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jueves, septiembre 26, 2013

Cees Nooteboom



"Mi intención es narrar historias y, de vez en cuando, me salen trozos ensayísticos, de pensamiento, que para otros son filosofía, pero no soy académico, porque los escritores no estamos para dar respuestas, como intenta la filosofía, pero sí para hacer preguntas".

Leer la entrevista completa en ElDÍA.es. aquí

viernes, noviembre 02, 2012

José Saramago



"Si antes de cada acción pudiésemos prever todas sus consecuencias, nos pusiésemos a pensar en ellas seriamente, primero en las consecuencias inmediatas, después, las probables, más tarde las posibles, luego la imaginables, no llegaríamos siquiera a movernos de donde el primer pensamiento nos hubiera hecho detenernos."

(de Ensayo sobre la ceguera)

sábado, abril 28, 2012

Artaud: La enajenación y la locura - J. Durozoi



Artaud se considera uno de estos "forzados de la sensibilidad", uno de los que, como a Van Gogh, llamará más tarde "suicidas de la sociedad". Mientras la sociedad pretende readaptar al "loco" a la vida normal, reintegrarle en la cotidianidad, Artaud demuestra que lo único que logra es una inadaptación cada vez más acusada a lo que es en realidad la existencia, una desintegración aun más pronunciada de la personalidad. La práctica psiquiátrica es el colmo de la práctica enajenadora porque toda práctica social, al plegarse a las leyes y normas admitidas, es enajenar en el sentido directo: hace del individuo otro del que debería ser, gravita con su peso exterior sobre su interioridad y la falsea. El ideal del psiquiatra es un individuo dentro de la sociedad, en tanto que la tentativa de Aratud no tiene otro sentido que el de extraerse a la sociedad para hacer que ésta le reconozca como diferente y, en consecuencia, para transformarla. De la misma suerte, Artaud no podría concebir intensión terapéutica alguna sino como voluntad de alejarle cada vez más de la verdad y su plenitud. Al hombre internado se le vacía de sí mismo, se le intenta suplantar por un "yo" artificial, congruente con las normas colectivas, es decir, con la mentira generalizada, con el sumiso no-pensamiento, con la aceptación de la pérdida del cuerpo. 

J. Durozoi. Ed Guadarrama. Madrid. 1975.

(M) 

sábado, abril 21, 2012

El bibliófago - Claudio Magris



Estoy en la Biblioteca Nacional de Madrid, con sus riquísimas colecciones, los laboratorios donde se cuidan y restauran libros y manuscritos con técnicas ultramodernas y paciencia antigua, su telemático Museo del Libro que introduce en el taller de la escritura y la imprenta, y el público de sus encuentros literarios, un público –como en España en general– de los más vivaces y estimulantes del mundo, de los más gratificantes para un escritor.

Me cuentan que, durante la guerra civil española, la biblioteca había sufrido importantes daños y que un hombre, no sé si para huir de la violencia bélica en general o en particular de alguien que lo buscaba para matarlo, se escondió entre los libros abandonados en las salas que podían venirse abajo de un momento a otro, y permaneció allí durante algunos meses. Podemos imaginárnoslo mientras, como un rapaz que tuviera su madriguera entre códigos y vitrinas, sale por la noche para buscar comida y regresa después para cocinarla y comérsela entre los libros. Es difícil adivinar si los leía, si la convivencia con ellos en aquellas circunstancias lo educaba a la indiferencia o a la afición por la lectura; quizá en los ilustres tomos viera tan sólo objetos, paredes que lo escondían y lo resguardaban de la intemperie, potencial y afianzador combustible si se presentaba la necesidad.

La experiencia de aquel hombre me trae a la memoria lo que, en el taller de la biblioteca, un amable restaurador que sumergía en una solución acuosa los dibujos de la Tauromaquia de Goya me contó a propósito de ciertos insectos que devoraban los libros y que, por este motivo, son llamados “bibliófagos”.

De El infinito viajar. Ed. Anagrama. 

miércoles, abril 18, 2012

Sobre la felicidad - Alain (Émile-Auguste Chartier)


(fragmento)

"Todos hemos visto a esos albañiles que se construyen una casita en sus ratos perdidos. Hay que ver cómo escogen cada piedra. Es un placer que está en todo oficio, puesto que el obrero inventa y aprende siempre. Pero, al margen de que la perfección mecánica conduce el aburrimiento, también supone un trastorno el que el obrero no tenga parte en la obra, que la retome sin poseer aquello que hace, sin servirse de ella para aprender más. Al contrario, el encadenamiento de las labores es lo que proporciona la felicidad al campesino, al campesino libre y amo de sus tierras, me refiero. No obstante, hay una opinión generalizada contra esas felicidades que cuestan tanto esfuerzo, y siempre por la funesta idea de que podríamos saborear una felicidad otorgada. Pero es el esfuerzo lo que es bueno, como diría Diógenes, lo que ocurre es que el espíritu no se siente a gusto  llevando esta contradicción; es preciso que la supere y, una vez más, que convierta ese esfuerzo en un placer de reflexión."



