante los cuatro años en que ha sido presidente del gobierno, de lo que más se arrepiente, con diferencia, es de no haber invertido muchas más pasta en el sistema penitenciario, modernizando las cárceles, equipándolas con toda clase de lujos y de comodidades, como yacusis, televisiones de plasma, saunas, etc. Total, allí es donde van a terminar la mayoría de los del PP.

miércoles, 7 de octubre de 2015

La infanta Cristina, la Marca España y el clan de la Paca



Cristina de Borbón, infanta de España, tataranieta, bisnieta, hija y hermana de reyes, sexta en la línea de sucesión al trono de España, se sentará en el banquillo de los acusados el próximo día 11 de enero. El juicio se celebrará en el mismo lugar —en un edificio de servicios en el polígono de son Rossinyol, frente a la cárcel de Palma, propiedad del gobierno balear— en el que se celebró el juicio contra los miembros del clan de la Paca. Ni el genial Azcona hubiese imaginado un argumento más castizo.
Junto a Cristina de Borbón se sentarán en el banquillo de los acusados otros 18 imputados, entre los que destacan su esposo, el ínclito Iñaki Urdagarín, AKA el Duque Empalmado, y el que fuera ministro de medio ambiente en el segundo gobierno de José María Aznar, así como Presidente de las Islas Baleares en dos ocasiones y hombre fuerte, fortísimo, del Partido Popular en las Baleares, el simpar Jaume Matas, que actualmente cumple condena por corrupción.
Durante los días que dure el juicio, por el polígono de son Rossinyol van a pasar 363 testigos, entre los que se encuentran dos ex jefes de la Casa del Rey, Fernando Almansa y Alberto Aza; el ex secretario de las Infantas, Carlos García Revenga, y el ex asesor jurídico de Juan Carlos I, José Manuel Romero, conde de Fontao. También tendrán que testificar políticos como Rodrigo Rato (a este paso, entre pitos y flautas, Rato se va a hacer más famoso en los juzgados de este país que el Vaquilla), ex presidente de Bankia y ex vicepresidente del Gobierno; Alberto Ruiz Gallardón, ex ministro de Justicia y ex alcalde de Madrid; Ana Botella, ex alcaldesa de Madrid; Francisco Camps, ex presidente de la Generalitat Valenciana; Rita Barberá, ex alcaldesa de Valencia y Esteban González Pons, eurodiputado del Partido Popular y Marina Geli, ex consejera socialista de Salud de la Generalitat de Cataluña. Como se puede observar, todos ellos han sido en algún momento de sus biografías, pesos pesados de la tan cacareada Marca España.
Al final ni el padre de la infanta, Juan Carlos de Borbón, ni su hermano, el rey Felipe VI, tendrán que acudir como testigos. Tampoco lo hará la amiga de su padre, la aristócrata y cazadora de elefantes Corinna Zu.
Por último señalar que los magistrados a los que les ha tocado comerse el marrón de este juicio son Juan Pedro Yllanes —presidente de la sala—, Eleonor Moyá y Samantha Romero.

jueves, 28 de mayo de 2015

Yo soy la Espe


De los creadores de “Bienvenido Míster Bárcenas” “Todo sobre los recortes”, “Neoliberales al borde de un ataque de nervios” y “Todos a la cárcel de Soto del Real” llega la nueva superproducción del Partido Putrefacto: “Yo soy la Espe”, una película que no te dejará indiferente. Lo tiene todo: intriga, humor, sexo, corrupción, suspense…
La genial historia de una rubia neoliberal que tiene que hacer malabarismos para llegar a fin de mes con su sueldo de ocho mil euros y a la que todo parece volverse en contra. Pero ella, lejos de amilanarse ante la gran conspiración judeico-roja-masónica-bolivariana, se cuelga su bolso de Louis Vuitton, se enfunda su traje de Channel y se coloca sus gafas de sol Dolce & Gabanna y se lanza a conquistar el ayuntamiento de Madrid, cueste lo que cueste. Pero desde sus propias filas, alguien filtra su declaración de la renta y los periódicos destapan que su marido se lo está llevando calentito con las subvenciones públicas vendiendo quesos manchegos. ¿Será capaz la Espe de hacer realidad sus sueños? ¿La dejarán los anti-sistema de Podemos que sea feliz? ¿Conseguirá convencer a todo el mundo de que el número 21 es superior a la suma de 20 + 9?
La película más divertida de los últimos años. Un film de Mariano Rajoy, con guión original de María Dolores de Cospedal. Con Esperanza Aguirre como “la Espe” y Manuela Carmena como “La mala malísima que me quiere quitar lo que es mío, copón“. Con la aparición estelar de Arturo Fernández, en el papel de Presidente de la Patronal Madrileña; Francisco Correa, como el Padrino, y Francisco Granados, como “El jefe de la banda”.
No te pierdas, “Yo soy la Espe”, en los mejores cines.

martes, 26 de mayo de 2015

¿Todo está preparado en Madrid para el segundo Tamallazo?




