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viernes, 27 de agosto de 2021

Fernando Barbero, Walt Whitman y las presas y presos de Alcalá-Meco

Yo tengo un amigo que se llama Fernando Barbero (algunas ya lo conocéis) que vive en Alcalá de Henares. Fernando, que ayer cumplió la nada desdeñable cifra de 72 añitos, es un gran tipo (pero grande, grande, grande, y no precisamente en el sentido físico del término) un anarquista militante que tiene la mente y el cuerpo en perfecto equilibro, lo cual le permite realizar numerosas actividades. Una de ellas es un taller de escritura en la cárcel Alcalá-Meco. En realidad son 2 talleres, uno con presas y otro con presos. Me cuenta Fernando que hace unos días, en estos talleres, se llevó mi cuaderno PADRE WALT WHITMAN, y lo leyó para estas personas que, desgraciadamente, están privadas de libertad. Dice Fernando que la reacción que mi oda a Walt Whitman produjo entre las presas y presos fue la de aplaudir fervorosamente, según él, “como si su equipo de fútbol hubiese marcado un gol”. Después se originó un debate en torno a la poesía, a la rima, al significado de los versos, etc.

Y qué puedo decir. Pues sólo esto: Me hace sentir muy bien poder aliviar el dolor de estas personas aunque sólo sea por unos instantes y creo que al propio Walt Whitman le habría encantado esa situación. Muchas gracias, Fernando, por tanta generosidad.

domingo, 29 de diciembre de 2019

Antonio Orihuela, penetrando en el secreto más profundo de las cosas


Para los numerosos seguidores de la obra de Antonio Orihuela, este 2019 que se nos escapa entre los dedos, ha sido, qué duda cabe, un gran año. El poeta, ensayista y, desde hace un tiempo, también novelista, nacido en Moguer, provincia de Huelva, en 1965, ha publicado durante este año, dos poemarios y una novela. No está nada mal para un autor que se mueve en los márgenes de la industria editorial y que va, tanto en lo estético como en lo ideológico, a su bola, ajeno por completo a las modas, a los modos, y, sobre todo, a las mafias imperantes en la literatura española contemporánea. Los dos poemarios que ha publicado Orihuela durante este 2019 son Campo unificado (Olifante Ediciones de Poesía), y Lavar carbón (Amargord ediciones), dos interesantísimas obras poéticas donde el autor de El amor en los tiempos del despido libre, continúa dando forma a una poética absolutamente personal, de tintes libertarios, en la que la crítica a esta sociedad absolutamente deshumanizada y completamente desnortada de principios de siglo que nos ha tocado en suerte son marca de la casa y referente para un gran número de lectores, que reciben la publicación de cada nueva obra del poeta onubense, como agua de mayo.
Antonio Orihuela, además de un magnífico escritor, es el coordinador de los encuentros poéticos Voces del extremo, que cada verano se celebran en su pueblo natal, Moguer, auspiciados por la Fundación Zanobia-Juan Ramón JIménez y que, durante más de dos décadas, han servido para configurar, aunar y expandir por los cuatro puntos cardinales, las poéticas de resistencia anticapitalista, ecologista, feminista, etc., llegadas de diferentes puntos del mundo.
Como decimos, este año que termina, ha sido un magnífico año en lo profesional para Orihuela. Además de los dos poemarios a los que me he referido más arriba, también ha visto la luz su segunda novela: El secreto fondo de las cosas, publicada por la editorial madrileña La Oveja Roja. (Un inciso: La Oveja Roja ha publicado en los últimos años algunas obras de altísima calidad, como por ejemplo, la antología poética Disidentes, a cargo del poeta Alberto García Teresa, o el ensayo Músicas contra el poder, de Valentín Ladrero, por nombrar sólo algunas de las obras de su magnífico catálogo).
En 2018, Antonio Orihuela se estrenó como novelista con Las increíbles aventuras de Gorzila en España, una fábula en clave humorística, en la que la crítica a una sociedad española autocomplaciente, racista, xenófoba y un poco (o un mucho, según se mire) imbécil, era más que evidente.
Un año después, ve la luz El secreto fondo de las cosas, que, aunque es su segunda novela publicada, en realidad, fue escrita hace más de una década, aunque no haya sido editada hasta hace unos meses, por diferentes avatares de la industria editorial hispana.
El secreto fondo de las cosas es un libro muy bien escrito. Un cuento para adultos que se lee del tirón, y que se desarrolla en una isla inventada, que bien podría ser Andalucía, o el levante español, o cualquier otra zona en la que la corrupción urbanística haya jugado un papel relevante en los últimos años. El secreto fondo de las cosas es, por momentos, una obra que aúna varios géneros novelísticos: la novela negra, el realismo mágico, la novela filosófica, el género onírico, etc. Todo ello, cosido con el hilo personal e intransferible de la obra poética de su autor, Antonio Orihuela. Porque esta obra, como viene haciendo Orihuela en cada uno de sus libros desde el inicio de su carrera como escritor, sin importar que se trate de poesía, ensayo, o novela, habla de las cosas que son realmente importantes, y que se han visto agredidas de una manera exagerada en estos tiempos de neoliberalismo desaforado. Dice uno de los personajes principales del libro, Batalún, unas frases que, en mi opinión, sintetizan de manera certera el espíritu de la novela:

