Así lo determinaron los jueces federales Servini de Cubría, Lijo, Canicoba Corral, Rafecas, Freiler y Ballestero, ya sea al no habilitar la feria judicial para tratarla, no aceptar su presentación en su juzgado o por los distintos fallos en contra que cosechó la estrambótica denuncia porque no le encontraron pies ni cabeza.
Para no prolongar más un debate ya definido, repasemos algunos ilustrativos párrafos de los magistrados (extraídos de sus sentencias más algún comentario periodístico sobre los mismos) en relación al demasiado famoso -pero escasamente leído- escrito de Nisman:
El contundente fallo de la Sala I de la Cámara de Apelaciones desnuda la inopia fáctica y conceptual del texto que el fiscal Natalio Alberto Nisman presentó a los apurones por motivos que aún permanecen en las sombras, (...)
Cuando se debatió la constitucionalidad del Memorandum, dijo ahora Ballestero, ni el tribunal, ni la DAIA y la AMIA, ni el propio Nisman vieron ni “un atisbo del supuesto delito de encubrimiento que recién ahora se denunció. Ni una sola sospecha, ni un solo interrogante”. Esas cuestiones, ya estaban “presentes desde enero de 2013 en el texto del Pacto” y Nisman no las denunció.
Las novedades viejas.
El fiscal adujo que en aquel momento carecía de los elementos que obtuvo después: una nota de José Eliaschev publicada en marzo de 2011, cuatro años antes de la denuncia, y las escuchas telefónicas. Ballestero subraya la fecha de la nota con un elocuente signo de admiración. “De novedad, sinceramente, es poco lo que se tiene”. Además, coincide con la “impecable” lectura de Rafecas: al declarar como testigo, luego de reiteradas citaciones y bajo amenaza de ser conducido por la fuerza, Eliaschev no ratificó su nota y bajo juramento dijo algo distinto. No se trataba de un documento oficial sino de un paper interno de la cancillería iraní; estaba escrito en inglés y no en farsi, no reproducía las palabras adjudicadas a Timerman, sino un parecer de los interlocutores persas. Lejos de revelar un desinterés argentino por resolver los atentados, aludía a la impresión iraní de que la Argentina querría “dar una vuelta de página” en las relaciones bilaterales.
En cuanto a las escuchas, Ballestero entiende que Nisman hizo “un pase de ilusionista”: en forma alternativa sitúa los antecedentes del Memorandum en 2006, en 2010 o en 2011 y pretende que también hay otro documento que probaría la intención de levantar las alertas rojas. Pero como no tiene “una sola prueba” asevera que ese documento “se mantuvo en secreto. De este modo, sería su misma ausencia la nota más distinguida de su existencia”, tal como ocurre con los agujeros negros, “cuya presencia sólo se demuestra a partir de la nada más absoluta”. Su “zigzag argumentativo” atenta contra la imputación que procura construir. En cambio “existen sobradas muestras de que los sucesos acaecieron de un modo diametralmente opuesto”, como el intercambio epistolar entre la cancillería argentina y la Secretaría General de Interpol y las aclaraciones de su ex Secretario General, Ronald Noble ante el canciller Héctor Timerman. La Argentina siempre pidió que las alertas rojas no fueran levantadas. Se enfrentan así “inferencias versus declaraciones; suspicacias versus documentos; especulaciones versus acontecimientos”. Según Nisman, la Comisión de la Verdad instalaría una nueva hipótesis que liberaría a los imputados, pero no aporta un solo dato acerca de cuál sería. Ballestero describe incluso la deshonestidad argumental de Nisman, cuya denuncia “va extrapolando distintos pasajes de una conversación para, puntos suspensivos mediante, engarzar del modo más conveniente su contenido, sin importar su hora ni su fecha, como si, al igual que en ciertas novelas populares de hace algunos años, uno pudiera ir armando la crónica escogiendo la escucha que se desea poner a continuación. O bien se combinan comunicaciones telefónicas con otros discursos distanciados por meses, pero que son exhibidos como parte de un mismo y único contexto, de forma tal que todo remita a una misma alusión: se está hablando del encubrimiento”.
El orden de los factores.
Nisman sostuvo que existía “una correlación entre la realidad y las cuestiones que se mencionan” en los intercambios telefónicos. Pero Ballestero afirma que esto sólo demuestra “la reproducción de una fuente a la que cualquier habitante del mundo podía acceder. Como se ve, el orden de los factores sí altera el producto”. El camarista también ridiculiza la credibilidad de los interlocutores que Nisman ordenó grabar (según el juez Rodolfo Canicoba Corral sin su autorización, por lo cual dijo que si no hubiera muerto lo denunciaría penalmente). Se pregunta cómo puede considerar operador válido del supuesto plan a Luis D’Elía, cuando el mismo Nisman tildó de “inverosímil” su declaración testimonial en la causa AMIA, donde brindó una versión “disparatada”. Agrega que hasta sus compañeros lo denigran y desmienten: “Que no se haga el canchero, si el que menos puede entrar a la Casa Rosada es él”, lo descalifica Fernando Esteche. El agente persa Jorge Khalil revela que D’Elía le preguntó qué pasaba con el Memorandum y él le respondió: “Y yo qué sé, flaco, sé tanto como vos”. Ballestero acota: “A confesión de parte”. Su conclusión es que no existen pruebas de un delito, por lo que el Memorándum pudo ser un fracaso diplomático, un error legislativo y una desilusión para quienes creyeron que apuntalaría la investigación del atentado, “pero de allí a ver forjado en él un maquiavélico plan por encubrir a los responsables de las cientos de víctimas de la voladura de la AMIA existe un abismo”.
Las garantías constitucionales no admiten salir en “excursión de pesca” con la esperanza de que “en algún momento brote alguna mácula que permita sospechar la comisión de un ilícito”. Pollicita y el fiscal de Cámara Germán Moldes sólo argumentan que el cierre de la causa es prematuro, pero no se hacen cargo “de la orfandad probatoria que hoy la caracteriza” e “insisten en mantener abierta y en actividad una persecución penal con el anhelo de que, alguna vez, en algún momento, algo demuestre que el Memorándum estuvo inspirado en una voluntad delictiva. En rigor de verdad, una aspiración semejante, frente a los antecedentes repasados, sólo puede traducirse en un único plazo definitorio: la perpetuidad”.
En su única referencia a las personas que claman justicia, Ballestero sostuvo que “separar la paja del trigo es contribuir a que nada obstaculice la adecuada canalización de los legítimos reclamos de las víctimas” y “un paso para alcanzar la verdad de lo acontecido el 18 de julio de 1994”.
Sobre verosímil y verdadero.
Freiler coincide con Rafecas en que al no haberse introducido nunca la supuesta nueva y falaz hipótesis, no hubo principio de ejecución del alegado delito de encubrimiento y se pregunta que llevó a Nisman a presentar su denuncia en enero de este año, ya que ninguno de los elementos de juicio era novedoso. Tampoco Pollicita o Moldes aportan ningún elemento que le otorgue suficiente verosimilitud. También recuerda que según el Código Procesal la denuncia deberá contener “la relación del hecho, con las circunstancias del lugar, tiempo y modo de ejecución” y que la Corte Suprema estableció que “no debe ser general y vaga sino contraída a los hechos denominados y especiales con expresión de las circunstancias que puedan guiar al juez”, cosa que no ocurre aquí. El fiscal une en forma antojadiza elementos de juicio irrelevantes “pero que son encadenados de forma tal que simulen demostrar la hipótesis delictiva sostenida”, de modo de “arribar a una determinada conclusión que constituye, en realidad, el propio punto de partida del denunciante. Se trata de la falacia de la afirmación del consecuente. Así, se construyen afirmaciones dogmáticas sobre la base de premisas que en modo alguno autorizan siquiera a inferir las conclusiones a las que allí se arriba”.
Dijo el juez Rafecas en su fallo:
(...) en el escrito fiscal, en la existencia de “acuerdos secretos” en donde la Argentina haya claudicado en su reclamo; y con escuchas telefónicas que, lejos de complicarlo, lo reivindican, a él y a la cartera que conduce, no queda más que afirmar aquí, al igual que en los dos casos anteriores, que no existe una sola prueba, un solo indicio que conduzca a sostener la hipótesis fiscal, ciertamente agraviante y mortificante, de que Héctor Timerman haya siquiera instigado o preparado el camino tendiente a la configuración de un encubrimiento en el atentado a la AMIA.
Sirva esto como introducción a la cuestión que aquí nos atañe, que es la de verificar si de los elementos reunidos en el expediente, surgen pruebas o indicios comprometedores, al menos, de una ideación, instigación o preparación a un delito de encubrimiento que, como ya vimos, nunca existió. Al respecto, con lo único que se cuenta es con las escuchas telefónicas. De un estudio pormenorizado de las mismas, especialmente las invocadas por el Dr. Nisman en particular en su dictamen, surgen claras varias conclusiones:
-De los demás aquí denunciados, D’Elia no tiene relación ni contacto demostrado ni con Bogado, ni con Esteche, ni con Yrimia. Sólo con Khalil, con quien conversa en numerosas ocasiones. Tampoco aparece ninguna vinculación con Timerman ni con la Cancillería. Y de su relación con la Presidenta, más allá de algunas jactancias de su parte, de las escuchas tampoco surge que haya mantenido nunca ningún contacto directo con ella, sea personal, o telefónico. Eso es todo. Más allá de su simpatía y reivindicación del régimen iraní, de sus viajes a ese país, de sus contactos personales con los prófugos, y pese a que durante varios años se intervinieron los teléfonos en busca de evidencia comprometedora, no aparece, en el caso de Luis D’Elia, ninguna evidencia que lo involucre siquiera en la ideación, instigación o preparación de un futuro encubrimiento del atentado a la AMIA.
Ahora bien, la magnitud y alarma de algunas de las expresiones de Khalil en sus diálogos debe matizarse al advertir, en no pocas ocasiones, su seguridad acerca de que sus conversaciones están siendo escuchadas por la SIDE. Así entre otras: El 17 de noviembre de 2012, Khalil le dice a su interlocutor, quien le pregunta cómo está: “Bien, me tenés que llamar vos, evidentemente mi teléfono no anda tío, esta re chupado ya...ya no da más, es un colador”.
Tal vez la más gráfica se dio ese mismo día en otra conversación, en donde Khalil, hablando con Esteche, tan temprano como el 18 de noviembre de 2012, dice: “...esperá un minuto, esperá un minuto, servicios de inteligencia, Mossad, CIA, todos, déjenme hablar tranquilo con mi amigo Fernando Esteche, soy Yussef Khalil por favor les pido, no me corten el teléfono, porque no me puedo comunicar...”. Luego le dice a Esteche que “ya está les dije que nos dejen trabajar tranquilos”, a lo que su interlocutor le respondió: “No, no nos van a dejar”.
Asimismo, el 12 de febrero de 2013, en un diálogo con D’Elia, volverá a manifestarlo: “No puedo hablar por teléfono, este teléfono de mierda está pinchado y el tuyo está más pinchado que el mío todavía...”.
Con lo cual existe aquí una fuerte relativización de todo lo que pudo haber manifestado este imputado, en punto a una presunta ideación, instigación o preparación (no punible) de un delito de encubrimiento, respecto de un delito que nunca llegó a cometerse.
Ramón Allan Bogado La primera aparición relevante de “Allan” Bogado en las conversaciones telefónicas captadas en el teléfono de Yussuf Khalil data del 22 de noviembre de 2012.
A lo largo de estas conversaciones, este resbaladizo personaje se muestra permanentemente como alguien influyente y con contactos en las más altas esferas del gobierno nacional, incluyendo la mismísima Presidenta de la Nación, que maneja información privilegiada de ese ámbito, que participa en viajes al exterior, y que todo ello lo haría a partir de su pertenencia funcional a la Secretaría de Inteligencia.
