Sobre un bote salvavidas, dos mecanógrafas y la ausencia de Mary Jane

- Anne Hathaway (Los miserables) protagonizará y producirá The Lifeboat, adaptación cinematográfica de una novela de Charlotte Rogan editada en España bajo el título Los náufragos. El relato versa sobre el hundimiento de un crucero de lujo en el verano de 1914, centrándose en una mujer recién casada que ha perdido a su marido en la tragedia y que es salvada por un bote salvavidas en el que subsistirá junto con otros supervivientes durante 21 días. William Broyles Jr. (Banderas de nuestros padres) se está encargando de escribir el libreto y de momento no cuenta con un director asignado al proyecto.

- Por su parte, Keira Knightley (Anna Karenina) también ejercerá de estrella y productora de otra adaptación literaria, en este caso de la novela The Other Typist (La otra mecanógrafa) de Suzanne Rindell. La historia está ambientada durante la época de la Ley Seca en 1922 y gira en torno a una apocopada mecanógrafa que trabaja en una comisaría del Lower East Side de Nueva York transcribiendo los testimonios de los criminales. Su vida cambia por completo cuando entra a trabajar otra mecanógrafa mucho más liberal y extrovertida que le descubre los placeres ocultos que le reserva la ciudad. De momento tampoco se ha contratado a un realizador para el proyecto.

- Casey Affleck (Un golpe de altura) es el último intérprete en sumarse al elenco de Interstellar, el nuevo proyecto de Christopher Nolan (El caballero oscuro: La leyenda renace) que, como no podía ser de otra manera, es de primera categoría: Matthew McConaughey, Anne Hathaway, Jessica Chastain, Michael Caine y Bill Irwin (La boda de Rachel) ya están confirmados en esta superproducción que girará en torno a un grupo de exploradores espaciales que realizan un viaje a través de un agujero negro, introduciéndose así en otra dimensión.

- El cineasta Thomas McCarthy (Win Win; Ganamos todos) dirigirá un filme sobre los abusos sexuales cometidos por la Iglesia católica. Matt Damon (Behind the Candelabra) suena con fuerza para encarnar a su protagonista, un periodista del Boston Globe que destapó los escándalos de pederastia que la archidiócesis de Boston intentó ocultar. John Singer (Fringe) es el autor del libreto de esta película que aún no tiene título y que tendrá un estilo similar al de Todos los hombres del presidente.

- La primera vez que se supo del proyecto su nombre apareció asociado, aunque después no se supo más. Hablamos de Anna Kendrick (Dando la nota) quien finalmente ha sido confirmada para Into the Woods, adaptación cinematográfica de un musical de Broadway que dirigirá Rob Mashall (Piratas del Caribe: En mareas misteriosas) con un extenso y lujoso reparto: Meryl Streep, Johnny Depp, Emily Blunt, Jake Gyllenhaal, Chris Pine, James Corden, Tracey Ullman y Christine Baranski lo conforman hasta el momento.

Kendrick interpretará a Cenicienta, quien está casada con un vanidoso príncipe (Pine) y que se cruza con los protagonistas de la historia, un panadero y su mujer (Corden y Blunt), quienes buscan a la bruja (Streep) que les ha lanzado un hechizo por el que no pueden formar una familia. Por cierto que Daniel Huttlestone, el chaval de Los Miserables, también se ha unido al elenco para dar vida a Jack, el de las habichuelas mágicas.

- Y ahora pasamos a otra Cenicienta, la de la versión en acción real que está preparando Disney bajo la dirección de Kenneth Branagh (Thor). Helena Bonham Carter (Grandes esperanzas) dará vida a la hada madrina de la protagonista, encarnada por Lily James (Downton Abbey). Además, se ha fichado a Richard Madden (Juego de tronos) para el papel del príncipe azul y a Holliday Grainger (Anna Karenina) y Sophie McShera (Downton Abbey) para que ejerzan de las horripilantes hermanastras. Cate Blanchett como la malvada madrastra cierra el reparto de esta producción que se estrenará el 13 de marzo de 2015 en Estados Unidos.

- Cameron Diaz (Un plan perfecto) será la malvada directora del orfanato en el que se ambientará la nueva versión del musical Annie que protagonizará Quvenzhané Wallis (Bestias del sur salvaje). Will Smith produce el filme que en un principio tendría que ser un vehículo para el lucimiento de su hija, pero ésta se cayó del proyecto por estar ya bastante crecidita. Jamie Foxx (Django desencadenado) asumirá el papel del adinerado hombre que acaba adoptando a la joven huérfana en esta producción que dirigirá Will Gluck (Amigos con derecho a roce). Por cierto que el papel de Diaz se le ofreció a Sandra Bullock en dos ocasiones diferentes.