Quienes apreciamos la verdad, la justicia y la libertad, hemos sido expulsados del mundo. Nuestros valores hoy no cotizan en ningún mercado de ahí abajo. El mal y la mentira, la injusticia y la opresión, la crueldad y la insensibilidad señorean hoy en el mundo (…)

Este párrafo, en mi opinión, es el eje sobre el que se mueve El secreto fondo de las cosas. Porque en realidad, esta novela no es sino una denuncia al ataque continuado que ha sufrido una gran parte de la naturaleza de este país, con el objeto de destruirla para poder construir urbanizaciones, campos del golf, hoteles u otras barbaridades urbanísticas perpetradas al olor del dinero podrido.
Continúa, pues, Antonio Orihuela, construyendo esa gran obra de resistencia ante el capitalismo feroz, inhumano, demoníaco. Y lo hace libro a libro, abriendo brechas, pequeñas, sí, pero brechas al fin y al cabo, en la línea de flotación de un sistema que, tarde o temprano, será destruido o destruirá todo a su paso. Porque no cabe ninguna otra opción. Y el poeta de Moguer se enfrenta al monstruo con las herramientas que mejor sabe manejar, las palabras, y con los artefactos más eficaces, los libros. Libros como El secreto fondo de las cosas, una novela muy, muy recomendable.

jueves, 11 de julio de 2019

El Cabrero, indómito y salvaje


Anoche, un pequeño grupo de elegidos (desconozco el número exacto, pero rondaría los 600 espectadores) tuvieron la fortuna de presenciar el concierto que José Domínguez, El Cabrero (Aznalcóllar, Sevilla, 19 de octubre de 1944), ofreció, acompañado a la guitarra por Manuel Herrera, en un lugar mítico en relación con el cante jondo: la Plaza de las Aljibes de la Alhambra, en la ciudad de Granada, donde en 1922 se celebró aquel celebérrimo Concurso de Cante Jondo auspiciado por Federico García Lorca y Manuel de Falla. El público, que había venido desde distintos lugares de Andalucía, tenía ganas de ver y escuchar a esta leyenda viva del flamenco. Y digo esto, porque de lo contrario no se entendería que el personal se desplace desde Córdoba, Sevilla o Pozoblanco, para asistir a un concierto.
Por si no lo saben, esta es la gira de despedida sobre los escenarios de este artista único e irrepetible. Después de media vida cantando por los escenarios de toda España y de medio mundo, y a punto de cumplir 75 años, José ha decidido retirarse. Y lo va a hacer a lo grande, como la gran estrella que es: con una serie de conciertos durante este 2019 y el próximo 2020. Así que, con toda probabilidad, no habrá más ocasiones de verlo actuando en la ciudad de la Alhambra.
Anoche, en un escenario maravilloso, en un lugar emblemático y con un público cómplice e incondicional que lo aplaudió y lo vituperó a lo largo de todo el recital, El Cabrero se entregó en cuerpo y alma. La base del concierto fueron, por supuesto, los cantes de su último trabajo discográfico, el genial Ni rienda ni jierro encima (Atípicos Utópicos, 2018), un disco soberbio, que nada tiene que envidiar a los discos más famosos del cantaor sevillano.
Vestido de negro de pies a cabeza y con su mítico pañuelo rojo al cuello, José, figura atávica del arte flamenco y tesoro de la memoria artística de este país, subió al escenario acompañado de Manuel Herrera. A pesar de la edad y de los achaques físicos típicos de ésta (él mismo lo dijo con su habitual sorna: me ha dado un arrechucho y se ha enterado hasta el Papa), el artista sevillano estuvo pletórico. Su voz sigue sonando portentosa y emocionante. Porque El Cabrero, anoche, acompañado por el toque sobrio y sereno de ese magnífico guitarrista que es Manuel Herrera, no ha perdido ni una pizca de su capacidad para emocionarnos. Porque emociona y mucho, la poesía que destilan sus letras (escritas muchas de ellas a medias con la grandísima Elena Bermúdez, la mujer que más y mejor sabe de flamenco en éste y en otros países). Porque emociona y mucho, su empuje, su sinceridad, su valentía para expresarse cómo le viene en gana. Emociona y mucho,  su autenticidad.
Anoche, en la Alhambra se pudo escuchar flamenco del bueno, del que sabe a verdad: soleá, seguiriyas, bulerías, serranas, livianas, malagueñas, rondeñas y fandangos, esos fandangos que El Cabrero interpreta como nadie. Todo ellos ejecutados con la maestría de un artista al que su público admira profundamente. Y también hubo poesía a raudales: la de Borges evocando a su padre, la de Horacio Guaraní, la de José Guerra, la de Elena Bermúdez.
Decía mi amigo el pintor cordobés Rafael Quintero que, por mucha tecnología que exista, al final siempre vendrá un tío con una guitarra de palo y la magia de su voz, que nos estremecerá, y El Cabrero, con su chorro de voz, sus letras libertarias y libres, llenas de compromiso, de solidaridad y de rabia, hicieron, anoche en la Alhambra, que nos emocionáramos hasta la médula. Anoche, allí sentado bajo las estrellas, escuchando a José, pensé en Woody Guthrie, en Phil Ochs, en Robert Johnson, en Víctor Jara, y en muchas otras grandes leyendas de las músicas contra el poder, Ese también es el poder de la música y el de ese gran cantaor llamado El Cabrero. Sí. Ese cantaor de flamenco indómito y salvaje. Larga vida a José Domínguez, El Cabrero.