Luego “Allan” le va a agregar a Khalil: “vos no te olvides, escuchame, que yo mi viaje que hice a New York me junté con los primos del otro wing eh?...”, haciendo una brumosa alusión a alguna persona o entidad representativa de la comunidad judía. Khalil habrá quedado impresionado. Con contactos “del otro wing” y viaje a New York, y participando de las negociaciones intergubernamentales personalmente, en Ginebra, Suiza... Pero una simple consulta por pantalla al Registro Nacional de Migraciones, con el registro del N° de DNI de Bogado, indica que este personaje no registra una sola salida del país en los últimos diez años (siendo la última el 13/11/2002 en el paso de Yacyretá, Misiones, de donde Bogado es oriundo). Este recurso seguramente estaba disponible para la UFI AMIA también.
Y la última es la del 7 de octubre de 2013. Es donde “Allan” pretende impresionar una vez más a un desprevenido Khalil, mostrándole nuevamente su proximidad al calor del poder, al tener supuesta información de primera mano acerca del estado de la salud de la Presidenta de la Nación, cuando le hace saber que ésta “tiene un coágulo, viste...casi seguro la operan [...] le cuesta reírse viste, pero lo demás lo tiene controlado [...] ella se da cuenta el sábado cuando empezó a hacer gimnasia [...] viste cuando se te duerme la mano [...] pensaron que era del corazón y salieron cagando...” (continúa dando supuestos detalles). Y remata: “Ya está internada hace una hora y media”.
Ahora bien, la información acerca del problema de salud de la Sra. Presidenta ya había sido puesta en conocimiento de la opinión pública durante la noche del día anterior, por boca del vocero presidencial, en conferencia de prensa, como se consignara en todos los medios web esa misma jornada (ver por todos, 6/10/13, Clarín web, “Largas horas de incertidumbres, versiones y rumores”, disponible en www.clarin.com/politica/Largas-horas-incertidumbre-versiones-rumores.html). Y al otro día, el del contacto entre Bogado y Khalil, se emitió en horas del mediodía un parte médico oficial de la Fundación Favaloro con todo detalle, que también fue reproducido por todos los medios de comunicación (cfr. http://www.ambito.com/noticia.asp?id=710272). En definitiva, la “información de privilegio” que tenía Bogado fue una construcción armada sobre profusos y detallados informes previos sobre el tema.
(...) aquellas supuestas virtudes del “espía” Bogado, a medida que se analiza con mayor detenimiento sus comentarios, anuncios y predicciones, ese aire de persona importante e influyente, que se codea con los más altos referentes del poder, termina completamente desvanecido, transformando al citado personaje en poco más que un truhán, un embaucador que de ningún modo puede siquiera tomarse en serio. En definitiva, tampoco en este caso la actuación de una personas con estas características puede tomarse seriamente como que pudo haber formado parte en la presunta ideación, instigación o preparación (no punible) de un delito de encubrimiento, respecto de un delito que, además, nunca llegó a cometerse.
A partir de allí, todas las restantes conversaciones van a girar en torno a este asunto y a las internas comunitarias islámicas, es decir, a cuestiones absolutamente ajenas a las graves acusaciones planteadas en la denuncia originaria. Y eso es todo, con relación al Dr. Yrimia. Todas estas conversaciones, desde la primera hasta la última, son por completo ajenas a los cargos que fueran formulados por el Dr. Nisman, al contrario, Yrimia se presenta, desde su estudio jurídico en pleno centro nada menos... ¡que del Vaticano y el papa Francisco!, con acceso al Arzobispo Poli y dando muchas otras referencias de las cuales parece surgir que el citado abogado sabe de lo que habla. Ni hablar de la afirmación de que Yrimia sería miembro de la Secretaría de Inteligencia, que el propio Khalil descarta (“es de inteligencia del Vaticano, me lo dijo el chabón”) y que Nisman pretendió basar sobre una afirmación del falso espía Bogado, cuando en algún momento dijo, a propósito de Yrimia, “es empleado mío, ese”. No sabemos a qué se refería, pues ahora sabemos, Bogado tampoco pertenece a la S.I. Por todo lo expuesto, en este caso, se trata de otro caso en donde no existe ningún elemento serio que comprometa al Dr. Yrimia en esta denuncia, al contrario, sus intervenciones, de 2012 y 2014, lo muestran como alguien completamente ajeno a una presunta ideación, instigación o preparación (no punible) de un delito de encubrimiento, respecto de un delito que, para colmo, nunca llegó a cometerse.
V) Posible delito de acción pública El contenido de las escuchas telefónicas antes que el despliegue de un plan criminal para encubrir y/o entorpecer la investigación del atentado a la AMIA, ponen al descubierto una presunta maniobra ilícita, por parte de Ramón Allan Bogado, que va desde el tráfico de influencias, la simulación de calidad personal hasta la usurpación de autoridad, que si bien ha resultado inerte para proyectarse en los funcionarios públicos a cargo de la conducción gubernamental, ameritan en todo caso que su investigación penal se concentre en el marco de la causa n° 11.503/2014 en trámite por ante la Secretaría n°18 del Juzgado n° 9 del fuero, en cuyo marco la propia Secretaría de Inteligencia ha denunciado a Ramón Allan Héctor por la posible comisión del delito de “tráfico de influencias”, toda vez que, se habría presentado ante funcionarios de la Administración Nacional de Aduana invocando su pertenencia al citado organismo.
Finalmente, dado todo lo expuesto, es que Resuelvo
- Desestimar la denuncia que diera inicio al presente expediente por inexistencia de delito.
Daniel Rafecas.
Y, finalmente, la Cámara Federal dijo:
(...) Esos son los extractos más destacados de las pruebas de las que se basa la denuncia. Sin embargo, en ningún pasaje de la presentación se especifica lo realmente importante:
cuál fue en definitiva la hipótesis ficticia ni cuál el aporte concreto que a su armado hicieron las personas citadas en ella. En este punto el recurrente se explaya sobre el análisis dogmático del delito de encubrimiento y abunda en el examen de sus elementos típicos, sobre todo el aspecto intencional del acto, mas no brinda ni un solo dato concreto en el cual pueda verse plasmada esa “ayuda” alcanzada por la citada figura penal que exceda, nuevamente, el texto mismo del pacto. Pues si bien es cierto que, como el mismo fiscal indica, serían las escuchas telefónicas las que aportarían esos elementos adicionales, ya no es el
a quo ni el suscripto quienes nos vemos impedidos de admitirlas seriamente, sino que ni siquiera el mismo recurrente les concede aptitud probatoria. Nótese que él mismo admite que las conversaciones registradas “… pueden tener … una entidad indiciaria de utilidad para valorar con mayores elementos la hipótesis de la denuncia”. Ergo, hoy estas conversaciones, ya lejos de ser una pretendida evidencia de la comisión de un delito, sólo puede aspirar a la eventual posibilidad de servir como indicio en tanto otros elementos sean incorporados a la causa. Ciertamente es poca la fortaleza que el mismo acusador les ha reservado. Y no es para menos cuando se aprecia que la denuncia va extrapolando distintos pasajes de una conversación para, puntos suspensivos mediante, engarzar del modo más conveniente su contenido, sin importar su hora ni su fecha, como si, al igual que en ciertas novelas populares de hace algunos años, uno pudiera ir armando la crónica escogiendo la escucha que se desea poner a continuación. O bien se combinan comunicaciones telefónicas con otros discursos distanciados por meses, pero que son exhibidos como parte de un mismo y único contexto, de forma tal que todo remita a una misma alusión: se está hablando del encubrimiento. Y qué valor pueden tener comunicaciones telefónicas en las que los interlocutores, como bien señala el a quo, describen formar parte de un ámbito de acceso de restringido, de toma de decisiones, de una “mesa chica”, no proyectando más que el eco de noticias periodísticas o bien una fabulada idea de ser operadores sin poder de convicción.
Pero que, sin embargo, el mismo Nisman reconociera que “Aquel sábado 28 los cancilleres tuvieron dos reuniones, con consultas intermedias a sus mandatarios. No se intercambiaron las notas reversales. El tratado no entró en vigor. No se definió ningún plazo respecto de la ‘Comisión de la Verdad’ ni sobre las audiencias de Teherán. No hubo ningún anuncio conjunto. Ninguna autoridad iraní declaró nada oficialmente”.
La gestión de D’Elía, ¡un verdadero éxito! XV. Quizá esa resulte ser la consecuencia lógica cuando, como sostiene el decisorio venido en revisión, los protagonistas del “sofisticado” plan carecen de las cualidades que se adjudican y, por tanto, de las atribuciones necesarias para lograr lo que anuncian. He ahí la respuesta al por qué ninguna de sus predicciones ni gestiones encontró más repercusión en los hechos que la misma realidad que los precedía en el camino, divulgada al unísono, con todos sus aciertos y todos sus errores, por los medios de comunicación. Así se entiende que el denunciante haya afirmado que “…existe una correlación entre la realidad y las cuestiones que se mencionan en estos intercambios [telefónicos]”, aunque no en el sentido propuesto, esto es, que eso “fortalece la calidad probatoria de este material y le otorga la necesaria contundencia”, sino en que no demuestra otra cosa más que la reproducción de una fuente a la que cualquier planteadas por el fiscal y el juez sobre cómo sucedieron las cosas, quiénes fueron sus verdaderos protagonistas y cuál la relevancia penal de sus conductas.
JORGE L. BALLESTERO
EDUARDO R. FREILER
EDUARDO G. FARAH
Fuentes utilizadas para esta nota:
La paja y el trigo
Sentencia completa del juez Rafecas
Sentencia completa de la Cámara Federal
Soy el que recorre los medios recogiendo la cacona que muchos "expertos", algunos aventurados y demasiados vivos van dejando a su paso para que todos consumamos, y así vayamos construyendo nuestro "sentido común" nacional con esas "verdades" aceptadas sin dudar, sin siquiera osar ponerlas a prueba. Pero eso es lo que tratamos aquí, de dudar...
31 de marzo de 2015
24 de marzo de 2015
Cables secretos de EE.UU. durante el golpe de estado de 1976.
Ante un nuevo aniversario de una de las fechas más funestas de nuestra
historia, Basurero Nacional declina realizar cualquier comentario sobre el
golpe y se limita a reproducir la palabra de algunos de los principales
protagonistas de la última dictadura argentina. Es por eso que reproducimos a continuación
los cables secretos de la embajada de los EE.UU. despachados antes, durante y
después de aquél fatídico 24 de marzo de 1976, para que, en tiempos de WikiLeaks
y WikiPis (los cables secretos de Basurero Nacional), reflexionemos una vez más sobre ese período de nuestra historia, y, a su vez, analicemos los acontecimientos actuales, tanto en la región como en nuestro país, y la conducta de la mayor potencia militar del mundo en aquellos tiempos y en los que corren.
Empecemos con la explicación del mismo Videla sobre las causas de aquel
golpe de estado.
¿Cuál fue el verdadero objetivo del golpe de estado?
El verdadero objetivo del golpe fue (contrariamente a lo que por décadas
afirmaron sus partidarios y exégetas) político y económico, no militar, según
lo aclara el mismo Videla:
“Nuestro objetivo era disciplinar a una sociedad anarquizada; volverla a
sus principios, a sus cauces naturales. Con respecto al peronismo, salir de una
visión populista, demagógica, que impregnaba a vastos sectores; con relación a
la economía, ir a una economía de mercado, liberal. Un nuevo modelo, un cambio
bastante radical; a la sociedad había que disciplinarla para que fuera más
eficiente. Queríamos también disciplinar al sindicalismo y al capitalismo
prebendario”.
