Mostrando entradas con la etiqueta Obispos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Obispos. Mostrar todas las entradas

domingo, 1 de mayo de 2016

COMENTARIOS ELEISON - DECLARACIÓN DE OBISPOS - II





Número CDLIX (459)
30 de abril de 2016

Declaración de Obispos – II

Mons. Williamson




Una verdaderamente diabólica desorientación
Clamó por otro obispo y de allí su consagración.

He aquí la segunda y última parte de la declaración de los obispos en la consagración de Monseñor Tomás de Aquino en Brasil el 19 de Marzo, seis semanas atrás:

Sin embargo, lo más grave de todo en nuestro siglo 21ero es tal vez la masa de Católicos, tanto clérigos como laicos, quienes todavía siguen dócilmente a los destructores. En cuanto a los hombres de Iglesia, ¿cómo pueden algunos de los destructores no estar conscientes de lo que están haciendo? Debe ser por esa “desorientación diabólica” evocada ya antes del Concilio por la Hermana Lucía de Fátima. Y, en cuanto a los laicos, ¿cómo es que muchos de ellos todavía no ven que la Autoridad católica solamente existe para establecer la Verdad católica, y una vez que la Autoridad traiciona esa Verdad, pierde su derecho a ser obedecida? Debe ser por la misma “desorientación”. Entonces, ¿en qué consiste exactamente esta desorientación? En la pérdida de la Verdad, en la pérdida progresiva de todo sentido de la existencia misma de una verdad objetiva, porque los hombres han querido librarse de la realidad de Dios y sus creaturas, y reemplazar esa realidad con su propia fantasía, con el fin de poder hacer lo que les da la gana. Siempre la falsa libertad.

Pero Dios no abandona a Su Iglesia y entonces en los años 1970 Él suscitó a Monseñor Lefebvre para venir en su ayuda. Monseñor comprendió que en el Concilio, el Papa y sus hombres afines estaban abandonando la Tradición de la Iglesia en el nombre de la modernidad, y, haciendo esto, terminarían por destruir la Iglesia. Por una especie de milagro, él logró constituir dentro de la Iglesia una sólida resistencia a la destrucción en curso, bajo la forma de una Fraternidad Sacerdotal que él dedicó a San Pío X, un Papa muy perspicaz respecto a la corrupción de los tiempos modernos. Pero las autoridades Romanas no soportaban que alguien rechazara su supuesta “renovación” del Vaticano II, entonces hicieron todo lo que estaba en su poder para hacer que la resistencia del Arzobispo desapareciera.

Sin embargo, él los enfrentó y con el fin de garantizar que su obra de inmensa importancia para la defensa de la Tradición Católica sobreviviera, en 1988 procedió a consagrar cuatro obispos contra la voluntad expresa de las autoridades Romanas extraviadas, pero de acuerdo con la voluntad implícita de todos los Papas desde el inicio de la Iglesia, con la excepción de los últimos cuatro, todos ganados por el Concilio.

Esta heroica decisión de Monseñor Lefebvre estaba ampliamente justificada por los eventos, notablemente la decadencia ininterrumpida de las autoridades de la Iglesia, cuyo único deseo era conformar a la Iglesia con el mundo corrompido de hoy. De estos cuatro obispos, el que hablaba español debía instalarse en América del Sur para ocuparse de los fieles que querían conservar la Fe de siempre en todo este continente antes tan católico, pero donde ya no había obispos seguros para llevar las almas al Cielo.

Desgraciadamente la decadencia ha continuado desde entonces, sólo que ahora es la Fraternidad San Pío X la que a su vez está cayendo víctima de la corrupción universal por su Capítulo General del 2012, donde sus jefes, bajo su Superior General, la hicieron volcarse hacia el Concilio. En lugar de insistir sobre la primacía de la doctrina católica de siempre, de la Tradición, ellos abrieron la puerta a un acuerdo con la Roma oficial, consagrada al Concilio. Y así desde el 2012, la misma desorientación se abre paso dentro de la Fraternidad, en cuyos obispos, al menos por el momento, no se puede confiar más. Eso es muy triste pero totalmente normal en el estado actual de la Iglesia y del mundo. De ahí que, una vez más, un obispo confiable necesita ser consagrado para asegurar que la Fe inmutable sobreviva, especialmente en todo un continente de almas que necesitan un verdadero pastor para salvarse por la eternidad.

¡Que Dios esté con él! Roguemos a la Santísima Virgen María para que Ella lo conserve fiel bajo Su manto, fiel hasta la muerte.