Mira a lo lejos. 66 escritos sobre la felicidad. Barcelona. 2010

****

Alain, pseudónimo de Émile-Auguste Chartier (1868-1951), ensayista y filósofo, ejerció como profesor de Filosofía en diferentes lycées franceses, entre ellos el lycée Henri-IV por cuyas aulas pasaron pasaron pensadores de la talla de André Maurois, Raymond Aron o Simone Weil. Entre 1914 y 1917 sirvió en el ejército, sin abandonar sus ideales pacifistas, donde escribió Sistema de las Bellas Artes (1920) y Mars ou la guerre jugée (1921). Alain ha ejercido una enorme influencia en pensadores tan actuales como André Comte-Sponville o Alain Finkielkraut. 


domingo, abril 01, 2012

Eduardo Milán



Excelente noche junto al poeta y ensayista uruguayo (radicado en México desde hace muchos años) Eduardo Milán (1952) y otros buenos amigos. Realmente la pasé muy bien, y hasta terminamos recitando, en portugués, versos de Cecilia Meireles y cantando fragmentos de Caetano Veloso y Chico Buarque con whisky en mano. (Le di los respectivos saludos y abrazos de tu parte querido Iván, y de toda la peña de Valencia, de quienes lleva muy gratos recuerdos, dijo, y les mandó muchos saludos a todos, incluyendo Viktor Gómez Ferrer, Antonio Mendez Rubio, Arturo Borra, etc. Lo dicho: un excelente noche.

miércoles, diciembre 28, 2011

De la presunción - Michel de Montaigne



"Ofreciose a un excelente arquero, condenado a muerte, perdonarle la vida si daba alguna muestra maravillosa de su destreza con el arco, pero él declinó la oferta, temeroso de que la mucha tensión de su voluntad le hiciese temblar la mano y perder, además de la existencia, la reputación."

(Ensayos)

domingo, diciembre 18, 2011

Renato Redentor Constantino


photo by Mark Alvarez
John Steinbeck National Center. 2011

Cuando ingresé a la tercera sala del Museo del escritor John Steinbeck, vi a Mark conversando con un tipo de camisa blanca y una libreta negra en la mano. Me lo presentó en seguida. Se trataba de Renato Redentor  Constantino, un escritor y pintor filipino, autor de: "The Poverty of Memory: Essays on History and Empire" (La pobreza de la memoria: Ensayos sobre historia e Imperio). Su nombre me llamó la atención por la cercanía fonética con el español o el portugués, pero luego recordé que gran una buena parte de la población filipina lleva nombres en español, debido a que, hasta 1899, las Islas fueron colonia de España, de ahí que los conquistadores le pusieran ese nombre en honor al rey Felipe. Pero Red Constantino (como prefiere ser llamado) no habla español, más que ciertas palabras muy puntuales, su idioma es el filipino y el inglés, y es en este último en el que escribe.



Red Constantino es un tipo sencillo, esposo de Kalayaan, y padre o "tatay" -como él dice- de Rio y Luna. Red es también ambientalista desde hace algunos años, y como activista por más de dos décadas, su obra incluye temas relacionados a asuntos de guerra, políticas extranjeras, historia imperial, migración, pobreza, energía, desarrollo y derechos humanos. Escribe regularmente en varios diarios importantes de las Islas Filipinas, y ha sido traducido a varios idiomas. Mantiene un blog personal The Kamunik Republic, donde se encuentran historias también relacionadas con los temas que a él le interesa, y que tiene como subtítulo: "stories, beer, paintings, photos." 


Si algo me gusta de los viajes es que precisamente me dan la posibilidad de este tipo de encuentros. Por otro lado, Mark -que gusta de las buenas conversaciones- es sin duda un puente entre las historias interesantes, él conoce bien lo que me puede "picar", y viceversa. Red Constantino nos cuenta en breve qué hace en Salinas y también su admiración por Steinbeck, Mark le cuenta que escribo poesía y él me pide alguna referencias para leer, ya que lo su género es más el ensayo. Yo le digo que también ese género me interesa mucho, y le pido algunas referencias, me baraja nombres  como Rebeca SolnitJames Carroll, Susan Sontag y Andrés Cristobal Cruz (este último filipino). Yo le apunto el mío, y mientras escribo pienso en cuánta de la gente a la que encontramos en el camino volveremos a ver, la vieja bailarina de Half Moon Bay, viejo Froggy junto al mural de afuera y ahora Red, no lo sé, desde luego, y sin embargo, cada uno de ellos, ya ha dejado  su pedacito de historia en mi diario y en mi vida.