Cables secretos de EE.UU. sobre el golpe del 24/03/1976 en Argentina, tomados de
WIKIPIS.
Antes del golpe.
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Fecha: 16 de febrero de 1976, 17:00 horas
Titulo: Los Militares toman conocimiento del tema de los Derechos
Humanos.
Tipo: Cable [clasificación desconocida], Departamento de Estado
De: Robert C. Hill, Embajador de Estados Unidos en Argentina
Para: Secretario de Estado.
"1. Diego Medus (proteger), Jefe de la Oficina para Norteamérica en
el Ministerio de Relaciones Exteriores, me confió en un almuerzo el 13 de
febrero que ´El Grupo Militar de Planificación le ha pedido preparar un estudio
y hará recomendaciones de cómo el futuro gobierno militar puede evitar o
minimizar el tipo de problemas que han tenido los gobiernos chileno y uruguayo
con los EEUU sobre el tema de los derechos humanos. Medus dijo que les ha dicho
que ellos tendrán problemas si comienzan a ejecutar gente. Los oficiales respondieron
que ellos tienen la intención de llevar a cabo una guerra total contra los
terroristas y que por lo tanto algunas ejecuciones probablemente serán
necesarias. Quisieran minimizar cualquier problema resultante con los EEUU, sin
embargo, y por lo tanto le pedían a Medus preparar el estudio".
"2. Además, Heriberto Kahn de La Opinión dijo a nuestra sección
política el 13 de febrero que en una reciente conversación con el General
Viola, él [Kahn] trajo a colación el tema de los derechos humanos y le señaló
que cualquier gobierno militar futuro debe evitar pasos que puedan llevar a
problemas con el Congreso de EEUU tales como los que esta teniendo el gobierno
de Pinochet... [Viola] remarcó, sin embargo que mientras él, Videla y varios
otros altos oficiales entienden el problema completamente, hay muchos oficiales
debajo de ellos que no y que desean tomar medidas contundentes aún cuando tales
medidas ofenden al Congreso de EEUU. Él enfatizó que se necesitará paciencia y
comprensión de ambas partes".
"3. Comentario: Es alentador notar que los militares argentinos
están conscientes del problema y ya están concentrándose en vías para evitar
que los derechos humanos se conviertan en un irritante en las relaciones
EEUU-Argentina.
Hill"
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16-03-1976 Conversación del Embajador con el almirante Massera.
Emisión: Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires
Destino: Departamento de Estado Washington
Ref: Conversación del Embajador con el Almirante Massera
Para el Subsecretario de Asuntos Interamericanos Rogers del Embajador
Hill.
1. Acompañado por el consejero político, hoy fui a tomar café con
Alejandro Shaw, presidente del Banco Shaw. El almirante Massera, Comandante en
Jefe de la Marina, también estaba presente. Massera buscó la oportunidad para
hablar en privado conmigo y con el consejero político. Dijo que no es un
secreto que los militares van a tener que entrar pronto en el vacío político.
No querían hacerlo, pero a esta altura las alternativas parecen ser la
intervención militar o un caos total que llevaría a la destrucción del Estado
argentino. Massera dijo que no quería debatir sobre la posible intervención
porque estaba seguro de que yo lo consideraría como diplomáticamente
incorrecto. Sin embargo, dijo que quería dirigirse a mí como a un amigo para
decirme que los militares están terriblemente preocupados sobre sus relaciones
públicas en Estados Unidos en caso de que tengan que intervenir. Admitió que
los militares eran inexpertos en términos de los problemas de relaciones
públicas en Argentina, más aún en Estados Unidos, y me pidió si podía indicarle
una o dos agencias respetables de relaciones públicas de Estados Unidos que
puedan encargarse del problema para un futuro gobierno militar.
2. Enfaticé que el gobierno de Estados Unidos no puede de ninguna forma
involucrarse en las cuestiones internas de la Argentina. Dije que mientras no
podía darle un consejo tal como el que me había pedido, podía poner a su
disposición la lista de empresas de relaciones públicas que está disponible en
la biblioteca comercial de la Embajada. Massera indicó que estaba bien, y que
apreciaría recibir dicha lista “dentro de los próximos días”.
3. Massera dijo que los militares eran totalmente conscientes de la necesidad
de evitar problemas de derechos humanos en caso de que tengan que tomar el
poder. Dijo que la intervención militar argentina, si se lleva a cabo, no va
seguir la línea de la toma del poder de Pinochet en Chile. Por el contrario,
dijo que tratarían de proceder dentro de la ley y con pleno respeto por los
derechos humanos. […] su intención es intensificar la guerra contra el
terrorismo y la subversión, pero dentro de la ley. No tienen intención de tomar
represalias extra-legales o medidas contra civiles no involucrados. Los
comandantes en jefe tienen que movilizarse, dijo, su intención es hacerlo de la
manera más “democrática” y moderada posible.
Mencionó que están teniendo dificultades en restringir a los que quieren
actuar impulsivamente, pero expresó que confían en que serán capaces de
hacerlo.
4. Massera dijo que dudaba en plantearme el tema a mí, pero que al mismo
tiempo quería asegurarme a mí y a los representantes de otros gobiernos que si
los militares se sienten llamados a actuar no van a lastimar a la señora Perón.
Dijo que es un problema complicado pero que, hasta el momento, el pensamiento
de los tres comandantes en jefe es que probablemente la mejor opción sería que
la señora Perón simplemente abandone el país. Por otra parte, entre los militares
había muchos que querían tomar medidas más duras contra ella. Una posible
solución de compromiso sería detenerla en Argentina en la isla Martín García o
en algún centro turístico militar como Ascochinga hasta que se pueda tomar una
determinación final sobre su futuro.
5. Comentario: el almirante Massera fue muy correcto a lo largo de la
conversación. Formuló escrupulosamente todos sus comentarios en el tiempo
condicional, y varias veces enfatizó que sólo estaba hablando de posibilidades
hipotéticas. No obstante, el consejero político y yo tuvimos la clara impresión
de que Massera estaba hablando de un golpe que probablemente se llevará a cabo
en los próximos días, inclusive antes del fin de semana.
6. Mis planes: tengo planificado y tengo reservas para partir de
Argentina la noche del 17 de marzo. Si cancelo estos planes ahora y el golpe se
lleva a cabo, por ejemplo el 18 de marzo, esto será interpretado por muchos
como prueba de que teníamos previo conocimiento del accionar militar. Además, es
posible que se argumente que cancelé mis planes y me quedé acá para ayudar a
dirigir el golpe. Por lo tanto, creo que, según los intereses del gobierno de
Estados Unidos, lo mejor es que proceda con mis planes como si no hubiéramos
sido advertidos. Seguramente, todos los diarios y revistas están especulando
que el golpe tendrá lugar pronto, pero eso es sólo un rumor. El hecho de que
esté fuera del país cuando el golpe ocurra, creo que será un hecho a nuestro
favor que indicará el no involucramiento de la Embajada y el gobierno de
Estados Unidos. Por consiguiente, mi intención es partir a la hora prevista.
Sin embargo, estoy cambiando mis planes y volaré desde Miami a Washington.
Estaré llegando allí la tarde del 19 de marzo, y estaré disponible para consultas
esa tarde y la mañana del 20 o más de ser necesario.
Hill.
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Durante los días del golpe.
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26-03-1976 Secretario de Estado Kissinger-Jefe de Gabinete
ROGERS: […] En Argentina, aunque la junta ha tenido bastante éxito,
estamos tratando de hacer todas las estimaciones que podamos sobre lo que va a
pasar. Le pedimos tanto a la misión como a Washington que hagan sus propios
diagnósticos, para poder compararlos. Pero creo que la estimación preliminar
debería ser que está yendo cuesta abajo. La junta está testeando la hipótesis
de que Argentina no es gobernable, y que entonces van a triunfar donde todos
los demás han fallado. Creo que es una elección exitosa.
Creo que vamos a esperar un esfuerzo considerable por involucrar a
Estados Unidos, particularmente en el campo financiero. Creo que vamos a ver
bastante…
SECRETARIO KISSINGER: Sí, pero eso está en nuestro interés.
ROGERS: Si hay posibilidad de que triunfe y si no nos piden que pongamos
demasiado en juego. Lo que intentaremos hacer, cuando y si es que proponen ese
plan, es lo que estábamos preparados para hacer hace seis meses. Habíamos
elaborado como intermediarios un programa razonable de asistencia
internacional, usando a los bancos privados y a las instituciones monetarias.
No sé si podremos lograrlo, pero creo que pronto tendremos noticias de
ellos sobre programas financieros.
Creo que también debemos esperar un nivel considerable de represión,
probablemente mucha sangre, en Argentina en el corto plazo. Creo que tendrán
que reprimir no sólo a los terroristas sino a los disidentes de los sindicatos
y sus partidarios.
SECRETARIO KISSINGER: Pero…
ROGERS: El punto que quiero hacer es que aunque ahora tienen buena
prensa, la línea básica de toda la intervención fue que tenían que hacerlo
porque ella no podía gobernar el país. Entonces creo que el punto es que en
este momento no debemos apresurarnos y apoyar al nuevo régimen, que tres-seis
meses después será considerablemente menos popular con la prensa.
SECRETARIO KISSINGER: Pero tampoco deberíamos hacer lo opuesto.
McCLOSKEY: ¿Qué dijimos sobre el reconocimiento?
ROGERS: Bueno, esta mañana vamos a enviar una nota formal en respuesta a
su pedido de reconocimiento, como han hecho casi todos los países de América
Latina. Pero más allá de eso, Hill mantendrá la boca cerrada.
SECRETARIO KISSINGER: Sí, pero ¿qué significa eso concretamente? Tengan
la posibilidad que tengan, van a necesitar un poco de estímulo de nuestra
parte. ¿Qué les está diciendo?[Hill]
ROGERS: ¿Qué? Ah, nada. No ha hablado con ellos todavía. Todavía no ha
sido invitado a hablar con ellos. Está listo para ir y a hablar con ellos
cuando y si es que piden una reunión. Pero los generales que están ocupando los
cargos ministeriales están temporariamente, probablemente por esta semana,
hasta que la junta tome su decisión final sobre a quién van a designar. En una
semana lo definirán. Creemos saber quién es el Ministro de Relaciones
Exteriores, que es el nombramiento crucial.
SECRETARIO KISSINGER: ¿Quién?
ROGERS: Probablemente un hombre llamado Vanck???, con quien hemos
trabajado en el pasado. Si es nombrado, creo que nuestra posición es trabajar
con él.
SECRETARIO KISSINGER: ¿Pero puedo ver algunas de las instrucciones que
le vas a dar a Hill si alguien se acerca…
ROGERS: Sí.
SECRETARIO KISSINGER: … porque quiero animarlos. No quiero darles la
idea de que son hostigados por Estados Unidos.
ROGERS: No. Por lo que estaba preocupado en un principio era por la
postura pública.
SECRETARIO KISSINGER: Estoy de acuerdo.
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Marzo 30, 1976 - La Línea Moderada de Videla Prevalece.
Fuente: Proyecto de Desclasificación del Departamento de Estado sobre
Argentina de 2002. Originalmente desclasificado por petición FOIA del
Suplemento Zona del Diario Clarín en 1998.