lunes, 5 de febrero de 2018

Radio CNT-FAI Barcelona, combatiendo el fascismo desde las ondas

En los últimos tiempos, el poeta, historiador y periodista cultural Ferran Aisa (Barcelona, 1948), está llevando a cabo una trabajo colosal de recuperación de la memoria histórica, sobre todo, la de carácter anarquista y libertario, en su ciudad, Barcelona, y por extensión, en toda Cataluña, y en el resto del estado español. Tan solo en los últimos años, Aisa ha publicado varios volúmenes que recorren esta senda, como por ejemplo, CNT, la força obrera de Catalunya (2013) o Dinamita cerebral: cultura, literatura, arte y poesía anarquista (Calumnia Editions, 2015), por citar tan sólo dos de sus obras más recientes. A finales de 2017, y tras un largo período de meticuloso trabajo, el autor barcelonés, colaborador habitual con sus reseñas y artículos críticos en numerosos medios de comunicación, publicó uno de sus libros más ambiciosos: ECN 1. Radio CNT-FAI Barcelona. La voz de la revolución (Ayuntamiento de Barcelona y Editorial Entre Ambos, 2017), un libro con el que su autor, ha “querido dar la voz directamente a los protagonistas de aquella revolución [social] que, muchas veces antes e incluso ahora, ha sido ninguneada.”
ECN 1. Radio CNT-FAI Barcelona. La voz de la revolución está dividida en 2 partes. En la primera, titulada “Cultura y propaganda a través de las ondas hertzianas”, el autor lleva a cabo un estudio histórico sobre la llegada, y posterior expansión por todo el estado español, de ese invento que venía para quedarse: la radio y que pronto se convertiría en un gran medio no sólo de comunicación, sino de propaganda y control de las masas. El propio Ferran Aisa nos ofrece este dato absolutamente esclarecedor: “ Antes del inicio de la guerra existían en España 67 emisoras y un total de unos 300.000 aparatos, pero en 1936 se calcula que ya había cerca de un millón de receptores de radio.”.
Pero sin duda, lo que hace de esta obra un libro absolutamente original y recomendable, lo que la convierte en una obra de esas que permanecerán durante mucho, mucho tiempo, es la segunda parte, titulada “Textos de alocuciones, conferencias, entrevistas y reportajes”. Se trata de un apéndice de más de 500 páginas, en las que Ferran Aisa ha recogido numerosas alocuciones, conferencias inéditas, entrevistas y charlas de todo tipo que fueron retransmitidas por la emisora que el sindicato anarquista CNT mantuvo activa en Cataluña desde agosto de 1936, recién comenzada la Guerra Civil y la Revolución Social, hasta el 15 de junio de 1937, día en el que tuvo lugar la última emisión de la emisora confederal, unas semanas después de que ocurrieran los tristemente célebres acontecimientos de mayo en Barcelona, en los que anarquistas y trotskistas se enfrentaron a tiros contra comunistas, socialistas y otras fuerzas republicanas.
