Libros para leer junto al fuego en invierno y a la sombra de un árbol en verano

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jueves, 8 de septiembre de 2016

LA RIDÍCULA IDEA DE NO VOLVER A VERTE de Rosa Montero

Es un libro difícil de clasificar, en cuanto a qué género pertenece, pues sin llegar a ser una novela, su narración es tan amena que podría serlo. También podría ser una biografía sobre Marie Curie, pues aporta muchos datos sobre su vida y, además, bien documentados, pero no sólo habla de ella, incluye algunos aspectos autobiográficos de la autora. Y como complemento incluye algunas fotografías que ilustran el texto. Convirtiendo el conjunto en una interesante historia novelada sobre estas mujeres.
Aparte habla de varios temas, por supuesto uno es la ciencia, los descubrimientos de Física que lograron Marie Curie y su marido Pierre, las dificultades por las que pasaron, y la recompensa del Premio Nobel de Física en 1903. La continuidad de Marie, una vez viuda, en sus investigaciones y su Premio Nobel de Química en 1911. Y más tarde el Premio Nobel de Química en 1935 para la hija de ambos Irène Joliot-Curie.
Pero este tema de la ciencia lleva a otro que es la dificultad de la mujer para ser tratada igual que a los hombres. Pues en una sociedad machista, la discriminación y las injusticias están a la orden del día. Y Marie Curie tuvo que pelear mucho para conseguir llegar a su lugar, al reconocimiento de sus méritos. Fue científica, madre, y una luchadora constante, y aquí la autora aporta un dato que me ha llamado la atención, ¿tuvo un trastorno alimentario? ¿anorexia? Pues cuenta que estaba muy delgada, comía poco y mal, y hacía mucha actividad física. Desde luego entra en las características de esta enfermedad y, además, podemos sumar su inteligencia. Y, sin embargo, teniendo tanto en contra, su vida dio para mucho.
Y parte de esa vida fue el duelo por la muerte de su marido Pierre, recogiéndose en este libro un breve diario que escribió en ese momento. Y aquí es donde Rosa Montero comparte ese momento personal, pues pasó el duelo por la muerte de su marido Pablo. Así se pone en la piel del personaje, pues también sintió dolor, sufrimiento y pena, esos sentimientos que te impiden hablar, que te arrancan la palabra. Pero aunque uno no se recupera de una pérdida, por lo menos se reinventa.

Algunas frases del libro:
“Los libros nacen de un germen ínfimo, un huevecillo minúsculo, una frase, una imagen, una intuición; y crecen como zigotos, orgánicamente, célula a célula, diferenciándose en tejidos y estructuras cada vez más complejas, hasta llegar a convertirse en una criatura completa y a menudo inesperada.”

“A veces tengo la sensación de que uno se mueve en la vida dando siempre vueltas por los mismos lugares, como en un desconcertante Juego de la Oca.”

“Cuando morimos nos llevamos un pedazo del mundo.”

Contracubierta o parte de la misma:
Al hilo de la extraordinaria trayectoria de Curie, reflejada aquí en sus aspectos más desconocidos, Rosa Montero construye una narración a medio camino entre el recuerdo personal y la memoria de todos, el análisis de nuestra época y la evocación íntima; habla de la superación del dolor, de las relaciones entre hombres y mujeres, del esplendor del sexo, de la ciencia y de la ignorancia, de la fuerza salvadora de la literatura y de la sabiduría de quienes aprenden a vivir con plenitud y con ligereza.