Publicado previamente en 2001 en la gacetilla electrónica "El
Estado terrorista desenmascarado"; una colaboración entre el National
Security Archive y el Centro de Estudios Legales y Sociales CELS
Casi una semana después de la asonada militar, en un tono extremadamente
optimista, el Embajador envía un balance global de siete páginas sobre la nueva
Junta Militar que revela contradicciones entre valoraciones reales y sus
ilusiones respecto del régimen:
"Videla está al menos por el momento en una posición
suficientemente poderosa para controlar a los duros e imponer una orientación
moderada (...) El golpe puede ser ahora definitivamente considerado como
moderado (...) no han atacado al peronismo ni a ningún otro partido. Han
arrestado a algunos altos funcionarios como Raúl Lastiri, Julio González y
Carlos Menem a los que se cree culpables de malversación y abuso de poder (...)
pero es claro que no han hecho arrestos masivos. Nadie ha sido puesto contra un
paredón (....) La mayoría de los diputados, gobernadores y funcionarios
depuestos han sido simplemente enviados a sus casas (...) La actividad política
ha sido suspendida temporalmente y los partidos tienen que quitar sus carteles
en los locales. Sus organizaciones están intactas y varias de las fuentes de la
embajada en los partidos han expresado su esperanza de que se permita volver a
cierta actividad política en no más de seis meses (...) Antes del golpe se
temía que los militares duros se excedieran en sus órdenes y arbitrariamente
asesinaran o arrestaran a sindicalistas, peronistas o izquierdistas que les
disgustaran, pero no ha sucedido (...) Muchos líderes sindicales han hecho las
paces con los militares y desean colaborar"
El Embajador concluye que "este es probablemente el mejor ejecutado
y el más civilizado de los golpes en la historia de Argentina. Ha sido único en
otros aspectos también. Los Estados Unidos no han sido acusados de estar detrás
de el, excepto por Nuestra Palabra, el órgano del PCA (...) Los Estados Unidos
por supuesto no deben ser identificados muy estrechamente con la Junta, pero en
tanto que el nuevo gobierno pueda mantener la línea moderada el gobierno de
Estados Unidos debe alentarlo examinando con ojos positivos cualquier petición
de asistencia."
[Nota: A principios de Abril de 1976, el Congreso de Estados Unidos
aprobó la petición de la Administración Ford, redactada y justificada por el
Secretario de Estado Henry Kissinger, de entregar 50 millones de dólares en
asistencia militar a los generales argentinos.]
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Una vez consolidado el golpe.
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02-04-1976 ARGENTINA: EL GOLPE EN PERSPECTIVA. CIA.
Todo lo que la junta militar argentina ha dicho y hecho indica clara
preparación y un ojo para las relaciones públicas. Los oficiales manejaron la
toma del poder hábilmente, y desde ese entonces han trabajado para maximizar la
aceptación pública, y a la vez llevar a cabo los cambios radicales que
consideran necesarios. Los nuevos líderes militares están utilizando la
tranquilidad política temporaria entre la partida de Perón y el inicio de sus
propias iniciativas políticas para proyectar una imagen de moderación y
construir un apoyo popular. El alivio público con la expulsión del caótico
gobierno de Perón, combinado con la campaña de la junta para atraer
comprensión, ha creado un período de luna de miel durante el cual los problemas
están siendo pasados por alto.
Énfasis en conciliación.
Las declaraciones públicas de los oficiales enfatizan la necesidad de
conciliación mientras evitan la venganza y diseños totalitarios. La junta
rápidamente levantó la censura de prensa que había impuesto, eliminó el control
de rutas, y redujo la prominencia de las tropas armadas, todo en un esfuerzo de
mostrar normalidad. Además, la junta ha reemplazado el gabinete interino
completamente militar por uno permanente que incluye dos ministros civiles. El
gobierno también ha impuesto una reducción de precios simbólica en ciertos
bienes de consumo. El golpe en sí mismo fue una culminación de un proceso que
había empezado hace mucho tiempo y se benefició de la casi unanimidad de la
opinión entre la aquiescencia de los militares y del público en general. A la
vista de todo el mundo, las fuerzas armadas planificaron por muchos meses los
detalles sobre cómo derrocar a María Estela Perón. El gobierno anterior no
tenía poder para controlar a los oficiales, que veían cada paso en falso de la
inepta Perón como uno más en una larga lista de razones que justificaban su
expulsión. Al demorar tanto, las fuerzas armadas esperaban darle a la
administración todas las posibilidades de reformarse o desacreditarse
completamente. Juzgando por la falta de resistencia y algún comentario de
prensa elogioso después del golpe, los militares triunfaron en el último
objetivo. La toma del poder fue acompañada por declaraciones articuladas pero relativamente breves sobre su justificación y objetivos. La proclamación
del golpe se concentró en el “agotamiento” de todas las medidas
constitucionales, una clara referencia a las repetidas fallas de los civiles –
en particular el Congreso – para remover a Perón o al menos restringir su
autoridad. La proclamación apeló al cansancio de los argentinos respecto de la
violencia, haciendo notar que la inhabilidad de los civiles para resolver
problemas básicos sólo “aumentaba el extremismo de todos los tipos”.
Revitalizando las instituciones constitucionales.
En su lista de “objetivos básicos”, la junta intentó minimizar sus
obvios objetivos de seguridad nacional. Dio alta prioridad a “revitalizar” las
instituciones constitucionales ubicando al interés nacional por sobre todos
intereses particulares. El nuevo gobierno puso a la implementación de una
“moralidad cristiana” en segundo lugar, y sólo después incluyó la erradicación
de la subversión. El propósito aquí era claramente demostrar que la junta tiene
metas abarcadoras y que los terroristas no tienen el poder para monopolizar la
atención del gobierno. Los líderes del golpe pueden dirigir este mensaje tanto
a sus colegas y subordinados de línea dura como a la población en general.
En un esfuerzo relacionado de relaciones públicas, la junta distribuyó
paquetes de información a los agregados militares que contenían una declaración
sobre la “filosofía” de la rebelión militar y una biografía del Presidente
Videla. Ambas son declaraciones largas y detalladas destinadas a dar la mejor
imagen de la toma del poder. Videla es descripto como un oficial del ejército
con una carrera sobresaliente, pero más importante, es presentado como el único
hombre capaz de superar intereses individuales y tener una perspectiva global
de los problemas importantes.
La institucionalización del gobierno de la junta. Los oficiales ya han
comenzado a institucionalizar su gobierno. Aunque colectivamente tienen amplios
poderes, han establecido un sistema que busca minimizar la influencia de algún
hombre en particular, mientras se esfuerzan por alcanzar el consenso. La junta
de tres hombres, compuesta por Videla, el jefe de la Armada Almirante Emilio Massera
y el jefe de la Fuerza Aérea General Agosti, designa al presidente pero retiene
la autoridad suprema. El Presidente debe trabajar estrechamente con un consejo
legislativo de nueve hombres compuesto por oficiales de alto rango de las tres
fuerzas. El Consejo servirá para comunicar las opiniones de las Fuerzas Armadas
a la junta y el Presidente, y tendrá una fuerte voz en la promulgación de las
leyes. Al menos inicialmente, el efecto neto parece ser una difusión de la
autoridad y la representación de diversos puntos de vista. Sin embargo, el
hecho es que un régimen militar no electo controla la Argentina una vez más y
pronto será juzgado por su historial. Para asegurarse el control, la junta ha
reemplazado a prácticamente todos los funcionarios de los niveles nacional y
regional por militares. El Congreso ha sido disuelto, toda la actividad
política ha sido suspendida, y las principales organizaciones sindicales han
sido puestas bajo el control del gobierno. Algunos partidos disidentes han sido
prohibidos. Está en vigencia un estado de sitio y se puede disparar
abiertamente a quienes cometan actos de violencia. Las cortes militares
impondrán duras condenas o la pena de muerte a aquéllos que intenten paralizar
los servicios públicos.
Los oficiales están enfatizando su intención de conservar una postura
imparcial evitando la represión extrema, pero los problemas en varias áreas
podrían rápidamente poner a prueba su ecuanimidad. Además, de ninguna manera
hay unanimidad completa entre los militares respecto de la idea de moderación.
El virulento movimiento terrorista ya ha intentando provocar a la junta al
reanudar su violenta campaña. La violencia terrorista, la posible oposición
civil de los peronistas derrocados, o reveses económicos tempranos podrían
reforzar los argumentos de aquellos oficiales que abogan por medidas más
rigurosas. De hecho, la misma facilidad con la que los militares tomaron el
poder haría que incluso pequeños reveses en cualquier área fueran
extremadamente difíciles de explicar.
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Fecha: 25 de mayo de 1976, 11:56 horas
Titulo: Conversación con el Subsecretario de la Presidencia
Tipo: Cable secreto, Departamento de Estado
De: Robert C. Hill, Embajador de Estados Unidos en Argentina
Para: Secretario de Estado.
El propio Embajador Hill reporta una conversación mantenida por él con
Ricardo Yofre, Subsecretario General de la Oficina de la Presidencia, y otros
oficiales de la Embajada deEstados Unidos. Luego de que Hill comienza la
reunión con frases de preocupación por la situación de las violaciones a los
derechos humanos, Yofre informa a Hill que los militares argentinos lanzarán
una ofensiva que traerá mas violaciones. Sin embargo Hill no expresa sorpresa
ni oposición, continúa confiando en la inocencia de Videla y debatiéndose sobre
su capacidad para imponerse sobre los duros para detener las violaciones a los
derechos humanos.
"2. El Embajador Hill abrió la conversación diciendo que los EEUU
estaban muy preocupados por el tema de los derechos humanos, especialmente
luego del secuestro de Michelini y Gutiérrez Ruiz. Según Yofre, Videla y sus
oficiales se encontraban consternados por los secuestros..."
"6. Dr. Yofre remarcó que había dos complicaciones especificas para
controlar a los duros y las violaciones sobre los derechos humanos: a) La
primera es que el país se encuentra en una guerra total contra la subversión.
Al calor del combate, seguramente habrá violaciones a los derechos humanos. Y
Yofre advirtió que el gobierno tiene planes para intensificar drásticamente su
lucha contra los terroristas en breve. b) Segundo, mencionó que existen grupos
que operan solos..."
"8. El Embajador Hill indicó que las relaciones entre nuestros dos
gobiernos son excelentes, pero que estamos teniendo algunos problemas de
comunicación..."
"10... Bien puede ser que sus enemigos de línea dura asesinaran a
Michelini con el objetivo principal de abochornar al Presidente Videla. Pero
esto es mayor razón para que Videla desee ponerlos bajo control. De hecho, debe
ponerlos bajo control sino ellos se encargarán de deshacer su gobierno.
Hill"28 de mayo de 1978- Más de 700 académicos han sido expulsados de sus
trabajos, y se han hecho redadas en varios institutos de investigación con el
pretexto de localizar ‘extremistas’. De hecho, está claro por los discursos de
Videla y los demás generales, que su definición de la ‘subversión’ es tan
amplia que incluye casi todas las formas de actividad intelectual. (760528LANL)
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Octubre 1, 1976 - IR 6 804 0334 76: Operaciones Especiales
Fuente: Colección de documentos desclasificados sobre Chile por el
Departamento de Defensa de los EEUU en Junio 30 de 1999. Identificado y
recabado por varios investigadores del National Security Archive
Este informe de inteligencia (IR - Intelligence Report) de la Agencia de
Inteligencia de la Defensa de los EEUU, (Defense Intelligence Agency - DIA) da
cuenta de una operación de contrainsurgencia conjunta de los países del Cono
Sur conocida como Operación Cóndor. En particular, el documento informa sobre
una razzia conjunta entre agencias de inteligencia de Argentina y Uruguay en
Buenos Aires en la que fueron capturados los Zaffaroni. El documento trae a
colación la misión militar de alto nivel a Montevideo mencionada días atrás en
otro cable de la DIA (citado más arriba), probablemente en preparación de esta
operación.
