Hace 28 años, Monseñor Lefebvre
dejaba claramente explicitadas cuáles serían las condiciones que él pondría a
los modernistas romanos, para llegar a entenderse con ellos:
«Suponiendo
que de aquí a cierto tiempo Roma nos llame, quiera vernos otra vez y
restablecer conversación, en ese momento soy yo el que pondré las condiciones.
Ya no aceptaré quedarme en la situación en la que estábamos durante los
coloquios. Plantearé la cuestión en el plano doctrinal: “¿Estáis de acuerdo con
las grandes encíclicas de todos los Papas que os han precedido? ¿Estáis de
acuerdo con Quanta Cura de Pío IX, Immortale Dei, Libertas de León XIII,
Pascendi de Pío X, Quas Primas de Pío XI y Humani generis de Pío XII? ¿Estáis
en comunión con estos Papas y con sus afirmaciones? ¿Aceptáis todavía el
juramento antimodernista?¿Estáis a favor del reinado social de Nuestro Señor
Jesucristo? Si no aceptáis la doctrina
de nuestros predecesores, es inútil hablar. Mientras no aceptéis reformar el
Concilio, considerando la doctrina de estos Papas que nos han precedido, no hay
diálogo posible. Es inútil. De este modo, las posturas serán más claras. No
es poca cosa lo que nos opone. No
basta decir: “Podéis decir la misa antigua pero hay que aceptar el Concilio”.
No. No es la misa lo que nos opone, sino la doctrina». (Entrevista
concedida a la revista Fideliter Nº 66, 1988).
Sin embargo, Mons. Fellay sostiene
diálogo con las autoridades modernistas romanas, incluso afirma que el Papa Francisco
está de lado de la FSSPX, y pone como única condición que Roma acepte a la
FSSPX tal como es; por lo tanto, Francisco
ha aceptado las otras condiciones especificadas por Mons. Lefebvre, ha aceptado
la doctrina de los papas preconciliares y ha aceptado reformar el concilio.
En 1988 Mons.
Lefebvre decía:
“Cuando se nos plantee la cuestión de saber cuándo
habrá un acuerdo con Roma, mi respuesta es simple: cuando Roma vuelva a coronar
a Nuestro Señor Jesucristo”. (Conferencia en Flavigny, diciembre de 1988).
Sin embargo, Mons. Fellay pone como única condición para el acuerdo que
Roma acepte a la FSSPX “tal como es”; por
lo tanto, ya ha coronado o está en vías de coronar nuevamente a Nuestro
Señor Jesucristo.
En el año 2008, un antiguo profesor
en el Seminario de La Reja, el P. Jesús Mestre, decía en la publicación oficial
del Seminario:
“Mientras Roma
no cambie, es inútil toda tratativa”.
Sin embargo, Mons. Fellay sostiene constantes, fructuosas y optimistas tratativas con Roma; por lo tanto, Roma ha cambiado.
En una conferencia a sus seminaristas
en septiembre de 1988, decía Mons.
Lefebvre:
“Muchos de los que nos han abandonado para unirse a Roma (conciliar) no
comprendieron justamente lo que es el liberalismo y cómo las autoridades
romanas, desde el concilio Vaticano II, están infestadas de estos errores.
Si lo hubieran comprendido, hubieran huido, la hubieran evitado, se hubieran
quedado con nosotros. Pero ellos no quieren creer en estos errores ¡Es grave!
Porque al acercarse a estas autoridades, uno se contamina forzosamente”.
Sin embargo, Mons. Fellay y sus
colaboradores se acercan y dialogan frecuentemente y cordialmente con las
autoridades romanas sin temer contaminarse los errores; por lo tanto, estas autoridades de hoy ya no están infestadas de
esos errores.
En la misma
conferencia citada anteriormente, decía Mons. Lefebvre: