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martes, 19 de mayo de 2020

Libertad, libertad, gritan los ricos


Ya estamos otra vez. ¿No lo habéis visto en los telediarios? Los ricos quieren libertad. Cada tarde, vestidos con sus mejores galas y envueltos en las banderas rojigualdas, que lo mismo sirven para un roto que para un descosido, salen a las calles de Madrid y de otras ciudades españolas a pedir, ¡qué digo pedir!, a CLAMAR libertad. Porque a los fachas les encanta la libertad, pero sólo la propia, no la de los demás. Por eso se oponen a todo lo que suponga la libertad de los demás: el aborto, el divorcio, que cada cual ame a quien le salga de la nariz, los referéndums de autonomía, etc.  ¿Os acordáis de las manifestaciones contra Zapatero en contra del aborto, del matrimonio gay, de que se acabara la ETA, y del copón bendito? Pues aquí los tenéis de nuevo. Los señoritos-pijo-católico-fascistas-yosoyespañol-español-español y mi-perro-también-lo-es pero mi-cuenta-bancaria-es-suiza, vuelven a las andadas. Ahora piden libertad, sin ira, libertad, porque El Coletas, que es un cabrón totalitario y es el culpable de todo lo que pasa en el mundo mundial e incluso en la galaxia galáctica, les quita la libertad y de camino también les quiere quitar el dinero. Porque ellos, no van a permitir que un desgraciado como El Coletas les quite la libertad, y mucho menos el dinero, hasta ahí podíamos llegar, que para eso hace falta, como mínimo, un traje de militar, unos cuantos años en la Academia de Zaragoza y unos galones de General.
Eso sí que tiene glamur, no un pringao de Vallekas, elegido democráticamente.

sábado, 16 de mayo de 2020

Julio Anguita

Abro el ordenador y me entero de la muerte de Julio Anguita. Julio siempre ha sido un referente político, sindical y humano para mí y para muchas otras personas. Su honradez, su inteligencia, su vehemencia, su pedagogía, su vasta cultura, su actitud ante la política y la vida, que no dejan de ser dos caras de la misma moneda, han supuesto un espejo en el que mirarme, salvando, por supuesto, todas las distancias entre la grandeza de un personaje único, Julia Anguita, y mi mediocridad.
Hoy, cuando me acabo de enterar de que ha muerto, se me vienen a la mente estas palabras de Ernesto Che Guevara:
"En cualquier lugar que nos sorprenda la muerte, bienvenida sea, siempre que ése, nuestro grito de guerra, haya llegado a un oído receptivo, y otra mano se tienda para empuñar nuestro fusil."
Estoy seguro de que Julio Anguita las suscribiría sin dudar. Estoy seguro de que otros anguitas vendrán a empuñar el fusil que deja Julio- Estoy seguro de que otros luchadores vendrán a llenar el hueco que nos deja Julio.

miércoles, 18 de marzo de 2020

ALGUNOS DATOS (OFICIALES) SANITARIOS DE LA ETAPA DE MARIANO RAJOY

Estos datos son reales como la vida misma. Se pueden consultar, buscar, contrastar, porque están en los PGE de esos años. No hay trampa ni cartón. Esto es lo que Rajoy y el PP hizo con la Sanidad Pública de este país. Ahora pueden aplaudir todas las tardes hasta que les sangren las manos, pero no olvidamos lo que hicieron.

- Durante el gobierno de Mariano Rajoy el recorte en sanidad ascendió a la meteórica cifra de 21.000 millones de euros.
- En 2016, el gasto sanitario público en porcentaje del PIB (6,34%) fue el más bajo desde 2009.
- Entre 2010-2014, la atención primaria mermó su financiación en 1.500 millones de euros.
- El decreto de 2012 aprobado por el PP dejó sin cobertura sanitaria a miles de ciudadanos rompiendo el principio de universalidad.
- En 2012 retiraron 873.000 tarjetas sanitarias a residentes extranjeros.
- El aumento de los copagos supuso que un 4,7% de personas que habían recibido una prescripción farmacéutica no la retiraran por problemas económicos, según el CIS referido a 2017.
- A ello se unen las reducciones de personal (9.400 puestos de trabajo menos en los hospitales públicos entre 2010 y 2014); y el cierre de camas hospitalarias (5.600 camas menos entre 2010 y 2014).
- Mientras los centros hospitalarios públicos perdían personal (hasta un 2%), los privados lo aumentaban en un 8,3% (6.698 puestos).

martes, 3 de octubre de 2017

¿Paz? ¿Qué Paz?