lunes, agosto 15, 2011

La Puta de Babilonia - Fernando Vallejo


"LA PUTA, LA GRAN PUTA, la grandísima puta, la santurrona, la simoníaca, la inquisidora, la torturadora, la falsificadora, la asesina, la fea, la loca, la mala; la del Santo Oficio y el Índice de Libros Prohibidos; la de las Cruzadas y la noche de San Bartolomé; la que saqueó a Constantinopla y bañó de sangre a Jerusalén; la que exterminó a los albigenses y a los veinte mil habitantes de Beziers; la que arrasó con las culturas indígenas de América; la que quemó a Segarelli en Parma, a Juan Hus en Constanza y a Giordano Bruno en Roma; la detractora de la ciencia, la enemiga de la verdad, la adulteradora de la Historia; la perseguidora de judíos, la encendedora de hogueras, la quemadora de herejes y brujas; la estafadora de viudas, la cazadora de herencias, la vendedora de indulgencias; la que inventó a Cristo loco el rabioso y a Pedro-piedra el estulto; la que promete el reino soso de los cielos y amenaza con el fuego eterno del infierno; la que amordaza la palabra y aherroja la libertad del alma; la que reprime a las demás religiones donde manda y exige libertad de culto donde no manda; la que nunca ha querido a los animales ni les ha tenido compasión; la oscurantista, la impostora, la embaucadora, la difamadora, la calumniadora, la reprimida, la represora, la mirona, la fisgona, la contumaz, la relapsa, la corrupta, la hipócrita, la parásita, la zángana; la antisemita, la esclavista, la homofóbica, la misógina; la carnívora, la carnicera, la limosnera, la tartufa, la mentirosa, la insidiosa, la traidora, la despojadora, la ladrona, la manipuladora, la depredadora, la opresora; la pérfida, la falaz, la rapaz, la felona; la aberrante, la inconsecuente, la incoherente, la absurda; la cretina, la estulta, la imbécil, la estúpida; la travestida, la mamarracha, la maricona; la autocrática, la despótica, la tiránica; la católica, la apostólica, la romana; la jesuítica, la dominica, la del Opus Dei; la concubina de Constantino, de Justiniano, de Carlomagno; la solapadora de Mussolini y de Hitler; la ramera de las rameras, la meretriz de las meretrices, la puta de Babilonia, la impune bimilenaria tiene cuentas pendientes conmigo desde mi infancia y aquí se las voy a cobrar." (...)

 ***
Así inicia este ensayo histórico y académico sobre la Iglesia católica del escritor colombiano, radicado en México, Fernando Vallejo. La obra fue presentada en la Facultad de filosofía y letras de la UNAM y publicada por Editorial Planeta Mexicana, S.A. en el año 2007. La puta de Babilonia es el nombre que los albigenses daban a la iglesia romana, como testimonia el Apocalipsis.

Este libro, ubicado en el panorama de los estudios sobre la fe dogmática cristiana contemporánea y de los últimos mil setecientos años, da cuenta, en 317 páginas y sin división en capítulos, de los procedimientos de la Iglesia en el derramamiento de la sangre de humanos y en el atropello a los animales, cuya defensa es la única causa de Vallejo.

viernes, julio 29, 2011

El arte de callar - Abate Dinouart




"Sólo se debe dejar de callar cuando se tiene algo que decir más valioso que el silencio"
Abate Dinouart


Releo este interesante librito que me regaló, hace tres años, el poeta y ensayista Beñat Arginzoniz, durante mi estancia en Bilbao, País Vasco. Beñat, además de escritor, es librero. Guardo buenos recuerdos junto a él y otros amigos de Euskadi (por esos azares de la vida coincidimos además, a las 5 en punto de la tarde, en la Fontana di Trevi, en plena Roma, y junto a su amigo Ciccio anduvimos recorriendo los submundos italianos, comiendo carne de caballo, bebiendo vino con rosas y guitarreando y garabateando en tabernas de origen obrero). Lo recuerdo también entre los estantes de la librería Elkar, seleccionando libros que él intuía me podían gustar. 

Intuyó bien, entre los libros que me regaló estaban "Las lágrimas de Eros" de Georges Bataille, "Leyendas de los indios quichuas" de Feliberto de Oliveira Cezar, "Poesía Completa" de Sylvia Plath, "Los mitos vascos (aproximación hermenéutica)", de Andrés Ortiz-Osés, "Fiori di poesia" de Alda Merini, "Rubayat", de Omar Jayyam, además de dos libros de su autoría: "Las voces de la nada" (con prólogo de Leopoldo María Panero) y "Manifiesto Poético y otros escritos". 