De esta manera, por las páginas de este libro desfilan, como no podía ser de otra manera, los grandes nombres del anarquismo ibérico de la época. Desde Buenavuentura Durruti (encontramos, por ejemplo, su última alocución radiofónica, que tuvo lugar el día 17 de noviembre de 1936, 3 días antes de su muerte), a la que fuera ministra de sanidad, Federica Montseny, pasando por Juan Garcia Oliver, Marianet, Abad de Santillán, Liberto Callejas, Jacinto Toryho (que fue director de la emisora así como del periódico Solidaridad Obrera), Juan Peiró o Floreal Ocaña. Además, por los micrófonos de la emisora libertaria pasaron intelectuales y activistas venidos de todas las partes del mundo, como la simpar Emma Goldman o el compositor Sebastián Fauré, o los escritores John Dos Passos o Thomas Mann, entre otros muchos.
En la emisora libertaria, que emitía en onda corta y extracorta y por tanto sus ondas llegaban a toda la Península Ibérica, Europa, América y norte de África, se hablaba de economía, de sanidad, de sexualidad, de feminismo, de pedagogía, de ciencia, de arte, de historia, de astrología, etc. Todos estos temas, planteados desde el punto de vista del anarquismo, como no podía ser de otra manera y con el objetivo de transformar la sociedad, de crear mentes libres y emancipadas, que extendieran por cualquier rincón de España ese mundo nuevo del que habló Durruti. Gran parte de las intervenciones giraban, inevitablemente, sobre la contienda bélica y los distintos frentes, se leían partes de guerra, se programaban entrevistas con milicianos o escritores antifascistas (memorable la intervención del poeta León Felipe disertando sobre poesía revolucionaria), etc. Pero también había tiempo para la música o el teatro o la literatura. Y todo ello, expresándose en diferentes lenguas, que iban desde el castellano y el catalán, al inglés, esperanto, francés, italiano, ruso, alemán y un largo etcétera.
ECN 1. Radio CNT-FAI Barcelona. La voz de la revolución es un libro muy, pero que muy recomendable para conocer una parte de la historia de este país que durante mucho tiempo ha sido, no sólo silenciada por la historiografía oficial, sino lo que es mucho peor, tergiversada y manipulada. No hay nada como acudir a las fuentes primarias, sumergirse en ellas, rastrearlas, estudiarlas, comprenderlas, para conocer la verdad. Es lo que ha hecho Ferran Aisa. Por eso nos gusta tanto esta obra. Por eso la recomendamos con tanta pasión e insistencia.

domingo, 26 de marzo de 2017

Soñé que era un poema de Antonio Orihuela





Soñé que era
un poema
de Antonio Orihuela.
Un poema
hermoso
rebelde        
combativo
fraternal
místico
militante
disidente 
luminoso
certero
ecologista
sensual
utópico
dulce
cabal
digno
anticapitalista
libertario
y un poco loco. 
Era todo eso
y mucho más.
Era un poema
de Antonio Orihuela.
Rafael Calero Palma, Cuando atraviesas el fuego lamiéndote los labios, Ediciones enemigo público número uno, 2017. 

miércoles, 8 de marzo de 2017

Isabel Escudero

Hoy ha muerto Isabel Escudero, poeta feminista y anarquista, que fuera compañera del también poeta y filósofo ácrata Agustín García Calvo. Tuve la suerte de conocer a Isabel en 2014 en Moguer, en el encuentro poético Voces Del Extremo. Aquel día comimos junto con Antonio Orihuela y otra gente en la taberna Los Raposos y allí nos deleitó con unas cuantas historias hermosas y risueñas, como ella misma. Luego por la noche nos deleitó con su magníficos poemas, con esos haikus que te hacían estremecer. Isabel se ha ido este 8 de marzo, como si lo hubiese tneido programado.
Descanse en paz en la Acracia Eterna.