En los colegios y en los institutos estamos todo el día dando la matraca a los niños y a las niñas con la cultura de la paz, con que hay que resolver los conflictos con el diálogo y con la palabra, con que la violencia no lleva a nada y monsergas por el estilo. Cada año, cuando llega el día 30 de enero, se hacen decenas de actos para conmemorar el Día Internacional de la Paz: se leen poemas, se cantan canciones, se hacen símbolos pacifistas gigantes y se tiran globitos al aire para recordar las palabras de Gandhi:"no hay camino para la paz, la paz es el camino." Pero está claro que eso no son más que tonterías. Está claro que al final, porque la vida así se lo acaba enseñando a los niños y niñas, la paz no es más que una palabra monosílaba, que está muy mal vista y muy maltratada. Al final, todo se resuelve a mamporros, a tortazos, a navajazos, a palos o a tiros. Al final, siempre habrá alguien que vendrá a imponer sus tesis a base de hostias:un maltratador qeu te había dicho que te quería, el gobierno, la policía, el banco que te desahucia, o tu vecino. Siempre ha sido así y, visto lo visto, siempre va a seguir siendo así. Cuanto antes lo aprendan los niños y niñas, mejor para ellos.

lunes, 31 de octubre de 2016

¿Son cabrones porque son ricos, o son ricos porque son cabrones?



Hay mucha gente en este país, entre los que me cuento, que llevamos mucho tiempo diciendo que los que dirigen el cotarro realmente son los que tienen el dinero, mientras que los políticos son sólo marionetas del poder económico y financiero. Cuando he dicho esto en público, algunas personas me han mirado como se fuese un extraterrestre, qué digo, peor aún, como si fuese un extraterrestre que se acaba de tomar diez cubatas de ron de garrafa y unos cuantos tripis.
Anoche Pedro Sánchez, en la entrevista que concedió a Jordi Évole para “Salvados” dejó muy clarito qué ha pasado en estos días, en este país. Los que tienen la pasta no quieren un gobierno participado por Podemos ni en sueños. Y mientras puedan, harán todo lo que esté en sus manos, limpio o sucio, para que ese gobierno no exista. Sánchez citó claramente a César Alierta, pero es muy fácil saber quiénes son los otros, aunque se resistiera a dar nombres: Patricia Botín, Francisco Gonzáles, Florentino Pérez, Juan Roig, Amancio Ortega, Arturo Fernández, etc. No nos engañemos, todos los que tienen riqueza quieren gobiernos que trabajen para ellos, es decir, gobiernos del PPSOE, y como mucho con la participación del PP Naranja, del PNV o antes de CIU, aunque estos les han salido rana.
En fin, cómo solía decir el Makinavaja: ¿Son cabrones porque son ricos, o son ricos porque son cabrones?
He ahí la gran cuestión.   