"Operación Cóndor es el nombre clave dado a la recolección de
inteligencia sobre izquierdistas, comunistas y marxistas en el área del Cono
Sur. Fue establecida recientemente para la cooperación de servicios de
inteligencia de América del Sur a fin de eliminar actividades terroristas
marxistas en los países miembros con Chile, se dice, siendo el centro de
operaciones. Otros miembros que participan son Argentina, Paraguay, Uruguay y
Bolivia… Los miembros que muestran el mayor entusiasmo hasta la fecha han sido
Argentina, Uruguay y Chile. Estos tres países están embarcados en operaciones
conjuntas , principalmente en Argentina, contra blancos terroristas. Durante la
semana del 20 de septiembre de 1976, el director del Servicio de Inteligencia
del Ejercito argentino viajó a Santiago a consultar con sus contrapartes
chilenas sobre Operación Cóndor (Este viaje es similar al viaje reportado en el
IR 6 804 0309 76.)"
"Durante el período entre el 24 y 27 de septiembre de 1976,
miembros de la Secretaria de Inteligencia del Estado de Argentina (SIDE),
operando con oficiales del Servicio de Inteligencia militar de Uruguay llevaron
a cabo operaciones contra la organización terrorista uruguaya OPR-33 en Buenos
Aires. Como resultado de esta operación conjunta, oficiales de la SIDE dicen
que toda la infraestructura del OPR-33 en Argentina ha sido eliminada…"
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ARGENTINA PROJECT (S200000044)
U.S. DEPT. OF STATE, A/RPS/IPS
Margaret P. Grafeld, Director
4/10/76
DECLARACIÓN DE (censurado)
Los siguientes comentarios fueron hechos por [censurado] el 4 de
octubre, 1976, durante una entrevista privada en [censurado] traté de tomar
notas textuales.
A. Detención y tortura: El 30 de abril, tomé un micro para ir a casa.
Había dejado panfletos anti gubernamentales sobre un banco en una plaza para
evitar tenerlos conmigo. No tomé en cuenta que el día siguiente era 1º de mayo
(Día del Trabajador). Fui arrestada por individuos vestidos de civil y otros de
uniforme. El micro fue detenido y me tomaron del pelo y literalmente me bajaron
del micro arrastrándome y también a un muchacho que estaba conmigo. Una docena
de huevos que cargaba fueron destrozados. Empecé a decir que no era una
terrorista. Fui revisada y llevada a un auto de policía. Dije que el joven no tenía
nada que ver conmigo. Encontraron un papel que estaba llevando que tenía los
nombres de personas con las que estudiaba. Arrebaté el papel para intentar
proteger los nombres. Fui golpeada violentamente. El micro fue detenido por
bastante tiempo; fui llevada a la estación de policía.
Tuve una conversación con un individuo y traté de salir de mi problema
conversando. Entonces me pegó una cachetada. Un soldado o policía me dijo que
hablara o que sería torturada. Fui llevada a una habitación en la comisaría --decía
Servicio de Informaciones (Esto probablemente era SIDE – Servicio de
Informaciones del Estado).
Hablé con un hombre. Dijo que me dieron un ojo morado durante el
arresto.
De ahí en adelante no recuerdo claramente. Mis ojos fueron tapados, mis
manos atadas y fui puesta contra una pared. Un artefacto eléctrico tocó mis
manos. Después estaba en el piso. Parecía que estaba siendo golpeada. No se. Mi
ropa estaba siendo arrancada. Entonces creo que estaba sobre una mesa con 4 o 5
hombres inmovilizándome. Empezaron a usar la picana (un dispositivo eléctrico).
Después me ataron y me echaron agua encima. Podía sentir un ventilador. Me
interrogaron, pero más que nada era dale. Ahí. Ahí. Ahí. En el área genital.
Fui amordazada. Ahí fue cuando quizá me mordí. Debo haber estado amordazada
después porque al principio hablé. Dijeron que me arreglarían para que no
pudiera tener hijos.
En un punto parece que me relajé y se asustaron. Fui revisada por un
doctor. Entonces comentaron que ella debe estar entrenada. Se fueron.
(Una chica, la noche anterior, había sido colgada cabeza abajo y
aguijoneada. Sus vellos púbicos habían sido arrancados y tenía quemaduras de
cigarrillo. Pudo haber tenido amigos terroristas, pero ella no era una. Estaba
en una casa que había sido allanada).
Fui dejada en el piso. Me desataron, me vistieron y me dejaron en el
piso. Mi boca estaba seca, pero no me dieron agua. Temían que afectara mi
sistema nervioso.
Fui llevada a otra habitación. Cada tanto era visitada, mis ojos eran
destapados, se me daba cigarrillos o comida. Otras veces era golpeada o un arma
era disparada cerca de mí para asustarme.
Todo el tiempo temía que me llevaran otra vez a la sala de torturas.
Tenía que dormir con mis manos atadas detrás de mi espalda.
El 5 o 6 (mayo) fui llevada a la cárcel. No sé cuanto tiempo había
pasado. Finalmente me permitieron tomar una ducha.
Entonces supe que mi esposo estaba en la cárcel. Tuve una pequeña
oportunidad para hablar con él. Más o menos nos encontramos en la cárcel. No
creía que hubiera alguna acusación. Creo que había ido a buscarme y fue
detenido. Dijo que no le habían tocado un pelo de la cabeza.
La tarde siguiente fui nuevamente a la oficina de la SIDE. Esta vez fui
acompañada por una guarda femenina que se quedó conmigo o cerca mío. Esto
parecía protegerme; sólo fui amenazada. Destrozarían a mi esposo frente a mí.
Fui golpeada sobre las orejas muy fuerte. Tres me pegaron al mismo tiempo.
Después empezaron a tomar declaración. Empezaron a escribir Dijeron te vamos a
tener esta noche. Después empezaron a hablar sobre encontrar a otros – mis
amigos.
Se me preguntó si salía con alguien más. Estoy separada. Había
pertenencias de otra persona en mi departamento. Di su nombre y él esta en
prisión.
Dijeron que lo iban a matar. Hicieron una exposición de sus armas y
munición. Salieron a ubicar donde trabaja mi esposo. Volvieron con alguien que
simplemente tenía el mismo nombre que mi esposo. Él ya tenía un hermano en
prisión. Le arrancaron el pelo a este individuo.
Esa noche, o ese mismo día mi novio fue traído. Aparentemente no estaba
lastimado. Es muy arbitrario a quien se lastima. Me llevaron de nuevo a la
cárcel, y vi al Cónsul Sherman al día siguiente.
B. Acceso Consular: Las autoridades nunca me dijeron que podía ver al
Cónsul. Simplemente me llevaron a verlo. Creo que pedí ver a un oficial de la
Embajada; no estoy segura. Simplemente me informaron.
Mi esposo probablemente le dijo al empleado de USIS que estaba en la
cárcel.
C. Acusaciones: Admití que había repartido literatura, pero eso en
realidad no era así. La dejé en el banco de una plaza. Ellos aseguraban que
estaba tirando panfletos desde el micro.
Los panfletos eran material del PCR (Partido Comunista de Rosario). Eran
panfletos anti Videla, del 1º de mayo pidiendo la libertad de los presos
políticos.
(En respuesta a mi pregunta dijo) Santucho no estaba en la portada. La
policía tenía volantes del ERP pero no eran míos. Fui acusada de ser miembro
del PRT. Eso es completamente falso. Tenía contacto con una chica que me dio
los panfletos del PCR el 30 de abril. Los panfletos del 1º de mayo eran
panfletos del PCR. No sé si la chica era miembro del PCR o simplemente en
contacto con ellos. El PCR se oponía al terrorismo. Esto no estaba en los
panfletos pero el PCR se oponía a los Montoneros y al ERP. Sentían que el
terrorismo sólo podía provocar un golpe.
Mi esposo no es un miembro del PCR. Tenía algunos libros políticos,
incluyendo literatura marxista.
Mi novio es aún menos un miembro.
Yo era cercana al PCR. Había muy poca gente dejada afuera de los
círculos izquierdistas en la universidad. Yo era una estudiante en la
Universidad de Rosario.
D. Trato subsiguiente: Recuerdo decir el 6 de mayo que no quería ser
torturada más.
El 6, vi a Sherman en la presencia de argentinos. Se nos requirió que
hablemos español y tuvimos una visita muy corta
El Cónsul Español había visitado a un prisionero y había ordenado a los
argentinos que salgan de la habitación.
La segunda vez (26 de mayo), la entrevista fue en inglés.
No recibí exámenes médicos el 8 de mayo ni el 13. Sí hable con un médico
y le dije al segundo que había sido torturada.
El número de chicas en la prisión de Rosario aumentaba constantemente,
en un rango de 32 a 38. Al final estábamos en un área de detención subterránea
que pudo haber sido una enfermería en algún momento. De noche éramos encerradas
en una habitación adentro que tenía 12 camas y 7 colchones, eso es 19 espacios
para dormir. Excepto por las muy enfermas, dormíamos dos en una cama. No
podíamos salir de la habitación de noche para ir al baño. Usábamos un balde.
No se nos permitían libros, tejer ni cualquier tipo de actividad. Ni
siquiera lapiceras. Jugar a las cartas se nos quitó. Hacíamos cosas de los
huesos de puchero. Se me permitió conservar mis cartas.
E. Mal trato en Buenos Aires: Fui llevada a Buenos Aires para
deportación y después fui informada que no me iría. Al final de mi estadía en
Buenos Aires, fui puesta en una celda sin luz ni comida. Estaba frío y
lluvioso. Fui dejada ahí durante 40 horas. No había una frazada ni aire fresco.
No había un inodoro. Había un banco de concreto. Tenía que orinar en el piso.
Lloré y me puse histérica durante este periodo.
Comentario: [censurado] me habló muy cándidamente. Prometí cuidar sus
confidencias.
Mencionó al Cónsul [censurado] en varias oportunidades, quien creía que
realmente se preocupaba por ella. La familia [censurado] pretende agradecer a
[censurado] quien escoltó a [censurado] a su vuelo de partida y vio que
partiera segura. Esta obviamente muy agradecida a [censurado] y sabe que él
habló varias veces a la policía acerca de su trato y confina-miento.
En general, [censurado] esta extremadamente agradecida por lo que el
Departamento y la Embajada hicieron por ella. No puede creer que este en casa y
se la ve muy bien.
CC: ARA - Sr. Bray
ARA - Sr. Shlaudeman
ARA - Sr.-Lister
ARA/PAF - Sr. Yohn
L - Sra. Chester
L - Sr. Runyon
SCS - Sra. Pelletreau
Amembassy B.A. - Sr. Chaplin
Amembassy B.A - Sr. Whitman
Borrador: ARA/ECA:FE Rondon:jc
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Más cables secretos en WIKIPIS (el WikiLeaks del Basurero Nacional).
18 de marzo de 2015
WikiNismanLeaks: ¿Fiscal mártir antikirchnerista o corrupto operador de los servicios abandonado a su suerte?
Cada día que pasa trasciende más el verdadero perfil y la trayectoria del fiscal Nisman (blandido por los medios de difusión hegemónicos como el héroe o mártir antikirchnerista y defensor de la justicia universal), y se le ve la hilacha que sugeríamos en las notas de este humilde servidor público (por ejemplo, ésta primera nota). A dos meses de su muerte, se ve que realmente se trataba de un fiscal caro, bon vivant, con una vida donde abundaba el dinero, las mujeres y los viajes al exterior costeados por fondos públicos que él mismo administraba a gusto (más parecida a la de un James Bond 007 criollo que a la de un austero fiscal de la república), y que los resultados de sus investigaciones estaban muy por debajo de lo esperado para los cuantiosos recursos y personal destinados a su fiscalía.