- Leonardo DiCaprio y Jamie Foxx volverán a trabajar juntos tras Django desencadenado en Mean Business on North Ganson Street, adaptación cinematográfica de un libro de S. Craig Zeber que aún no se ha publicado. El propio escritor se encargará de redactar el libreto, que versa sobre un detective (DiCaprio) que tras descubrir que su esposa es prostituta y que se ha largado con su dinero es enviado a un pueblo de Missouri, donde se aliará con un colega de profesión (Foxx), que ha sido destituido por maltratar a un sospechoso, para impartir justicia a su manera.

- Julianne Moore (La vida de Flynn) se encuentra en negociaciones para asumir un papel muy importante en The Hunger Games: Mockingjay, la conclusión de la saga de Los juegos del hombres, que tal y como ya se ha anunciado estará dividida en dos partes. Moore encarnaría a Alma Coin, líder del Distrito 13, en sendas películas que volverán a contar con la dirección de Francis Lawrence, realizador de En llamas, y con buena parte del reparto de los anteriores filmes con Jennifer Lawrence en cabeza. La primera parte se estrenará en noviembre de 2014 y la segunda un año después.

- A la espera de que se confirme, o no, que Felicity Jones (Hysteria) será la protagonista de 50 sombras de Grey (yo espero que no, por su bien), la joven actriz se ha apuntado a Theory of Everything, biopic sobre Stephen Hawking, el cual será encarnado por Eddie Redmayne tal y como informamos en el anterior bloque de noticias. El filme que dirigirá James Marsh (Shadow Dancer) está centrado en la relación del científico con Jane Wilde, quien se convirtió en su primera esposa a pesar de que le acababan de diagnosticar una enfermedad degenerativa a Hawking y los médicos no le auguraban más de dos de vida.

- A pesar de que Shailene Woodley (Los descendientes) ya filmó sus escenas como Mary Jane para The Amazing Spider-Man 2 (apenas le llevó tres días de rodaje) finalmente su personaje será suprimido de la película porque el director, Marc Webb, ha preferido centrarse en la relación entre Peter Parker y Gwen Stacy (Andrew Garfield y Emma Stone respectivamente) y dejar la presentación de dicho personaje para la tercera parte, que no llegará a los cines hasta el 10 de junio de 2016.

Ahora bien, se desconoce si Woodley seguirá encarnando al personaje, puesto que la actriz podría estar demasiado ocupada con las continuaciones de Divergente, la nueva Los juegos del hambre, por no hablar de ciertas críticas de algunos fans que no ven con buenos ojos la elección de la actriz por no ajustarse a la condición de modelo que tiene el personaje en el cómic. Por cierto que Sarah Gadon (Cosmopolis) tiene un papel de identidad desconocida en esta secuela cuyo rodaje ya ha concluido.

- Finalizamos con la triste noticia del fallecimiento de James Gandolfini a los 51 años de edad por un ataque al corazón sufrido en Roma cuando el actor se encontraba de vacaciones. Gandolfini participó en muchas películas, como Amor a quemarropa, Marea roja, The Mexican, In the Loop, Mátalos suavemente o La noche más oscura, en la mayoría como secundario, si bien el papel por el que será más recordado es el del protagonista de la serie Los Soprano, que le reportó multitud de premios y fama mundial. Descanse en paz.

Entre el amanecer y el atardecer

Hace un par de años, cuando vi por primera vez Antes de amanecer y Antes del atardecer, empecé a escribir una entrada sobre ambas películas, pero nunca pasé de las dos primeras frases. Creo que lo que me pasó fue una mezcla de vagancia y de temor, porque no es lo mismo escribir sobre una película chorra cualquiera que de una que te ha calado muy hondo, porque sientes que debes estar a la altura de las circunstancias y todo lo que escribas de ella te parecerá insuficiente, sobre todo si es de algo que arrastra tantos admiradores (románticos alternativos la mayor parte) como este par de películas. Pero ahora que se estrena Antes del anochecer, la nueva entrega del periplo amoroso de Jesse y Celine, he pensado que es ahora o nunca. Y me he decantado por el ahora.

Todo empezó en 1994 con el encuentro casual entre un chaval norteamericano y una joven francesa en un tren. Ella regresa a casa, a París, pero él debe bajarse en Viena para coger un vuelo que le lleve de vuelta a Estados Unidos. La conversación entre ellos fluye y la atracción es indudable, así que ambos deciden pasar juntos una velada en la capital de Austria conociéndose mejor, hablando de su pasado, sus gustos, sus expectativas de futuro y demás mientras pasean por la ciudad, para descubrir si en realidad existe una conexión especial entre ellos.

