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martes, 21 de abril de 2020
martes, 3 de octubre de 2017
miércoles, 25 de enero de 2017
viernes, 20 de enero de 2017
LOS APÓSTATAS JESUITAS YA TIENEN SU “OBRA MAESTRA” ANTICATÓLICA
"Silencio".
La película impía de Scorsese que justifica y promociona la apostasía, jaleada
y promocionada por la Compañía de Jesús
La película
"Silencio", estrenada en Estados Unidos el pasado 23 de diciembre y
en España el pasado día de Reyes (6 de enero), ha sido dirigida por Martin
Scorsese, de 74 años, y está basada en la novela del escritor japonés Shūsaku
Endō, publicada en 1966. Tanto la novela como la película, narran la
persecución y el martirio que sufrieron los católicos en el Japón del siglo
XVII: dos jesuitas, el P. Ferreira y el P. Rodrigues, son enviados a Japón tras
tenerse conocimiento en Roma de la apostasía, en 1633, del misionero jesuita
portugués Cristóvão Ferreira, interpretado por Liam Neeson. La película ha
costado 46 millones de dólares y el equipo ha contado con 750 personas durante
el rodaje, que se realizó en Taiwán.
En la novela, los
jesuitas llegan a Japón para predicar el Evangelio, que no tiene buena acogida
en una sociedad como la japonesa, tradicionalmente pragmática y materialista, y
allí se enfrentan a la persecución, por lo que plantea preguntas como si merece
la pena perseverar, cómo perdonar a los perseguidores o cómo resistir las
torturas. El portugués P. Sebastião Rodrigues, enviado a Japón para consolar a
los perseguidos y juzgar al jesuita apóstata, llegará, también él, a dudar de
Jesucristo y a preguntarse por el silencio de Dios ante el sufrimiento de sus
fieles.
El
"silencio" que da título a la película es el supuesto silencio de
Dios ante el martirio de los primeros católicos japoneses. Sin embargo, el P.
Rodrigues oye la voz de Jesucristo que le pide apostatar pisando una
representación de su rostro. Es significativo que, cuando lo hace, un gallo
canta en la distancia, en clara referencia a la traición de Pedro; pero, en
este caso, al contrario de lo narrado en los Evangelios, justificando la
traición y la apostasía: los jesuitas que abjuran lo hacen por misericordia hacia
los simples fieles que, por el contrario, están dispuestos a sacrificar su vida
por fidelidad a Jesucristo. Tras la apostasía, el Estado
proporcionaba a los sacerdotes apóstatas un nombre nuevo, una esposa japonesa y
una vida cómoda. Así, el P. Ferreira y el P. Rodrigues se somenten a la
sociedad japonesa de la época, en la que se les da un puesto de prestigio como
recompensa por haber abjurado de Cristo.
El
título, pues, llama a engaño, pues aunque se nos intente convencer del silencio
de Dios ante el sufrimiento y el martirio de los pobres católicos japoneses y
el dilema de los jesuitas entre apostatar o permitir ese sufrimiento, Jesús
acaba hablando... ¡para pedir la apostasía! Dios calla ante el sufrimiento
ajeno, pero habla al P. Rodrigues para perdirle que renuncie a su fe. Lo que se
pedía a los jesuitas para probar su apostasía era pisar una imagen de
Jesucristo, el cual le dice al jesuita: "Písame". O sea,
que para animar a renegar de la fe sí habla. Sólo calla cuando sufres, pero
habla para que caigas. Conclusión: es Dios quien incita a pecar y, por tanto,
es el responsable del mal.
Pero, ¿cuál fue la
realidad histórica? El catolicismo llegó a Japón de la mano de San Francisco
Javier, jesuita, en 1549. En apenas sesenta años se logró la conversión de unos
trescientos mil japoneses sin recurrir a la fuerza. Ochenta y seis señores
feudales se bautizaron oficialmente, y muchos más simpatizaban con el
cristianismo. Las primeras generaciones de conversos japoneses tuvieron que
enfrentarse a diferentes persecuciones locales instigadas por ingleses y
holandeses -protestantes-, por los monjes budistas o por la nobleza local, pese
a lo cual hubo muchas conversiones en los primeros años. Pero, el 25 de julio
de 1587, el gobernador Hideyoshi decretó el exilio de los jesuitas y a partir
de 1600 pasó a ser una Iglesia clandestina, perseguida y que dio muchos
mártires, aunque consiguió sobrevivir oculta durante los siguientes 250 años,
hasta que las persecuciones, que tuvieron un alcance imperial, finalizaran en
1873. En el perído de persecución hubo 93 jesuitas mártires de la fe, de los
que tres ya han sido canonizados -San Pablo Miki, San Juan de Goto y San Diego
Kisai-, 37 han sido beatificados y los demás tienen abierta la causa de
beatificación. Hasta 1908 los jesuitas no regresaron a Japón.