Además, como dijimos aquí varias veces, su fiscalía siguió una única línea de investigación, muy sospechada de ser falsa o, al menos, tan "floja de papeles" como su acusación de encubrimiento contra el gobierno, para la casi unanimidad de juristas de prestigio.
Al parecer, si Nisman no presentaba su denuncia tenía mucho más que perder al correr el riesgo de que el desmantelamiento de la exSIDE de Stiuso y compañía dejara en evidencia las carencias de su "investigación" y sus sospechosos manejos de los recursos públicos y las características de su lujosa y osada vida durante la década en la que supuestamente investigaba el atentado contra la AMIA, la misma que le reprochaba su ex esposa en un conocido mensaje de Whatsapp difundido por los medios.
Repasemos lo que se supo en estos días sobre las actividades conocidas y desconocidas del fiscal.
Cajas de seguridad, cuentas en EE.UU. y empleados (¿ñoquis?) de la fiscalía:
(La jueza) Palmaghini consideraba “pertinente determinar sí el fallecido Natalio Alberto Nisman contaba con cajas de seguridad en entidad bancaria alguna”, cosa que el 27 de enero “sugirió a la Fiscalía de Instrucción No. 45”. Tal giro idiomático revela que la jueza carecía de facultades para ordenarlo, y por eso se limitaba a sugerirlo, como una buena vecina y ¡nueve días después de la muerte de Nisman! Para entonces, la madre del fiscal, Sara Garfunkel, ya había vaciado los cofres y las cuentas que compartía con Nisman en dos sucursales del Banco Ciudad (en Corrientes y Uruguay y en Callao y Juncal) y en la empresa privada de cajas de seguridad no bancarias Hausler, con bóvedas en una galería de Florida y Paraguay. Garfunkel fue conducida a esa expedición de rescate por la intrépida custodia de Nisman. Los policías conocían ese depósito hermético, porque antes habían llevado a madre e hijo a firmar el contrato de alquiler. Según la explicación de los directivos de Hausler Alan Packer y Juan Piantoni antes de llegar a su caja, Nisman y su madre debían sortear siete puertas. Cada una se abre una vez que se cerró la anterior, y siempre que el sistema reconozca las huellas digitales y el rostro de la persona autorizada a acceder.
Nota completa
Declaraciones de la exposa y de una hermana de Nisman indican que el fiscal compartía negocios y una cuenta bancaria en Nueva York con quien dice haberle prestado el arma del último disparo, Diego Lagomarsino, teóricamente dependiente suyo en la fiscalía con una retribución que envidiaba todo el Ministerio Público. Su abogado Máximo Rosconi lo admite pero dice que no lo declaró en el expediente por cuidar la imagen de San Nisman Mártir. Esa preocupación es muy extendida entre quienes conocieron su vida rumbosa, con bulo en Puerto Madero (...) con nutricionista que se cobraba mediante un contrato en la Unidad Fiscal, a la que renunció en cuanto murió su cliente; carísimo personal trainer, cosmiatra, tours de compras electrónicas compartidos con Lagomarsino, con ingreso de la mercadería sin impuestos; paseos por resorts internacionales con chicas preciosas, alguna contratada como secretaria en la Unidad; mesa propia en la sala vip de puteríos a los que, como declaró un gatito gracioso, asistían señores grandes y chicas jóvenes a las que dejaban pasar sin cobrarles. Nisman nunca le hablaba de cosas personales, claro.
Nota completa
La cuenta en Nueva York y el rol de Lagomarsino.
Uno de los enigmas que se plantean en la hipótesis de homicidio, sustentada por la ex esposa de Alberto Nisman, es cuál habría sido el móvil. Sandra Arroyo Salgado planteó alternativas, desde una relación económica con Diego Lagomarsino hasta la idea de que el informático es parte de un servicio de Inteligencia y mató, o participó del asesinato, en el marco de un plan de esa organización.
Arroyo Salgado sorprendió el lunes pasado cuando se presentó a declarar ante la fiscal Viviana Fein y contó que Nisman y Lagomarsino compartían una cuenta en un banco de Nueva York. La versión provino de la hermana del fiscal, quien quiso acceder a esa cuenta, no tenía la contraseña y en el banco le dijeron que tal vez la contraseña estuviera en poder de Lagomarsino, ya que el informático también figura en la cuenta.
Según aseguran cerca de Lagomarsino, hace más de un año Nisman le pidió que accediera a ser una especie de testaferro en esa cuenta. Nisman le prometió que no lo molestaría mucho, pero que como el fiscal era lo que se denomina una persona políticamente expuesta, lo mejor era que no figurara como titular. Para usar palabras sencillas, Lagomarsino actuó de prestanombre, presionado por el hecho de que ganaba una importantísima suma de dinero mensual sin concurrir a la Fiscalía.
En el último año, las molestias fueron sólo dos, siempre de acuerdo con la versión de los allegados a Lagomarsino. En ambos casos se trató de que el informático autorizara transferencias de unos 2500 dólares de la cuenta para pagar las expensas de una propiedad en Uruguay. Ese nivel de expensas hace pensar en una propiedad de cierta importancia y nadie sabe si está declarada. Por supuesto que también está la versión de que la cuenta en Nueva York servía para mover fondos de algún negocio conjunto de Nisman y Lagomarsino, tal vez referido a la importación informal de elementos informáticos. Como se sabe, Stiuso fue acusado de introducir a la Argentina más de 90 toneladas de material tecnológico, principalmente médico y odontológico, pero también televisores y PlayStation.
En cualquier caso, Arroyo Salgado habló de la cuenta en Nueva York, y si lo hizo es porque considera que alguna vinculación puede tener con lo que ella considera un homicidio.
Por otro lado, al principio de la causa, la ex esposa del fiscal dejó entrever que Lagomarsino pertenece a un servicio de Inteligencia –al que no identifica– y que eso es lo que explica que tiene una estructura de abogados y peritos que lo defienden. También explicaría las características sofisticadas –especula Arroyo Salgado– del asesinato.
Lo que no parece encajar con la idea de un gran servicio de Inteligencia es que el supuesto crimen se cometió con un arma a nombre de Lagomarsino, o sea con una que deja la firma en la escena del crimen y que es propiedad del superagente de ese servicio.
Para colmo, no es que el supuesto servicio de informaciones haya usado una pistola de profesionales –como desliza la querella–: la Bersa era vieja y con proyectiles viejos.
Nota completa
Gastos, cuentas y modelos.
Los familiares de las víctimas del atentado, agrupados en Memoria Activa, venían pidiendo en los últimos años que Alberto Nisman fuera destituido de su cargo. En algunos de sus discursos mencionaron que el fiscal viajaba mucho, trabajaba poco y manejaba un presupuesto desmesurado, sobre todo teniendo en cuenta los pocos avances de la causa. Con el devenir del expediente por la muerte del fiscal, van apareciendo datos más llamativos:
- La procuración dio de baja tres contratos inexplicables que Nisman firmaba cada mes. El primero, de Diego Lagomarsino, era por 41 mil pesos mensuales, el contrato más alto de cualquier fiscalía del país. El segundo era para una especie de consultor, Claudio Rabinovitch, que cobraba 32.400 pesos mensuales por un asesoramiento que nadie en la fiscalía supo en qué consistía. Finalmente, hay una mujer a la que se sindica como su nutricionista que cobraba unos 20 mil pesos por mes. Ninguno de los tres contratados concurría en forma normal a la fiscalía, de manera que los propios empleados los consideraban una especie de ñoquis.
- Las fotografías de modelos que viajaban con el fiscal al Caribe también llaman la atención. Incluyen a YLP, que igualmente figura como empleada de la fiscalía. Todo exhibe un desmesurado nivel de gastos y una vida nocturna en la que alardeaba “soy el fiscal de la AMIA”. Florencia Cocucci contó que conoció a Nisman en Rosebar, un boliche de moda en Palermo, y luego dio complicadas explicaciones sobre la forma en la que se encontraron en Cancún. Hasta el momento pasaron ocho modelos por la fiscalía, sin que ninguna pueda aportar elementos sobre su muerte, aunque sí explicaron cómo se encontraron casualmente con el fiscal en el Caribe.
- La cuenta en Nueva York abre un nuevo flanco desde el vamos, porque no estaba a su nombre, sino que figuraba a nombre de sus familiares y de Diego Lagomarsino. Es decir que tenía una cuenta a nombre de testaferros.
- De la cuenta de Nueva York salieron pagos de expensas de una propiedad en Uruguay que habrá que ver a nombre de quién está.
- El vaciamiento de la caja en el Banco Ciudad plantea una serie de preguntas, empezando por la más elemental: ¿qué contenía verdaderamente la caja? Lo segundo tiene que ver con la forma en que fue vaciada por la madre, unos días después de la muerte del fiscal.
- El alquiler del departamento en Le Parc también impacta. Se menciona la cifra de 30 mil pesos mensuales, un monto que no se condice con los ingresos de un funcionario judicial de su nivel.
A todo esto se agregan las visitas a la Embajada de Estados Unidos, retratadas en los cables de Wikileaks. Nisman concurrió en numerosas oportunidades, pidió disculpas por no haberles adelantado a los hombres del FBI algunas medidas que iba a tomar en el expediente AMIA, recibió recomendaciones de no apartarse de la pista iraní y llevó para que le corrijan algún escrito. En los primeros días tras su muerte, hubo un intento de endiosar al fiscal, pese a que los cuestionamientos de los familiares eran conocidos desde mucho antes. En los dos meses que lleva la causa por su muerte se hicieron más visibles las irregularidades que lo rodeaban y, según se piensa, es mucho todavía lo que hay por destapar.
Niota completa
Cómo ahorrar con la investigación de la AMIA
El abogado de Diego Lagomarsino presentó ayer un escrito ante la fiscal Viviana Fein en el
que confirmó lo adelantado por este diario: Alberto Nisman se quedaba con el 50 por ciento del sueldo de Lagomarsino, es decir 20 mil pesos mensuales a valores actualizados. En el texto, Maximiliano Rusconi, abogado de Lagomarsino, reveló que el término reintegro fue el usado por Nisman hace siete años cuando le hizo la exigencia y desde entonces, cada mes, el informático le hacía llegar al fiscal –le reintegraba– la mitad de lo que cobraba. Se trata de dinero correspondiente al presupuesto de la investigación del atentado contra la AMIA.
Las anomalías en los manejos de Nisman abarcan los numerosos viajes al Caribe, acompañado por distintas modelos. No sólo hay datos concretos de que pagó los pasajes en primera clase –el suyo y el de sus acompañantes–, sino que viajó sin pedir vacaciones, es decir que cobraba su sueldo mientras estaba en la playa.
En verdad, fue Arroyo Salgado quien planteó la posibilidad de que la muerte de Nisman haya estado relacionada con un conflicto económico. Habrá que ver cuánto peso tuvo el hecho de que Nisman se quedara con la mitad del sueldo de Lagomarsino; hay que saber también cuánto dinero hay en las cuentas hasta ahora secretas en Nueva York y cómo se movieron esos fondos, para ver si el conflicto económico del que habló Arroyo Salgado existe y si pudo tener que ver con la muerte del fiscal.
Reintegro
En el escrito de ayer, Rusconi detalla que en el momento de la contratación, en 2007, Nisman le fijó como condición a Lagomarsino que “debía reintegrarle ese porcentaje (el 50 por ciento) del valor contrato”.