Al principio uno puede pensar “Puf, qué aburrido, dos personajes hablando todo el rato sin parar mientras van de un lado a otro, aquí no va a pasar nada” y, por supuesto, habrá quien no encuentre ningún interés en la película y prefiera el prototipo de comedia romántica patentada por Hollywood que muchas veces da una imagen muy distorsionada de lo que son las relaciones y el amor, en la que pasan muchas cosas sin transmitir nada auténtico, pero que nadie se lleve a engaños: Antes del amanecer es la mejor combinación posible entre realismo y amor que haya podido dar el cine.

Porque aquí, más allá de la fantasía de descubrir una ciudad preciosa junto a un atractivo desconocido, sólo se cocina un amor auténtico y a fuego lento entre dos jóvenes que comparten sus ideas, pensamientos, temores, anhelos y demás al tiempo que los espectadores también nos enamoramos de ellos. Si en la escena de la conversación telefónica ficticia no mueres de amor entonces pasa a otra cosa, definitivamente ésta no es no tu película. Lo único que chirría un poco es ese vagabundo que pide dinero a cambio de poemas personalizados, pero todo es tan natural, tanto las situaciones como los diálogos, que se puede pasar por alto perfectamente. El desenlace es la otra concesión que se hace al romanticismo idílico: un pacto sobre reencontrarse dentro de 6 meses, en el mismo lugar, sin intercambiar teléfonos, ni direcciones ni nada. Y de pronto viajamos 9 años hacia el futuro y llegamos a…

Antes del atardecer. Uno de los principales atractivos de esta ahora trilogía de Richard Linkater es que el tiempo que pasa entre cada película es real tanto en la ficción como en la realidad, 9 años entre una y otra, un tiempo demasiado largo para los ritmos en los que se mueve la industria cinematográfica actual, pero que nos permite ver cómo envejecen los actores sin necesidad de maquillaje y ser plenamente conscientes del paso del tiempo. Y así es cómo redescubrimos a Jesse y Celine, esta vez en París y en un encuentro más breve que el anterior pero mucho más cargado de emociones.

Ambas películas me gustan casi por igual pero me resulta más interesante esta secuela porque ya conocemos a estos personajes y queremos saber qué ha sido de ellos durante todo este tiempo, qué es de sus vidas, si han cambiado en algo y, sobre todo, si se reencontraron seis meses después en aquella estación de Viena. La química entre Ethan Hawke y Julie Delpy va a más y ambos ya están prácticamente mimetizados con sus personajes, no por casualidad, ambos participaron en la escritura del guión junto a Linkater. En esta ocasión, las muestras de romanticismo son prácticamente nulas, salvo por esa dulce canción que toca Delpy con la guitarra hacia el final de la película, porque Antes del anochecer no es un sueño romántico sino un reencuentro en el que las decisiones pasadas y la propia madurez pesan como una losa.

La escena clave es la conversación que la pareja mantiene en el coche, un plano frontal fijo donde ambos se dan cuenta de cómo marcó su breve encuentro al otro, y ni siquiera son capaces de dejarse llevar por sus sentimientos porque las responsabilidades y obligaciones propias de la edad pesan demasiado. Ese gesto trucando de Celine, que está a punto de acariciarle la cabeza a Jesse y al final no lo hace, es todo a lo que se reduce este segundo capítulo: un feliz reencuentro con la persona que te marcó hace 9 años con la que sigues conectando pero con la que aún te separan demasiadas cosas para poder estar juntos. La incógnita con la que concluía la película se resuelve en Antes del anochecer, en la que la pareja, ya entrada en los 40, continúa con su historia de amor por Europa, esta vez en Grecia. ¿Qué pasará…?

9/10

O.C: La ronda (1950)

¿De qué va?: En Viena, en la primavera de 1900, un soldado conoce a una prostituta, pero acaba liándose con una criada, que pronto pasa a manos de su señorito, que también mantiene un affaire con una mujer casada, cuyo millonario marido se entretiene con una modista que está enamorada de un poeta, amante de una gran actriz encaprichada con un joven teniente de dragones.

Reputación: Tras su periplo estadounidense, el director alemán Max Ophlus regresó a Europa para iniciar la etapa más brillante de su carrera con esta adaptación de una pieza teatral de Arthur Schnitzler, autor de la novela en la que se basó Stanley Kubrick para rodar Eyes Wide Shut. La obra de Schnitzler escandalizó a la sociedad de por aquel entonces por su forma de abordar las relaciones sentimentales y sexuales, adultero incluido, por lo que la censura no permitió que la obra se representara en su totalidad y eliminó algunas de sus historias. Todas se conservan en la película de Ophlus, la cual además añade un personaje nuevo, un narrador interpretado por Anton Walbrook que funciona como maestro de ceremonias y nexo de unión entre las historias y los espectadores. La ronda, que fue rodada íntegramente en estudio, ganó el premio BAFTA a la mejor película y fue nominada a dos Oscar, mejor guión y mejor dirección artística en blanco y negro.

