martes, 8 de diciembre de 2015
No moriré
No moriré
no
balbucea la presuntuosa insensatez una noche más
al sentir la levedad de mi cuerpo entre las sábanas
(modesta percepción en un espacio
que anhela desprenderse de las horas)
Ahí
cuando el dolor no habita y la angustia reposa
yo me afirmo ufano en la ausencia
de sus signos
(tal vez se trate solo de su demora o de un mero aplazamiento)
No moriré:
adverbio arrogante
conjugación tentadora
aliados jugadores cuya partida acaban perdiendo
los más duchos y confiados
Mantra al borde de los sueños:
no moriré
no moriré
descendiendo su eco hasta mi entraña escéptica
(vigilia y cuidado de que el fantasma de una pitonisa no aparezca
para cambiar el sentido)
Y si el desvelo se alarga
razono contra la razón:
no debo dar pábulo a las malas lenguas
que dicen que morir es inevitable
y reclaman que es lo propio de la condición vital
Dejo que la voz tenue y juguetona de un súcubo
recite con lengua de sexo: tú
no morirás
no puedes morir
Sé que no
que no estaré ni aquí ni en ninguna otra parte
pero que no moriré
Entonces ya a la orilla de la inconsciencia
una rebelde aprendiza délfica
me atrae a su cueva y me dicta su sigilosa revelación:
para llegar a ello
tendrías que aprender
a morirte
y ya es muy tarde para que te inicies
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