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viernes, 20 de enero de 2017

LOS APÓSTATAS JESUITAS YA TIENEN SU “OBRA MAESTRA” ANTICATÓLICA




"Silencio". La película impía de Scorsese que justifica y promociona la apostasía, jaleada y promocionada por la Compañía de Jesús




La película "Silencio", estrenada en Estados Unidos el pasado 23 de diciembre y en España el pasado día de Reyes (6 de enero), ha sido dirigida por Martin Scorsese, de 74 años, y está basada en la novela del escritor japonés Shūsaku Endō, publicada en 1966. Tanto la novela como la película, narran la persecución y el martirio que sufrieron los católicos en el Japón del siglo XVII: dos jesuitas, el P. Ferreira y el P. Rodrigues, son enviados a Japón tras tenerse conocimiento en Roma de la apostasía, en 1633, del misionero jesuita portugués Cristóvão Ferreira, interpretado por Liam Neeson. La película ha costado 46 millones de dólares y el equipo ha contado con 750 personas durante el rodaje, que se realizó en Taiwán.

En la novela, los jesuitas llegan a Japón para predicar el Evangelio, que no tiene buena acogida en una sociedad como la japonesa, tradicionalmente pragmática y materialista, y allí se enfrentan a la persecución, por lo que plantea preguntas como si merece la pena perseverar, cómo perdonar a los perseguidores o cómo resistir las torturas. El portugués P. Sebastião Rodrigues, enviado a Japón para consolar a los perseguidos y juzgar al jesuita apóstata, llegará, también él, a dudar de Jesucristo y a preguntarse por el silencio de Dios ante el sufrimiento de sus fieles.

El "silencio" que da título a la película es el supuesto silencio de Dios ante el martirio de los primeros católicos japoneses. Sin embargo, el P. Rodrigues oye la voz de Jesucristo que le pide apostatar pisando una representación de su rostro. Es significativo que, cuando lo hace, un gallo canta en la distancia, en clara referencia a la traición de Pedro; pero, en este caso, al contrario de lo narrado en los Evangelios, justificando la traición y la apostasía: los jesuitas que abjuran lo hacen por misericordia hacia los simples fieles que, por el contrario, están dispuestos a sacrificar su vida por fidelidad a Jesucristo. Tras la apostasía, el Estado proporcionaba a los sacerdotes apóstatas un nombre nuevo, una esposa japonesa y una vida cómoda. Así, el P. Ferreira y el P. Rodrigues se somenten a la sociedad japonesa de la época, en la que se les da un puesto de prestigio como recompensa por haber abjurado de Cristo.

El título, pues, llama a engaño, pues aunque se nos intente convencer del silencio de Dios ante el sufrimiento y el martirio de los pobres católicos japoneses y el dilema de los jesuitas entre apostatar o permitir ese sufrimiento, Jesús acaba hablando... ¡para pedir la apostasía! Dios calla ante el sufrimiento ajeno, pero habla al P. Rodrigues para perdirle que renuncie a su fe. Lo que se pedía a los jesuitas para probar su apostasía era pisar una imagen de Jesucristo, el cual le dice al jesuita: "Písame". O sea, que para animar a renegar de la fe sí habla. Sólo calla cuando sufres, pero habla para que caigas. Conclusión: es Dios quien incita a pecar y, por tanto, es el responsable del mal.

Pero, ¿cuál fue la realidad histórica? El catolicismo llegó a Japón de la mano de San Francisco Javier, jesuita, en 1549. En apenas sesenta años se logró la conversión de unos trescientos mil japoneses sin recurrir a la fuerza. Ochenta y seis señores feudales se bautizaron oficialmente, y muchos más simpatizaban con el cristianismo. Las primeras generaciones de conversos japoneses tuvieron que enfrentarse a diferentes persecuciones locales instigadas por ingleses y holandeses -protestantes-, por los monjes budistas o por la nobleza local, pese a lo cual hubo muchas conversiones en los primeros años. Pero, el 25 de julio de 1587, el gobernador Hideyoshi decretó el exilio de los jesuitas y a partir de 1600 pasó a ser una Iglesia clandestina, perseguida y que dio muchos mártires, aunque consiguió sobrevivir oculta durante los siguientes 250 años, hasta que las persecuciones, que tuvieron un alcance imperial, finalizaran en 1873. En el perído de persecución hubo 93 jesuitas mártires de la fe, de los que tres ya han sido canonizados -San Pablo Miki, San Juan de Goto y San Diego Kisai-, 37 han sido beatificados y los demás tienen abierta la causa de beatificación. Hasta 1908 los jesuitas no regresaron a Japón.

