Ya no será
No volveré a tocarte.
No te veré morir.
(Idea Vilariño. Poesía completa.
Barcelona, Lumen, febrero de 2008)
Ya no será
No volveré a tocarte.
No te veré morir.
(Idea Vilariño. Poesía completa.
Barcelona, Lumen, febrero de 2008)
La inteligencia, para comprender, debe ensuciarse. Pero antes que nada, incluso antes de ensuciarse, es preciso que haya sido herida.
(Henri Michaux. Frente a los cerrojos seguido de Puntos de Referencia. Traducción de Julia Escobar. Valencia, Pre-Textos, 2000)
El espacio no existe, hay que crearlo.
(Alberto Giacometti. Escritos.
Presentaciones de Michel Leiris y Jacques Dupin, en El espíritu y la letra, nº 6, Editorial Síntesis, Madrid, 2001)
Cuéntame ese sueño en el que sacamos los cuerpos del lago
y los
vestimos con ropa seca.
Lo tarde que era, y nadie podía
dormir, y los caballos corrían
hasta olvidar que eran caballos.
No es como el
árbol, cuyas raíces finalmente se detienen,
es más bien como una canción que
suena en la radio de un policía,
cómo
enrollábamos la alfombra para bailar, y los días
eran de un rojo brillante, y cada vez que nos besábamos había otra manzana
que cortar en pedazos.
Mira la luz a través del cristal. Quiere decir que es
mediodía, quiere decir
que somos inconsolables.
Cuéntame que
todo esto, y el amor también, nos destrozará.
Estos, nuestros cuerpos, poseídos por la luz.
Cuéntame que
nunca nos acostumbraremos.
(Richard Siken. Crush. Trad. de Juan Gallego Benot. Barcelona, Ultramarinos, 2023)
La luz del sol derramándose por tu piel, tu sombra
plana sobre
el muro.
El amanecer rompía los huesos de
tu corazón como si fueran ramitas.
Esto no te lo habías esperado:
El dormitorio se puso blanco, la
luz astronómica
te vapulea
como una oleada de puños.
Te llevaste la mano a la cara
como
para
esconderla, los dedos rosáceos ya son dorados mientras la luz
brota directa al hueso,
como si fueras esa pequeña
habitación encerrada en cristal,
con cada mota
de polvo iluminada.
La luz no es ningún misterio,
el misterio es que haya algo que permita que la luz
siga atravesando.
(Richard Siken. Crush. Traducción de Juan Gallego Benot. Barcelona, Ultramarinos, 2023)
explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un barco llevándome
(Alejandra Pizarnik. Poesía completa. Edición de Ana Becciu. Barcelona, Lumen, 2000. Imagen: Underwater Girl de Jacob Sutton)
No quiero que
te vayas
dolor, última
forma
de amar. Me
estoy sintiendo
vivir cuando
me dueles
no en ti, ni
aquí, más lejos:
en la tierra,
en el año
de donde
vienes tú,
en el amor
con ella
y todo lo que
fue.
En esa
realidad
hundida que
se niega
a sí misma y
se empeña
en que nunca
ha existido,
que sólo fue
un pretexto
mío para
vivir.
Si tú no me
quedaras
dolor,
irrefutable,
yo me lo
creería;
pero me
quedas tú.
Tu verdad me
asegura
que nada fue
mentira.
Y mientras yo
te sienta,
tú me serás,
dolor,
la prueba de
otra vida
en que no me
dolías.
La gran
prueba, a lo lejos,
de que
existió, que existe,
de que me
quiso, sí,
de que aún la
estoy queriendo.
(Pedro Salinas, La voz a ti debida, 1931)
Quería componer el mundo
para después compartirlo contigo...
Te habrás dado cuenta de que fracasé.
(El Chivo en Amores perros de Alejandro González
Iñárritu,
con guión de Guillermo Arriaga, México, 2000)
https://youtu.be/LQQNyMhEKbg?si=0RN4oLYx7jZ_v0Ce