El sacerdote portugués
Cristóvão Ferreira, que había quedado como superior de los jesuitas en Japón
tras el martirio de sus predecesores, apostató tras cinco horas de tortura en
la fosa de Nagasaki. Su apostasía la detalla el historiador jesuita Hubert
Cieslik, experto en Japón, en un estudio realizado en 1974. El P. Ferreira
tenía 53 años, era jesuita desde hacía 37 y había sido un misionero clandestino
durante 19 años. Había vivido dos décadas de persecución y peligros. Era él
quien enviaba a Europa la crónica de los martirios de sus feligreses y
compañeros. Pero él cedió en tan sólo cinco horas. Por eso los historiadores
hablan del "enigma Ferreira".
sábado, 2 de julio de 2016
SOBRE LA CALUMNIA
Podemos trasladar los principios vertidos en esta sencilla historia del
telefilm a otra realidad, en nuestros tiempos, mucho menos “naif”, por cierto,
respecto de los esparcedores de calumnias a través de la internet. En este caso
por parte de sacerdotes y laicos que deciden eliminar “de la cuadra” a otro
sacerdote vigilante que servidor de la verdad ha descubierto verdades que comprometen
una “reputación” construida publicitariamente. Estos nuevos calumniadores no
recurren al anonimato porque, orgullosos y presumidos como son, desean ver sus
nombres destacados, a fin de afirmarse como “campeones de la ortodoxia”, “super
resistentes”, “grandes católicos”, etc. Gente incoherente que está
dispuesta a todo para “sacarse de encima” a alguien que les molesta, lanzando a
los obispos y sacerdotes acusaciones y difamaciones gratuitas de “ruindad”,
“demencia senil”, “herejías”, “apostasía”, “blasfemias”, “venderse por una
mitra” e incluso llegando a vertir amenazas contra un sacerdote.
Afortunadamente, estos desquiciados personajes no han podido ni podrán
evitar que haya quienes sigan vigilantes en las esquinas, que haya quienes en
vez de “felecistamente” tragarse las mentiras o preferir dejarlas pasar, que
prefieran combatir, esclarecer y poner las cosas en su lugar. Sin hacer propaganda de sí mismos, sin escenificar shows o audiovisuales, sin buscar otra
cosa que la sola y pura verdad. Buscando seguir los consejos para imitar a
Cristo: “guárdate mucho de la vana complacencia y de la soberbia. Por esto
muchos están engañados, y caen algunas veces en ceguedad casi incurable.
Sírvate de aviso y de perpetua humildad la caída de los soberbios que locamente
presumen de sí”. (Imitación de Cristo, L.III, C. VI)
lunes, 25 de abril de 2016
EL FETICHISMO DE FRANCISCO
“La vida imita al arte
mucho más que el arte imita a la vida”.
Oscar Wilde.
Luis Buñuel
fue uno de los más talentosos directores del cine español, pero fue también uno
de los más corrosivos, irreverentes y provocativos, en su relación con el
catolicismo. Su temprana educación con los jesuitas se cruzó en su juventud con
la influencia de los surrealistas; del anarquismo adolescente pasó luego a
formar parte del Partido Comunista en los años del stalinismo. Luego de un
breve paso por Hollywood, tras salir de España -al parecer con funciones de
espía de la República-, y sin llegar a trabajar allí, recaló en un México que
daba la bienvenida a revolucionarios de diversas latitudes, para finalmente volver a
España en los años ’60. Aunque había roto tempranamente con la escuela
surrealista, su caracter provocador seguiría incorregible. Del surrealismo
apreciaba Walter Benjamin “un concepto radical de la libertad que había quedado adormecido al
decaer la influencia de Bakunin: la liquidación, además, de un ideal de
libertad esclerótico-liberal-moral-humanista”. Así las cosas, una de las obsesiones de Buñuel era quitarse de encima
la “represión” sufrida en su temprana edad por la rígida educación católica, por
lo que recurrió una y otra vez en sus películas a temas y referencias de la
cultura católica heredada. A la vez que lo fascinaban las ceremonias
religiosas, habiendo perdido la fe, recurría al fetichismo o lo erótico para
manifestar su gusto por blasfemar, poniendo en escena tales ceremonias pero
insertándoles algún elemento irreverente. Quizás en una búsqueda desesperada
por tapar el vacío que no se atrevía a llenar aceptando la fe, recaía una y
otra vez en caricaturizar aquello que no podía digerir ni olvidar. El mismo
Buñuel perverso que no creía en la verdad, el libertario que no se cansaba de
alborotar, el que afirmaba “soy ateo gracias a Dios”, era también el que alguna
vez dijo: “No me gustan los herejes, ni Lutero, ni Calvino. Con
ellos la misa se convierte en una conferencia aburrida pronunciada en una sala
triste por un hombre vestido de negro. La Iglesia Católica, al menos, ha tenido
el mérito de crear un arquitectura, una liturgia, una música que me conmueven.”