Comentario: La ronda es un filme revolucionario por tres principales razones: primero, por su contenido sexual, sugerido antes que mostrado por la dichosa censura, lo cual le sirve a Ophlus para introducir una broma metalingüística en una escena en la que el narrador corta los fotogramas en los que se iba a producir un acto sexual; segundo, la depurada técnica del director con los planos secuencia a la hora de pasar de un escenario a otro sin producir ningún corte, y tercero por la propia estructura narrativa del filme, a la que podríamos considerar una de las pioneras del subgénero de historias cruzadas. La recién estrenada 360. Juego de destinos le debe mucho a La ronda aunque sus mensajes vayan por caminos separados. En el caso de la cinta de Ophlus, nos muestra lo efímero del sentimiento amoroso, la hipocresía de la clase burguesa y lo irónico que resulta ser este mundo en el que un día nos permitimos ser vanidosos en el amor y poco después somos los que mendigamos el cariño de otra persona. Todo esto lo podríamos reducir a la siguiente cuestión: ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

Próximo visionado: Superman: La película (1978)

Brillantina, pelucas y tangas plateados

Liberace fue un popular pianista y showman estadounidense que en su día llegó a ser el músico mejor pagado del mundo y, en sus últimos años de carrera, el rey de la extravagancia en Las Vegas. Nunca reconoció abiertamente su homosexualidad, aunque acabase en los tribunales con Scott Thorson, su pareja y asistente personal durante 5 años, pues éste le exigió 113 millones de dólares de pensión cuando la relación terminó. Scott escribió un libro donde habló sobre todos los entresijos de su vida en común que ha servido de base para Behind the Candelabra, la última película de Steven Soderbergh.

Soderbergh ha tenido que sudar mucho para sacar adelante el proyecto. Ningún estudio de Hollywood quería financiarlo por considerarlo “demasiado gay” y cuando la prestigiosa HBO decidió producirlo como TV-Movie de su canal, el cineasta decidió esperar a que Michael Douglas se recuperara de su cáncer de garganta para interpretar a Liberace. Finalmente, la película se estrenó en el canal el pasado mes de mayo batiendo récords de audiencia (2,4 millones de espectadores) previo paso por el Festival de Cannes, donde Douglas se convirtió en uno de los favoritos al premio de mejor actor aunque finalmente no lo ganó.

Behind the Candelabra es el trabajo más sólido de la última e hiperactiva etapa de la carrera de Soderbergh. Sin salirse nunca del esquema de biopic televisivo (se nota la limitación de medios, pero tampoco molesta) nos narra a buen ritmo y con un cuidado look hortera la relación amorosa entre Liberace y Scott, que empieza siendo algo especial, un encuentro entre dos personas solitarias con carencias afectivas, y termina totalmente corrompida debido al materialismo, las falsas apariencias, los celos, los sentimientos posesivos, las infidelidades, las discusiones, las adicciones a pastillas y las malogradas operaciones de cirugía estética. Y pese a todo ello y al exceso en el que estaban envueltas sus vidas, entre ellos había amor y entendimiento, y eso es algo que se ve en la película, que nunca se permite caer en la caricatura y la ridiculización y que trata el morbo implícito en la historia con suma elegancia.

Si la película se hubiera estrenado en el cine, ya estaríamos hablando de las muchas posibilidades que tendría Michael Douglas de ganar el Oscar a mejor intérprete masculino. El actor realiza una de esas interpretaciones que tanto les gustan a los académicos, una transformación total de aspecto, voz y lenguaje corporal. Nunca piensas que estás viendo al marido de Catherine Zeta-Jones con pelucón y mucha pluma, sino al mismísimo Liberace. Ganará el Emmy y el Globo de Oro, faltaría más. Matt Damon también realiza un trabajo brillante durante toda la evolución que experimenta su personaje y tiene una química fantástica con Douglas, mostrándose como una pareja con un alto nivel de intimidad. Del resto del elenco hay que destacar a un Rob Lowe impagable como cirujano plástico adicto a su propio botox. Las caras rígidas que pone no tienen ningún desperdicio.  Sin ir más allá de la corrección, Behind the Candelabra es un notable biopic sobre una estrella que se desvivía para que su fachada de cara a la galería fuera impecable pese a lo tumultuoso de su vida privada.