martes, 18 de agosto de 2015

TAMBIÉN ESTO PASARÁ de Milena Busquets

Es una historia contada desde la intimidad, en uno de esos momentos que te factura la vida aunque no lo desees, cuando el dolor de la pérdida de un ser querido te pesa sin remediarlo.
Blanca, tiene 40 años, y tras la muerte de su madre regresa a Cadaqués, a la casa familiar, ese lugar por el que ha pasado todo el mundo y donde todo ha sucedido. Conoceremos sus sensaciones de como ha cambiado el lugar y la gente con el paso del tiempo. Como los recuerdos se le amontonan, en una añoranza de aquellos veranos felices de su juventud. Y en esa vuelta la acompañan su actual pareja, Santi. Sus dos ex maridos, Oscar y Guillem. Sus dos hijos, Edgar y Nico. Sus amigas, Elisa y Sofía, que me ha gustado como las define: la primera sufre y analiza, y la segunda disfruta del mundo. Daniel, el hijo de Sofía. Ursula, la canguro. Carolina, otra amiga. Siendo importante la complicidad entre todos, sobre todo, de sus ex y sus hijos.
Transmite sus sentimientos de tristeza y de pérdida por las muertes de personas queridas, y por la pérdida de los lugares de la infancia y juventud. Llegando a conclusiones como que “somos más las cosas que hemos perdido que las que tenemos”. Teniendo detalles en la narración de los que dejan huella por lo que significan, como cuando Blanca siente alivio en un momento tan natural como es el contacto físico en un masaje. O cuando describe lo que le ha costado desprenderse de las cosas de su madre, porque es como alejarse más de ella, conservando tan sólo una chaqueta de lana. Siendo muy bonito como ese objeto tiene una simbología al final de la historia. Lo mismo que el nuevo “inquilino”. O el personaje misterioso que estaba en el entierro. También es muy acertado el que comienza y termina en el mismo lugar, transcurriendo entre medias la evolución de la protagonista, con sus intentos de enfrentarse a la realidad, de buscar sus refugios, que esta vez no serán los libros, aunque siempre fueron un punto de unión con su madre. En esta ocasión su escape será el sexo, las amigas, los hijos, sus ex.
Como a veces unas lecturas llevan a otras, la  casualidad es que en la contracubierta dice que este novela evoca a “Buenos días tristeza” de Françoise Sagan, que leí hace sólo unas semanas (reseña aquí). Pero personalmente no les he encontrado relación, exceptuando que es verano y una localidad de costa.
Y si el conjunto y los detalles me han transmitido mucho, porque siento predilección por estas novelas de corte intimista, aún me han resultado más especiales, el final y el epílogo, pues reúnen todos los sentimientos de la protagonista, todo el amor de una hija a su madre.

Algunas frases del libro:
“La cara de ilusión es una de las más difíciles de fingir y va desapareciendo a medida que desaparecen las ilusiones, las verdaderas, las infantiles, y son sustituidas por meros deseos.”

“Se puede saber si a alguien le gustan de verdad los libros por cómo los mira, por cómo los abre y los cierra, por cómo pasa sus páginas.”

“Tal vez el sentimiento más elevado que se pueda sentir por otra persona sea el respeto, más que el amor y la adoración.”

“Nunca volveré a ser mirada por tus ojos.”

Contracubierta o parte de la misma:
Cuando era niña, para ayudarla a superar la muerte de su padre, a Blanca su madre le contó un cuento chino. Un cuento sobre un poderoso emperador que convocó a los sabios y les pidió una frase que sirviese para todas las situaciones posibles. Tras meses de deliberaciones, los sabios se presentaron ante el emperador con una propuesta: “También esto pasará.” Y la madre añadió: “El dolor y la pena pasarán, como pasan la euforia y la felicidad.”

@AlCalordeLibros

viernes, 19 de septiembre de 2014

LA GENTE FELIZ LEE Y TOMA CAFÉ de Agnès Martin-Lugand

Mi tercera lectura este año que trata el tema del duelo, las otras han sido “La alargada sombra del amor” de Mathias Malzieu (reseña aquí) y “La vida era eso” de Carmen Amoraga (reseña aquí). Tres libros diferentes con un fondo común.
“La gente feliz lee y toma café” además del título es el nombre de un café literario de París, del que  Diane es medio dueña, la otra mitad del negocio es de un personaje especial, como tal y, sobre todo, para ella. Félix es capaz de ser terapeuta hasta por teléfono, es un gran apoyo en una etapa tan trascendental de su vida. Por cierto, como curiosidad también se llama Félix el personaje que en Tetuán ayuda bastante a Sira en “El tiempo entre costuras” (reseña aquí) y me ha recordado algo a él, aparte del nombre.
Y hasta aquí el café literario, quitando algunas pequeñas referencias, hubiera sido bonito una novela basada en éste, pero entonces habría sido otro libro con otra historia.
Y en ésta nos cuenta la superación personal de Diane tras un gravísimo revés. Después de un año continua sin superar la pérdida de su marido y de su hija. No acepta ayuda. Todo le recuerda a Colin y a Clara. A su vida con ellos. Pero llega un momento en que toma una determinación y se va a Irlanda, aunque no por casualidad, instalándose en un pueblo perdido, en un rincón del mundo para vivir sola frente al mar. Es una huida de todo, de todos y de sí misma.
Me pregunto ¿Por qué es tan complicado vivir el presente, intentar tener un futuro y no poder dejar atrás el pasado?
La nueva vida en Irlanda, es un contraste con Francia, con escenas un tanto simpáticas y curiosas, gracias a los típicos tópicos. Apareciendo nuevos personajes como los amables caseros Abby y Jack, todo lo contrario a su sobrino Edward, que se puede definir como impresentable, arrogante, maleducado, taciturno, bronco y solitario, por lo menos nada más conocerlo. Y en el lado opuesto está su hermana Judith que es la chispa de la vida.
Tiene una parte de tristeza mezclado con situaciones divertidas,  con algo de ternura y una pizca de humor. Aunque el duelo está siempre presente. Curiosos contrastes, en un momento donde el planteamiento es ¿cómo se reconstruye la vida? ¿Se puede volver a ser capaz de disfrutar de los pequeños placeres sencillos?
Me ha parecido un relato con altibajos, creo que le sobraban algunas escenas y le ha faltado profundizar un poquito más en otras. Pero el tema del duelo tiene momentos emotivos, me ha transmitido lo difícil y complicado que es vivir un momento así, el enfrentarse a una vida donde la pérdida te tiene atrapada. Tiene sus mensajes de superación, de que la vida continua, que hay que seguir adelante, que en algún momento la huida puede dar el empujón que faltaba para volver a encontrarte a ti misma.