Mons. Jean-Michel Faure.
Mons.
Richard Williamson.

sábado, 23 de abril de 2016

COMENTARIOS ELEISON - DECLARACIÓN DE OBISPOS - I




Número CDLVIII (458)
23 de abril de 2016

Declaración de Obispos – I

Mons. Williamson




Tenemos un tercer Obispo de la Resistencia ahora,
Cómo y por qué, una Declaración menciona.

El 19 de Marzo, hace poco más de un mes, Dom Tomás de Aquino fue pacíficamente consagrado obispo para beneficio de las almas que desean en todo el mundo mantener la verdadera fe católica. Así como cuando Monseñor Faure fue consagrado justo un año antes, la ceremonia fue bellamente organizada por los monjes del Monasterio de la Santa Cruz en las montañas detrás de Río de Janeiro, en la Catedral-almacén de acero del Monasterio, hermosamente decorada para la ocasión como el año pasado. El tiempo estuvo seco y cálido sin ser demasiado cálido. San José hizo que todo se desarrollara sin problemas. Le debemos un gran agradecimiento.

Asistió un poco más de gente que el año pasado, aunque la mayoría eran de lugares cercanos dentro de Brasil. No hubo periodistas presentes y el evento fue apenas mencionado incluso en las fuentes de noticias católicas Tradicionales. ¿Hubo una conspiración de silencio? ¿Se corrió la voz de no prestarle atención? No importa. Lo que sí importa es lo que Dios parece estar sugiriendo, a saber, que la supervivencia de la fe no requiere en este momento de publicidad o de darse a conocer, sino que quizá convendría deslizarse hacia las sombras, desde las cuales la Iglesia puede bajar suavemente a las catacumbas a la espera de su resurrección luego de que la tormenta en el mundo, la cual promete ser humanamente terrible, se haya llevado a cabo.

En cualquier caso tenemos ahora otro obispo, firmemente en la línea de Monseñor Lefebvre, y en el lado Oeste del Atlántico. Tal como Monseñor Faure, él conoció bien a Monseñor y fue un confidente suyo. Monseñor Tomás de Aquino nunca trabajó con Monseñor Lefebvre directamente dentro de la FSPX, pero debido a que él no era miembro de la Fraternidad, Monseñor pudo haberse sentido más libre para compartir sus pensamientos e ideas con él. Ciertamente él le dio al joven monje consejos invaluables en más de una ocasión, los cuales Monseñor Tomás nunca ha olvidado. Los Católicos creyentes no están equivocados – ha habido pocas excepciones a la reacción abrumadoramente positiva por el regalo de Dios de otro verdadero pastor de almas.

Al momento de la consagración, los dos obispos consagrantes hicieron una Declaración que no ha tenido todavía mucha publicidad. Ésta expone en profundidad el fundamento de la consagración, mostrando cómo este evento, aparentemente extraño, no es realmente extraño en absoluto, sino muy natural dadas las circunstancias. He aquí la primera parte de la Declaración. La segunda parte tendrá que seguir en el “Comentario Eleison” de la semana próxima.

Nuestro Señor Jesucristo, habiéndonos advertido que en su segunda venida la fe habrá casi desaparecido de la faz de la tierra (Luc. XVIII, 8); se deduce que a partir del triunfo de su Iglesia en la Edad Media, ella sólo podía conocer un gran declive hasta el fin del mundo. Tres agitaciones en particular han marcado este declive: la del protestantismo que rechazó a la Iglesia en el siglo XVI; la del liberalismo que ha rechazado a Jesucristo en el siglo XVIII; y la del comunismo que ha rechazado a Dios completamente en el siglo XX. Sin embargo, lo peor de todo fue cuando esta Revolución por etapas logró finalmente penetrar en el interior de la Iglesia gracias al Concilio Vaticano II (1962–1965). Queriendo acercar la Iglesia al mundo moderno que tanto se había alejado de ella, el Papa Paulo VI supo hacer adoptar por los Padres del Concilio “los valores de dos siglos de cultura liberal” (Cardenal Ratzinger).
Lo que los Padres adoptaron fue el triple ideal de Revolución Francesa, en particular: la libertad, la igualdad y la fraternidad Revolucionarias bajo la forma respectivamente de la libertad religiosa, que realzando la dignidad humana, implica la elevación del hombre por encima de Dios; de la colegialidadque promoviendo la democracia nivela y subvierte toda autoridad en la Iglesia; y del ecumenismo, que al alabar a las falsas religiones, implica la negación de la divinidad de Nuestro Señor Jesucristo. Y en el medio siglo transcurrido desde el fin del Vaticano II, las consecuencias mortales para la Iglesia de esta adopción de los “valores” Revolucionarios se han hecho cada vez más evidentes, culminando en los gravísimos escándalos casi cotidianos que manchan el pontificado del Papa reinante.