El sacerdote portugués Cristóvão Ferreira, que había quedado como superior de los jesuitas en Japón tras el martirio de sus predecesores, apostató tras cinco horas de tortura en la fosa de Nagasaki. Su apostasía la detalla el historiador jesuita Hubert Cieslik, experto en Japón, en un estudio realizado en 1974. El P. Ferreira tenía 53 años, era jesuita desde hacía 37 y había sido un misionero clandestino durante 19 años. Había vivido dos décadas de persecución y peligros. Era él quien enviaba a Europa la crónica de los martirios de sus feligreses y compañeros. Pero él cedió en tan sólo cinco horas. Por eso los historiadores hablan del "enigma Ferreira".

sábado, 2 de julio de 2016

SOBRE LA CALUMNIA



Podemos trasladar los principios vertidos en esta sencilla historia del telefilm a otra realidad, en nuestros tiempos, mucho menos “naif”, por cierto, respecto de los esparcedores de calumnias a través de la internet. En este caso por parte de sacerdotes y laicos que deciden eliminar “de la cuadra” a otro sacerdote vigilante que servidor de la verdad ha descubierto verdades que comprometen una “reputación” construida publicitariamente. Estos nuevos calumniadores no recurren al anonimato porque, orgullosos y presumidos como son, desean ver sus nombres destacados, a fin de afirmarse como “campeones de la ortodoxia”, “super resistentes”,  “grandes católicos”, etc. Gente incoherente que está dispuesta a todo para “sacarse de encima” a alguien que les molesta, lanzando a los obispos y sacerdotes acusaciones y difamaciones gratuitas de “ruindad”, “demencia senil”, “herejías”, “apostasía”, “blasfemias”, “venderse por una mitra” e incluso llegando a vertir amenazas contra un sacerdote. Afortunadamente, estos desquiciados personajes no han podido ni podrán  evitar que haya quienes sigan vigilantes en las esquinas, que haya quienes en vez de “felecistamente” tragarse las mentiras o preferir dejarlas pasar, que prefieran combatir, esclarecer y poner las cosas en su lugar. Sin hacer propaganda de sí mismos, sin escenificar shows o audiovisuales, sin buscar otra cosa que la sola y pura verdad. Buscando seguir los consejos para imitar a Cristo: “guárdate mucho de la vana complacencia y de la soberbia. Por esto muchos están engañados, y caen algunas veces en ceguedad casi incurable. Sírvate de aviso y de perpetua humildad la caída de los soberbios que locamente presumen de sí”. (Imitación de Cristo, L.III, C. VI)

lunes, 25 de abril de 2016

EL FETICHISMO DE FRANCISCO




  





“La vida imita al arte mucho más que el arte imita a la vida”.
Oscar Wilde.


Luis Buñuel fue uno de los más talentosos directores del cine español, pero fue también uno de los más corrosivos, irreverentes y provocativos, en su relación con el catolicismo. Su temprana educación con los jesuitas se cruzó en su juventud con la influencia de los surrealistas; del anarquismo adolescente pasó luego a formar parte del Partido Comunista en los años del stalinismo. Luego de un breve paso por Hollywood, tras salir de España -al parecer con funciones de espía de la República-, y sin llegar a trabajar allí, recaló en un México que daba la bienvenida a revolucionarios de diversas latitudes, para finalmente volver a España en los años ’60. Aunque había roto tempranamente con la escuela surrealista, su caracter provocador seguiría incorregible. Del surrealismo apreciaba Walter Benjamin un concepto radical de la libertad que había quedado adormecido al decaer la influencia de Bakunin: la liquidación, además, de un ideal de libertad esclerótico-liberal-moral-humanista”. Así las cosas, una de las obsesiones de Buñuel era quitarse de encima la “represión” sufrida en su temprana edad por la rígida educación católica, por lo que recurrió una y otra vez en sus películas a temas y referencias de la cultura católica heredada. A la vez que lo fascinaban las ceremonias religiosas, habiendo perdido la fe, recurría al fetichismo o lo erótico para manifestar su gusto por blasfemar, poniendo en escena tales ceremonias pero insertándoles algún elemento irreverente. Quizás en una búsqueda desesperada por tapar el vacío que no se atrevía a llenar aceptando la fe, recaía una y otra vez en caricaturizar aquello que no podía digerir ni olvidar. El mismo Buñuel perverso que no creía en la verdad, el libertario que no se cansaba de alborotar, el que afirmaba “soy ateo gracias a Dios”, era también el que alguna vez dijo:  “No me gustan los herejes, ni Lutero, ni Calvino. Con ellos la misa se convierte en una conferencia aburrida pronunciada en una sala triste por un hombre vestido de negro. La Iglesia Católica, al menos, ha tenido el mérito de crear un arquitectura, una liturgia, una música que me conmueven.”