El poeta comunista Rafael Alberti dijo por su parte de este director: “Creo
que Buñuel, en el fondo, es un hombre religioso y completamente católico, que
cree en el infierno y que tiene terrores nocturnos...A él le preocupa
enormemente la religión, y que es ése el pensamiento central de casi todas sus
cosas...Y hace Nazarín, Viridiana...El
hombre que hace eso es que ha tenido una formación como yo, de colegio de
jesuitas...esas cosas las tenemos a flor de piel...Y Buñuel ha tenido la
valentía de...mostrarla...Se ve que le preocupan de una manera extraordinaria
estos problemas. Está latente en todas sus obras...es el pensamiento central de
Buñuel...Es realmente curioso que a la persona que parece más avanzada en las
artes nuestras, y que es la vanguardia más absoluta, le preocupen las cosas más
viejas. Estas preocupaciones son las de una beata española de provincias, llena
de terrores y de cosas...Esta preocupación de Luis es tan fantástica...que de
pronto se queda uno atónito de que Buñuel tenga la sinceridad de atreverse a
exponerla. Pero lo hace con miedo. Porque creo que Buñuel tiene miedo de hacer
una profanación...Sólo el que cree blasfema o alaba a Dios; hay que tener una
creencia para blasfemar o alabar.” Como fuere, esta contradicción se
manifiesta en sus películas, tirando la piedra a la iglesia como un niño que se
las da de “comecuras” pero luego no se atreve a ir por más. Un amigo del cineasta contó que la madre de Buñuel
había recibido una carta de su hijo en la que le decía “Mira mamá, estoy buscando la fe hasta con cerillas”. Como suele
decirse, sin Dios no habría ateos, y sin la verdad católica no habría
blasfemos.
Como
Francisco, Buñuel era popular entre los enemigos de la Iglesia, incluyendo desde
luego los que hacían daño adentro mismo de su estructura visible. Ambos son
considerados “transgresores”, y, en el fondo, no tomados muy en serio. Ambos
jesuitas, lucharon por quitarse el pesado lastre de encima que representaba la
Iglesia de otros tiempos, con la proclamación de sus dogmas y su férrea disciplina.
Lo cierto es que la Iglesia del actual Francisco –y la invadida por la secta
modernista desde el Vaticano II- está superando la imagen paródica e
irreverente con que el cineasta español quería soterrar lo que lo obsesionaba.
Si Buñuel viviera hoy probablemente miraría con espanto aquello que él mismo
intentara desfigurar en vano. Recientemente observaba Juan Manuel de Prada una
excelente ilustración de la falsa caridad provista por la película “Viridiana”,
en relación a lo que ocurre hoy con la falsa caridad francisquista. Otra de sus
películas nos sirve para indirectamente advertir de qué modo la iglesia
conciliar ha llegado en su monstruosa degradación más allá de donde el comecuras Buñuel osó llegar.
En esta escena
de “La Vía Láctea”, por ejemplo, se nos muestra el resultado del ecumenismo
interreligioso o la igualdad predicada por Francisco ahora hasta con videos
incluidos:
miércoles, 20 de abril de 2016
"LA CARIDAD LOCA"
Por Juan Manuel
de Prada
Nos advertía Chesterton que el mundo moderno está invadido por las
viejas virtudes cristianas que se han vuelto locas. ¿Y cómo se vuelven locas
las virtudes? Se vuelven locas cuando son aisladas unas de otras. Así, por
ejemplo, la caridad cristiana se convierte en una virtud loca cuando se separa
de la verdad; o, dicho más gráficamente, cuando las obras de misericordia
corporales se anteponen a las obras de misericordia espirituales. Sobre este
peligro ya nos alertaba Donoso Cortés, quien profetizó que una Iglesia que se
conformarse con atender las necesidades corporales de los pobres acabaría
siendo un instrumento al servicio del mundo, que a la vez que presume de
procurar bienestar a sus súbditos se preocupa fundamentalmente de destruir sus
almas. Una Iglesia que se desviviera por las necesidades materiales de los
hombres (dándoles alimento o asilo, por ejemplo) y se despreocupara de asegurar
la salvación de sus almas inmortales habría dejado de ser Iglesia, para
convertirse en instrumento del mundo, que por supuesto aplaudiría a rabiar este
activismo desnortado.