7’5/10

El Mal en 8mm

Un video casero grabado en Super 8 en el que se muestran imágenes de una familia pasando un agradable tiempo juntos. De repente, el video da paso a unas imágenes terroríficas en las que se ve cómo todos los miembros del clan, salvo uno, son asesinados de forma macabra. Este es el principal instrumento para meternos el miedo en el cuerpo de Sinister, filme de Scott Derrickson, quien intenta redimirse tras perpetrar el desastroso remake de Ultimátum a la Tierra volviendo al género de terror, en el cual se enmarca su mejor filme hasta la fecha, El exorcismo de Emily Rose, una de las mejores películas sobre posesiones demoníacas.

Ethan Hawke interpreta a Ellison, un escritor famoso por sus libros, en los que analiza crímenes célebres. Buscando el éxito que no ha logrado alcanzar desde su primera novela, se traslada junto a su mujer y dos hijos a la casa donde una familia entera fue ahorcada salvo la hija pequeña, a la que nunca encontraron. En el desván de su casa encuentra una caja de películas caseras que le llevarán a obsesionarse con el caso y a enlazarlo con otros crímenes cometidos en otros lugares de Estados Unidos. Sinister resulta ser una película de género muy eficaz porque su historia contiene el suficiente misterio y horror para mantenernos clavados en el asiento durante todo el metraje, salvo cuando peguemos un brinco ante unos sustos la mayoría muy conseguidos.

Sinister toma prestada la idea de The Ring de utilizar el video tradicional como objeto de investigación y misterio sobrenatural y construye a su alrededor una trama sólida que bebe directamente del cine de terror oriental y que está enriquecida por la labor de Hawke, completamente creíble en su bajada a los infiernos mientras su inquietud y obsesión van en aumento, y en la terrorífica banda sonora compuesta por Christopher Young, malrollera, malsana y capaz de poner los puntos de punta al más pintado. El desenlace resulta un tanto precipitado y previsible, pero no por ello es menos coherente con lo mostrado previamente y mantiene la máxima de que una película de terror debe dejar a los espectadores con mal cuerpo después de finalizar.

La parte negativa viene de la mano de unos espíritus infantes que no imponen demasiado ni por maquillaje ni por interpretación y de la incidencia en algunos de los lugares comunes del género, como el rechazo del protagonista a encender las luces cuando oye ruidos raros por la noche, cosas metidas con calzador para despistar o los típicos sustos  basados en el subidón de música y sin razón de ser. Con todo, diría que es una de las mejores películas de terror de los últimos años, en la línea de Insidious de combinar ideas antiguas con modernas, y que en comparación deja a la más taquillera y publicitada Mamá como una peli Disney. Habrá secuela, aunque no sea necesario.

7/10

Una nueva esperanza

Dir.: Zack Snyder
Int.: Henry Cavill, Amy Adams, Michael Shannon, Russell Crowe, Kevin Costner, Diane Lane, Laurence Fishburne, Antje Traue, Ayelet Zurer
¿De qué va?: Clark Kent es un joven que posee poderes sobrehumanos. Cuando era un bebé, fue enviado a la Tierra por sus padres desde Krypton, antes de que el planeta acabara autodestruyéndose. Educado en los valores de su padres adoptivos, Martha y Jonathan Kent, decide emprender un viaje para descubrir sus orígenes, al tiempo que se debate entre mostrarse o no tal y como es al resto del mundo.

Reseña: Superman, el personaje, tiene algo muy importante a su favor: es el superhéroe por antonomasia. Fue el primero en dar el salto del cómic a la pantalla, sus señas de identidad (la S, el traje, su origen extraterrestre, su novia, etcétera) son mundialmente conocidos y tiene la mejor colección de superpoderes: capacidad de volar, vista con rayos X, fuerza sobrehumana… Es casi invencible, pero eso también supone un gran factor en su contra: resulta aburrido. Ni está tan atormentado como Batman, ni problemas de ego como Iron Man, ni su doble identidad le trae tantos conflictos como a Spiderman… La falta de interés hacia el personaje ya se hizo notar en Superman Returns, que sin ser mala cometió el error de mantener la continuidad con las películas protagonizadas por Christopher Reeve, sin perder su ingenuidad ni su hilo narrativo pese a que las separaban casi dos décadas.

En vistas del fracaso relativo de la película de Bryan Singer y del absoluto (y con razón) de otro superhéroe de DC Comics, Green Lantern, Warner decidió hacer borrón y cuenta nueva siguiendo la fórmula que mejor les ha funcionado: el método Nolan, que consiste básicamente en darle un enfoque realista, reflexivo y más serio al mundo del superhéroe sin que por ello deba perder espectacularidad. Y así nace El hombre de acero, que para empezar ha logrado contar una historia sabida por todos y que parezca nueva al mismo tiempo, con la impresionante destrucción del planeta Krypton y el dilema de Clark Kent sobre mostrarse tal y como es ante el resto del mundo (una salida del armario en toda regla), luchar por ellos y aceptar tanto su condición extraterrestre como la humana. Es evidente que todo esto es gracias al padrino, Christopher Nolan, cuyo enfoque realista no le sienta mal al personaje aunque la idea no esté completamente desarrollada, que cuente con algún que otro detalle de guión cuestionable  y que habrá quien añore la positividad y candidez características de Kal-El.