El poeta comunista Rafael Alberti dijo por su parte de este director: “Creo que Buñuel, en el fondo, es un hombre religioso y completamente católico, que cree en el infierno y que tiene terrores nocturnos...A él le preocupa enormemente la religión, y que es ése el pensamiento central de casi todas sus cosas...Y hace Nazarín, Viridiana...El hombre que hace eso es que ha tenido una formación como yo, de colegio de jesuitas...esas cosas las tenemos a flor de piel...Y Buñuel ha tenido la valentía de...mostrarla...Se ve que le preocupan de una manera extraordinaria estos problemas. Está latente en todas sus obras...es el pensamiento central de Buñuel...Es realmente curioso que a la persona que parece más avanzada en las artes nuestras, y que es la vanguardia más absoluta, le preocupen las cosas más viejas. Estas preocupaciones son las de una beata española de provincias, llena de terrores y de cosas...Esta preocupación de Luis es tan fantástica...que de pronto se queda uno atónito de que Buñuel tenga la sinceridad de atreverse a exponerla. Pero lo hace con miedo. Porque creo que Buñuel tiene miedo de hacer una profanación...Sólo el que cree blasfema o alaba a Dios; hay que tener una creencia para blasfemar o alabar.” Como fuere, esta contradicción se manifiesta en sus películas, tirando la piedra a la iglesia como un niño que se las da de “comecuras” pero luego no se atreve a ir por más. Un amigo del cineasta contó que la madre de Buñuel había recibido una carta de su hijo en la que le decía “Mira mamá, estoy buscando la fe hasta con cerillas”. Como suele decirse, sin Dios no habría ateos, y sin la verdad católica no habría blasfemos.

Como Francisco, Buñuel era popular entre los enemigos de la Iglesia, incluyendo desde luego los que hacían daño adentro mismo de su estructura visible. Ambos son considerados “transgresores”, y, en el fondo, no tomados muy en serio. Ambos jesuitas, lucharon por quitarse el pesado lastre de encima que representaba la Iglesia de otros tiempos, con la proclamación de sus dogmas y su férrea disciplina. Lo cierto es que la Iglesia del actual Francisco –y la invadida por la secta modernista desde el Vaticano II- está superando la imagen paródica e irreverente con que el cineasta español quería soterrar lo que lo obsesionaba. Si Buñuel viviera hoy probablemente miraría con espanto aquello que él mismo intentara desfigurar en vano. Recientemente observaba Juan Manuel de Prada una excelente ilustración de la falsa caridad provista por la película “Viridiana”, en relación a lo que ocurre hoy con la falsa caridad francisquista. Otra de sus películas nos sirve para indirectamente advertir de qué modo la iglesia conciliar ha llegado en su monstruosa degradación más allá de donde el comecuras Buñuel osó llegar.


En esta escena de “La Vía Láctea”, por ejemplo, se nos muestra el resultado del ecumenismo interreligioso o la igualdad predicada por Francisco ahora hasta con videos incluidos:



miércoles, 20 de abril de 2016

"LA CARIDAD LOCA"




Por Juan Manuel de Prada


Nos advertía Chesterton que el mundo moderno está invadido por las viejas virtudes cristianas que se han vuelto locas. ¿Y cómo se vuelven locas las virtudes? Se vuelven locas cuando son aisladas unas de otras. Así, por ejemplo, la caridad cristiana se convierte en una virtud loca cuando se separa de la verdad; o, dicho más gráficamente, cuando las obras de misericordia corporales se anteponen a las obras de misericordia espirituales. Sobre este peligro ya nos alertaba Donoso Cortés, quien profetizó que una Iglesia que se conformarse con atender las necesidades corporales de los pobres acabaría siendo un instrumento al servicio del mundo, que a la vez que presume de procurar bienestar a sus súbditos se preocupa fundamentalmente de destruir sus almas. Una Iglesia que se desviviera por las necesidades materiales de los hombres (dándoles alimento o asilo, por ejemplo) y se despreocupara de asegurar la salvación de sus almas inmortales habría dejado de ser Iglesia, para convertirse en instrumento del mundo, que por supuesto aplaudiría a rabiar este activismo desnortado.