Para entender gráficamente los efectos de esta caridad loca que aplaude
el mundo conviene recurrir, antes que a ciertos teólogos meapilas (que nos
ofrecerán una versión almibarada de la caridad por completo ajena al sentido
último de esta virtud teologal), a la película "Viridiana", del
comecuras Luis Buñuel, pues los comecuras son a su pesar mejores teólogos que
los meapilas. En la película de Buñuel, la protagonista –sintiéndose culpable
de la muerte de su tío-- renuncia a ser monja de clausura y, en su lugar,
decide acoger en su casa a un grupo de mendigos y vagabundos, a quienes brinda
refugio y alimento (obras de misericordia corporales), descuidando la salvación
de sus almas (obras de misericordia espirituales, que tal vez hubiese asegurado
mucho más eficazmente con su oración, en el convento de clausura).
Inevitablemente, los mendigos y vagabundos fingirán farisaicamente que la
caridad loca y activista de la mentecata Viridiana los ha hecho buenecitos,
pero en cuanto se les ofrezca la oportunidad, agredirán y robarán a su benefactora;
y, a la vez que perpetran diversos vandalismos, se encargarán también de
burlarse sacrílegamente de su fe, improvisando una cena orgiástica en la que
parodian la Última Cena. Que es lo mínimo que se merece quien hace de la
caridad un activismo desnortado, metiendo al enemigo en casa. Y eso que
Viridiana, en su cultivo de una caridad loca, ni siquiera incorpora el pecado
del exhibicionismo, que hoy es el aderezo preferido de la caridad loca.
Exhibicionismo que se realiza ante las cámaras, en estremecedora y sacrílega
burla de lo que Cristo predicó en el Sermón de la Montaña: “Estad atentos a no
hacer vuestra justicia delante de los hombres para que os vean”; “Cuando des
limosna, no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha”, etcétera. Y es que
toda la predicación de Jesús es un combate sin tregua contra la ostentación de
las virtudes (que, cuando se ostentan, dejan de ser tales) y contra aquellos
que han hecho de su ostentación farisaica un modus vivendi.
La auténtica caridad cristiana mira primero por la salvación del alma
del necesitado; y una vez asegurada ésta, atiende sus necesidades corporales.
Es lo que hace San Pablo con Onésimo, el esclavo pagano al que primero se
encarga de convertir al cristianismo y bautizar; y al que, una vez asegurada la
salvación de su alma, envía a Filemón, para que lo acoja en su casa. Invertir
este proceso (o postergar sine die lo que San Pablo se preocupó de hacer en
primer lugar y sin dilación) es caridad loca que, por supuesto, el mundo
aplaudirá a rabiar.
domingo, 27 de marzo de 2016
jueves, 14 de enero de 2016
sábado, 12 de septiembre de 2015
11-12 DE SEPTIEMBRE DE 1683: LA BATALLA DE VIENA
1683, 11-12
de Septiembre. Batalla de Viena vs invasión turca.
En 1682 el Sultán Mehmet IV declaró la guerra y escribió al emperador Leopoldo I: "Primero nosotros le ordenamos a que nos espere en su ciudad de residencia, Viena, para que le podamos decapitar... (...) Nosotros lo exterminaremos a usted y a todos sus seguidores... (...) Los niños y los adultos serán expuestos a las mas atroces torturas antes de ultimarlos en la manera mas ignominiosa imaginable..."
Kara Mustafa
Pasha, frente al ejército Otomano del Sultán, llegó a las puertas de Viena y la
sitió el 14 de julio. El emperador Leopoldo y la mayoría de las tropas y
ciudadanos huyeron de la ciudad, quedando en ella solo 5000 civiles y 11,000
soldados al mando de Ernst Rüdiger von Starhemberg. El número de invasores era
superior a los defensores, 20:1. Se propusieron destruir sus murallas
socavándolas y dinamitándolas. En Septiembre, los defensores estaban sin comida
y extenuados. Los turcos lograron abrir boquetes en la muralla y la ciudad
estaba al borde de la derrota cuando providencialmente les llegó auxilio.
Juan
Sobieski n.1629, coronado rey de Polonia en 1674, bien llamado el
"León del Norte" vino al rescate. Partió de Cracovia el 15 de Agosto.