domingo, 23 de octubre de 2016

La gran traición



Al final, como ya esperábamos y sabíamos casi todos, se consumará la gran traición. El partido Socialista Obrero Español se abstendrá para que Mariano Rajoy siga siendo el presidente del gobierno. O lo que es lo mismo. El Partido Socialista Obrero Español se abstendrá para que nada cambie, para que todo siga siendo como ha sido hasta ahora. Los que pidieron el voto para luchar contra la corrupción, para eliminar la LOMCE y la Ley Mordaza, para que ninguna persona en este país se quedara sin techo (aunque la mitad ya se habían quedado sin él precisamente por culpa de ellos: aún recuerdo a la ministra Salgado diciendo que los suelos de las hipotecas daban seguridad al sistema económico español), los que se vendían a la opinión pública como los únicos que podían parar a una derecha despiadada y absolutamente deshumanizada, los que, en definitiva, nos proponían limpiar de mierda este país, los van a ayudar a perpetuarse en el poder y van a permitir que la mierda siga campando a sus anchas.
En la introducción al programa electoral con el que el PSOE se presentó a las elecciones de junio se podía leer el siguiente párrafo.
“Después de cuatro años de gobierno de la derecha, el cambio es necesario y urgente. Un cambio que una. Que repare a un país fracturado social y territorialmente. Que reconcilie a la sociedad con sus instituciones democráticas. Que nos vuelva a encaminar al diálogo y al acuerdo como forma normal de la política. ”
Cuatro meses después, todos sabemos que esas palabras no sirven para nada. Este país volverá a padecer la lacra de un gobierno conservador dirigido por un gran inepto, Mariano Rajoy Brey. Y todo ello se lo debemos a los hombres y mujeres del Partido Socialista, el partido que fundó un tipógrafo hace 120 años para defender los intereses de los trabajadores, de los desfavorecidos, de los pobres, de los parias de la tierra. Pero ahora, en octubre del año 2016, ese mismo partido, está más por la labor de defender los intereses de los ricos, de los del Ibex35, de los que no pagan sus impuestos, o de los que usan las tarjetas black. Así es la vida.     
La experiencia nos dice que los socialistas no son de fiar. No hay más que volver un poco la vista atrás: la OTAN, las reconversiones industriales, los GAL, el engaño a IU en el gobierno andaluz de la pasada legislatura, etc., etc. Con esta abstención completan definitivamente su viraje a la derecha. A partir de ahora los socialistas nunca más podrán hablar de socialdemocracia, de izquierda, de igualdad, o de justicia social. O mejor dicho, podrán hacerlo, faltaría más. Pero nadie en su sano juicio volverá a creerlos. Nadie confiará en la palabra de un socialista, porque están demostrando que esa palabra carece por completo de valor.
Que les quede muy claro a todos los socialistas que el próximo fin de semana, cuando con su abstención cobarde y mentirosa, sus diputados permitan que Mariano Rajoy pueda volver a formar gobierno, estarán dando un sí como una catedral a la corrupción, a la desigualdad, a la injusticia social, a la mentira y al dolor de varios millones de personas que han sufrido el shock neoliberal de los últimos años.
Que les quede muy claro: el pueblo español no les perdonará jamás la gran traición.

domingo, 29 de mayo de 2016

Un cuento que no acaba nada bien

Érase una vez un país muy lejano donde los políticos estaban tan acostumbraron a robar, a engañar, a estafar y a embaucar a la gente que se convirtieron en los mejores de todo el continente en la materia. Un día sí y otro también, la policía detenía a algún político famoso. Un día sí y otro también, algún ex presidente de la cosa pública, algún miembro destacado de cualquier diputación, algún consejero de empleo de la comunidad autónoma o el copón bendito, aparecía en la televisión, a su salida del juzgado, rodeado de micrófonos, sonriendo nervioso, declarando que todo aquello era un sucio montaje de la oposición, que lo odiaba sin ningún motivo.
Y tú, querido/a e inteligente lector/a que lees esto, pensarás: bueno, seguro que la gente, lista por naturaleza, no soportaría ese estado de corrupción generalizada y no los votaría el día de la fiesta de la democracia. Pues no, nada de eso. En aquel lejano país, la gente no reaccionaba. Tan acostumbrados estaban todos al robo, al estraperlo generalizado y a la estafa sistemática que, si algún político se comportaba como era debido, la gente pensaba que era un capullo integral, pues teniendo ocasión de meter la mano en la caja, no lo hacía.
Para más inri, en aquel lejano país, existía una droga muy, muy, muy poderosa. La fuerza de esa droga era devastadora. En realidad era la droga más potente inventada por el hombre. ¿Heroína? No. ¿Cocaína? No. ¿MDMA? No. Aquella droga, capaz de atontar a miles de millones de seres humanos, capaz de dejar sin respiración a un país entero, capaz de hacer que toda una nación mirara alelada para otro lado, se llamaba fútbol y, como ya hemos dicho, era tan poderosa que todo el que entraba en contacto con ella, acababa moviéndose, pensando y actuando como un zombi tarado.
Así que en aquel lejano país, la extraña combinación de políticos corruptos y del narcótico mágico llamado fútbol, tenía a prácticamente toda la población sumida en la tontuna. Los políticos corruptos sabían que cuando las cosas se ponían mal, siempre les quedaba el fútbol para aturdir un poco más a la gente. Sólo era cuestión de darles una final de Champions, o un Mundial, o una Copa del rey, o un partido amistoso. Daba igual. Con llamarlo el partido del siglo, ya era suficiente. Lo único importante era que la población tuviese su ración de fútbol para gritar y llorar y reír y vociferar como gañanes. Mientras tanto, ellos seguirían como si tal cosa, robando, engañando, traficando, y encima cobrando por hacer todo eso.
Moraleja: En el lejano país de nuestro cuento, según la ONG Save the Children, 8.330.369 niños y niñas son pobres en mayor o menor medida. Pero ese es otro cuento, que contaremos otro día.

