PRAXÁGORA: (A los
espectadores.) Pues bien; que nadie me contradiga ni interrumpa antes de conocer
mi sistema y de haberme oído. Quiero que todos los bienes sean comunes, y que
todos tengan igual parte en ellos y vivan de los mismos; que no sea éste rico y
aquél pobre; que no cultive uno un inmenso campo y otro no tenga donde sepultar
su cadáver; que no haya quien lleve cien esclavos y quien carezca de un solo
servicio; en una palabra: establezco una vida común e igual para todos.
BLÉPIRO: ¿Cómo podrá ser
común a todos?
PRAXÁGORA: (Con un
movimiento de impaciencia.) Comiendo tu estiércol antes que yo.
BLÉPIRO: ¿También será
común el estiércol?
(Aristófanes.
La Asamblea de mujeres. Introducción, traducción y notas de Luis M.
Macia Aparicio. Madrid, Ediciones Clásicas, 1996)
BLÉPIRO: ¡Eh tú, Praxágora!
¿de dónde vienes?
PRAXÁGORA: ¿A ti qué te
importa?