En camino las tropas visitaron el santuario de la Virgen de Cñestochowa,
patrona de Polonia, se consagraron a ella y Sobieski puso a Polonia bajo su
protección. El 6 de Septiembre, los polacos cruñaron el Danubio
30km, N.O. de Viena y se unieron con las fuerñas imperiales y otras que habían
respondido a la llamada de formar una Liga Santa de defensa con el respaldo del
Papa Inocencio XI. (Luis XIV de Francia no respondió y más bien aprovechó la
oportunidad para atacar ciudades alemanas).
El 11 de
Septiembre las tropas de Sobieski llegaron a Viena. Aunque los turcos les
superaban en número (según cálculos de Sobieski, 76,000 vs 300,000), sabían que
el futuro de Europa y de la cristiandad estaban en juego. El 12 de Septiembre,
temprano en la mañana, Sobieski fue a Misa y se puso en manos de Dios.
La victoria
salvó a Europa y frustró el plan de conquista islámica de Europa. Sobieski dio
todo el crédito por la victoria a Dios. Dijo: "Veni, vidi, Deus
vicit". En agradecimiento a Nuestra Señora por la victoria
obtenida, el Papa Inocencio XI extendió la fiesta del Dulce Nombre de
María a la Iglesia Universal, el 12 de
Septiembre. Comienña la reconquista
de Hungría.
OTRO ARTÍCULO
RECREACIÓN
FÍLMICA
domingo, 5 de abril de 2015
sábado, 4 de abril de 2015
EL SANEDRÍN
Además de esos gestos, y otros que ha realizado siendo ya Papa, ¿en
Evangelii Gaudium encontramos algún aporte reflexivo novedoso sobre el
judaísmo?
Hay
varias cosas que llaman mucho la atención. Una es que no solo lamenta las
persecuciones de las que fueron objeto los judíos, sino, también aquellas de
las que “son” objeto ahora e “involucran” a cristianos no solamente con la
iniciativa-menos frecuente-, sino además, “con el silencio” -más frecuente-. Es
muy interesante que diga que “el diálogo y la amistad con los hijos de Israel
son parte de la vida de los discípulos de Jesús” (EG 248). No es una actividad,
no es una tarea conveniente, esa amistad ¡es parte de nuestra vida!
Pero lo que
contiene más densidad teológica es una afirmación verdaderamente novedosa
en el Magisterio,
que invita a dar un paso más en la reflexión y en la acción de la Iglesia. Dice
que “Dios sigue obrando en el pueblo de la antigua Alianza y provoca tesoros de
sabiduría que brotan de su encuentro con la Palabra divina. Por eso, la Iglesia
también se enriquece cuando recoge los valores del judaísmo” (EG 249). Esto
es muy fuerte. Muchos aceptan fácilmente que los cristianos recibamos
la riqueza del Antiguo Testamento, e incluso los aportes del judaísmo anterior
a Jesucristo, sin embargo, aquí se habla de los valores actuales, porque se
vinculan con lo que Dios “sigue obrando” ahora en ellos. No se dice que
debemos convertirlos, que la religión judía tiene que desaparecer, sino que esa
religión guarda un valor por la acción sobrenatural de Dios ahora. Lo
mismo que expresó Bergoglio al otorgar un doctorado honoris causa a un rabino
está expresado ahora con palabras magisteriales, al referirse a los “tesoros de
sabiduría” que hoy brotan del encuentro de los judíos con la Palabra divina. Espero
que este avance, plasmado en un párrafo breve, sea adecuadamente valorado por
los teólogos que estudian las relaciones de los cristianos con el judaísmo y
por aquellos que en la Santa Sede se dedican a estas relaciones.
Por
otra parte, él retoma una insistencia del Cardenal Kasper, quien sostenía
que no deben incluirse los judíos en los proyectos misioneros que procuren la
“conversión” de los demás, puesto que el sentido bíblico de la conversión no se
aplica propiamente a ellos. El Papa asume esa línea de reflexión al decir
que los cristianos no incluimos a los judíos “entre aquellos llamados a dejar
los ídolos para convertirse al verdadero Dios (cf. ITes 1, 9). Creemos
junto con ellos en el único Dios que actúa en la historia, y acogemos con ellos
la común Palabra revelada” (EG 247).
Mons.
Victor Manuel "Tucho" Fernández explicando “El
programa del papa Francisco. ¿Adónde nos quiere llevar?”, libro editado
por la editorial San Pablo.
viernes, 3 de abril de 2015
jueves, 24 de julio de 2014
OTRO AVANCE DEL LOBBY MODERNISTA Y SODOMITA QUE OCUPA EL VATICANO
El
Vaticano rehabilita una película "prohibida" sobre Jesús
El diario de la iglesia conciliar dedica tres
artículos a Pavolini (Castellani
dixit) y su obra inmunda.