Para entender gráficamente los efectos de esta caridad loca que aplaude el mundo conviene recurrir, antes que a ciertos teólogos meapilas (que nos ofrecerán una versión almibarada de la caridad por completo ajena al sentido último de esta virtud teologal), a la película "Viridiana", del comecuras Luis Buñuel, pues los comecuras son a su pesar mejores teólogos que los meapilas. En la película de Buñuel, la protagonista –sintiéndose culpable de la muerte de su tío-- renuncia a ser monja de clausura y, en su lugar, decide acoger en su casa a un grupo de mendigos y vagabundos, a quienes brinda refugio y alimento (obras de misericordia corporales), descuidando la salvación de sus almas (obras de misericordia espirituales, que tal vez hubiese asegurado mucho más eficazmente con su oración, en el convento de clausura). Inevitablemente, los mendigos y vagabundos fingirán farisaicamente que la caridad loca y activista de la mentecata Viridiana los ha hecho buenecitos, pero en cuanto se les ofrezca la oportunidad, agredirán y robarán a su benefactora; y, a la vez que perpetran diversos vandalismos, se encargarán también de burlarse sacrílegamente de su fe, improvisando una cena orgiástica en la que parodian la Última Cena. Que es lo mínimo que se merece quien hace de la caridad un activismo desnortado, metiendo al enemigo en casa. Y eso que Viridiana, en su cultivo de una caridad loca, ni siquiera incorpora el pecado del exhibicionismo, que hoy es el aderezo preferido de la caridad loca. Exhibicionismo que se realiza ante las cámaras, en estremecedora y sacrílega burla de lo que Cristo predicó en el Sermón de la Montaña: “Estad atentos a no hacer vuestra justicia delante de los hombres para que os vean”; “Cuando des limosna, no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha”, etcétera. Y es que toda la predicación de Jesús es un combate sin tregua contra la ostentación de las virtudes (que, cuando se ostentan, dejan de ser tales) y contra aquellos que han hecho de su ostentación farisaica un modus vivendi.

La auténtica caridad cristiana mira primero por la salvación del alma del necesitado; y una vez asegurada ésta, atiende sus necesidades corporales. Es lo que hace San Pablo con Onésimo, el esclavo pagano al que primero se encarga de convertir al cristianismo y bautizar; y al que, una vez asegurada la salvación de su alma, envía a Filemón, para que lo acoja en su casa. Invertir este proceso (o postergar sine die lo que San Pablo se preocupó de hacer en primer lugar y sin dilación) es caridad loca que, por supuesto, el mundo aplaudirá a rabiar.


sábado, 12 de septiembre de 2015

11-12 DE SEPTIEMBRE DE 1683: LA BATALLA DE VIENA




1683, 11-12 de Septiembre. Batalla de Viena vs invasión turca. 

En 1682 el Sultán Mehmet IV declaró la guerra y escribió al emperador Leopoldo I: "Primero nosotros le ordenamos a que nos espere en su ciudad de residencia, Viena, para que le podamos decapitar... (...) Nosotros lo exterminaremos a usted y a todos sus seguidores... (...) Los niños y los adultos serán expuestos a las mas atroces torturas antes de ultimarlos en la manera mas ignominiosa imaginable..."

Kara Mustafa Pasha, frente al ejército Otomano del Sultán, llegó a las puertas de Viena y la sitió el 14 de julio. El emperador Leopoldo y la mayoría de las tropas y ciudadanos huyeron de la ciudad, quedando en ella solo 5000 civiles y 11,000 soldados al mando de Ernst Rüdiger von Starhemberg. El número de invasores era superior a los defensores, 20:1. Se propusieron destruir sus murallas socavándolas y dinamitándolas. En Septiembre, los defensores estaban sin comida y extenuados. Los turcos lograron abrir boquetes en la muralla y la ciudad estaba al borde de la derrota cuando providencialmente les llegó auxilio. 