Y luego está el apartado de acción cuyas riendas sostiene  Zack Snyder. El director cambia sus características cámaras lentas por frenéticos zooms digitales que, sin estar del todo mal, provocan que las secuencias de acción resulten confusas en determinados momentos. Nunca hemos visto a un Superman tan combativo como éste, algo que queda evidente en el brutal combate con sus congéneres kryptonianos, pero Snyder se empeña en destrozar cuantos más edificios mejor y llenar toda la pantalla de explosiones, lo cual acaba resultando excesivo. Pero lo que más me ha irritado de la dirección de Snyder es que ha rodado todas las escenas, tanto las íntimas como las más espectaculares, con cámara en mano, provocando cierta monotonía visual y algún que otro mareo.

En el apartado interpretativo nada que objetar. Henry Cavill se muestra como el mejor Superman posible de esta generación, tan atractivo como convincente cuando va de incógnito y cuando se enfunda el traje (que no lleve los calzoncillos rojos por fuera ayuda bastante). Amy Adams es una estupenda Lois Lane, tan aguerrida, impulsiva y entrometida como siempre ha sido el personaje, aunque pierde algo de carácter en el tercio final de la película. Michael Shannon demuestra su buen hacer habitual perfilando un villano a la altura de las circunstancias, sin caer nunca en la caricatura, alguien que no es malo porque sí, sino que lo único que pretende es la perpetuación de su raza. Clark Kent no podría contar con mejores padres que Russell Crowe y Kevin Costner, dos modelos de pensamiento diferentes sobre la forma en la que su hijo debe afrontar sus poderes. Y no quiero pasar por alto a la maravillosa Diane Lane, que expresa perfectamente la comprensión, el cariño y la preocupación propios de una madre.

Si han leído todo hasta aquí sin saltarse ningún párrafo se habrán percatado de que El hombre de acero me ha dado una de cal y otra de arena. En cierto modo pienso lo mismo de ella que The Amazing Spider-Man: ambas son imperfectas, no son de lo mejorcito del subgénero  superheróico pero cuentan con buenos mimbres para mejorar y expandirse en sus inevitables secuelas, y al menos en el caso de El hombre de acero reimagina los orígenes del personaje de manera diferente, más acorde con los tiempos que corren, aunque por ello deba sacrificar un poco de su esencia original. Por último, quiero romper una lanza a favor de Hans Zimmer, quien ha compuesto una partitura excelente que, si bien no resulta tan pegadiza como la mítica música de John Williams, refuerza el carácter épico y espectacular del mesiánico superhombre que llega a nuestro planeta para protegernos de cualquier amenaza. Habrá que ver qué tal se desenvuelve y qué dilemas internos le atormentarán en sus próximas aventuras.

7/10

Ronda de tráilers: The Spectacular Now, The Wolf of Wall Street, Drinking Buddies y Lego: The Movie

Les traigo cuatro tráilers que han salido esta semana y que ya han conseguido asegurarse mi entrada para el día en el que pueda verlas en algún cine… si es que llegan, porque tal y como están las cosas quién sabe. Empezamos con The Spectacular Now, un drama romántico adolescente dirigido por James Ponsoldt (Tocando fondo) que algunos ya han definido como un cruce entre Las ventajas de ser un marginado y (500) días juntos, no en vano, ha sido escrito por los guionistas de esta última, Michael H. Weber y Scott Neustadter, basándose en la novela homónima de Tim Tharp.

La historia se centra en la relación que se crea entre un estudiante juerguista y una adolescente tímida e inadaptada al que aquel utiliza como objeto de un experimento sobre su capacidad de influir en la vida de las personas. Miles Teller (Rabbit Hole) y Shailene Woodley (Los descendientes) protagonizan el filme y ambos recibieron el premio a la mejor interpretación en el pasado Festival de Sundance. La pareja está secundada por estupendos actores como Mary Elizabeth Winstead (Tocando fondo), Kyle Chandler (La noche más oscura), Jennifer Jason Leigh (Synecdoche, New York) o Brie Larson (Infiltrados en clase). Se estrena en Estados Unidos el próximo 2 de agosto, sin que aún haya fecha para el resto de países. Aquí va el tráiler:

 

The Wolf of Wall Street es la quinta colaboración entre Martin Scorsese (La invención de Hugo) y Leonardo DiCaprio (El gran Gatsby) y se trata de la adaptación cinematográfica del libro de memorias de Jordan Belfort, un corredor de bolsa que en la década de los 90  ganaba millones de dólares por minuto traficando acciones y que los gastaba tan rápido como le era posible en drogas, sexo y viajes por el mundo. Hasta que llegó el FBI y le cortó las alas. La película aspira a ser una de las grandes aspirantes de los próximos Oscar aunque el tráiler desvela un tono más desenfadado y enloquecido del que podíamos esperar.

