Con gran sorpresa he visto, Caballero Don Enrique, para más señas Sabaté apodado, que os habéis asomado a las mis letras, en ésta mi bitácora que con amigos y amigas yo comparto. Colígese dello que hacéis voto de amistad conmigo y dígoos yo que me siento por ello muy honrada, pues vos tenéis virtudes lisonjeras, como que sois buen bardo y romancero, componedor de rimas y tocador de raveles y otros musicales instrumentos, y que por ello apreciar sabéis los matices y riquezas de las lenguas del mundo, sin fronteras, que no las hay donde el entendimiento reina, y el buen tino no se deja engatusar por sinrazones. Únenos además vuestro linaje, que parece provenir de común cuna, pues que Sabaté os llamáis, en la lengua catalana "Zapatero" -y disculpad, señor, si al propio tiempo he descubierto otro secreto, que no era intención mía emparentaros con quien hoy manda en las tierras españolas-.