Y ahora ¿qué? ¿Qué plan tiene el tandem CiU-ERC para el nuevo estado? Si. ¿Cuál es el plan? Para cuando llegue el día y, de paso, para el tiempo que tarde en llegar. ¿Alguien ha oído una idea nueva? Dicen que no hay proyecto social sin proyecto nacional. ¿Podrían explicar, por favor, qué proyecto social tienen? ¿O cuál será? O mejor dicho: ¿en qué se diferenciará su proyecto social del que han puesto en práctica hasta hoy, des de hace treinta años, en el gobierno y en la oposición? ¿Cuáles son las nuevas bases que piensan construir para el proyecto político y social de la república catalana?
Estaría bien saber si el proyecto social que tendrán será el mismo de siempre o será lo que dicten des de Europa. O si se trata de cambiar Madrid por Bruselas, sin ninguna idea de emancipación económica ni de redistribución de la riqueza. Me parece que ahora es el momento de devolver la riqueza a la sociedad y de protegernos contra la especulación financiera mundial y europea.
Necesitamos un nuevo marco, dicen. Si, un nuevo marco, de acuerdo. ¿Pero dónde está el cuadro que debemos enmarcar? ¿Porqué no lo muestran? El cuadro es de todos. Y lo podemos pintar como nos dé la gana. Todo el mundo puede pensar qué pintará en el futuro cuadro, o quién lo pintará. Si no les interesa como será el futuro estado es porque quienes tienen el poder querrían pintar lo mismo que pintaban antes pero con más dinero, más seguridad, más impunidad.
Madrid ya no nos robará, tendremos pasta, nuestra pasta. Dicho esto, ¿piensan mantener la misma forma de administrarla? Para poner un ejemplo candente: ¿piensan seguir financiando los partidos como ahora, incluidas las vías ilegales y corruptas, y las legales de los “think tanks” y fundaciones? O bien ¿cómo piensan abordar el envite de la transparencia, la higiene democrática y la lucha contra la corrupción sin hacer cambios en el sistema? ¿Por arte de magia? ¿Porqué somos cojonudos y lo hacemos con ilusión?
Quizás podríamos empezar a tener un proyecto, un buen escudo de anticuerpos y barreras de contención para defender mejor a nuestro pueblo cuando podamos ir solitos por el mundo. Pero quizás el plan es el de siempre: ir tirando, ir haciendo, peix al cove (1). Y si hasta hoy la culpa era de Madrid, mañana será de Bruselas. ¿Qué harán entonces los que hoy viven de hablar de un tema único: la independencia? Quizás tocarán fondo y hablarán de la crisis democrática, o quizás esperan ser recompensados y retirarse, o quizás entonces empezarán a decir que debemos ser independientes de Europa. Parece que cuantas más posibilidades tenemos de abrir horizontes, más limitan el discurso y el debate. Quizás ya es hora de ponernos a la faena.
Además de la crisis económica hay una crisis democrática y una crisis moral. Cuánto peor va la economía, más impunidad jurídica y fiscal tienen los de arriba, los responsables del desastre. Menos poder real tienen los políticos, necesitan más policía para la seguridad -que es la suya-, y por lo tanto más crece la población penitenciaria, que se nutre, cada vez más, de los de abajo, de los que más sufren la crisis, el expolio de los de arriba. El círculo es infernal. Un estado nuevo tiene la obligación de invertir este funcionamiento perverso. El resto es engañar. Espejismos, entelequias, impostura y ceremonia. Vuelo gallináceo.
Xavier Montanyà, De quin estat parlem?
(Traducido del catalán por una servidora, con permiso del autor. Las fotografías que lo ilustran no estaban en el original)
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(1). Peix al cove es la expresión que popularizó Jordi Pujol para justificar (¿disimular?) el fiasco de sus negociaciones con el estado, y que puede traducirse por pájaro en mano.