Los datos aportados por Lagomarsino ponen una enorme duda sobre los demás contratos existentes en la Unidad AMIA, que era la que manejaba Nisman. En total hay diez contratos, en los cuales hay aspectos llamativos. Una parte de los contratados no iba nunca a la fiscalía. Otra parte, no se sabe en qué trabajaba. Hay finalmente un grupo que tampoco concurría a la sede de la Unidad AMIA pero ahora, precipitadamente, van todos los días. Del total, hay dos contratos que se dieron de baja: el de Lagomarsino y el de Claudio Rabinovitch, que actuaba como asesor. Un contrato que está en proceso de baja, el de la nutricionista, y siete contratos que se están observando con lupa. También las cifras son asombrosas: 41 mil pesos cobraba Lagomarsino (aunque ya se sabe que entregaba a Nisman la mitad), 32.400 Rabinovitch y 28.800 la nutricionista. Los demás contratos rondan los 20 mil pesos promedio.
Cuentas
“Sara Garfunkel y Sandra Nisman aseguran que Alberto les dijo que el dinero de Nueva York era para sus hijas, en caso de que a él le pasara algo. Sé que él realizaba inversiones inmobiliarias con unos primos”, detalló Arroyo Salgado cuando habló de la cuenta.
Hasta ahora, en la causa judicial no hay detalles sobre cuánto dinero hay en el Merrill Lynch ni se sabe si es una cuenta declarada. En principio, todo indica que no hay registro en la AFIP y se habla de varios centenares de miles de dólares.
Caribe
Cuando la modelo Florencia Cocucci fue a declarar, el diálogo resultó sorprendente:
–¿Quién pagó el viaje en primera y los gastos en Cancún? –preguntó la fiscal.
–No sé, todos los arreglos los hizo Alberto –contestó la modelo.
–¿Pero entonces pagó él?
–No sé.
–A ver, ¿pagó usted el pasaje y los gastos en Cancún?
–No, la verdad que no –redondeó Cocucci.
En aquella escapada de noviembre, Nisman viajó a Cancún con Cocucci y con otra chica, una modelo contratada en la fiscalía. Sólo los pasajes costaron cerca de 12 mil dólares.
Sin embargo, lo más impactante es que Nisman no pidió vacaciones para irse a las playas con las dos modelos. Según los registros, durante todos esos días de noviembre estuvo trabajando. Esto significa que durante el tiempo de playa y sol, él cobraba su sueldo habitual y, además, se le iban a liquidar, por separado, las vacaciones, porque en forma oficial nunca se las tomó. Viajaba al Caribe o a Europa pero en los papeles figuraba que estaba trabajando. Por lo que se ve hasta el momento, durante todo 2013 y 2014 realizó varios viajes de placer con distintas modelos. Ninguno figura como período de vacaciones ni hay pedidos de licencia.
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La cuenta en NY
El otro elemento que estará en el escrito que se presentará hoy ante Fein es la cuenta bancaria de Nueva York.
En el texto que se entregará hoy a Fein se consigna que Lagomarsino intervino dos veces en movimientos de esa cuenta. Una, a mediados de 2014 y la otra a principios de enero de 2015. En ambos casos se trató de transferencias de 2500 dólares a Uruguay para pagar los impuestos de un terreno en ese país.
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"Se le dieron muchísimos fondos para que esclarezca el caso AMIA y él la dedicaba para salir
con minas y pagar ñoquis. Entonces se mofó durante todo este tiempo de 85 víctimas y más de 300 heridos que provocó el atentado. Un sinvergüenza de los que pocos se han visto en este país", señaló el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.
"A uno le cuesta creer que este hombre, estando en vacaciones, va a la casa de su amigo, perdón, del turro que le robaba la mitad del sueldo, y le llevaba una pistola para que se cuidara, y no sabía el saldo de la cuenta. Vamos, no nos tomen por idiotas". "Se le dieron los fondos para que descubriera los responsables del atentado, que no fue un atentado contra los judíos, fue un atentado contra la Argentina -aclaró y prosiguió-. Él se mofó de las 85 víctimas porque usó los dineros para salir con señoritas, están viralizadas las fotos del fiscal Nisman con varias señoritas, y para pagar ñoquis como Lagomarsino al que le sacaba el 50 por ciento."
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¿Dr. Jeckyl y Mr. Hyde? La palabra de alguien que conoce el paño...:
Coppola sobre Nisman: "El fiscal iba a Rosebar con unos bombones increíbles".
El ex representante de fútbol contó que se cruzó varias veces con Alberto Nisman en Rosebar, Palermo. Lo veía siempre con "chicas muy altas y muy elegantes".
El último en hablar fue Guillermo Coppola, ex representante de fútbol, que contó cómo fue el encuentro con Nisman en el boliche Rosebar.
"Me lo presentaron uno amigos abogados que lo conocían y compartíamos un saludo cordial en un espacio más cómodo. Lo veía esporádicamente en Rosebar. Suelo ir algún jueves, que es el día que va un poquito de gente más grande", contó Coppola en Argentina Despierta.
El ex representante de Maradona aseguró que el fiscal responsable de investigar el atentado a la AMIA "iba con unos bombones increíbles. Siempre eran chicas muy altas y muy elegantes. Es un lugar donde se va un poquito mejor vestido. Todas tenían un perfil, muy lindas. Yo cuando me acercaba a saludar me fijaba".
Y finalizó diciendo que siempre lo veía con chicas.
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Veamos, finalmente, dos completos y rigurosos informes sobre su trabajo de fiscal:
Un fiscal colgado del pincel.
Por Jorge Elbaum
(Sociólogo y ex Director General de la DAIA)
Las muertes y los suicidios relacionados con la política o la justicia siempre tienen un halo
de conspiración. Lo traumático de la muerte pone el foco en las bambalinas del poder, en los enfrentamientos y en los intereses en disputa. Lo que ya pasará a llamarse “el caso Nissman” remite, históricamente, al cruce entre poder y –probablemente-- psicología: un fiscal que cruza la raya de su cometido judicial e ingresa en los territorios farragosos y turbios de los llamados “servicios de inteligencia” tantos nacionales como extranjeros. Una oposición que exhibe obscenamente el cadáver como maniquí de sus limitaciones y una “familia judicial” que ya empieza a trasmutar en “famiglia”. La muerte del fiscal deja un escozor trágico y sorpresivo. Los retazos deshilachados de lo que se llama la “oposición” se miran con complicidad mezquina y se preguntan, entre murmullos, cómo pueden sacarle el máximo rédito al cadáver todavía tibio.
Sin embargo, en vez de apuntarle a lo obvio se internan en culpas, medias palabras y chapucerías de panel televisivo: Nissman se suicidó porque lo dejaron colgado del pincel. Porque le prometieron “escuchas” que no existían y/o falsas evidencias que terminaron siendo humo. Alguien (o varios sujetos complotados de diversos servicios, locales y extranjeros) lo utilizaron durante los últimos años, generando una dependencia “informativa” que tenía que poner sobre la mesa, frente a los diputados, la tarde que se suicidó.
Algunos jugadores del tablero internacional fueron cambiando sus prioridades de acuerdo a la conformación de los enemigos de turno: Alberto Nissman terminó siendo cooptado por la CIA y el Mossad durante el conflicto por las plantas nucleares construidas por Teherán, alrededor de los años 2009 y 2010. En una deriva que los familiares de la muertos de la AMIA percibieron como obvia, el fiscal fue aislándose de quienes eran sus defensores más acérrimos y se asoció con la derecha israelí representada por Beraja, la DAIA y la AMIA y con un nexo permanente con “La Emajada” llamado Alfredo Neuburger, retratado explícitamente en los wikileaks.
En ese entonces el enemigo a ser “limado” era Ahmanidejad, presidente Persa, que se negaba a orientar la energía nuclear a fines pacíficos. Una acusación contra los iraníes por la masacre de la AMIA –y al mismo tiempo la negativa a profundizar la “pista Siria”—hubiesen o no evidencias servía en ese entonces para presionar a Teherán. Nissman se introdujo en el juego escabroso del ajedrez internacional con una ingenuidad y ambivalencia constitutiva: creyendo ilusamente que escalaba en la jerarquía jurídica de la guerra contra el terrorismo, pero dependiendo de “informes” que siempre le “prometían” y no siempre llegaban a sus manos. Cuando la Presidenta descabezó la SI el escenario internacional ya había cambiado por completo: Irán ya no funge como el enemigo terrorista sino que ha devenido en un aliado de Estados Unidos, en su guerra contra el califato fundamentalista sunnita del ISIS. El fiscal empieza a quedarse solo, en una tarea que ya no postula socios extranjeros. Por su parte, los informantes locales no tienen todo lo que han prometido y suelen habitualmente, frente a ocasiones del estilo, con un gesto adusto, recomendarte el arma más eficaz para que termines con tu vida.
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El Rompecabezas de Nisman.
Cuando lo policial y lo político se mezclan, en la batalla mediática por el verosímil, quizás triunfe la operación mejor orquestada. El caso Nisman genera enormes consecuencias sobre la política y la campaña electoral. La muerte del fiscal saca del clóset a un actor cada vez más influyente desde la vuelta de la democracia: los servicios de inteligencia. Su estrecha relación con sectores de la justicia federal queda al desnudo. De esa trama oscura y de un hombre solo habla esta investigación de Revista Anfibia.
En cada audiencia, frente a los testigos y al lado de los imputados, uno de los querellantes se sentaba junto al fiscal Alberto Nisman. Todas las mañanas, antes de empezar,el fiscal le mostraba orgulloso una carpeta llena de recortes periodísticos con todo lo publicado sobre el juicio: un clipping. Al abogado le impresionaba lo pendiente que estaba ese hombre de la repercusión del proceso.
Cuando le tocaba hablar ante los jueces, Nisman era verborrágico y apresurado.
—Hablá más despacio, Alberto, ni yo que me conozco la causa completa te entiendo —le decía el abogado.
En las primeras audiencias, Nisman se ubicaba junto a los otros fiscales: Eamon Mullen y José Barbaccia. Los tres habían firmado, en la primera instancia, el requerimiento de elevación a juicio en el que se aseguraba que la Bonaerense extorsionó a Carlos Telleldín para que vendiera la camioneta Traffic a los autores del atentado. Se movían en bloque. Cuando se empezaron a hacer evidentes los testimonios falsos, las imputaciones arbitrarias y las pruebas plantadas, Nisman se fue alejando de sus colegas. Lo único visible de la alianza de aquel equipo eran los escritos firmados en conjunto.
El 13 de abril de 2003, los jueces Gerardo Larrambebere, Miguel Pons y Guillermo Gordo ordenaron que Barbaccia y Mullen fueran apartados de la causa. Dijeron que sabían y ocultaron que Telleldín, acusado como “partícipe necesario”, recibió 400 mil dólares en 1996 para declarar contra policías bonaerenses. Barbaccia no estaba presente. Mullen se levantó en silencio. Nisman permaneció sentado.
Quienes defienden la figura de Nisman, recuerdan que el día que Telleldín firmó la declaración falsa el fiscal aún no se había sumado al equipo que investigaba el atentado a la AMIA. Quienes lo cuestionan, aceptan que eso es real pero recuerdan que el fiscal comenzó a trabajar junto a Mullen y Barbaccia en junio de 1997: o sea, que acompañó sus presentaciones y actuaciones hasta que se precipitó el final.
Nisman ingresó a Comodoro Py signado por esa escena histórica en la que sus pares pasaron al cadalso jurídico. Unos y otros se preguntan por qué Nisman no quedó marcado por el encubrimiento, por qué no apeló la acusación a Mullen y Barbaccia si sostuvo lo mismo que ellos hasta lo último.
En el ámbito judicial, por ese hecho y por su estrecha relación con los servicios de inteligencia, a pesar de su dedicación permanente a la causa AMIA, Nisman era visto con reservas por la mayoría de sus colegas.