Hace
50 años, aunque premiada y exitosa, fue objeto de escándalo y censura. Hoy la
Santa Sede la califica como "obra de arte" y "la mejor jamás
filmada" sobre Cristo. Su director era un ateo fascinado por el relato
evangélico
El
exitoso cineasta Pier Paolo Pasolini –asesinado en noviembre de
1975 en circunstancias nunca del todo esclarecidas– leyó el Evangelio
según San Mateo, casi por casualidad, en el año 1962 y quedó impactado.
Ateo y marxista [y también homosexual. Nota Syllabus], siempre sintió atracción
por la religión: "Soy anticlerical (¡no tengo miedo de decirlo!), pero sé
que hay en mí dos mil años de cristianismo –decía–. Sería loco si negase tal
poderosa fuerza que hay en mí...".
Ateo, marxista y puto: Pasolini.
Y
sobre el Evangelio, aseguraba: "Ninguna otra palabra podrá alcanzar la
altura poética del relato" bíblico.
Decidió
entonces hacer una película, con ese mismo título bíblico (El Evangelio
según San Mateo), para la que no le hacía falta un guión: bastaba con
la traducción del texto a imágenes. Al estilo del neorrealismo de moda
entonces, tampoco apeló a actores profesionales: el papel de Jesús lo hizo un
joven militante anarquista catalán, Enrique Irazoqui, mientras que María
–en su vejez– fue interpretada por la madre del propio Pasolini. Y así se
conformó el reparto: amigos y parientes de amigos interpretaron a discípulos y
demás figuras del relato; ningún actor profesional en esta coproducción franco
italiana filmada en Sicilia, con estilo sencillo, despojado, casi minimalista.
El
film, como se dijo, no se aparta en lo más mínimo del texto bíblico.
El “Cristo” de Pasolini: un anarquista de 19 años
fugado de España.
Sin
embargo, en el momento de su estreno, en 1964, en el Festival de Venecia,
recibió críticas de sectores católicos conservadores, precisamente por lo
demasiado "realista", poco "sacra", y fue censurada.
En
cierta forma, era también prejuicio hacia su realizador, quien un
año antes había sido condenado a 4 meses de prisión –condena más tarde
revocada– por "ultraje a la religión de Estado", por otro de
sus films –Ricotta– considerado blasfemo.
Pero El
Evangelio según San Mateo, dedicada por Pasolini "al
recuerdo querido, alegre y familiar de Juan XXIII", fue bien recibida
por el público y obtuvo el premio especial del jurado en Venecia.
Los
tiempos cambian, y ahora la película de Pasolini ha recibido el
"perdón" oficial de la Iglesia. L'Osservatore Romano,
órgano oficial de la Santa Sede, lo define como "la mejor obra
cinematrográfica sobre Jesús".
La
película de Pasolini se encontraba en el archivo de la Filmoteca
Vaticana desde hace varios años. En una revisión del material, el film
mostró signos de pérdida de luminosidad e intensidad de las imágenes, por lo
que se tomó la decisión de digitalizarlo.
Reconociendo
su valor, el diario católico afirma que "la humanidad febril y primitiva
que el cineasta lleva a la pantalla confiere un nuevo vigor al verbo
cristiano que aparece en este contexto aún más actual, concreto y
revolucionario".
Es absolutamente lógico que los modernistas apóstatas romanos quieran esta película y en cambio odien "La Pasión..." de Mel Gibson.
"El
Evangelio según San Mateo es una obra de arte, probablemente el mejor
film jamás realizado sobre Jesús", se lee en el artículo del Osservatore,
que anuncia que la película, rodada en 16 milímetros, ha sido digitalizada por
la filmoteca del Vaticano.
De
este modo, Pasolini pasa de intelectual herético a artista
"canonizado". Giovanni Maria Vian, director del Osservatore
Romano, dijo al diario italiano La Stampa que este
reconocimiento a Pasolini es "un signo de la Iglesia de la
misericordia de Francisco".
Pasolini (admirador de Gramsci) da en su película un
“miserabilismo” propio de las ideas de la “Teología de la Liberación” marxista.
Su visión era sinceramente antiburguesa, pero enteramente naturalista.