Como ya es bien sabido, el pasado domingo 24 de mayo, tras las elecciones municipales y autonómicas que se celebraron en el estado español, el Partido Popular perdió todas las mayorías absolutas de importancia que tenían a lo largo y ancho del mapa. Una de estas ciudades emblemáticas para el PP es la capital de España, Madrid, a cuya alcaldía aspiraba uno de los pesos pesados de la derecha española: Esperanza Aguirre. El PP se había jugado el todo por el todo en la ciudad de Madrid. Sin ninguna duda, Rajoy era consciente de que había otros candidatos mucho mejores que Aguirre, por ejemplo, la vicepresidenta de su gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, pero probablemente no había nadie como Aguirre para pelear, atacar, usar todos los trucos habidos y por haber, y en definitiva, nadie capaz de movilizar a un electorado que, como ha quedado demostrado, ha conocido épocas más espléndidas.  
También sabemos todos, a estas alturas, y cuando ya han transcurrido cuarenta y ocho horas de los comicios, los resultados de las elecciones. La candidatura de Aguirre ha obtenido 563.292 votos; Ahora Madrid, la candidatura popular que lideraba la jueza Manuela Carmena, ha conseguido 519.210 votos; el PSOE, con Carmona a la cabeza, 249.152, y Ciudadanos, 186.059 votos. Esto supone que el PP se lleva 21 concejales; Ahora Madrid, 20: PSOE, 10 y C’s 7.
Desde que se conocieron los resultados y se hizo patente la posibilidad de que la unión de Ahora Madrid y PSOE podía dar un vuelco a la alcaldía de Madrid, las suposiciones y los deseos se han extendido como un reguero de pólvora. Es tal la esperanza de cambio entre la gente que nadie en su sano juicio concibe la posibilidad, por remota que pudiera ser, de que Esperanza Aguirre se convierta en la alcaldesa de Madrid. Como diría el propio Rajoy, toda la gente de bien, entre los que, por supuesto, por una vez, me voy a incluir, queremos que Manuela Carmena sea la persona que dirija Madrid durante los próximos cuatro años. Así de simple. Así de claro.  
Y sin embargo, en mi opinión, Manuela Carmena no las tiene todas consigo. Y no me estoy refiriendo a que no vayan a llegar, ella y su equipo, a un acuerdo con los socialistas, que probablemente se va a dar tal acuerdo. A mí lo que me da muy mala espina es la tranquilidad con la que Esperanza Aguirre se está tomando todo esto. Ya me estoy imaginando la siguiente situación el día 13 de junio. Faltan diez minutos para que se celebre el pleno donde se elige al nuevo alcalde y uno (o dos) de los concejales de la lista del PSOE no se presenta. Todos se miran nerviosos. Algunos empiezan a morderse las uñas. Será el tráfico, que en Madrid está muy jodido, piensan. Pero no. Todos saben que no es el tráfico. Que la demora es otra cosa. Muchos de ellos ya tienen una edad y buena memoria. Muchos de ellos recuerdan perfectamente lo que ocurrió el 10 de junio de 2003. Y todos recuerdan dos nombres propios: Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez. Y todo el mundo sabe muy bien lo que pasó aquel fatídico día. Y todo el mundo sabe muy bien quién fue la madrina de aquella operación, y todo el mundo sabe muy bien quién o quiénes han sido los grandes beneficiarios de aquel golpe de estado encubierto, aunque al final la investigación no arrojara ninguna luz sobre uno de los capítulos de corrupción más asquerosos de todos cuanto hemos visto y vivido en las últimas décadas.  
Si yo fuera Manuela Carmena miraría con lupa a cada uno de los diez nuevos concejales del PSOE, simplemente por ver desde dónde puede venir en esta ocasión la traición. Más que nada porque no la pille con el paso cambiado y no se le quede cara de tonta, como le ocurrió al pobre Rafael Simancas, que desde aquel día ya no ha vuelto a levantar cabeza. Sé que la jueza no hará eso, porque es una persona con clase y con altura moral. La que seguro que está mirando con lupa a cada uno de los diez concejales socialistas es Esperanza Aguirre, más que todo por ver quién puede entrar en su juego de corruptelas y traiciones. Total, si una vez le fue de maravilla, ¿qué le impide volver a intentarlo?
Y para acabar, voy a hacerlo con esta pregunta: ¿Todo está preparado en Madrid para el segundo Tamallazo? Respuesta: Aún no, pero están trabajando en ello. Sin descanso.