A pesar de su inquietante título, El Arte de callar fue el último libro de esa serie obsequiada que leí. En el fondo, quizá, porque no quería que otro título se me cruzara cuando lo hiciese (aunque eso es casi imposible). Leerlo fue una grata sorpresa, ya que este ensayo fue escrito en París en el año 1771 por el abate Joseph Antoine Toussaint Dinouart (1716-1786), un eclesiástico «mundano» y polígrafo del siglo XVIII. Escribió sobre los temas más diversos, sobre todo en torno a las mujeres, y en 1749 publicó Le triomphe du sexe, que le costó la excomunión. Así que el que quiera saber un poco más de este valioso ensayo, a continuación la sinopsis. (... y luego me callo). ;)

Sinopsis:

"Demasiado a menudo olvidamos que un ser que habla es también un ser capaz de «producir silencio», y para recordarlo están los tratados de retórica de los siglos XVI y XVII. El arte de hablar es sin duda un arte excelente, pero ¿quién nos enseña el arte de guardar silencio? Paradójicamente, El arte de callar constituye otro capítulo del ars retórica, del cual ha sabido asimilar todos los fines prácticos; pues no se trata simplemente de callarse, sino de una inducción más sutil: en definitiva, del arte de intervenir en el otro a través del silencio. Así, el abate Dinouart nos inicia en los diversos tipos de silencio, enseñándonos los principios necesarios para callar en el debido momento, porque «hablar mal, hablar demasiado o no hablar bastante son los defectos ordinarios de la lengua». 

Abate Dinouart. El arte de callar. Ed. Siruela. Madrid. 2007  

jueves, julio 14, 2011

Fragmentos de mi diario

photo by Mark Alvarez
104. Hotel Boheme. SF, 2011

*
Nos levantamos más temprano que de costumbre, jugamos un rato y luego vamos directo a Caffe Trieste. Yo pido un té de jazmín y Mark su africano de siempre.  Leo  Fiction and the figures of life del ensayista William H. Gass (el mismo autor que Mark me descubrió hace un año con el bello título On being blue). Me gusta como empieza el libro: “So mucho philosophy is fiction”. Mark sigue con su libro de Alfred Jarry, en verdad le gustó mucho, y las cosas que me cuenta son buenas, pero yo voy a esperar para leerlo en español, ya que Jarrry tiene muchas imágenes y construcciones muy buenas pero algunas difíciles de comprender en inglés. 

*
A nuestro lado se sienta una pareja de turistas viejos de Dinamarca. Me reí mucho porque de repente entró un viejo asiatico y colocó en la mesa de los turistas un vaso de agua hirviendo y luego se fue hasta el fondo, por lo que el señor de Dinamarca lo vio sorprendido  como diciendo ¿y a este qué le pasa?, luego Mark le dijo que el chino es viejo y posiblemente volverá enseguida por su vaso. En efecto, regresó, y agarró su vaso y me vio, y luego yo sonreí y él sonrío como si se hubiese apenas dado cuenta de lo que hizo.

Llego el Rabino y se sentó en nuestra mesa. Luego Mark pidió unos sanduches para nosotros. Comí  y regresé inmediatamente al libro de Gass. Mark se quedo hablando un rato con el rabbi, parece que quiere que le ayude con algun problema de vecinos. Me gustó mucho los atuendos que hoy llevaba el rabbi, muy colorido, como siempre, pero con un toque elegante. Estilo vintage. Le pregunté dónde compró sus pantalones, y me dijo que en Haight & Ashbury. Entonces Mark y yo recordamos aquella vez, cuando hace un año, para variar me puse muy loca y paranoica y traté de escapar (en el fondo nunca quise desaparecer), y Mark me siguió y me cuidó luego de que me encontrara detrás de un auto estacionado. Por suerte ese episodio es apenas ya una anécdota más en nuestra loca historia.  

* 
Al cabo de un rato llegó Momo. Se le notaba algo borracho. Se sentó en la mesa contigua y destapó otra cerveza (no era ni medio día). Llevaba pintura en las manos, seguramente algún cuadro en el que estaba trabajando. Luego nos invitó a Mark y a mí al domingo de Pascua, afuera de la iglesia, ya que según dijo daría un show cómico, haciendo bromas. Momo lo repitió frente el rabbi y empezaron a tener una discusión acerca de las religiones y Dios, etc. Yo me volví al libro de Gass porque no quería entrar en detalles…era muy temprano.. el rabino tenía su idea y Momo la suya, pero he de decir que a pesar de que Momo estaba borracho, sus respuestas eran coherentes… y finalmente le dijo al rabbi que con la Torah prácticamente no puedes hacer nada… "la torah te dice que ni siquiera puedes cruzar la calle sin lavarte las manos", dijo, y luego le dio un sorbo a su lata de cerveza. 

*
Mark y yo volvemos  al cuarto, cerramos las cortinas, entramos a la cama y volvemos a jugar. Afuera se escucha el barullo de la gente pasando por la acera, y en la esquina, como una banda sonora, la música del saxofonista de siempre. Me excita mucho la idea de no saber que día es hoy, y la bendición de no tener que enfundarme en un traje de burócrata y salir apurada y somnolienta a trabajar. Me gusta que allá afuera el mundo siga su lógica, mientras aquí, en esta cama de libros, Mark y yo seguimos la nuestra, burlándonos, una vez más, del Tiempo.

martes, febrero 15, 2011

Elogio de lo insípido - François Jullien

Paisaje de la insipidez I
paisaje de Ni Zan 
1372

Ya acabé dos libros pendientes este fin de semana, ahora voy por el tercero: 'Elogio de lo insípido' de François Jullien (Ed. Siruela, 1991). Me gusta el título y también como inicia el autor de este ensayo: 

