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lunes, 10 de octubre de 2016

Ahora o nunca


Tú, en cuyos labios aprendí la vida,
ahora o nunca, ven a decirme
los nombres olvidados:
serenidad, espuma, sol indemne.

Desde la transparencia que el otoño perturba,
ven otra vez a esta orilla quemada,
remueve la ceniza y haz que sea
la eternidad sólo un fluir lejano
de palabras que un día compartimos.

Así, emergiendo desde un mismo origen,
un barco en el instante de zarpar,
la indecisión del alba en los acantilados,
tanta ciudad entresoñada apenas,
serán al fin un único espacio transitable,
una sola aventura.

(Carlos Sahagún. Últimos poemas (1978-2000), en Poesías completas (1957-2000). Sevilla, Renacimiento, col. Calle del Aire, 147, 2015)

Todo está decididamente en orden 
menos mi propia vida.

lunes, 16 de mayo de 2016

Aquí empieza la historia


Aquí empieza la historia. Fue una tarde
en que se habían puesto las palomas
más blancas, más tranquilas. Como siempre
salí al jardín. Alrededor no había
nadie: la misma flor de ayer, la misma
paz, las mismas ventanas, el sol mismo.
Alrededor no había nadie: un árbol,
un estanque, ceniza en aquel monte
lejano. Alrededor no había nadie.

Pero, ¿qué es este viento, quién me coge
el corazón y lo levanta en vilo,
y lo hunde y lo levanta en vilo? Una
muchacha azul en la orfandad del aire
ordenaba los pájaros. Sus manos
acariciaban con piedad el árbol,
y el estanque, y aquel lejano monte
ceniciento. El jardín ardía al sol.

La miré. Nada. La miré de nuevo,
y nada, y nada. Alrededor, la tarde.

(Carlos Sahagún. Como si hubiera muerto un niño (Barcelona, Instituto de Estudios Hispánicos, 1961), en Poesías completas (1957 - 2000). Sevilla, Renacimiento, col. Calle del Aire, 147, 2015. Imagen: El jardín, óleo sobre tabla de Isabel Quintanilla, 1966)