Secundado a DiCaprio, que intentará una vez más que la Academia le dé el reconocimiento que merece desde hace tiempo, nos encontramos con Matthew McConaughey (The Paperboy), al que le auguro una nominación en la categoría de actor de reparto, Jonah Hill (Los amos del barrio), Jean Dujardin (Los infieles) y Kyle Chanler, otra vez, que a este paso se va a convertir en secundario de lujo, aunque él tiene capacidad para eso y mucho más, a la serie Friday Night Lights me remito. Al caso, que la película se estrena el 15 de noviembre en Estados Unidos y el 5 de diciembre en España. Su estupendo tráiler a continuación:

Pasamos a Drinking Buddies, una comedia romántica de corte independiente dirigida y escrita por Joe Swanberg, realizador de uno de los segmentos que componen la película de terror V/H/S. El filme está protagonizado por Olivia Wilde (El cambiazo), Jake Johnson (New Girl), Anna Kendrick (Dando la nota) y Ron Livingston (La extraña vida de Timothy Green) y versa sobre dos amigos que, aun teniendo cada uno a su pareja, comparten muchas noches de cañas y cierta atracción sexual no resuelta, hasta que un fin de semana las dos parejas se van juntas a pasar un fin de semana a la playa y las cosas empiezan a torcerse.

La película se estrenará el próximo 25 de julio en Estados Unidos y dudo mucho que llegue a muchos cines más allá de sus fronteras (a España ni de coña). Al menos espero que saque partido de Olivia Wilde, una de las actrices más bellas y desaprovechadas de la actualidad que hasta ahora no ha hecho ningún papel memorable en el cine, aunque eso podría cambiar con alguna de las ¡siete! películas que tiene pendientes de estreno. Además, Jake Johnson me cae muy bien por ser el gran Nick de New Girl y a Anna Kendrick, en fin, la adoro. Todo esto lo he escrito para engrosar el párrafo, lo siento, ahí va el tráiler.

Terminamos con una seria aspirante a ser la película más divertida del 2013: Lego: The Movie. Los muñecos Lego dan el salto a la gran pantalla de la mano de Philip Lord, Chris Miller (Lluvia de albóndigas) y Chris McKay (Robot Chicken). El protagonista de la historia es Emmet, un “trabajador de la enseñanza” en el mundo de Lego que tiene nulas habilidades creativas y que sólo sabe construir a partir del manual proporcionado. Sin embargo, es confundido con un “MasterBuilder”, por lo que se verá obligado a evitar que un malvado tirano “pegue” el mundo de los Lego con el de los humanos.

La película cuenta con las cuerdas vocales de Chris Pratt (La noche más oscura), Elizabeth Banks (Movie 43), Will Arnett (Arrested Development), Alison Brie (Eternamente comprometidos), Morgan Freeman (Objetivo: La Casa Blanca), Liam Neeson (Venganza: Conexión Estambul), Will Ferrell (En campaña todo vale) y de Nick Offerman (Tocando fondo) entre otros. Además, habrá numerosos cameos de personajes famosos, tal y como se puede ver en el simpático tráiler. Se estrenará el 7 de febrero de 2014 tanto en Estados Unidos como en España; miedo me da que a su distribuidora le dé por poner a personajillos patrios a doblar las voces de los personajes. En fin, aquí va el tráiler:

O.C: Descalzos por el parque (1967)

¿De qué va?: Tras pasar unos fogosos días en un hotel neoyorkino, una pareja de recién casados, Paul y Corie, se traslada a su nuevo hogar, un apartamento en el que chocarán por la falta de acondicionamiento del recinto y sobre todo por la disparidad de caracteres entre los cónyuges: mientras que él es un abogado conservador y sensato, ella es bastante alocada y sólo piensa en pasárselo bien.

Reputación: Adaptación cinematografía de la obra teatral homónima estrenada en Broadway en 1963 bajo la dirección de Mike Nichols y escrita por el dramaturgo Neil Simon, quien tomó como inspiración las primeras semanas de su primer matrimonio y que también se encargó de redactar el guión del filme. Gene Sacks fue el escogido para dirigir la película, actor y director teatral de escasa producción cinematográfica cuya película más exitosa llegaría un año después, La extraña pareja, la cual también contaba con un libreto obra de Neil Simon. Dos de los cuatro intérpretes principales de la obra teatral repitieron en la adaptación al cine: Robert Redford y Mildred Natwick, siendo esta última la única que fue nominada al Oscar por su interpretación de la solitaria y cohibida madre de la protagonista. Aunque se le ofreció el personaje de Corie a Natalie Wood, que ya había trabajado con Redford en un par de ocasiones, finalmente fue a parar a Jane Fonda, un sex-symbol de la época con la que el actor ya había coincidido en Me casaré contigo y en La jauría humana. Trece años después volvieron a trabajar juntos en El jinete eléctrico de Sydney Pollack.