Y
en verdad es un merecido homenaje a la fidelidad del director italiano
al texto bíblico: la suya fue la primera versión no hollywoodense,
edulcorada, de la vida de Cristo, algo que se verifica tanto en la selección de
los actores, como en la sencillez de los parlamentos y la simplicidad de la
trama, reflejo exacto del estilo del evangelista. El de Pasolini es un Jesús
humano, pero esa humanidad está en el relato de Marcos: un Cristo que le teme a
la muerte y al sufrimiento que le espera, que le pide a su Padre que se
lo evite –"aparta de mí ese cáliz"–; pero nada de eso es blasfemia,
sino fidelidad al Evangelio.
Aunque
ateo, Pasolini reivindicaba a Jesús como una figura mítico-popular, un
"resistente", un revulsivo para el estilo de vida moderno.
"Nada me parece tan opuesto al mundo moderno como aquel Cristo afable en
su corazón, pero 'violento' en su razón".
Un Pasolini enteramente decadente y esclavo de sus
vicios nefandos vomitaba esta clase de películas, justificándose
intelectualmente en el marxismo. Su final fue trágico.
"Yo
no creo que Cristo sea hijo de Dios –decía Pasolini–, porque no soy creyente. Pero
creo que Cristo es divino: es decir, creo que en él la humanidad es elevada,
rigurosa, ideal".
martes, 8 de julio de 2014
EL VATICANO RINDE HOMENAJE AL ATEO, IZQUIERDISTA Y PEDÓFILO CHARLES CHAPLIN
martes, 17 de junio de 2014
sábado, 5 de abril de 2014
sábado, 15 de marzo de 2014
LA DINASTÍA ROTHSCHILD Y EL SATÁNICO NUEVO ORDEN MUNDIAL
Enlace a las videoconferencias en youtube.
Muy
interesante serie de conferencias para comprender la trama oculta de la historia revolucionaria que sacude al mundo en los últimos siglos, pues sin conocer los
hilos que se mueven detrás de los acontecimientos –y esos hilos han sido
movidos fundamentalmente por esta dinastía de banqueros judíos, los Rothschild-
no puede entenderse nada de lo que ha venido convulsionando al mundo, en vistas
a formar el gobierno mundial del Anticristo. Si bien hay omisiones y opiniones
objetables –sobre todo en relación a la Iglesia, pues la disertación no se
despliega en base a una mirada teológica
–como podría ser entre nosotros la del Padre Meinvielle- sí vale la pena
interiorizarse del abundante aporte de información objetiva de los hechos de la
historia que la historiografía oficial nunca se ocupa de señalar, antes bien,
de ocultar. La historia de la dinastía Rothschild se compone de ocho
video-conferencias - originariamente iban a ser diez pero su autor falleció
antes de terminar la serie, a los 51 años. No sabemos si iba a ocuparse del
Concilio Vaticano II, pero en vistas de todo lo que hasta el año 1963 se ha
venido relatando, es indudable que tal revolución en la Iglesia ha contado con
la muy preparada proyección y ejecución de los hombres controlados por los
Rothschild, agentes de la Sinagoga de Satanás.
Agregamos
a este relato histórico una excelente película alemana del año 1940, donde se
muestra el comienzo del poder de esta dinastía.
viernes, 28 de febrero de 2014
AUDIO-CONFERENCIA DE MONS. FELLAY. NOS SIGUEN LLEGANDO TESTIMONIOS DE PERSONAS AFECTADAS
Seguimos audicionando la apasionante y maratónica
conferencia de Mons. Fellay en La Reja, en aquel convulsionado 2012.
Amables lectores de nuestro
blog nos han ido haciendo llegar diversos testimonios de espectadores de aquel
histórico encuentro.
Aquí tenemos, por ejemplo, a un joven estudiante del Año de Humanidades, luego de media hora de audición.
Un sacerdote, a
escondidas, respondió a nuestra encuesta poniéndose un poco nervioso.
En tanto que un
seminarista –que luego de ese día fatal abandonó La Reja- debió ser amordazado
para que no se escapara. “Tranquilo, son
siete horas nada más, hasta las nueve de la noche…”
Un último
testimonio, de otro joven de Humanidades, oriundo de Norteamérica. Cansado de las contradicciones
fellacianas, estalló en una crisis de lágrimas y se convirtió en un “rebelde
sin causa”.
miércoles, 5 de febrero de 2014
EL DISCURSO DEL ANTICRISTO
La masonería ha sabido difundir masivamente a quienes desde el ámbito de los medios de comunicación y las artes expresan sus ideas. Liberales y revolucionarios han contado con el aparato propagandístico necesario para ubicarse en lugar destacado en las sociedades otrora cristianas. La publicidad mundial, el sistema de premios y la crítica consentida convierte figuras mediocres o apenas hábiles y astutas en genios incomprendidos de la humanidad, en sabios oráculos, en prestigiosos autores o figuras “míticas”. Los premios Nobel o los premios Oscar sirven de consagración para estas “vacas sagradas” de las artes, las ciencias y la política.