domingo, 29 de enero de 2017

La trilogía libertaria de Fernando Barbero Carrasco



A Fernando Barbero Carrasco (Madrid, 1949) tuve la suerte de conocerlo en el verano de 2013 y digo suerte porque este hombre es una extraordinaria persona, un magnífico conversador, un hombre solidario y comprometido, y es, ante todo, una enciclopedia viviente sobre el anarquismo, entre otros muchos temas.
Como digo, Fernando Barbero Carrasco es un madrileño de Vallecas, con residencia en Alcalá de Henares, hijo del pueblo, militante de la cultura y la sabiduría, creyente nada sectario de las ideas de Mijail Bakunin, luchador cuando hace falta luchar y, sin embargo, pacifista hasta la médula. Pero Fernando Barbero Carrasco es, ante todo, un escritor con las ideas muy claras. Con cada una de sus obras, el autor madrileño va rescatando del olvido que impone la historia y sus vencedores a una serie de personajes que, por diversas circunstancias, habían quedado más o menos sepultados por el alzhéimer colectivo en el que vivimos. Y todo ello desde el prisma libertario, pues es en este espectro ideológico donde nuestro hombre se desliza como pez en el agua.
Así ocurría con Anarquistas vengadores (Atentados reivindicativos en el mundo del siglo XIX y principios del siglo XX), el libro con el que yo lo descubrí. Se trata de un volumen que escribió en el año 2013 y de cuya publicación se encargó la editorial madrileña Queimada Ediciones. En aquel volumen, el autor  rescataba de las fauces del olvido a un puñado de valerosos anarquistas de los siglos XIX y XX, con un rasgo distintivo común: todos ellos habían participado, movidos por motivos diversos, en atentados contra políticos, monarcas, banqueros, obispos, aristócratas y otra gente de mal vivir, que diría el propio Fernando. De esta manera, por las páginas de Anarquistas vengadores se pasean hombres como Sante Caserío, Lluís Nicolau Fort, Pedro Mateu, Mateo Morral, Ramón Casanellas, Manuel Pardiñas Serrano, y otros muchos que un día decidieron tomarse la justicia por su mano y vengar siglos y siglos de afrentas y humillaciones soportados por mujeres y hombres de condición humilde a lo largo y ancho del mundo.
En 2015, se publica Palabras de Barricada (Una recopilación de anarcoversos), un jugosísimo volumen de poesía, de cuya edición y compilación se encargó el propio Fernando y cuya edición corrió a cargo, una vez más, de Queimada Ediciones. Palabras de barricadas es, como indica su subtítulo, una recopilación de versos que, de una u otra manera, guardan relación con el tema favorito de nuestro hombre: el anarquismo. Más de cuarenta poetas, mujeres y hombres, entre los que me cuento, se daban cita en esta antología poética tan especial y tan recomendable. El propio Fernando, dejaba claro en una entrevista, cuál había sido el propósito de esta antología poética :
Hemos buscado en esta recopilación de anarcoversos, no sólo la rabia y la decepción, sino, sobre todo, la fuerza y belleza poéticas, que salen de corazones ácratas. Y hemos conseguido un poemario de una calidad excepcional, que además se puede leer como una exposición del pensamiento libertario.    
Y el tercer lado de este triángulo literario libertario es De guerras y revoluciones (Historias de derrotados que vencieron), el trabajo más reciente de Fernando Barbero Carrasco, publicado una vez más por Queimada Ediciones en 2016. De guerras y revoluciones es un libro de relatos, protagonizados por personajes históricos. Veintiún relatos conforman esta obra en la que la espina dorsal se sostiene en esos personajes que, siendo todos ellos perdedores, por casualidades del destino, acaban venciendo, aunque sea de menara tangencial e inesperada. Con prólogo del poeta Matías Escalera Cordero e ilustraciones de César Llaguno, De guerras y revoluciones es un libro altamente recomendable, divertido a ratos, didáctico y ameno siempre.
Como señala Matías Escalera en el prólogo, “Estas Historias de derrotados que vencieron, resultan, pues, todo un placer para los ojos y para la mente; pero, sobre todo, para el alma, para la esperanza y la confianza de que, a pesar de todo, la lucha no está decidida del todo, que torres más altas han caído. Que donde menos se espera surge el héroe dispuesto a jugársela.”
No se me ocurre mejor manera de adentrarse en la historia que hacerlo a través de un puñado de personajes pertenecientes a lo que habitualmente se denomina intrahistoria, y que no es otra cosa que las bambalinas de esa otra Historia escrita por los que ganan, por los que tienen el dinero y parten y reparten el pastel. No hace falta decir que en las páginas de este libro no ocurre eso. Aquí no ganan los generales, ni los reyes, ni los banqueros. Aquí, los vencedores son personas humildes, a veces atracadores de bancos (o expropiadores, como sería más justo llamarlos), viejos revolucionarios de la Guerra Civil española, anarquistas argentinos que luchan enconadamente contra la corrupción policial y política, soldados vietnamitas que se enfrentan al todo poderoso ejército yanqui, etc., etc. En estas páginas lo que importa de verdad son los pequeños gestos y nunca, bajo ningún concepto, los hechos grandilocuentes que nos han intentado vender como heroicos.
Para mí, la prueba irrefutable de que un libro es muy bueno, es la rapidez con que lo leo. Si lo empiezo y no quiero soltarlo en las siguientes horas, es que ese libro me ha cautivado. Y eso precisamente es lo que me ha pasado con De guerras y revoluciones, el último libro de Fernando Barbero Carrasco, que lo he leído de una tacada. Si tienes ocasión, léelo. Seguro que no te arrepientes. 