Kyrie eleison.


sábado, 5 de marzo de 2016

COMENTARIOS ELEISON - ¿OBISPOS VÁLIDOS? - III




Número CDLI (451)
05 de marzo de 2016

¿Obispos Válidos? – III

Mons. Williamson




Una ambigüedad y duda diabólicas
Están volviendo Iglesia y Obispos al revés.

El presentar los argumentos del Padre Calderón sobre el Neo-rito de Consagración de Obispos como siendo “Muy probablemente válido” no significa defender el Novus Ordo como un todo, ni decir que no hay problema con este Neo-rito. Sí significa que el problema debe ser medido no por emociones exaltadas sino por la teología sacramental de la Iglesia, dominio en el cual es apto que ocurra, como dice el proverbio, que “Los tontos se abalanzan donde los ángeles no lo osan”. He aquí los argumentos del Padre Calderón, todavía sumamente resumidos:

Lo que se necesita para garantizar la validez de un Rito sacramental es aprobación de largo arraigo en la Iglesia. Debido a que el Neo-rito de Consagración Episcopal (NCE) es un rito totalmente nuevo, fabricado bajo Pablo VI en la secuela del Vaticano II, no tiene tal garantía. Más aún, el espíritu anti-litúrgico de ese Concilio, su colegialidad cuasi-herética y su espíritu anti-autoritario, formando éstos el contexto en el cual el NCE fue fabricado, se combinan para plantear una duda sobre su validez: ¿ha sido la nueva Materia en el NCE tan cambiada como para invalidar el sacramento? ¿Muestra el NCE la Intención de su promulgador del nuevo Ritual, la de hacer un Rito para consagrar obispos para “hacer lo que hace la Iglesia” (y siempre ha hecho)? Y, la Forma ¿ha sido oficialmente establecida por la Iglesia? ¿Y expresa suficientemente, no necesariamente la gracia del obispado a ser conferido, sino al menos el orden episcopal que necesariamente implica esa gracia?

sábado, 27 de febrero de 2016

COMENTARIOS ELEISON - ¿OBISPOS VÁLIDOS? II



Número CDL (450)
27 de febrero de 2016

¿Obispos Válidos? – II

Monas. Williamson



La Neo-iglesia es ambigua por donde se la mire,
Pero almas inocentes dentro de Ella, aún ahora vemos.

Un estudio reciente por un teólogo competente de la Fraternidad San Pío X concerniente a la validez del Neo-rito de Consagración de Neo-obispos introducido en 1969, provee notable confirmación del segundo punto del plan de tres puntos de la Masonería para destruir la Iglesia Católica, plan que el moribundo Cardenal Liénart (1884–1973) supuestamente reveló en su lecho de muerte. El Cardenal fue un neo-modernista principal en el Vaticano II, y seguramente un Masón él mismo. Antes de citar del resumen del testimonio del Cardenal que apareció en estos “Comentarios” (# 121 del 31 de Octubre de 2009), recordémosles a los lectores que la validez de un sacramento católico requiere, además de un Ministro válido, una Forma y una Materia válidas (palabras y acciones en el corazón de la ceremonia), y la Intención sacramental de hacer lo que hace la Iglesia. Todas las otras palabras a ser dichas en la ceremonia constituyen el Rito que rodea y enmarca la Forma. Ahora, del CE 121:

Según reveló el Cardenal, el primer objetivo de la Masonería en el Concilio era el de romper la Misa alterando el Rito Católico de tal manera que a largo plazo la Intención católica del celebrante de “hacer lo que hace la Iglesia” se fuera socavando. Gradualmente el Neo-rito iba a inducir a los sacerdotes y a los fieles por igual, a tomar la Misa como un “memorial” o una “cena sagrada” en lugar de como un sacrificio propiciatorio. El segundo objetivo de la Masonería era el de romper la Sucesión Apostólica mediante un Neo-rito de Consagración episcopal que al final socavaría el poder de Ordenación de los obispos, mediante una Neo-forma no automáticamente inválida pero sí suficientemente ambigua como para sembrar duda y, sobre todo, por un Neo-rito que, como un todo, lograría al final disolver la Intención sacramental del obispo consagrante. Esto tendría la ventaja de romper la Sucesión Apostólica tan delicadamente que nadie siquiera lo notaría (…)