domingo, 15 de mayo de 2016

Charles Bukowski, tocando los cojones al poder establecido



Charles Bukowski murió en marzo de 1994, o sea, que ya han transcurrido 22 años desde su muerte. Y a pesar de todo este tiempo, el viejo indecente la ha vuelto a liar parda. Seguro que el muy cabronazo estará partiéndose de risa en su tumba, en el cementerio de Los Angeles, en California.
Para quien no esté al tanto de lo que ha pasado, le hago un breve resumen de la movida. El ayuntamiento de Barcelona ha montado una semana de poesía entre el día 4 y el 10 de mayo. Entre los diferentes actos incluidos en Barcelona Poesía, que era el nombre de la criatura, se habían instalado unos paneles repartidos por diferentes espacios de la ciudad con poemas de poetas de diferentes procedencias. Uno de los poetas elegidos era el insigne Charles Bukowski, poeta bastante famoso a esta altura del partido, pero por si alguien no tiene el gusto de conocerlo aún, diremos que el viejo Hank fue un poeta nacido en Alemania, pero que desarrolló toda su carrera en los EE.UU, y que además de poesía, escribió novelas, relatos cortos, e incluso un guión cinematográfico. Bukowski, le pese a quien le pese, ha sido uno de los grandes escritores norteamericanos del siglo XX. Y para que nadie dude de su magnitud, sólo daré un dato. Cuando murió en 1994, Bukowski era el autor norteamericano más traducido y uno de los más vendidos en todo el mundo, a pesar de que su obra no es nada complaciente y a pesar de que no hubo premios ni zarandajas por el estilo. Lo que había en aquellos poemas era mucha rabia y muchas ganas de tocar los cojones, como se ha visto estos días en la ciudad de Barcelona.
El poema en cuestión se titula “4 polis” (4 cops, en inglés) y es un oscuro (por raro, quiero decir) poema, incluido en uno de los muchos libros póstumos que se han publicado en los últimos años. En el poema, el viejo Buk, narra su encuentro con cuatro polis en un bar, y muestra, como no podía ser de otra manera, viniendo de quien viene, lo poco que le gustaban los representantes de la ley. En fin, parece ser que a ni a la policía de la ciudad de Barcelona ni a la Delegada del Gobierno, ni a su jefe, el Ministro de Interior, el simpar Fernández Díaz, metidos ahora a críticos literarios, les gusta la poesía de Bukowski y se han tomado la cosa por la tremenda. A mí me parece genial que a toda esta gente no les guste el poema en cuestión, y además me parece genial que lo digan, faltaría más, lo que ya no me parece tan genial es que el ayuntamiento de Barcelona lo haya censurado y haya acabado tapándolo. Eso, sinceramente, me parece una ridiculez y creo que en este país estamos llegando a un nivel de estupidez  tan mayúsculo que uno ya no sabe si reír o si llorar. Hace un par de meses fue el tema de los titiriteros granadinos; ahora la toman con Bukowski. Habrá que estar atentos a ver qué es lo próximo. Porque sin duda, habrá otra cosa que quieran censurar dentro de unos días o unas semanas. Tiempo al tiempo. Porque no nos vamos a engañar, todo esto tiene poco que ver con Bukowski y con su poema. Esto, queridos amiguitos, va de otra cosa bien diferente. Y todos sabemos qué es esa otra cosa. 
Lo bueno de todo este asunto del poema de Bukowski es que, como muchos venimos sosteniendo desde hace mucho tiempo, la poesía SÍ es capaz de cambiar el mundo, y si no lo cambia, al menos remueve conciencias, y si tampoco consigue eso, al menos toca los cojones, que eso era algo que sabía hacer muy bien el autor de La máquina de follar. 

sábado, 12 de marzo de 2016

Imsomnio



En las últimas semanas, estoy viviendo como Teresa de Jesús, sin vivir en mí. Esta noche pasada, sin ir más lejos, apenas he dormido un par de horas. Y es que la incertidumbre de que este país no tenga gobierno me está matando. Me despierto por las noches angustiado, un sudor gélido cubre mi cuerpo como una segunda piel. Y tirito, y me dan ganas de llorar, y me duele el estómago. Por favor, que alguien haga algo. Que mis nervios se van a la mierda. Que elijan a un presidente, aunque sea el más tonto del Congreso.  