sábado, 31 de diciembre de 2016

Antonio Orihuela: trazando la senda de la desobediencia

No nos cabe ninguna duda de que en los últimos tiempos, el poeta y ensayista onubense Antonio Orihuela está en estado de gracia. En 2016, este año que se nos acaba, el autor de El amor en los tiempos del despido libre ha visto cómo varias obras suyas llegaban a las estanterías de las librerías de todo el país. A la publicación de su último poemario, Salirse de la fila (Amargord, 2016), hay que añadir los ensayos El ojo no visto del mundo (Amargord, 2016) una recopilación de textos en prosa y en verso de su paisano el Premio Nobel de Literatura, Juan Ramón Jiménez, de cuya selección y compilación se ha encargado el propio Orihuela y La caja verde de Duchamp y otras estampas cifradas (El Desvelo Ediciones, 2016), una colección de 21 ensayos, en la que este Doctor en Historia por la Universidad de Sevilla lleva a cabo un recorrido por la historia del arte, desde la Grecia clásica hasta la posmodernidad más reciente, estableciendo un diálogo, no exento de ironía — me atrevería a decir que incluso el humor está presente en muchas páginas de este libro—, y siempre rebosante de esa actitud crítica, anticapitalista y libertaria, tan certera e incisiva, que se ha convertido en marca de la casa.

Se publica estos días el Diario del cuidado de los enjambres (Enclave, 2016). Se trata de un libro en el que el autor mezcla la poesía, el ensayo político, artístico e histórico, la poesía visual, y otras mil historias que, a buen seguro, a nadie con un mínimo de sensibilidad, dejará indiferente. La prioridad de esta obra no es otra que ir dejándonos (a todos y todas los que quieran unirse al enjambre) miguitas de pan para poder elegir el camino correcto para escapar del absurdo, malévolo y fracasado sistema capitalista. Desde la primera página, Orihuela nos deja ver sus cartas, pues aquí no hay trampa ni cartón, y nos hace partícipes de sus intenciones: 

Este libro no pretende convencer a nadie de nada, por eso se dirige a los amigos, a los que de alguna manera se comprometen, atienden a señales parecidas, nos complementan con su desear, su pensar y su hacer.

Así pues, Orihuela hace un llamamiento a todas esas personas que comparten un espacio ideológico, un espacio vital, un espacio de confrontación contra el capitalismo que, poco a poco, nos lleva a un precipicio del que cada vez resulta más complicado escapar:

Este libro se dirige a los compañeros que han dicho basta y andan reescribiendo la realidad, rompiendo con el capitalismo, haciendo emerger la vida como proceso y como potencia de la libertad, la dignidad, la belleza, la bondad y la comunidad.

Y un poco más adelante, añade:

Este libro quiere desafiar el estado de cosas, su indignidad y su orden policial, mostrar algunas señales para los que quieran seguir la senda de la desobediencia, para los que quieran vivir entrelazados, afectados, mancomunados, habitables, concretos.

