Heráclito
(...) El fragmento como obra no es un rasgo de la modernidad, sino de la prehistoria. Los primeros ensayos mínimos no fueron los apuntes románticos, "fragmentarios de nacimiento", ni las máximas de La Rochefoucauld, ni siquiera los aforismos de Heráclito y Demócrito: fueron los refranes, anteriores a la escritura. Cuando aparece la escritura, no desaparece la creación de microtextos memorables. Continúa doblemente: de manera tradicional y ahora también por escrito, gracias a un escritor muy crítico y original: Heráclito. Según Havelock (The literate revolution in Greece and its cultural consequences, pp. 240-247), los autores de poemas filosóficos (Parménides, Jenófanes, Empédocles) critican el saber de Homero y Hesíodo, pero todavía escriben en hexámetros, como ellos. En cambio, Heráclito escribe en prosa, se aleja del hexámetro y del recitado con acompañamiento musical, acude a la frase sentenciosa del refrán tradicional y la transforma, con evidente voluntad de estilo.
Gabriel Zaid, Citas y aforismos, Letras libres, octubre 2003.