"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





martes, 8 de octubre de 2024

Ecos lejanos, 14

 


Quién podía plantearse entonces tener un hijo, he respondido sin fuerza. Era lo más alejado tanto de nuestras actividades como de nuestras ilusiones en aquella época. Un hijo de la revuelta era lo más incierto que cabía esperar. Generar una vida para mantener una llama de nuestros afectos si todo iba mal, como así fue, no podía ser lo más noble. Pero para los humanos tener un hijo es una coartada, dice ella. Aunque lo llamen ley natural ni en aquella época ni menos en esta los hijos son necesarios más que los justos. ¿Olvidas cómo en la sociedad rural el padre bramaba si llegaba una hija en lugar de un hijo porque lo que quería era un bracero? Pero los tiempos de mano de obra dura y sumamente masculinizada ya no son los presentes, en que tener hijos es prácticamente un capricho, por no mencionar cómo influyen las leyes de la costumbre y de la religión, que todavía aprietan y reclaman el impuesto de la sucesión carnal. Todo el mundo da por hecho que quiere o debe tener hijos, sin pensar en ningún futuro, como si una especie de destino protector velara por ellos. 

La mujer no frena su invectiva, rayana en lo furioso. Prosigue. Y luego está ahí todo ese discurso que canta la proyección de los padres, incluso cuando han desaparecido, a través de sus hijos, el mito de asegurarse la prolongación de las generaciones, la garantía de una población autóctona que mantenga el país, que disponga de las ideas tradicionales que han existido siempre, ignorando que el mundo está intensamente lleno de seres sin futuro alguno que buscan romper los límites de su indigencia.

He debido hacer una mueca rara y ella está atenta a mis palabras. ¿No se dice que los hijos son producto del amor?, digo. Me horroriza la palabra producto aplicada a los humanos, pero ya me entiendes. Quiero decir consecuencia, efecto, don, como quieras verlo. Ha puesto una cara de encono. Los hijos son hijos del accidente, como lo fuimos nosotros. ¿De qué manera necesita hoy la sociedad, cada vez más tecnificada, que elimina mano de obra y a la que le desborda la población tan numerosa, tener hijos o al menos no tener un control limitado de ellos?

No deberíamos insistir en el tema, replica la mujer tras un silencio cansino. Además, no hace falta que te diga qué destino cruel iban a tener nuestros hijos, de haber tenido alguno, aunque se les considerase muy productivos, como así lo planteaban entonces las instancias del Estado. ¿No es un despropósito traer otros seres con los que, para más desatino, te entrañas, sientes como un tú propio, y luego los dejas en manos de la aberración de un ente que decide por ellos, por nosotros, por todo viviente, para utilizarlos de la manera más nefasta como puede ser la carne de trinchera, en nombre de falsos principios que ignoran el amor? ¿No debe ser un hijo una elección propia, en todo caso, y no un objeto que requiere la idea totalitaria, que primero lo manipula y luego lo utiliza hasta la destrucción?

Veo crecer la nieve sobre el ramaje del bosque. Hablo sin fuerza. Hemos atravesado un tiempo difícil y largo, digo cansino. Haber sobrevivido es una satisfacción incompleta. Si el único gesto de querencia que nos queda es el recuerdo de los tiempos más sencillos y sinceros me pregunto por qué nos hemos citado aquí. Ella se vuelve con ímpetu y me interroga con hosquedad. ¿No nos queda algo de la lejana pasión que hablaba por sí misma? Aquella pasión que edificaba sentimientos, nos llevaba del uno al otro, nos agotaba como animales en celo continuo. Tal vez un paréntesis de la memoria podría retrotraernos a un mundo exclusivamente nuestro, sin acontecimientos históricos. Imagina que solo somos dos animales que no dan vueltas ni al pasado ni al futuro y solo conocen sus ciclos naturales y sus necesidades insoslayables. La interrumpo. Mejor dos primitivos que han desarrollado un calor y no solo una necesidad. Imagina.

   


*Fotografía de Inés González.

31 comentarios:

  1. Cuando se acaba la pasión, empieza el amor...

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    1. Como todos los términos que se pretenden absolutos resulta ser muy maleable.

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  2. Me ha gustado mucho la reflexión de hoy, he salido de esa jungla de la que hablas, y también lo he hecho sin respuestas entre las manos. Quizás sea algo que no admite respuestas, que las propias respuestas lo rompen.

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    1. Quizá, quizás. No es un tema sencillo y no es fácil el diálogo sobre el mismo. Hay mucho dogmatismo que esclerotiza el pensamiento.

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    2. Es complicado salir de la cárcel de los dogmatismos y de la educación recibida. Es más, aunque nos abran la puerta de la celda, muchas veces no queremos salir.

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    3. Lo has expresado de manera sencilla y exacta. Lo peor es que acaso muchos, no sé si la mayoría, se sienten cómodos en ello.

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  3. Creo que el planteamiento de tener un hijo, su conveniencia o no, es algo que no es generalizable, ni para un tiempo, ni para un lugar, ni para cada una de las miles de millones de almas que se lo plantean o no a lo largo de su vida. También creo que en este planeta, ya somos demasiados, pero esa es otra cuestión.

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    1. Probablemente no sea generalizable aunque visto el problemón demográfico del planeta no estoy seguro. Es obvio que el problema es sobre todo el modelo económico y lo que Occidente ha generado, y muchos tienen hijos en nuestras sociedades como parte del uso y costumbre e incluso moda. ¿No era más sensato lo antiguo, en que se vinculaban hijos con mano de obra futura? Son preguntas que me hago y no pretendo tener patente de saber ni de verdad.

