En
la edición de hoy de El País, se publica un artículo que
confirma lo que muchos pensábamos. La pobreza es, y cito
textualmente, “un agente que afecta a la salud de forma tan sólida
y consistente como el tabaco, el alcohol, el sedentarismo, la
hipertensión, la obesidad y la diabetes.” Según un estudio
realizado por la revista médica The Lancet, en el que se ha
tomado una muestra de un millón setecientas mil personas, ha quedado
ampliamente demostrado que la pobreza es mucho peor que cualquiera de
los otros items, exceptuando el tabaco, que es el peor de todos.
Según Martin Tobias, especialista del Ministerio de Sanidad de
Nueva Zelanda, el estudio basa "su argumento no en ideología
política sino en ciencia rigurosa". Sostiene Tobias que tener
bajo nivel socioeconómico "significa ser incapaz de determinar
el propio destino, privado de recursos materiales y con oportunidades
limitadas, que determinan tanto el estilo de vida como las
posibilidades vitales".
No
obstante, estoy seguro de que el Ministerio de Sanidad no va a hacer
nada para prevenir la pobreza y, por tanto, aumentar la esperanza de
vida de la gente. ¿Apostamos?