Juan Sobieski n.1629, coronado rey de Polonia en 1674, bien llamado el "León del Norte" vino al rescate. Partió de Cracovia el 15 de Agosto. En camino las tropas visitaron el santuario de la Virgen de Cñestochowa, patrona de Polonia, se consagraron a ella y Sobieski puso a Polonia bajo su protección. El 6 de Septiembre, los polacos cruñaron el Danubio 30km, N.O. de Viena y se unieron con las fuerñas imperiales y otras que habían respondido a la llamada de formar una Liga Santa de defensa con el respaldo del Papa Inocencio XI. (Luis XIV de Francia no respondió y más bien aprovechó la oportunidad para atacar ciudades alemanas).

El 11 de Septiembre las tropas de Sobieski llegaron a Viena. Aunque los turcos les superaban en número (según cálculos de Sobieski, 76,000 vs 300,000), sabían que el futuro de Europa y de la cristiandad estaban en juego. El 12 de Septiembre, temprano en la mañana, Sobieski fue a Misa y se puso en manos de Dios.

La victoria salvó a Europa y frustró el plan de conquista islámica de Europa. Sobieski dio todo el crédito por la victoria a Dios. Dijo: "Veni, vidi, Deus vicit". En agradecimiento a Nuestra Señora por la victoria obtenida, el Papa Inocencio XI extendió la fiesta del Dulce Nombre de María a la Iglesia Universal, el 12 de Septiembre. Comienña la reconquista de Hungría.


OTRO ARTÍCULO


RECREACIÓN FÍLMICA


sábado, 4 de abril de 2015

EL SANEDRÍN






Además de esos gestos, y otros que ha realizado siendo ya Papa, ¿en Evangelii Gaudium encontramos algún aporte reflexivo novedoso sobre el judaísmo?

Hay varias cosas que llaman mucho la atención. Una es que no solo lamenta las persecuciones de las que fueron objeto los judíos, sino, también aquellas de las que “son” objeto ahora e “involucran” a cristianos no solamente con la iniciativa-menos frecuente-, sino además, “con el silencio” -más frecuente-. Es muy interesante que diga que “el diálogo y la amistad con los hijos de Israel son parte de la vida de los discípulos de Jesús” (EG 248). No es una actividad, no es una tarea conveniente, esa amistad ¡es parte de nuestra vida!
Pero lo que contiene más densidad teológica es una afirmación verdaderamente novedosa en el Magisterio, que invita a dar un paso más en la reflexión y en la acción de la Iglesia. Dice que “Dios sigue obrando en el pueblo de la antigua Alianza y provoca tesoros de sabiduría que brotan de su encuentro con la Palabra divina. Por eso, la Iglesia también se enriquece cuando recoge los valores del judaísmo” (EG 249). Esto es muy fuerte. Muchos aceptan fácilmente que los cristianos recibamos la riqueza del Antiguo Testamento, e incluso los aportes del judaísmo anterior a Jesucristo, sin embargo, aquí se habla de los valores actuales, porque se vinculan con lo que Dios “sigue obrando” ahora en ellos. No se dice que debemos convertirlos, que la religión judía tiene que desaparecer, sino que esa religión guarda un valor por la acción sobrenatural de Dios ahora. Lo mismo que expresó Bergoglio al otorgar un doctorado honoris causa a un rabino está expresado ahora con palabras magisteriales, al referirse a los “tesoros de sabiduría” que hoy brotan del encuentro de los judíos con la Palabra divina. Espero que este avance, plasmado en un párrafo breve, sea adecuadamente valorado por los teólogos que estudian las relaciones de los cristianos con el judaísmo y por aquellos que en la Santa Sede se dedican a estas relaciones.
Por otra parte, él retoma una insistencia del Cardenal Kasper, quien sostenía que no deben incluirse los judíos en los proyectos misioneros que procuren la “conversión” de los demás, puesto que el sentido bíblico de la conversión no se aplica propiamente a ellos. El Papa asume esa línea de reflexión al decir que los cristianos no incluimos a los judíos “entre aquellos llamados a dejar los ídolos para convertirse al verdadero Dios (cf. ITes 1, 9). Creemos junto con ellos en el único Dios que actúa en la historia, y acogemos con ellos la común Palabra revelada” (EG 247).

Mons. Victor Manuel "Tucho" Fernández explicando “El programa del papa Francisco. ¿Adónde nos quiere llevar?”, libro editado por la editorial San Pablo.



jueves, 24 de julio de 2014

OTRO AVANCE DEL LOBBY MODERNISTA Y SODOMITA QUE OCUPA EL VATICANO


El Vaticano rehabilita una película "prohibida" sobre Jesús




El diario de la iglesia conciliar dedica tres artículos a Pavolini (Castellani dixit) y su obra inmunda.



