Dir.: Pablo Larrían
Int.: Mariana Di Girolamo, Gael García Bernal, Paola Giannini, Santiago Cabrera, Giannina Fruttero, Catalina Saavedra, Eduardo Paxeco, Mariana Loyola
¿De qué va?: Después de que un traumático incidente desestabilice su vida familiar y su matrimonio con el tempestuoso coreógrafo Gastón, Ema, una bailarina, se embarcará en una odisea de liberación personal.
Int.: Mariana Di Girolamo, Gael García Bernal, Paola Giannini, Santiago Cabrera, Giannina Fruttero, Catalina Saavedra, Eduardo Paxeco, Mariana Loyola
¿De qué va?: Después de que un traumático incidente desestabilice su vida familiar y su matrimonio con el tempestuoso coreógrafo Gastón, Ema, una bailarina, se embarcará en una odisea de liberación personal.
Reseña: Para Pablo Larraín, Jackie (2016) no solo supuso su debut en el cine norteamericano, sino también su primer largometraje centrado en un personaje femenino. Hasta entonces había conseguido reconocimiento internacional a base de historias tan masculinas y sensibles como Neruda (2016), El club (2015) y No (2012). Puede que el haberse encargado de dirigir el poco convencional biopic de una de las primeras damas más icónicas de la historia de los Estados Unidos haya despertado el interés del director chileno en explorar más la psique femenina, y como fruto de ello ha dado forma y vida a Ema, el estudio de un personaje cuya idea de la maternidad, el arte, el amor y el sexo está lejos de cualquier convencionalismo.
La película comienza con Ema sufriendo el escarnio público, la vergüenza ¿y el arrepentimiento? de haber devuelto al niño que adoptó junto a su marido. Ella baila al son que él, coreógrafo de profesión, le marca. No obstante, en la intimidad, se lanzan mutuamente reproches que son puro veneno, y con una frialdad profundamente incómoda. Pero llega un momento en el que Ema se libera con la ayuda de sus amigas, armada con un lanzallamas y a ritmo de reggaetón, música que su marido detesta, y pone en marcha un plan cuyo retorcido propósito no cobrará completo significado hasta el final de la historia. El fuego se convierte en un elemento inherente a Ema, pues se revela como una mujer que abrasa como un incendio allá por donde pasa. En un momento dado, su marido, un estupendo como de costumbre Gael García Bernal, le recrimina que no siempre puede hacer lo que quiere, y ella va a entregarse a fondo para demostrarle lo mucho que se equivoca.
Pese a lo inclasificable de la propuesta y lo deslavazado del guion, ni Pablo Larraín ni ese gran descubrimiento que es Mariana Di Girolamo dando vida a Ema pierden ni por unos instantes el norte, y todo está pensado para alimentar el misterio, la fascinación y la perplejidad de las acciones amorales de esta femme fatale urbana. Es un acierto que nunca se tome partido acerca de su conducta pero, puestos a hacer una defensa del reggaetón como medio de liberación de la mujer, la aproximación del film al denostado estilo musical es bastante tibia, si bien Ema seduce a sus incautas víctimas como si de un perreo se tratase, invadiendo su espacio personal y con sensualidad desbocada. Impecablemente iluminada por Sergio Amstrong, Ema arranca con una fuerza arrolladora que se extingue un poco conforme se desarrolla la trama, pero resulta bastante improbable que nos olvidemos del personaje que da nombre, alma y gasolina a la película.
7/10