sábado, 21 de diciembre de 2013

99 RAZONES (a pesar de todo)



La lluvia. La noche. El océano. El vino. El deseo. El color azul del cielo. Una caricia. Una canción. Una novela negra. Una película de Coppola. Los paraísos perdidos. Un poema. Un verso. Un beso. La derrota. La victoria. Las guitarras eléctricas. Una rosa roja. Los jazmines blancos. La hierba verde. El agua fresca. El café amargo. Tu risa. Una lágrima. Un solo de trompeta. La verdad. La nieve. Los árboles. Las hojas secas. El otoño. Los fines de semana. La siesta. El amor. El ron de caña. Un cuadro de Picasso. Las bicicletas. La luna llena. Una manzana. Un mordisco. Tu saliva. Tus uñas en mi espalda. Tus braguitas sobre mi cama. El silencio. El viento. El teatro. La paz. Nueva York. La Habana. Los trenes. Las velas de colores. El olor a tierra mojada. La madrugada. Una cerveza bien fría. Una gota de rocío. Los delfines. Las ballenas. La comida italiana. Portugal. Las resacas. Los gatos callejeros. Una chimenea encendida. El pecado. El pescado. El reggae. El mes de abril. Los castillos góticos. El tango. Tu nombre. Tu pelo. Tus ojos. Tu pijama. El corazón. Una muñeca de trapo. La curiosidad. El pan caliente. Las sorpresas. Las mañanas. La radio. Las estrellas fugaces. El carnaval. Los disfraces. El pastel de chocolate. Paul Auster. Los sábados por la noche. La belleza. El universo. Un paseo matinal. Los largos días de verano. Las calles bulliciosas. El relato corto americano. Las infusiones. Los acantilados. Los bombones. Las mariposas. Los haikus. Los cortometrajes. El sur. Bob Dylan y tú.      


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