martes, 5 de enero de 2016

Rajoy y Sánchez

Esta mañana Rajoy ha sido entrevistado en la cadena COPE. Por si alguien aún tenía dudas sobre las diferencias entre el PP y el PSOE, por si a estas alturas aún queda algún despistado/a que considera al PSOE un partido de izquierdas, el presidente del gobierno en funciones lo ha dejado bien clarito:
"Son más las cosas que nos unen que las que nos separan y debemos hacer de la necesidad virtud", ha dicho, abogando por la Gran Coalición que defienden los Mercados (y no precisamente los de frutas), el neoliberalismo europeo y mundial con Merkell a la cabeza, los medios de (in)comunicación españoles, el Ibex35 y hasta la Conferencia Episcopal.
A ver chicos listos: los que que piensen que habrá Gran Coalición, que levanten la patita (derecha), por supuesto. Uy, uy, uy, esto está mucho peor de lo que pensaba. Y 5.530. 693 personas que han votado socialista engañados como chinos. En fin, hay gente que nunca aprende.

jueves, 10 de diciembre de 2015

El Abuelo Cebolleta y los derechos humanos



Una de las cosas más terribles de las campañas electorales es que los partidos abren los trasteros y sacan de lo más recóndito de ellos a las viejas glorias que un día, tiempo ha, fueron vanguardia. De  esta manera, antiguos pesos pesados vuelven a sentirse, siquiera por un rato, importantes, rememorando los días de vino y rosas que ya hace mucho que quedaron atrás y en los que ellos eran los reyes de la baraja. Uno de los que más juegan a este juego, es sin duda, Felipe González, más conocido últimamente como el Abuelo Cebolleta. Los del PSOE, viendo que Pedro Sánchez por sí solo no se va a comer un colín, han puesto al Abuelo Cebolleta a dar vueltas por España, contando batallitas de cuando él sacaba mayorías absolutas y mangoneaba sin que nadie dijese ni mú. 
Al Abuelo Cebolleta, últimamente, entre reunión y reunión del consejo de dirección de Gas Natural, le ha dado por defender los derechos humanos. Y para ello, en vez de defenderlos aquí en España, como si aquí no hiciese falta, el buen señor, se ha puesto a defenderlos en Venezuela, según él, la peor dictadura del mundo mundial.
Como la memoria es selectiva y cada uno se acuerda de lo que le da la gana, el Abuelo Cebolleta ha formateado el disco duro de su cerebro, y ya no se acuerda de que en la España que él presidía, los derechos humanos dejaban mucho que desear, y que, por ejemplo, en sus comisarías, cuando uno entraba, ya sabía que le iban a dar hostias hasta debajo de las pestañas, como bien se encargó de recordarle el genial Javier Krahe, en aquella coplilla que le valió la exclusión ad infinitum de la TVE y de los contratos para cantar en los ayuntamientos socialistas de la época, o sea, prácticamente todos. Parece ser que al Abuelo Cebolleta se le ha olvidado también aquel secuestro legal que se perpetraba en este país contra todos los varones cuando cumplían los 20 años, y que se llamaba servicio militar, más conocido como la mili. Durante un número determinado de meses, el estado, legalmente te secuestraba por el solo hecho de ser varón y joven, y te obligaban a hacer el moñas encerrado, privado de libertad, en los cuarteles, durante un año o más de tu vida. Parece ser que también se ha olvidado de todos aquellos chicos, conocidos como insumisos, a los que se les condenaba a prisión, por decir no a la mili.
El Abuelo Cebolleta tampoco suele hablar de sus compañeros de viaje. Gente como un tal Luis Roldán, un tal Mariano Rubio, un tal Juan Guerra, un tal José Barrionuevo, un tal Rafael Vera, un tal Julián Sancristóbal, un tal García Damborenea, un tal Galindo, y etc., etc. porque si seguimos no terminamos en varias horas. Como todos sabemos, esta gente, al igual que el propio Abuelo Cebolleta, sabían mucho de derechos humanos, así que ahora podrían, todos ellos, dedicarse a dar conferencias por ahí, contando a quien quiera escucharlos, mil embustes sobre Venezuela y sobre su presidente, Nicolás Maduro. Eso sí, cobrando cada una de ellas a cincuenta o sesenta mil euros, que ya sabemos que los socialistas son muy suyos para eso de poner la mano.