"Primero parecerá una paradoja: hacer elogio de la insipidez, preferir lo insulso a lo sabroso, es ir en contra de nuestro juicio más inmediato. Disfrutar maltratando el sentido común. Sin embargo, en la cultura china, la insipidez se reconoce como cualidad. Más aún: como la cualidad, del 'centro', la de la base (zhong, ben). El tema ya era importante en la filosofía de la Antigüedad, tanto si se trataba de hacer semblanza del Sabio como hablar de la Vía. Fecundó a partir de entonces la tradición estética de los chinos, no sólo porque las artes que se desarrollaron en China se beneficiaron de esa intuición, sino también porque pudieron hacer más sensible esta insipidez fundamental, y tenían, por tanto, la misión de revelarla: a través del sonido, del poema, de la pintura, lo insípido se convierte en experiencia".

La pintura que encabeza esta entrada, y que es la primera que aparece en el libro, corresponde a Ni Zan  (1301, Jiangsu - 1374) un artista chino que fue parte del grupo de pintores chinos conocidos después como los "Cuatro Maestros de la dinastía Yuan", los demás fueron Wu Zhen, Huang Gongwang y Wang Men. Aunque Ni Zan nació en la opulencia, decidió no servir a la extranjera dinastía Yuan, y en cambio vivió su vida en el retiro y la erudición. "Se caracterizó de sus contemporáneos por ser particularmente tranquilo y exigente, cualidades que quedaron plasmadas en su arte. En sus pinturas (generalmente paisajes sacados de sus largos viajes) usó elementos moderadamente, dejando grandes áreas del lienzo intactas. Sus obras se distinguen por una sombría quietud y a menudo poseen una cabaña rústica, unos cuantos árboles u otros indicios de vegetación."

domingo, noviembre 21, 2010

De citas y aforismos - Gabriel Zaid

 Heráclito

(...) El fragmento como obra no es un rasgo de la modernidad, sino de la prehistoria. Los primeros ensayos mínimos no fueron los apuntes románticos, "fragmentarios de nacimiento", ni las máximas de La Rochefoucauld, ni siquiera los aforismos de Heráclito y Demócrito: fueron los refranes, anteriores a la escritura. Cuando aparece la escritura, no desaparece la creación de microtextos memorables. Continúa doblemente: de manera tradicional y ahora también por escrito, gracias a un escritor muy crítico y original: Heráclito. Según Havelock (The literate revolution in Greece and its cultural consequences, pp. 240-247), los autores de poemas filosóficos (Parménides, Jenófanes, Empédocles) critican el saber de Homero y Hesíodo, pero todavía escriben en hexámetros, como ellos. En cambio, Heráclito escribe en prosa, se aleja del hexámetro y del recitado con acompañamiento musical, acude a la frase sentenciosa del refrán tradicional y la transforma, con evidente voluntad de estilo.

Gabriel Zaid, Citas y aforismos, Letras libres, octubre 2003.

sábado, junio 19, 2010

Murió Monsiváis, el gran cronista de México

(México, 4 de mayo de 1938 - 19 de junio de 2010)

Ayer se nos fue Saramago, hoy se nos va Monsiváis, escritor, periodista y ensayista lúcido, mordaz, y con una memoria, erudición y sencillez dignas de admirar. Si no hubiese sido por su enfermedad pulmonar, que en los últimos meses se agravó considerablemente, quizá hubiésemos seguido disfrutando de sus letras, las letras del único escritor -que según el poeta José Emilio Pacheco- "la gente reconocía en la calle". Una verdadera pena. Como diría el bueno de Juarroz: los cementerios están llenos de fraudes. 

A continuación comparto un fragmento que el escritor Sergio Pitol envió a La Jornada, a manera de despedida de su gran amigo Carlos Monsiváis. Este texto forma parte de su libro El arte de la fuga, y fue escrito en Xalapa, en enero de 1996.