      De todos modos el personaje femenino del texto tiene su particular opinión para que haya texto y responda a sus pensamientos.

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  4. Los animales se limitan a aparearse cuando toca y ya está.

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    1. Todavía no sabemos si en los animales no hay algo más que el ya está, eso parece pero ve a saber.

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  5. Poco presente, y menos futuro, tiene una relación cuando las conversaciones siempre versan sobre el pasado. No hablo necesariamente de los personajes de tu relato. Es más bien el recuerdo de una experiencia personal.

    Leí las dos primeras líneas de tu relato y algo me interrumpió. Tuve que posponer la lectura y me quedé reflexionando sobre cuáles son las razones por las que tenemos hijos. Sonreí luego al leerte y encontrar la misma reflexión (sobre lo mismo, más bien).

    Besos

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    1. Tampoco hay que dar muchas vueltas al asunto. La demografía ha sido algo siempre tan político como social y religioso. Un repaso a la historia, que es también el pasado, nos muestra muchas trayectorias.

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  6. O passado pode ser importante, é importante, mas não podemos viver em função disso... E ter um filho, na minha opinião, é um acto muito pessoal.
    Beijos e abraços
    Marta

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    1. No se trata de vivir en función del pasado, nadie lo hace y quien lo intenta se estrella. Se trata de conocer mejor lo de atrás, desentrañar, encontrar claves de interpretación que nos sean útiles en muchos aspectos. Todo progreso se debe a que hubo un pasado, en todas las áreas de la vida, y eso es la cultura y el conocimiento que avanza. Tener un hijo es personal (hay que aplicar también criterios éticos) y a la vez nos debería implicar en un debate colectivo. Mira cómo está de poblado el mundo.

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  7. Tantas maneras de ver esta cuestión como habitantes somos.
    Solo he tenido uno. Mi máxima: Vale más uno calzado que dos descalzos.
    Salut

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  8. Maravilloso texto, Fackel que invita a reflexionar sobre los hijos y la rutina que a veces mata lo que parecía amor.
    Un placer leerte.

    Un fuerte abrazo.

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  9. Sin eufemismos. Los embarazos y los partos son solo nuestros (de nosotras). De la más estricta propiedad privada que pueda existir en el mundo. Y no, no son maravillosos.

    Chiloé

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    1. Más claro, agua. Ni pontífices, ni Estados, ni machos.
      Gracias, Chiloé.

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  10. Fáckel:
    parece como si los tiempos actuales criminalizaran a los que quieren tener hijos. Se ve mejor a una persona que pasea un perro que a una que impulsa un carricoche. Los triste es que los sueldos actuales no dan para tener hijos.
    Salu2.

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    1. No, Diego, no se trata de criminalizar porque si debatir o emitir ideas sobre el tema se ve como criminalizar pues mala cosa. Ahí no te puedo dar la razón. No conviene tener posturas maximalistas en ningún sentido. Y tradicionalmente las ideas maximalistas han venido por el mismo lado. Si enfocásemos el tema con ánimo constructivo tendríamos que abrir muchas puertas, muchas opiniones, considerar los problemas del mundo y el rol que hoy juega la llegada de nuevos seres. Pero ya sé que es un tema complejo, farragoso y que al pensamiento conservador y tradicionalista siempre hiere.

      Habrá quienes valoren más a los animales que a los humanos, pero también habría que considerar que si es así será por algo. Hablar sobre lo de los animales domésticos nos remitiría al rol de las mascotas, a la mentalidad emocional y psíquica de mucha gente, a la moda, a los afectos, etc. Hoy día están saliendo temas que siempre estuvieron ahí pero que afortundamente y gracias a la democracia se pueden plantear.

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  11. Fáckel:
    la natalidad se ha convertido en un tema muy complicado. Es bueno que haya debates, como siempre y de todo, por supuesto. Observo que cada vez veo menos embarazadas, las parejas tienen hijo (más que hijos) cada vez mas tarde, si es que se deciden. El trabajo no ayuda, los sueldos son pésimos, la famosa conciliación (con sus más y sus menos), los horarios de trabajo, el precio de las guarderías. Cuando nació mi primer hijo, tuve "dos" días de permiso. Dos días nada más.
    En fin.
    Salu2 y gracias.

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    1. En efecto, proporcionas unos elementos de información que yo también observo, aunque lógicamente no puedo cuantificar. Qué rácanos quienes te concedieron dos días, yo creo que tuve tres y soy más viejo. Pero eso debía ser en mi época cosa de la empresa.

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    2. Con el tercero de mis hijos también tuve dos días de permiso. Es lo que tocaba.
      En fin.
      Salu2.

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    3. Pero prueba superada, ¿no? No se lo repitas mucho a los hijos para que no te compadezcan (es broma)

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  12. Es un tema complicado... las mujeres seguimos teniendo que hacer encaje de bolillos para compaginar la educación de los hijos, el trabajo para seguir adelante, y el orden y limpieza del hogar... por más que esto se haga a dos... A toro pasado, la experiencia enriquece, si todo sale bien...

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    1. Es el punto de vista dominante, creo. Eso, si todo sale bien.

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  13. Me río de la irresponsabilidad de tener hijos por tener. Ya no se trata de que haya inmigrantes por doquier, sino de nuestros propios hijos del futuro si los tenemos. Con los cambios técnicos, la robotización avanzada, la IA y demás, ¿qué puestos de trabajo puede haber si quedarán limitados? Pensemos en ello. Ander

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    1. Ander, ese es uno de los temas más preocupantes en estos momentos en que todo avanza de modo vertiginoso. Y cuando se llega a encrucijadas como las que estamos a punto de llegar sucede lo de siempre y a gran escala. A buen entendedor...

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