Dir.: Ridley Scott
Int.: Russell Crowe, Cate Blanchett, Mark Strong, Kevin Durand, Oscar Isaac, William Hurt, Max von Sydow, Matthew Macfadyen, Eileen Atkins, Danny Huston
¿De qué va?: Cuando el rey Ricardo muere en el campo de batalla su hermano menor Juan le sucede en el trono, ignorando que los franceses van a tenderle una trampa. Mientras tanto, uno de los mejores arqueros del reino, Robin Longstride, viaja hasta el pueblo de Nottingham, donde un sheriff corrupto se está aprovechando de las miserias de los lugareños.
Opinión: Mucho ha cambiado esta enésima versión cinematográfica de la leyenda de Robin Hood desde que se anunciara el proyecto hace más de dos años. En un principio se iba a llamar Notthingham e iba a contar la historia desde el punto de vista del malvado sheriff, solo que esta vez el malo era el arquero y no él. Luego se suponía que Robin y el sheriff iban a ser la misma persona y que Sienna Miller encarnaría a lady Marian. Tuvo que pasar la huelga de guionistas para que se pudiera reescribir un guión que satisficiera al sólido tándem formado por Ridley Scott y Russell Crowe, pues sin ellos probablemente esta revisión no habría salido a flote después de tantos problemas, líos de financiación y de producción incluidos.
Jamás sabremos cómo habría sido la película como estaba pensada desde el comienzo (Crowe la define como un CSI con flechas en vez de balas) pero lo que está claro es que al final se ha optado por contar la historia de siempre, sin riesgos, con los clásicos héroes, villanos y damiselas en apuros, solo que esta vez en clave de precuela. Se trata pues de dar un nuevo enfoque a un personaje legendario como ya se hizo hace años con El rey Arturo, que consiste en utilizar un trasfondo supuestamente más realista, endosar una infancia traumática al héroe, darle una personalidad más aguerrida a su chica y poco más.
Robin Hood es más entretenida de lo que parece, aunque dure más de dos horas como establece el canon invisible de este tipo de películas épicas/históricas, pero lo verdaderamente destacado del asunto es que su historia, más simple que compleja, tiene una falta acuciante de la mencionada épica, y no me refiero a la parte de acción, sino a la ausencia de drama y de emoción. Ya que todo el mundo la compara con Gladiator, en aquella sentíamos el dolor y la rabia de Máximo al perder a su familia y llegábamos a odiar profundamente a Cómodo, lo que ayudaba a ponernos en situación. Pues bien, para no entrar en detalles de lo que ocurre en Robin Hood, digamos que se asemeja más a la muy divertida película animada de Disney: apta para públicos de todas las edades.
El trabajo técnico es notable, no podría ser menos con el curtido Ridley Scott detrás de las cámaras, y cuenta con actuaciones destacadas de Cate Blanchett y Mark Strong que destacan por encima de un correcto Russell Crowe, pero me remito a lo anterior, la falta de épica no se encuentra en las escenas de acción, que tampoco son nada que no hayamos visto antes, sino en la historia y en los planos personajes. Nada que no se pueda corregir en la presunta secuela.
6’5/10
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