Con Monsiváis, el joven (fragmento)
Por Sergio Pitol

A su modo, Carlos Monsiváis es un polígrafo en perpetua expansión, un sindicato de escritores, una legión de heterónimos que por excentricidad firman con el mismo nombre. Si a usted le surge una duda sobre un texto bíblico no tiene más que llamarlo; se la aclarará de inmediato; lo mismo que si necesita un dato sobre alguna película filmada en 1924, 1935 o el año que se le antoje; quiere saber el nombre del regente de la ciudad de México o el del gobernador de Sonora en 1954, o las circunstancias en que Diego Rivera pintó un mural en San Francisco en 1931, y que José Clemente Orozco calificó de “nalgatorio”, o la posible transformación de la obra de Tamayo durante su breve periodo parisiense, o la fidelidad de un verso que le esté bailando en la memoria: de Quevedo, de Góngora, de Sor Juana, de Darío, de López Velarde, de Gorostiza, de Pellicer, de Vallejo, de Neruda, de Machado, de Paz, de Villaurrutia, de Novo, de Sabines, de cualquier gran poeta de nuestra lengua, y la respuesta surgirá de inmediato: no sólo el verso sino la estrofa en la que está engarzado. Es Mr. Memory. Es, también, un incomparable historiador de las mentalidades, un ensayista inmensamente receptivo y agudo; léanse si no las páginas que ha escrito sobre Onetti, Novo, Beckford, Hammett; un crítico de cine notable, un estudioso de la pintura mexicana que ha producido páginas excelentes sobre Diego, Tamayo, Gerszo, María Izquierdo y Toledo, un lúcido ensayista político. Es el cronista de todas nuestras desventuras y prodigios, más de las primeras, puesto que el México que nos ha tocado vivir ha sido fértil en desventuras y, en cambio, los prodigios aparecen de manera excepcional como suelen hacerlo los milagros; es el documentador de la fecundísima gama de nuestra imbecilidad nacional. Sus columnas atrapan semanalmente las declaraciones de los grandes de nuestro minúsculo universo; hablan en ellas los financieros, los obispos, los senadores, diputados y gobernadores, el Presidente de la República, los “comunicadores”, las cultas damas. El resultado es demoledor. A su lado, los hallazgos de Bouvard y Pécuchet parecerían apotegmas de Platón o Aristóteles. A esos atributos se suman otros más: bibliófilo, coleccionista de mil cosas heterogéneas, gatófilo, sinólogo si nos descuidamos. Todo esto es Carlos Monsiváis. Y además, ya lo habrán descubierto los lectores, mi más entrañable amigo.

jueves, mayo 13, 2010

Del carácter sexual del dolor - Leopoldo María Panero


fragmento

"El dolor y la muerte son también una suerte de goce para aquel que en medio de ellos se deshace y se va. También en el fracaso puede, como decía Jaques Lacan "recompensar nuestro voto más secreto". El dolor, como saben todos los masoquistas, es una droga, y sólo un cura podría negarse a azotar mi espalda, no así el divino marqués, cuya única perversidad consistió en extraer el último capítulo de las 120 Jornadas de Sodoma y Gomorra, el de las pasiones asesinas" de las ejecuciones públicas con que la burguesía recién nacida se divirtió por primera vez antes de escindirse para siempre del pueblo una vez tomado el poder."

Aviso a los civilizados. Ed. liberarias, España 1990.

jueves, marzo 18, 2010

De por qué abuso de los puntos (a propósito de un texto de Alberto Manguel)

"Diminuto como una mota de polvo, el punto, ese mínimo picotazo de la pluma, esa miga en el teclado, es el olvidado legislador de nuestros sistemas de escritura. Sin él, las penas del joven Werther no tendrían fin y los viajes del Hobbitt jamás se acabarían. Su ausencia le permitió a James Joyce tejer el Finneagans Wake en un círculo perfecto y su presencia hizo que Henri Michaux comparara nuestro ser esencial con esta partícula, "una partícula que la muerte devora". El punto corona la realización del pensamiento, proporciona la ilusión de una conclusión, posee una cierta altanería que surge, como Napoleón, de su minúsculo tamaño. Como estamos, siempre, ansiosos por empezar, no pedimos nada que nos indique el comienzo, pero necesitamos saber cuando parar; este pequeñísimo memento mori nos recuerda que todo, incluso nosotros, debemos algún día detenernos."
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Alberto Manguel, Nuevo elogio de la locura, Emecé Editores, Argentina, 2006