Una
de esas figuras del espectáculo que no fue más que un mediocre director de cine
y en lo actoral solo un diestro mimo, pero elevado hasta los altares del
santoral laico, fue Charles Chaplin, corrosivo y alegorista ateo,
multimillonario de ideas progresistas y en su vida privada un depravado sexual.
Como
otro infame mediocre del cine, Woody Allen (en verdad, Konisberg), siempre celebrado por el
establishment tilingo de la progresía, Chaplin era un pedófilo y esa fue la
causa por la que se radicó en Suiza, no por cuestiones impositivas o por su
izquierdismo político, como siempre se ha querido hacer creer. Uno de sus
biógrafos afirma que en 1952 huyó por el miedo a tener que enfrentar a un
agente de inmigración católico que lo tenía en la mira por este tema. El
miserable envalentonado que abusaba de niñas, se volvía un patético cobarde que
ante los hombres se escabullía. Recordemos que este miserable personaje fue
candidato al Premio Nobel de la Paz en 1948.
Sobre
el misterio de su nacimiento se han trazado varias versiones, hasta fuentes judías afirman que se llamaría Israel Thornstein y habría nacido en Francia y
no como Chaplin afirmaba en Londres. Pero no hay ninguna certeza al respecto.
Lo
cierto es que mientras en sus películas buscaba la risa inmediata y traficaba
con una farsa que buscaba a la vez la lágrima fácil del público con un
sentimentalismo burdo y el cuestionamiento de toda autoridad, la exaltación del
pobrecito y triste vagabundo Charlot se veía contrastada por su vida privada, terriblemente
inmoral y corrupta, ambiciosa en lo económico y subversiva en sus ideas
políticas. Su figura resultaba muy redituable para la camarilla que manejaba
los hilos publicitarios formadores de opinión en vistas a imponer la visión
judeo-masónica del mundo. De allí que fuera el idolatrado y por entonces
inobjetable Carlitos quien encarnara en una película el ideario de la nueva
visión política que se estaba por imponer tras la segunda guerra mundial. Nadie
mejor que este personaje de leyenda, que este “humilde” hombrecito, que
esta “suerte de reformador humanista, que salva y redime a los necesitados con
sólo mostrarlos desde un ángulo diferente” (como dice un periodista de un sitio
web judío), para encarnar la figura de esa especie de salvador del mundo que
sería el “gran dictador”.
Para
quien no ha visto la tan famosa película, “El gran dictador” del año 1940, cuenta la historia de un peluquero judío
(Chaplin) que tiene el mismo aspecto físico que el dictador de Tomania, Hynkel
(el mismo Chaplin interpreta los dos papeles y Hynkel es una parodia de Hitler,
hecho esto en unos Estados Unidos que todavía se mantenía neutral en la guerra).
Hynkel es un dictador antisemita que termina por encarcelar al peluquero (el cual sale de un hospital donde estuvo internado con amnesia; su número allí era el 33, número masónico).
Hynkel sueña con dominar el mundo aliado con otro dictador, Napaloni (parodia
de Mussolini), y someterlo a sus principios antidemocráticos. En un momento
Hynkel es confundido con el peluquero y puesto en prisión. El peluquero se fuga
de un campo de concentración y es confundido con Hynkel.
Finalmente
llevado a dar un discurso para iniciar la conquista del mundo, el peluquero
judío hace un discurso humanista, y liberador, propone la fraternidad universal
y la unión de las almas en base a los ideales democráticos, el progreso de la
especie humana, el amor a la Humanidad, llama a pelear por un mundo nuevo y acabar
con las barreras nacionales, un mundo en el que reine la Razón, y donde la
Ciencia y el Progreso conduzcan a la felicidad de todos los hombres. Un mundo sin el reinado de Cristo pero que es postulado cínicamente citando el mismo Evangelio. ¡Un discurso que tendrá en cuenta el Anticristo cuando aparezca!
El
discurso no sólo está interpretado de manera solemne, sino incluso al final una
muchacha judía que no tenía esperanzas (la por entonces esposa de Chaplin Paulette
Godard, en realidad Pauline Levy) eleva su mirada al cielo venturoso mientras
escucha las palabras salvadoras del nuevo “emperador del mundo” y libertador de los judíos, que salido del ghetto, y habiendo suplantado al verdadero dictador por su semejanza, es celebrado por
todo el mundo.
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