Hace 50 años, aunque premiada y exitosa, fue objeto de escándalo y censura. Hoy la Santa Sede la califica como "obra de arte" y "la mejor jamás filmada" sobre Cristo. Su director era un ateo fascinado por el relato evangélico

El exitoso cineasta Pier Paolo Pasolini –asesinado en noviembre de 1975 en circunstancias nunca del todo esclarecidas– leyó el Evangelio según San Mateo, casi por casualidad, en el año 1962 y quedó impactado. Ateo y marxista [y también homosexual. Nota Syllabus], siempre sintió atracción por la religión: "Soy anticlerical (¡no tengo miedo de decirlo!), pero sé que hay en mí dos mil años de cristianismo –decía–. Sería loco si negase tal poderosa fuerza que hay en mí...".



Ateo, marxista y puto: Pasolini.


Y sobre el Evangelio, aseguraba: "Ninguna otra palabra podrá alcanzar la altura poética del relato" bíblico.

Decidió entonces hacer una película, con ese mismo título bíblico (El Evangelio según San Mateo), para la que no le hacía falta un guión: bastaba con la traducción del texto a imágenes. Al estilo del neorrealismo de moda entonces, tampoco apeló a actores profesionales: el papel de Jesús lo hizo un joven militante anarquista catalán, Enrique Irazoqui, mientras que María –en su vejez– fue interpretada por la madre del propio Pasolini. Y así se conformó el reparto: amigos y parientes de amigos interpretaron a discípulos y demás figuras del relato; ningún actor profesional en esta coproducción franco italiana filmada en Sicilia, con estilo sencillo, despojado, casi minimalista.

El film, como se dijo, no se aparta en lo más mínimo del texto bíblico.


El “Cristo” de Pasolini: un anarquista de 19 años fugado de España.


Sin embargo, en el momento de su estreno, en 1964, en el Festival de Venecia, recibió críticas de sectores católicos conservadores, precisamente por lo demasiado "realista", poco "sacra", y fue censurada.

En cierta forma, era también prejuicio hacia su realizador, quien un año antes había sido condenado a 4 meses de prisión –condena más tarde revocada– por "ultraje a la religión de Estado", por otro de sus films –Ricotta– considerado blasfemo. 

Pero El Evangelio según San Mateo, dedicada por Pasolini "al recuerdo querido, alegre y familiar de Juan XXIII", fue bien recibida por el público y obtuvo el premio especial del jurado en Venecia.

Los tiempos cambian, y ahora la película de Pasolini ha recibido el "perdón" oficial de la Iglesia. L'Osservatore Romano, órgano oficial de la Santa Sede, lo define como "la mejor obra cinematrográfica sobre Jesús".

La película de Pasolini se encontraba en el archivo de la Filmoteca Vaticana desde hace varios años. En una revisión del material, el film mostró signos de pérdida de luminosidad e intensidad de las imágenes, por lo que se tomó la decisión de digitalizarlo.

Reconociendo su valor, el diario católico afirma que "la humanidad febril y primitiva que el cineasta lleva a la pantalla confiere un nuevo vigor al verbo cristiano que aparece en este contexto aún más actual, concreto y revolucionario".


Es absolutamente lógico que los modernistas apóstatas romanos quieran esta película y en cambio odien "La Pasión..." de Mel Gibson.


"El Evangelio según San Mateo es una obra de arte, probablemente el mejor film jamás realizado sobre Jesús", se lee en el artículo del Osservatore, que anuncia que la película, rodada en 16 milímetros, ha sido digitalizada por la filmoteca del Vaticano.

De este modo, Pasolini pasa de intelectual herético a artista "canonizado". Giovanni Maria Vian, director del Osservatore Romano, dijo al diario italiano La Stampa que este reconocimiento a Pasolini es "un signo de la Iglesia de la misericordia de Francisco".

Pasolini (admirador de Gramsci) da en su película un “miserabilismo” propio de las ideas de la “Teología de la Liberación” marxista. Su visión era sinceramente antiburguesa, pero enteramente naturalista.