jueves, mayo 14, 2009

Mi primer poema publicado. Sarah Kane poem in Left Curve de California

Estoy feliz. Hace poco me llegó desde Oakland, California, la revista Left Curve No 33. Me la envió directamente su Editor: Csaba Polony, con una pequeña nota sobre la tapa: "Querida Carla: mira la página 71. Espero que te guste este número. Muchas gracias! ---Csaba." Al abrir en la página indicada, ahí estaba, ocupando una página entera mi poema de Sarah Kane, en inglés, cuya traducción, desde luego, estuvo a cargo del poeta Jack Hirschman. Además, Csaba tuvo la deferencia de publicarlo con una breve descripción sobre Sarah Kane (dramaturga británica que se suicidó a las 4:48 de la madrugada con los cordones de sus zapatos en un psiquiátrico a los 28 años, dejándonos 5 tremendos guiones-monólogos-poemas de teatro (los he leído todos gracias a Mark que me regaló sus obras completas en Frisco, pues hasta entonces yo sólo había leído sus obras publicadas en español), un cortometraje experimental de 10 minutos y un par de artículos. Obra intensa de múltiples voces que en realidad son estallidos de un mundo a su vez fragmentado, el suyo. Con influencia del teatro de Edward Bond, Samuel Beckett, Howard Brenton o Georg Büchner y de las ideas del maestro Antonin Artaud); y a continuación una breve descripción de mi persona.
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Es lógica mi emoción al ver este poema en papel. Sencillamente porque es uno de mis preferidos, uno de los más sentidos. El poema Sarah Kane es furia, ternura y llanto. Es ironía. Es el canto a una mujer a la que descubro, y me doy cuenta que es a ella a quien necesito que me escuche, pero que está muerta. Este poema además tiene un lugar especial por muchas cosas. Por cómo nació, por la increíble mujer a la que me refiero, por las llagas, por la catarsis, por el alivio. Porque fue el primer poema que Jack leyó el día que llegué a San Francisco, el primero que fue traducido y el primero que leí en un recital. Y ahora es el primero en publicarse.
Con Csaba Polony, editor de Left Curve, en Specs. San Francisco.
foto by Jack Hirschman
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Por otro lado, me gusta que haya sido en esta revista, pues en ella prima el pensamiento crítico y la buena poesía. Se trata de una revista -de 144 páginas- muy bien estructurada, en la que se encuentran ensayos que abarcan desde el arte hasta la política; poemas, entrevistas, análisis de sucesos del mundo contemporáneo. En esta edición, encontramos artículos sobre, por ejemplo, el conflicto en Gaza. Prueba de ello es un texto de Moslih Kanaaneh, autor del libro "Talking Stones and Yearning Ruins", un libro de documentos -que incluye 211 fotos- de 50 comunidades palestinas destruídas en 1948. O "The anti-imperialist Ecology of the Dao De Jing: An ancient perspctive on the Current Global Crisis of Capitalism" (La ecología anti-imperialista de el Dao De Jing: Una perspectiva antigua sobre la actual crisis mundial del capitalismo), por P.J. Laska, un interesantísimo ensayo que toma como eje el Dao De Jing (Libro del Camino y la Virtud), el libro más importante de la filosofía taoista, presunatmente escrito alrededor del año 600 a.C. y su autor es Laozi (o Lao Tse, "Viejo Maestro"), de quien se dice fuera un archvista de la Corte Imperial durante la dinastía Zhou. Otro artículo que me gustó fue "Coca and Cocaine: The difference between Source and the Cause" (Coca y cocaína: la diferencia entre la fuente y la causa), por Heather Anholt, un pedazo de ensayo que abarca 10 páginas que incluyen: la Coca antes de la era colonial, la reacción de la Iglesia Católica, La Coca conocida en la sociedad europea y en norteamérica, percepciones paradójicas entre coca y cocaína en los andes, los conflictos por la eradicación de las plantaciones de coca, el contexto andino, los beneficios de la hoja de coca, etc.
En poesía encontramos un poema bellísimo del poeta palestino Mahmud Darwish, entre otros. Y en la página 71 (sí!!!) mi poema; a continuación uno de Jack Hirschman: The Semina Arcane, y a luego sigue un texto interesantísimo escrito por Martín Heidegger, en 1972, sobre la poesía de Arthur Rimbaud, titulado "Rimbaud Vivant".
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Thank you Csaba for believing in this young-old woman...and her poetry.




SARAH KANE

What rope are you subjecting yourself to now, Sarah Kane,
when naked bodies are more and more fragile
and the distance between ceiling and floor
isn’t what you’re used to
O Sarah,
I’ve fallen in love only with dead women
and now I discover you,
cold and pale and unable to shout out though wanting to.
I know that you miss exploding from the dust,
frenetic
sensual
psychotic
but your voice remains suspended
at 4:48 in the morning
in a place where “you should be safe”.

A LIE!
No territory’s safe
when desperation visits
and I wasn’t there to stop you
and tell you: it’s not time yet to jump.

I see you today, Sarah,
exquisite in your humane gabardine
poetic in your obscurity
and I sang to you so you don’t feel so alone
recently abandoned
by all who saw you as luminous
when you were bleeding on the inside.

Where are you, Sarah Kane,
I have no friends and I need one
and I want you,
you who always raped words with tenderness
who didn’t make a disguise of metaphors.

It’s cold, Sarah,
and now I don’t have anything for protection
Desperation visits me
but it’s not 4:48 in the morning
nor am I in the bathroom of a shrink
hanging myself with the laces of my shoes.

NO!
Here it’s 10:30 at night
and I’m in my room
without shoes
alone
beginning my lithium ritual
in order no longer to be a marionette in pieces.

I also, Sarah Kane,
write the truth
and it kills me.

---Carla Badillo Coronado.