Este Diario del cuidado de los enjambres está compuesto por 30 ensayos (y otros tantos poemas), cuya extensión varía desde las siete u ocho líneas de los titulados “Utopías” o “Descolonizar”, hasta las varias páginas de “El cemento de la ideología” o “La invención de la gitanería flamenca”. También hay en estos ensayos una gran variedad temática: en ellos se habla de poesía, de neoliberalismo, de internet y de la ciberrealidad en la que se halla inmersa media humanidad, de ecología, de la manera en que el fascismo se ha arraigado en la sociedad española actual, de los medios de comunicación/manipulación de masas, de la invivible ciudad moderna, y de otros muchos temas que, de una u otra manera, nos afectan, como seres humanos del aquí y el ahora.  

Hay algunos momentos de gran interés en las páginas de esta nueva obra de Orihuela. En el ensayo titulado “La fiebre del enjambrazón” se puede leer: “(…) el tiempo del enjambre ha llegado, es necesario abandonar la colmena y, en compacto vuelo, extender sobre el horizonte un manto dorado en busca de la rama del árbol donde construiremos nuestro nuevo hogar a base de respeto y afectos, autogestión y asamblearismo, responsabilidad y esfuerzo compartidos, renuncia al egoísmo y alegría de estar juntos sirviéndonos unos a otros, por supuesto, sin líderes.”

En “El cemento de la ideología” (para mi gusto el capítulo más certero y clarividente de todo el libro), nos dice que en el neoliberalismo, “no hay más moral que el mal porque el mal es la única actividad que puede asegurar el bien propio.” Y unas páginas más adelante, en el mismo ensayo, su autor afirma con absoluta rotundidad algo que muchos ya sabíamos y llevamos mucho tiempo denunciando: “(…) hace mucho que vivimos en un Estado totalitario”, lo que ocurre es que “falta un dictador como  personaje central del drama, tal vez por eso, están todo el día dando la matraca con Hitler, Stalin o Kim Jong-un”. Y casi al final del ensayo, nos exhorta a escapar: “(…) lo importante, lo absolutamente prioritario ahora mismo es salir de esa casa en llamas que es el neoliberalismo.” 

Se cierran las páginas de este libro con el que, en mi opinión, es el mejor poema que Antonio Orihuela ha escrito hasta la fecha (y eso es decir mucho en un poeta con una obra como la suya): “Que el fuego recuerde sus nombres”. Una manera extraordinaria de ponerle el punto y final a un magnífico libro.

El Diario del cuidado de los enjambres es por momentos una reflexión sobre el estado de las cosas, pero también a ratos, se torna en grito de rabia, en exabrupto contra tanto bastardo que anda suelto en los consejos de administración de las grandes empresas, en los gobiernos de toda índole, en el mundo cultural, en las editoriales, en las direcciones de las televisiones y de los periódicos. Un libro que nos puede ayudar a pensar hacia dónde queremos ir y quiénes queremos que sean nuestros compañeros de viaje, siguiendo los postulados libertarios y ácratas de su autor. Un libro más que necesario, un libro imprescindible.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Antonio Orihuela, ayudando a construir el mundo nuevo