Y en verdad es un merecido homenaje a la fidelidad del director italiano al texto bíblico: la suya fue la primera versión no hollywoodense, edulcorada, de la vida de Cristo, algo que se verifica tanto en la selección de los actores, como en la sencillez de los parlamentos y la simplicidad de la trama, reflejo exacto del estilo del evangelista. El de Pasolini es un Jesús humano, pero esa humanidad está en el relato de Marcos: un Cristo que le teme a la muerte y al sufrimiento que le espera, que le pide a su Padre que se lo evite –"aparta de mí ese cáliz"–; pero nada de eso es blasfemia, sino fidelidad al Evangelio. 

Aunque ateo, Pasolini reivindicaba a Jesús como una figura mítico-popular, un "resistente", un revulsivo para el estilo de vida moderno. "Nada me parece tan opuesto al mundo moderno como aquel Cristo afable en su corazón, pero 'violento' en su razón".

Un Pasolini enteramente decadente y esclavo de sus vicios nefandos vomitaba esta clase de películas, justificándose intelectualmente en el marxismo. Su final fue trágico. 


"Yo no creo que Cristo sea hijo de Dios –decía Pasolini–, porque no soy creyente. Pero creo que Cristo es divino: es decir, creo que en él la humanidad es elevada, rigurosa, ideal".

  

martes, 17 de junio de 2014

sábado, 15 de marzo de 2014

LA DINASTÍA ROTHSCHILD Y EL SATÁNICO NUEVO ORDEN MUNDIAL





Enlace a las videoconferencias en youtube.


Muy interesante serie de conferencias para comprender la trama oculta de la historia revolucionaria que sacude al mundo en los últimos siglos, pues sin conocer los hilos que se mueven detrás de los acontecimientos –y esos hilos han sido movidos fundamentalmente por esta dinastía de banqueros judíos, los Rothschild- no puede entenderse nada de lo que ha venido convulsionando al mundo, en vistas a formar el gobierno mundial del Anticristo. Si bien hay omisiones y opiniones objetables –sobre todo en relación a la Iglesia, pues la disertación no se despliega en base a una  mirada teológica –como podría ser entre nosotros la del Padre Meinvielle- sí vale la pena interiorizarse del abundante aporte de información objetiva de los hechos de la historia que la historiografía oficial nunca se ocupa de señalar, antes bien, de ocultar. La historia de la dinastía Rothschild se compone de ocho video-conferencias - originariamente iban a ser diez pero su autor falleció antes de terminar la serie, a los 51 años. No sabemos si iba a ocuparse del Concilio Vaticano II, pero en vistas de todo lo que hasta el año 1963 se ha venido relatando, es indudable que tal revolución en la Iglesia ha contado con la muy preparada proyección y ejecución de los hombres controlados por los Rothschild, agentes de la Sinagoga de Satanás.
Agregamos a este relato histórico una excelente película alemana del año 1940, donde se muestra el comienzo del poder de esta dinastía.




viernes, 28 de febrero de 2014

AUDIO-CONFERENCIA DE MONS. FELLAY. NOS SIGUEN LLEGANDO TESTIMONIOS DE PERSONAS AFECTADAS






 Seguimos audicionando la apasionante y maratónica conferencia de Mons. Fellay en La Reja, en aquel convulsionado 2012.



Amables lectores de nuestro blog nos han ido haciendo llegar diversos testimonios de espectadores de aquel histórico encuentro.

Aquí tenemos, por ejemplo, a un joven estudiante del Año de Humanidades, luego de media hora de audición.



Un sacerdote, a escondidas, respondió a nuestra encuesta poniéndose un poco nervioso. 



En tanto que un seminarista –que luego de ese día fatal abandonó La Reja- debió ser amordazado para que no se escapara. “Tranquilo, son siete horas nada más, hasta las nueve de la noche…”




Un último testimonio, de otro joven de Humanidades, oriundo de Norteamérica. Cansado de las contradicciones fellacianas, estalló en una crisis de lágrimas y se convirtió en un “rebelde sin causa”.



miércoles, 5 de febrero de 2014

EL DISCURSO DEL ANTICRISTO





La masonería ha sabido difundir masivamente a quienes desde el ámbito de los medios de comunicación y las artes expresan sus ideas. Liberales y revolucionarios han contado con el aparato propagandístico necesario para ubicarse en lugar destacado en las sociedades otrora cristianas. La publicidad mundial, el sistema de premios y la crítica consentida convierte figuras mediocres o apenas hábiles y astutas en genios incomprendidos de la humanidad, en sabios oráculos, en prestigiosos autores o figuras “míticas”. Los premios Nobel o los premios Oscar sirven de consagración para estas “vacas sagradas” de las artes, las ciencias y la política.