(translated from Spanish by Jack Hirschman)


para revisar el sumario completo de Left Curve No 33 pisar firme aquí
Para leer el poema Sarah Kane, en español, introducirse por acá.

sábado, mayo 09, 2009

Jorge Enrique Adoum

foto: Andrea Pecchioli

Siempre me ha gustado la obra de Jorge Enrique Adoum. Y aunque no lo conozco personalmente (o mejor dicho no lo he tratado, a pesar de haber estado muy cerquita un par de veces), me siento muy cercana a él y a su escritura. Además, una de esas bellas co-incidencias de la vida, fue que alguna vez, en San Francisco, hablándoles de este gran escritor ecuatoriano a Jack y Aggie, y pensado que ellos no sabían de quien les hablaba, resultó que no sólo sabían quien era Jorge Enrique, sino que habían compartido buenos momentos junto a él. Jack me contó que lo habían conocido en Italia, hace algunos años, específicamente en "La casa della poesia", y que habían leído juntos, y que Adoum les había causado muy buena impresión, la de un hombre tranquilo, con tantos y tantos mundos y lenguajes y formas dentro de sí. Con un Ecuador enredado siempre entre los dedos. Cuando regresé de viaje me quedé con la idea de visitarlo, es decir de conseguir su dirección y presentarme para entregarle los saludos de Jack y Aggie y para indicarle un poema que yo escribí luego de un recital que él dio hace un par de años. Es algo que tengo pendiente. Al menos, por ahora, lo presento en esta tierra. Ya era hora.
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La visita
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(Capítulo de novela)
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Llamo a la puerta.
-Quién es, pregunto.
-Yo, contesto.
-Adelante, digo.
Yo entro.
Me veo al que fui hace tiempo.
Me espera el que soy ahora.
No sé cuál de los dos está más viejo.
.
Ecuador:
.
1. La geografía
.
Es un país irreal limitado por sí mismo,
partido por una línea imaginaria
y no obstante cavada en el cemento al pie de la
pirámide.
Si no, cómo podría la extranjera retratarse
perniabierta sobre mi patria como sobre un espejo,
la línea justo bajo el sexo y al reverso:
“Greetings from la mitad del mundo”.
(Niños, grandes ojos rodeados de esqueleto,
y un niño que se llora montañas de siglos tras un burro.)
.
Jorge Enrique Adoum, Curriculum Mortis.


Bio-bibliografía
Poeta, ensayista, dramaturgo y narrador ecuatoriano nacido en Ambato en 1926. Inició estudios de Derecho y Filosofía en la Universidad Central del Ecuador y los terminó en la Universidad de Santiago en Chile, país al que -antes de cumplir los 20 años- se vio obligado a exiliarse por participar en actividades políticas contra el gobierno dictatorial de Carlos Arroyo del Río. En Santiago se relacionó y entabló amistad con Pablo Neruda, quien de inmediato lo nombró su secretario particular. A su regresó a Ecuador en 1948, inició una larga carrera literaria alternando su labor poética con la docencia y la dirección de varias instituciones culturales. En 1963, comisionado por la UNESCO, viajó por Egipto, India, Japón e Israel en un programa de integración de las culturas orientales y occidentales. Posteriormente se radicó en Paris, donde fue, sucesivamente, lector de literatura en español, portugués y catalán para las ediciones Gallimard, periodista de la radio y la televisión de Francia y traductor de la ONU y la OIT.Es autor de más de veinte libros de poesía y ganador de importantes premios, entre los que se cuentan: Premio Nacional de Poesía de Ecuador en 1952; premio "Casa de las Américas" 1960, "Premio Xavier Villaurrutia" de México en 1976, y el "Premio Nacional de Cultura Eugenio Espejo" en 1989, la más alta presea cultural del gobierno ecuatoriano, por el conjunto de su obra. Fue nominado para el Premio Cervantes. Ha cultivado además el teatro, la novela y realizado una notable labor crítica con ensayos sobre los poetas Valéry, Rilke, Eliot, Maiakovski, García Lorca, Hugues y Vallejo, recogidos en Poesía del siglo XX.
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Entre sus principales obras están: Ecuador amargo (1949), Los orígenes (1952), El enemigo y la mañana (1952), Dios trajo la sombra (1959) y El dorado y Las ocupaciones nocturnas (1961), volúmenes que conforman Los cuadernos de la tierra (1961), notable esfuerzo poético por recuperar las experiencias históricas del hombre ecuatoriano desde sus orígenes hasta los dolorosos tiempos de la conquista y colonización. Con Notas del hijo pródigo (1951), Relato del extranjero (1953), Y me fui con tu nombre por la tierra (1964), Curriculum mortis (1968), Prepoemas en postespañol (1979) y No son todos los que están (1980) mostró esas mismas inquietudes y otras personales, y fue abandonando el exaltado lenguaje poético de su primera etapa en busca de una expresión coloquial de matices variados, aptos para mostrar su visión del hombre contemporáneo. El sol bajo las patas de los caballos (1975) y La subida a los infiernos (1976) son sus aportaciones al teatro, y consiguió un notable éxito con su novela Entre Marx y una mujer desnuda (1976). Entre sus trabajos de crítica literaria se cuentan Poesía del siglo XX (1957); La gran literatura ecuatoriana del 30 (1984); Sin ambages (1989), Texto y contextos (1989); y Guayasamín: el hombre, la obra, la crítica (1997).
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"(...) acabo de aprender que un grupo puede ser uno
o sea que no estoy tan solo como creía
que me hago compañía sin saberlo
pero mis otros yo me aburren tanto
que siempre vale más estar solo
que mal acompañado (...)"