22 de marzo de 2019

No es lo que parece

Lo primero que he de decir es que comprendo que estén decepcionados e incluso que hayan dejado de creer, si es que alguna vez lo han hecho.
La última vez que lo hice mal fue con ese fin del mundo tan largamente cacareado por los medios de comunicación, con el de los mayas. Cumplí con la fecha, como he hecho siempre; pero, una vez más, al instante siguiente dejé las cosas exactamente como estaban.
Evidentemente eso no es lo que estaban esperando.
Entiendo que me tachen de vago, dejado o que lleguen incluso a afirmar que carezco de imaginación. Lo entiendo, pero es mentira. Lo único realmente cierto es que diseñar un nuevo mundo desde cero no es cosa fácil, razón por la cual nos limitamos a cargar el mundo salvado en la última copia de seguridad y nos dejamos de milagros.
¿Qué solución hay? Es fácil, comiencen por inventarse un Dios más cualificado, con conocimientos muy superiores a los de un informático de tres al cuarto, por ejemplo.

2 comentarios:

  1. Después de cierta cantidad de veces, restaurar el sistema ya hasta carece de sentido...

    Saludos,

    J.

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  2. A ver si en un nuevo intento les sale mejor, porque el resultado deja bastante que desear, la verdad.
    Un relato imaginativo y actualizado, Luisa.
    Un abrazo

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