Una de esas figuras del espectáculo que no fue más que un mediocre director de cine y en lo actoral solo un diestro mimo, pero elevado hasta los altares del santoral laico, fue Charles Chaplin, corrosivo y alegorista ateo, multimillonario de ideas progresistas y en su vida privada un depravado sexual.

Como otro infame mediocre del cine, Woody Allen (en verdad, Konisberg), siempre celebrado por el establishment tilingo de la progresía, Chaplin era un pedófilo y esa fue la causa por la que se radicó en Suiza, no por cuestiones impositivas o por su izquierdismo político, como siempre se ha querido hacer creer. Uno de sus biógrafos afirma que en 1952 huyó por el miedo a tener que enfrentar a un agente de inmigración católico que lo tenía en la mira por este tema. El miserable envalentonado que abusaba de niñas, se volvía un patético cobarde que ante los hombres se escabullía. Recordemos que este miserable personaje fue candidato al Premio Nobel de la Paz en 1948.

Sobre el misterio de su nacimiento se han trazado varias versiones, hasta fuentes judías afirman que se llamaría Israel Thornstein y habría nacido en Francia y no como Chaplin afirmaba en Londres. Pero no hay ninguna certeza al respecto.

Lo cierto es que mientras en sus películas buscaba la risa inmediata y traficaba con una farsa que buscaba a la vez la lágrima fácil del público con un sentimentalismo burdo y el cuestionamiento de toda autoridad, la exaltación del pobrecito y triste vagabundo Charlot se veía contrastada por su vida privada, terriblemente inmoral y corrupta, ambiciosa en lo económico y subversiva en sus ideas políticas. Su figura resultaba muy redituable para la camarilla que manejaba los hilos publicitarios formadores de opinión en vistas a imponer la visión judeo-masónica del mundo. De allí que fuera el idolatrado y por entonces inobjetable Carlitos quien encarnara en una película el ideario de la nueva visión política que se estaba por imponer tras la segunda guerra mundial. Nadie mejor que este personaje de leyenda, que este “humilde” hombrecito, que esta “suerte de reformador humanista, que salva y redime a los necesitados con sólo mostrarlos desde un ángulo diferente” (como dice un periodista de un sitio web judío), para encarnar la figura de esa especie de salvador del mundo que sería el “gran dictador”.

Para quien no ha visto la tan famosa película, “El gran dictador” del año 1940,  cuenta la historia de un peluquero judío (Chaplin) que tiene el mismo aspecto físico que el dictador de Tomania, Hynkel (el mismo Chaplin interpreta los dos papeles y Hynkel es una parodia de Hitler, hecho esto en unos Estados Unidos que todavía se mantenía neutral en la guerra). Hynkel es un dictador antisemita que termina por encarcelar al peluquero (el cual sale de un hospital donde estuvo internado con amnesia; su número allí era el 33, número masónico). Hynkel sueña con dominar el mundo aliado con otro dictador, Napaloni (parodia de Mussolini), y someterlo a sus principios antidemocráticos. En un momento Hynkel es confundido con el peluquero y puesto en prisión. El peluquero se fuga de un campo de concentración y es confundido con Hynkel.

Finalmente llevado a dar un discurso para iniciar la conquista del mundo, el peluquero judío hace un discurso humanista, y liberador, propone la fraternidad universal y la unión de las almas en base a los ideales democráticos, el progreso de la especie humana, el amor a la Humanidad, llama a pelear por un mundo nuevo y acabar con las barreras nacionales, un mundo en el que reine la Razón, y donde la Ciencia y el Progreso conduzcan a la felicidad de todos los hombres. Un mundo sin el reinado de Cristo pero que es postulado cínicamente citando el mismo Evangelio. ¡Un discurso que tendrá en cuenta el Anticristo cuando aparezca!

El discurso no sólo está interpretado de manera solemne, sino incluso al final una muchacha judía que no tenía esperanzas (la por entonces esposa de Chaplin Paulette Godard, en realidad Pauline Levy) eleva su mirada al cielo venturoso mientras escucha las palabras salvadoras del nuevo “emperador del mundo” y libertador de los judíos, que salido del ghetto, y habiendo suplantado al verdadero dictador por su semejanza, es celebrado por todo el mundo.