Consagrado a los Manes. No digo su nombre, ni cuántos años vivió, no sea que el pesar viva en nuestros corazones cuando leamos ésto. Tú eras mi dulce bebé, pero la muerte te llevó en poco tiempo. Nunca disfrutaste de la libertad. ¡Ay, ay! ¿No es doloroso que perezca aquel a quién amas? Ahora la muerte le ha dado la única libertad que conocerá. CIL VIII 25006
A Anfélide, cariñosa abuela, que vivió ciento dos años y como viuda treinta (...) DI 4545
Oh, querídisimo esposo que me conviertes, con tu marcha, en desgraciada. Sin tí ¿qué puedo considerar dulce? ¿Qué puedo creer agradable? ¿Para qué guardo mi vida? ¿Por qué no te sigo al sepulcro, pérfido que me has abandonado? Séame al menos permitido estar contigo, entrelazadas nuestras manos, en el muy deseado, para mí, sepulcro. CE 1979
Restituto Picenensis y Prima Restituta erigieron esta lápida para Prima Florentia, su amada, amadísima hija, arrojada al río Tíber por su marido Orfeo. El hombre llamado Diciembre erigió esta lápida para ella, que vivió 16 años. ISIS 00321
Vibia Chresta, liberta de Lucio, erigió este monumento en su honor y en el de Cayo Rustio Talaso, liberto de Cayo, su hijo, y en el de Vibia Calybe, su liberta y jefa de su burdel. Chresta erigió este monumento con sus propios ingresos sin defraudar a nadie. ¡Esta tumba no puede ser usada por sus herederos! CIL IX, 2029
Soy Tito Cesonio, hijo de Quinto, del distrito electoral Sergiano, veterano de la Quinta Legión Gala. Durante mi vida bebí sin freno. ¡Vosotros que aún vivís, bebed! (...) CIL III, 293
Tiberio Claudio Segundo vivió 52 años. El vino, el sexo y los baños arruinan nuestros cuerpos, pero el vino, el sexo y los baños hacen que tengamos una buena vida (...) CIL VI, 15258
Aquí yace Lemiso. Sólo la muerte puso fin a mi penoso trabajo. CIL VI 6049
(...) Si no es mucho molestia, transeúnte, levántate y lee ésto. A menudo he recorrido el inmenso mar en una embarcación ligera y he llegado a muchas tierras. Éste es el fin que urdió para mí el destino al nacer. Aquí me he liberado de mis preocupaciones y trabajos. Aquí no temo a las estrellas, ni a las nubes. ni al fiero mar, ni temo que mis gastos supere mis ganancias. CIL IX 60
SI TE HA GUSTADO, AÚN HAY MÁS....
Fuentes principales:
- "Halagos, piropos y delicadezas en los epitafios romanos" de María Dolores Verdejo Sánchez. http://www.thamyris.uma.es/epitafios.pdf
- "Los olvidados de Roma" de Robert C. Knapp
- www.attalus.org Latin Inscriptions: Epitaphs http://www.attalus.org/docs/cil/epitaph.html
Me ha encantado...tenéis más?
ResponderEliminarDespués del éxito que ha tenido esta entrega-cosa que no me esperaba, por cierto-mañana, viernes 18 de enero, publicaré una segunda parte. Espero que te guste tanto como esta
EliminarSería excelente si con cada epitafio se agregara la fotografía de la placa o al menos el escrito original en latín.
EliminarDónde está?
ResponderEliminarYa la has publicado?
Bueno, seguiré buscando o si no esperando!!!
Tu blog es genial!
Acabo de verlo!
ResponderEliminarGracias!!!!
Ya los había leído en alguna ocasión pero siempre es un gusto reincidir en su lectura. ¡Felicidades Laura!
ResponderEliminarGracias!!! Creo que pronto publicaré una tercera parte
Eliminarinteresantes epitafios,,,algunos sorprendentes y hasta con sentido del humor.Que la tierra te sea leve,,,,màs real imposible.
ResponderEliminarMuy buenas escrituras..
ResponderEliminarMuy buenas escrituras..
ResponderEliminarSumamente novedoso. Nunca había visto algo así. Curioseando por la web, he llegado aquí. Bueno. Muy buen material. Saludos, desde Chile.
ResponderEliminarHoy en día suenan algunas tremendamente infantiles.
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