Algunas frases del libro:
“El azar me llevó al mejor sitio, parecía estar sola en el mundo. Cerré los ojos, mecida por el ruido de las olas que rompían a pocos metros de mí. El viento maltrataba mi piel y me hacía derramar algunas lágrimas, mis pulmones se llenaban de oxígeno yodado.”

“Hacía todo lo posible por regresar al mundo de los vivos.”

Contracubierta o parte de la misma:
Tras la muerte de su marido y de su hija en un accidente, Diane lleva un año encerrada en casa, incapaz de retomar las riendas de su vida. Su único anclaje con el mundo real es Félix, su amigo y socio en el café literario La gente feliz lee y toma café, en el que Diane no ha vuelto a poner los pies.
Decidida a darse una nueva oportunidad lejos de sus recuerdos, se instala en un pequeño pueblo de Irlanda, en una casa frente al mar. Los habitantes de Mulranny son alegres y amables, salvo Edward, su huraño y salvaje vecino, que le sacará de su indolencia despertando la ira, el odio y, muy a su pesar, la atracción. Pero ¿cómo enfrentarse a los nuevos sentimientos? Y luego, ¿qué hacer con ellos?

Traducción de Juan Carlos Durán Romero

jueves, 22 de mayo de 2014

LA VIDA ERA ESO de Carmen Amoraga

Premio Nadal 2014

Considero que el duelo es un estado muy personal que cada uno lo pasamos de una manera, incluso la misma persona lo pasará cada vez de una forma (hablo por misma), tal vez similar pero no igual, pues depende de muchos aspectos externos y por supuesto internos, de la época, nuestra edad, las circunstancias, la relación, la situación personal en el mismo momento que sucede, etc.. Así que cuando leo una novela que trata el tema del duelo intento encontrar alguna empatía con el personaje que lo pasa, porque sé que así podré entender mejor lo que, en este caso, la escritora quiere transmitir. Y sí, alguna conexión he tenido, empezando porque hace nada una conocida mía ha enviudado y también tiene dos hijos pequeños, por lo que sin remediarlo le he puesto cara a Giuliana. Además, al haber tenido muertes cercanas me he visto reflejada en algunas actitudes, he reflexionado sobre otras y he recordado que las etapas del duelo, que en esta novela dividen los capítulos, y son Negación, Ira, Negociación, Depresión y Aceptación siempre las he pasado, a veces han sido etapas más largas y en otras ocasiones más cortas, visibles al exterior o sólo en mi interior, pero las he sufrido y sentido.
Es muchísimo mejor esta novela que otra que trata el mismo tema y que leí este año, “La alargada sombra del amor” de Mathias Malzieu (reseña aquí), prácticamente no se pueden ni comparar a pesar de que, digamos, la moraleja final sea que hay que seguir viviendo. En “La vida era eso” lo dice, pero habla de una manera más directa sobre que la pérdida está ahí, que hay que aprender a vivir la nueva situación aunque las ausencias duelan cada día más, también sobre los sentimientos de miedo, culpa, pena, tristeza y dolor, sobre las situaciones límite que te pone la vida, pero hay que ser sobreviviente y no víctima, seguir adelante, no olvidar el amor, la pérdida, lo vivido y lo que queda por vivir.
Introduce las nuevas tecnologías, el facebook y los whatsapp, como otra forma de relacionarse, una versión más actual de los grupos terapéuticos, planteando si los grupos de ayuda de verdad ayudan, y personalmente opino que sí, no los he utilizado en el duelo, pero sí en una situación complicada, y puedo asegurar que apoyarse en otros resulta terapéutico. Hablar y escuchar, sentir que no estas sola. Ser fuerte y siempre sobrevivir.
Sobre el facebook va más allá exponiendo vivir una irrealidad a través de la red social, y a su vez concluye con que la realidad virtual no sustituye a la auténtica realidad. Un planteamiento para reflexionar y debatir.
Muy bonita la referencia a Lucía Sánchez de Saornil, con su frase “Has jugado y perdiste: eso es la vida.”
Una historia que dentro de la tristeza tiene sus momentos hermosos, al igual que en otro de sus libros “El tiempo mientras tanto” (reseña aquí).
Y quien quiera saber como Carmen Amoraga escribió esta novela este es el enlace (aquí), a mi me ha resultado curioso saberlo.