Comentario: Simpática comedia romántica protagonizada por una pareja con mucha química y atractivo, aunque el personaje de Jane Fonda resulta a veces un poco exasperante porque es de esas mujeres que van de modernas y libres pero luego están deseando quedarse en casa para prepararle la cena a su marido y hacerle un masaje en los pies cuando llegue de trabajar. La pareja sale reforzada por las intervenciones secundarias de Mildred Natwick y Charles Boyer, el extrovertido y alocado vecino que a todos nos gustaría tener, salvo cuando queramos un poco de intimidad claro. Cuenta con bastantes diálogos muy divertidos y se ve con agrado, aunque no entiendo que se quejen tanto de su  apartamento neoyorkino por ser estrecho y estar en un 5º sin ascensor ¡Ojalá tuviera yo uno así!

Próximo visionado: La ronda (1950)

Las entrañas de la mente

Dir.: Danny Boyle
Int.: James McAvoy, Vincent Cassel, Rosario Dawson, Danny Sapani, Matt Cross, Wahab Sheikh
¿De qué va?: Simon es un asistente de una casa de subastas que se asocia con una banda de criminales para robar un cuadro que vale millones de dólares, pero después de haber recibido un golpe en la cabeza durante el atraco, descubre, al despertarse, que no recuerda dónde ha escondido el cuadro. Cuando las amenazas y la tortura física no producen ningún resultado, el jefe de la banda decide contratar a una hipnoterapeuta para que descubra la ubicación del botín.

Reseña: La carrera de Danny Boye ha tenido sus más y sus menos, pero lo curioso es que ni sus propios seguidores se ponen de acuerdo a la hora de decidir cuáles son sus mejores trabajos. Con Trainspotting prácticamente no hay dudas, pero la cosa cambia ante su película más galardonada, la sobrevaloradísima Slumdog Millionaire, que al igual que 127 horas y Sunshine goza de tantos defensores como detractores. Dudo que alguien coloque Trance como una de las mejores de su filmografía, habrá que ver qué tal envejece con el paso del tiempo, pero a pesar de sus fallos, principalmente de guión, es un entretenimiento muy disfrutable y realizado con mucho oficio.

La primera secuencia, editada de manera brillante, te consigue atrapar de lleno en la trama sobre… ¿el robo de un cuadro? Para nada, ese es tan sólo un Macguffin al más puro estilo Hitchock para poner en marcha el engranaje de una historia que gira en torno a los recovecos de la mente, de su manipulación y sugestión, donde no tardaremos en confundir realidad con fantasía y en la que, al igual que Origen, la clave de todo el entuerto está enterrado en el fondo de ella. Siendo un filme cocinado principalmente en la sala de montaje (y amenizado con una sugestiva banda sonora compuesta por Rick Smith), Boyle ha grabado planos de múltiples angulaciones y movimientos para potenciar el efecto onírico que desprende la historia.

Pero sin duda alguna, el mejor efecto especial de Trance es Rosario Dawson. Su personaje es una de las mejores femme fatales del cine contemporáneo: misteriosa, seductora, manipuladora, autosuficiente, frágil… toda una caja de sorpresas y aristas que la actriz aprovecha para entregarse en cuerpo y alma como pocas veces ha podido hacer, hipnotizando tanto a los espectadores como a sus compañeros de reparto, el siempre eficiente y estupendo James McAvoy y Vincent Cassel en un rol que se conoce al dedillo, aunque cuidado, porque nada es lo que parece a simple vista, y cuando creemos que la película tira por un lado da un volantazo y resulta ser algo completamente diferente, y así hasta en tres o cuatro ocasiones.

Y ese es el mayor problema de Trance, que a partir de mediadios del segundo acto empieza a hacer una serie de cabriolas argumentales que retuercen más y más la historia hasta que acabas la película con demasiadas dudas a pesar de las largas explicaciones, y cuando te pones a ordenar los hechos en tu cabeza descubres que hay demasiadas incongruencias en la trama, que es más simple de lo que aparenta por lo tramposilla que es. Con todo, se trata de un truco de ilusionismo rabiosamente entretenido y sofisticado pese a que su magia no resulte tan fascinante cuando echas un vistazo detrás de la cortina.

6’5/10