El poeta onubense Antonio Orihuela (Moguer, Huelva, 1965) está, estos días, doblemente de actualidad. Hace apenas unos meses, la editorial madrileña Amargord publicó Salirse de la fila, su más reciente libro de poemas. Y tan sólo hace unos días, esta misma editorial, acaba de poner en circulación El ojo no visto del mundo, una recopilación de textos en prosa y en verso del Premio Nobel de Literatura, Juan Ramón Jiménez, de cuya selección y compilación se ha encargado el propio Orihuela.
Antonio Orihuela es una voz imprescindible dentro de la actual poesía española (por mucho que el oficialismo no se entere o no se quiera enterar, que esa es otra), una voz necesaria como el aire que respiramos o el agua que bebemos, una voz en la que muchos y muchas, entre los que me incluyo, nos miramos y nos vemos reflejados. Decía hace unos meses el poeta de Moguer en una entrevista que merecía la pena “continuar cavando nuestra común trinchera hecha de vínculos, de complicidades, de ánimos sobre el mundo futuro libre, anticapitalista, solidario, sostenible y decrecentista que tenemos que construir.”
Salirse de la fila, el último poemario de Antonio Orihuela hasta la fecha, reincide en la particular manera que el autor de El amor en los tiempos del despido libre tiene de enfrentarse al mundo actual, este que nos ha tocado en suerte (aunque más acertado sería decir, en desgracia) usando su arma más certera: la poesía. Orihuela, partiendo de unos postulados libertarios, lleva a cabo una profunda crítica a este sistema, inhumano y cruel, violento y consumista, despilfarrador e insolidario, contaminante y repugnante, que responde al nombre de capitalismo y en el que el hombre, definitivamente, se convierte en el principal depravador del propio hombre. Frente a esta violencia gratuita y desgarradora con la que el sistema trata de ejercer su control, Antonio Orihuela propone al lector, parafraseando sus propias palabras, una nueva manera de “trenzar vínculos y complicidades, de insuflar ánimos, de descubrir nuevos compañeros de viaje, de generar nuevos proyectos, de expandir ilusiones”.
A través de las 161 páginas que forman Salirse de la fila (por cierto, precioso título que ya nos va dando pistas sobre por dónde van los tiros de estos poemas) Orihuela va dejando sus versos, reflexivos unas veces, gritos de rabia, otras, a los que ya nos tiene acostumbrados a sus numerosísimos lectores. Poemas que ponen de manifiesto las injusticias laborales, los desahucios, los recortes sociales, los cortocircuitos de la vida moderna. Poemas que nos hablan de los que han perdido el empleo, de los que han perdido las viviendas, de los que han perdido la vida buscando la Tierra Prometida (llámese Europa, llámese Estados Unidos de América) que nunca es tal, sino más bien, más injusticia, más insolidaridad, más dolor y más miseria. En definitiva, poemas que gravitan alrededor de los de abajo, los olvidados, que decía Buñuel, los que siempre, de una u otra manera, acaban perdiendo.
No obstante, en Salirse de la fila también hay momentos para el amor (un tema al que el poeta no nos tenía demasiado acostumbrados), para el humor, para detenerse un momento en el camino y echar la vista atrás. Destacan sobremanera los poemas que podríamos denominar “mejicanos”, escritos tras el viaje que el poeta onubense realizó el año pasado por el país americano. Mención aparte merece esa serie de haikus que pone el punto y final a un libro que, en mi opinión, supone un punto de inflexión en la ya longeva carrera de este extraordinario poeta.
Por otra parte, como señalábamos al principio de esta reseña, Orihuela se ha encargado de la selección y de la edición de El ojo no visto del mundo, de Juan Ramón Jiménez. La antología fue presentada recientemente en los encuentros poéticos Voces del Extremo que el propio poeta coordina en su pueblo natal y que se celebran bajo el auspicio de la Fundación Zenobia Juan Ramón Jiménez. Según confesaba el propio compilador en dicha presentación, el objetivo principal que se perseguía con este libro no era otro que desmontar esa falacia que nos presenta a un Juan Ramón Jiménez aislado en su jaula de oro, sin preocuparse por nada ni por nadie, y buscando simplemente la belleza por la belleza. Así, Orihuela, que ha buceado tanto en la obra editada del Premio Nobel como en cientos de páginas inéditas, ha sacado a la luz a un poeta comprometido con su tiempo, con sus congéneres, con el medio ambiente, etc. Un libro altamente recomendado para todos aquellos que piensan que Juan Ramón es sólo el autor de Platero y yo, y en el que descubrirán a un escritor reflexivo, combativo, solidario, y, ante todo, profundamente humano.
Dos buenas maneras de aproximarse a la carrera de uno de los grandes poetas contemporáneos: Salirse de la fila y El ojo no visto del mundo. Yo que tú no me las perdería.

lunes, 25 de julio de 2016

Francisco, piedra, filo de cuchillo



Francisco, stone, knife blade
Philip Levine

Aquí
en este mundo inhóspito y egoísta
nació Francisco Ascaso
comunista libertario
panadero
atracador de bancos
Robin Hood del siglo XX
sueño revolucionario.

Aquí
en este mundo cruel y áspero
vivió Francisco Ascaso
pequeño y delgado
contumaz y militante
ácrata e insurgente
camarada de los pobres
de los sucios y explotados
de los hambrientos de pan
y justicia social.

Aquí
en este mundo mezquino y miserable
murió Francisco Ascaso
piedra y filo de cuchillo
empuñando un arma
combatiendo al fascismo
a plena luz del día
un caluroso veinte de julio
de aquel corto verano de la anarquía.

(Para Ferran Aisa Pampols, poeta y anarquista, ahora que se cumplen 80 años del sueño revolucionario en su ciudad.)