Algunas frases del libro:
“El proceso de duelo es inevitable, cada uno lo vive a su manera. Cualquier cosa que haga que te sientas mejor, en principio, es beneficiosa para ti.”

“La vida sigue con su maldita cotidianidad...”

“Sabe que, en cualquier momento, en cualquier parte del mundo, en cualquier cultura, personas que nunca se han conocido ni se conocerán reaccionarán de la misma manera ante una pérdida: negándola.”

“Esos momentos cotidianos que nos recuerdan que seguimos vivos y que vale la pena vivir por y a pesar de los obstáculos que se nos presentan cada día.”

Contracubierta o parte de la misma:
La muerte fulminante de su marido deja a Giuliana devastada y sola con dos hijas pequeñas. Superar un día tras otro está poniendo a prueba su resistencia y su imaginación, mientras pasa de la incredulidad al enfado, y de ahí a la idealización de su relación con William.
Descubre entonces, además de irrepetibles momentos que su memoria convoca una y otra vez, el legado más hermoso de William: una intensa red de relaciones que le traerán una nueva forma de estar en el mundo y le enseñarán, gracias al apoyo de los demás, que aprender a perder es aprender a vivir.

domingo, 16 de febrero de 2014

LA ALARGADA SOMBRA DEL AMOR de Mathias Malzieu

Cuando leí “La mecánica del corazón” (reseña aquí) me sorprendió el estilo narrativo, ese aire gótico que emana de sus páginas y como contaba aquella historia Mathias Malzieu, aparte de que me cautivó la cubierta tan maravillosa ilustrada por Benjamín Lacombe. Después al publicar “La alargada sombra del amor” quería leerlo pero las opiniones que fui leyendo y oyendo me hicieron esperarme un tiempo hasta casi olvidarlo en esa larga lista de lecturas pendientes, sin embargo ahora ha llegado a mis manos como regalo de Reyes, lo cual ha sido maravilloso porque han sido mis hijas quienes escribieron la carta y esto quedará en mis recuerdos, pero por otra parte la historia que se cuenta en este libro será de las que olvide fácilmente.
El tema principal que trata el autor es el duelo, y supongo que se basa en su propia experiencia, porque el personaje principal se llama como él, tiene más o menos su edad, en el relato su madre acaba de morir, quedando él, su hermana y su padre. Y en el libro la dedicatoria es: “para mi padre y mi hermana, en recuerdo de mi madre”. Así que el que escribiese esta historia me ha dejado la sensación de que ha sido como una terapia personal.
Las primeras páginas transmiten unos sentimientos que me han llegado y emocionado, influye que yo también viví ese momento de pérdida de mi madre, y en determinadas frases me he visto reflejada. Pero cuando aparece el gigante Jack he perdido esas sensaciones, es una figura que no acabo de entender, y a la que no le he encontrado el significado que imagino quería darle de protector. Por lo menos las partes en que no sale ese personaje me han resultado las más emotivas y reflexivas.
La historia maneja el tema del duelo desde el sentimiento de vacío, de los recuerdos que quedan y el deseo de que no sea verdad. Buscando herramientas vitales para seguir adelante. Y con el mensaje de que la vida debe continuar, no puede pararse y a pesar de la tristeza, hay que despegar, pues estás vivo.

Algunas frases del libro:
“El instinto de supervivencia y el miedo nos impidieron casi hasta el final rendirnos a la evidencia.”

“¿Qué haremos ahora que siempre es de noche para ti? ¿Qué significa la vida sin ti? ¿Qué te sucede a ti allá arriba? ¿Nada? ¿El vacío? ¿La noche, cosas del cielo, el consuelo?”

Contracubierta o parte de la misma:
Mathias, un joven treintañero acaba de perder a su madre. El período de duelo se cierne sobre él. Mientras espera en el parking del hospital a su padre y su hermana, ocurre un hecho insólito: un gigante se le aparece y le anuncia “Soy el gigante Jack, doctor en sombrología. Trato a las personas aquejadas de duelo administrándoles un trozo de mi sombra. Con la sombra se puede combatir el dolor y la muerte”. Mathias tendrá que aprender a utilizar la sombra protectora. Para ello, Jack le recomienda lo siguiente: “Utiliza la sombra. Lee, sueña, descansa, diviértete. No cedas a la desesperación. Usa tus sueños. Y si están rotos, ¡pégalos! Un sueño roto bien pegado puede volverse aún más bello de lo que era. Ama las cosas. ¡Estás vivo! Y lucha solo: de ahí saldrá tu fuerza interior.”

Traducción de Sofía Tros de Ilarduya

Ilustración de la cubierta: Benjamin Lacombe