***
La mayoría de las 24 fuentes judiciales consultadas por el equipo de Anfibia dan por real y por conocida la relación estrecha entre el fiscal y la Secretaría de Inteligencia. Ese fue el pacto desde el inicio, cuando en 2004 el entonces presidente Néstor Kirchner impulsó la investigación poniendo a la Secretaría de Inteligencia al servicio de la flamante UFI AMIA, a través del espía que luego se convertiría en enemigo del kirchnerismo, Antonio “Jaime” Stiuso. Siempre en estricto off the record, las fuentes admiten que el caso Nisman deja al descubierto una zona de convivencia admitida, normalizada e histórica: la de los servicios de inteligencia con la justicia federal. Once personas que trabajan en altos puestos de la justicia federal, cuatro que trabajaron en la fiscalía con Nisman, tres querellantes, seis ex funcionarios importantes de Justicia o Seguridad lo admiten y describen. En este punto crucial, veinte de ellos –casi todos—están de acuerdo: esa relación es carnal. Los únicos que no lo confirman, tampoco lo niegan: prefieren –aclaran ante las preguntas– no hablar del tema.
Un ex compañero de Nisman y dos jueces federales se animan a decir (protegiéndose siempre en el off the record) que Nisman era “un agente” de inteligencia. Cuando se los interroga para que definan con precisión a qué supuesto servicio reportaba, dos de ellos aseguran que a la central norteamericana, la CIA. Mientras que la tercera fuente lo considera un agente del Mossad, el servicio secreto israelí.
Es difícil evaluar las afirmaciones de estas fuentes calificadas. En las entrevistas sobre servicios de inteligencia, cuando se intenta profundizar este tipo de hipótesis el límite es la palabra clave: secreto.
—Si te sale bien, sos procurador o presidente del Congreso Judío Mundial. Si te sale mal, te mandan un arma. Alberto no era solamente un fiscal —dice un ex funcionario de Seguridad vinculado a Nisman por el caso AMIA.
Es fácil de comprobar que, varias veces, el nombre de Nisman sonó como candidato para la Procuración General.
Un fiscal federal y un juez federal escucharon a Nisman hablar sobre las lujosas camionetas negras que lo esperaban cada vez que pisaba Estados Unidos. Consultado al respecto, el fiscal dice:
—Siempre me lo hice de la CIA: alguna vez compartimos un curso patrocinado por ese servicio secreto. Estaban Nisman y (María Romilda) Servini de Cubría.
Y luego reflexiona sobre el lugar donde fue enterrado Nisman, en el cementerio judío de La Tablada.
—Lo pusieron frente al monumento a los muertos al servicio de Israel. Y él no era un religioso convencido y practicante.
Fuentes ligadas al cementerio confirmaron este dato: la tumba de Nisman está muy próxima al “Monumento de recordación a los caídos por la defensa del Estado de Israel”: mucho más cerca que la manzana donde están enterradas algunas de las víctimas de la AMIA.
—Si dividís al mundo entre la gente de reflexión y la gente de acción, Nisman era de los segundos. Le gustaba más la actividad secreta que ser fiscal.
El ex Director Ejecutivo de la DAIA, Jorge Elbaum, afirma que Nisman se suicidó y, sin el pudor de otros, acusa al fiscal muerto de haber armado la investigación según las necesidades de la CIA y el Mossad.
—A su camioneta se la alquilaba una empresa manejada por la CIA.
En este dato coinciden en “off”también un fiscal federal y un juez. Elbaum dice que a partir de 2009, quiso“operarlo”a él y a Sergio Burstein: Irán tenía que ser culpable.
—Lo usaron hasta el último minuto, le prometieron una gran recompensa, y de pronto Nisman se encontró sin nada.
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Cuando lo policial y lo político se mezclan, los casos se convierten en una cuestión de fe: la realidad llega al extremo de lo subjetivo; en el barro mediático, quizá triunfe la operación mejor orquestada. Es la batalla por el verosímil. En el caso Nisman, la trama jurídica se enreda con traiciones íntimas y lealtades corporativas. El rompecabezas de la muerte del fiscal reúne al terrorismo internacional y a la omnipresencia de la CIA, al gobierno, a la oposición culpando del crimen a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner; a las lecturas sobre el trabajo de Nisman, su obsesión y su vanidad personal. Los conflictos históricos se vuelven estridentes: la autonomía de algunos sectores de la Secretaría de Inteligencia (SI); las relaciones entre la justicia y los servicios. Mientras la evidencia lo permita, se exaltará o disimulará la importancia de cada pieza. Más allá de que la fiscal Viviana Fein descubra qué pasó el domingo 18 de enero dentro del baño del departamento de Le Parc, la “zona opaca”transitada por juristas e Inteligencia está quedando expuesta.
Los vínculos entre un funcionario judicial y los servicios secretos no se generan de un día para otro. Se basan en la construcción de una relación personal que incluye sociales amenas y hasta escenas de tiempo libre. La amistad suele teñir la relación profesional.
Un fiscal federal dice que un ofrecimiento para formar parte de una operación surge de una conversación cualquiera, quizá tomando un trago con el amigo espía. El otro deja caer la propuesta.
— Si no lo frenás en el acto, les estás mandando un mensaje ambiguo y las propuestas van a seguir llegando. A mí me dijeron: “Si nosotros te hiciéramos saber una información que te llevaría a investigar a la presidenta, ¿vos qué harías?”. Yo respondí que no me interesaba. “No me voy a hacer socio tuyo para desequilibrar a un Gobierno democrático”.
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A los 24 años, Nisman se peinaba con raya al costado y tenía un bigotito a lo Clarke Gable, que le daba un aire policial. Hijo de Sara Garfunkel, propietaria de una farmacia, y del empresario textil Isaac Nisman, su situación económica lo ubicaba uno o dos escalones por encima del resto de los abogados de su edad que trabajaban en el juzgado provincial Nº 7 de Morón, a cargo del juez Alfredo Ruiz Paz. El secretario era Santiago Bianco Bermúdez, el mismo que ahora es el abogado de Antonio Stiuso.
Entre el calor asfixiante de esa construcción con algunos techos de chapa y su rol subalterno en el escalafón judicial, Nisman estaba eximido de la formalidad de usar traje. A pesar de que viajaba apretujado en el tren que iba de Once hasta Morón calzaba saco y corbata casi todos los días. Era flaco y le gustaba jugar al tenis. No era un judío religioso practicante, pero su apellido lo volvía una notoria excepción en un mundo católico.
Sus colegas de aquellos tiempos, los que lo estiman y los que no, coinciden en que ya entonces era vanidoso y audaz. “Mirá, es una vip del Cielo”, le mostró a un ex compañero. “¿De dónde la sacaste, Ruso?”, quiso saber el otro, también interesado en entrar a la zona exclusiva de la disco. “Me la conseguí chapeando con la ayuda de un policía amigo”, se jactó.
Un ex compañero que compartía los viajes en tren desde Morón lo describe impiadoso.
—Siempre, desde el comienzo, fue competitivo.
Pronto, de ese juzgado provincial Nisman saltó al juzgado federal de Morón.
—Ahí, dejó de saludarnos.
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Desde hacía diez años, a diferencia de los demás fiscales federales, que manejan cientos de causas, el único trabajo de Nisman era investigar el atentado contra la AMIA, ocurrido en 1994.
El viernes 16 de enero al mediodía, menos de 48 horas antes de su muerte, llegó al local ubicado a cuatro cuadras de su departamento, en las Torres Le Parc, y pidió su menú habitual. Si bien solía pasar desapercibido dentro del restaurante, ese viernes ya se había convertido en una especie de celebridad de la política, luego de su denuncia por encubrimiento del atentado contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. A dos metros de su box, un hombre le comentó con cierto orgullo a la camarera: “Ese es el fiscal Nisman, el que denunció a Cristina”.
El domingo de su muerte, los responsables de custodiarlo eran los suboficiales Armando Niz y Luis Miño. El día anterior, Niz le había pedido franco porque tenía pautada una operación de riñón para el martes siguiente, pero Nisman, quizá por miedo, se lo negó.
Niz y Miño llegaron a Le Parc a las 11 de la mañana, tal como habían acordado con el fiscal. Desde entonces según el relato que hicieron ante la fiscal Viviana Fein los policías esperaron, tocaron el timbre, llamaron a la secretaria de Nisman y finalmente a la madre, Sara Garfunkel. Entraron al departamento pasadas las 22.30, con la ayuda de un cerrajero. Niz fue el primero en encontrar su cuerpo: Nisman todavía tenía el arma de Lagomarsino en la mano derecha. Una semana después su muerte, el jefe de la Federal, Román Di Santo, pasó a disponibilidad a Miño y Niz: resulta inexplicable que tardaran casi doce horas en ocuparse de verificar si el hombre al que custodiaban diez policías estaba en peligro. Y mucho más, que nunca avisaran a ningún superior de lo que estaba pasando.
La UFI-AMIA es una especie de fiscalía VIP: para 2015 el presupuesto era superior a 31 millones de pesos. Empleaba a 45 personas, de las cuales diez eran contratadas y no pertenecían a la planta permanente. Monotributistas con sueldos más altos que la media de la Procuración General, manejaban su día a día con total flexibilidad. El propio Nisman cobraba 100 mil pesos en mano, casi 40 mil más que el promedio de sus pares.
Sin la obligación de presentarse en la fiscalía, los contratados le reportaban directamente a Nisman. De ese grupo de diez, el más célebre a la fecha se llama Diego Lagomarsino, tiene 35 años, es técnico informático y trabaja desde 2007 para Nisman.
Lagomarsino facturaba 41.280 pesos por mes y fue quien, el sábado 17 a las 20.30 le prestó a Nisman la pistola Bersa .22. En el ranking de ingresos le sigue Claudio Rabinovitch, con 32.400 pesos. Abogado y periodista, su tarea era armar resúmenes de prensa y asesorar en comunicación. A Nisman no le alcanzaba con el trato personal que él mismo lograba tener con un grupo de periodistas especializados en el tema AMIA, ni tampoco con una consultora externa. Porque para mejorar el perfil mediático que siempre quiso darle a su trabajo, en 2009 también había contratado los servicios de una agencia de prensa y comunicación rutilante en el mercado. Su propietaria es una relacionista pública eficiente y célebre por organizar cocktails en los que se mezclan el mundo del arte y la cultura con el de la política y la economía. Entre sus cuentas además de la de Unidad Especial AMIA se destacan Papel Prensa, Grupo Clarín, diario La Nación, Revista 23 y marcas como Cartier, Baume Mercier y Estée Lauder Companies.
Tanto a Lagomarsino como a Rabinovitch la Procuración de Gils Carbó les rescindió los contratos el lunes 9 de febrero.
Las otras personas son ocho mujeres. Todavía no está claro qué rol cumplían para la UFI-AMIA. Ninguna de ellas supera los 35 años: Marina Pettis (licenciada en nutrición, cobra 28.780 pesos), Felicitas Mas Feijoo (20.525 pesos), María Victoria Buigo (17.700 pesos), Magalí Dietrich (16.225 pesos). La fiscalía gastaba en este tipo de sueldos 2.541.660 pesos al año.
Varios fiscales federales aseguran que todo depende de la ambición del influenciado: algunos se contentan con viajes a congresos, otros con dinero en efectivo. También, claro, hay quienes están por fuera de los arreglos y viven con su sueldo y su auto oficial con chofer. No se involucran. Tres fuentes dicen que “hay muchos ‘servicios’ que no trabajan de servicios’. Trabajan como legisladores, fiscales, funcionarios o periodistas”. La estrategia de la red incluye actores que “son parte de los servicios sin saberlo”. Operan en un eslabón específico de un plan general. Llevan sobres, hablan con gente para influenciarlos pero ignoran el objetivo último. “Prestan armas con inocencia”, dice un funcionario judicial que conoció a Nisman. Es probable que a un juez federal, que lleva muchas causas, sólo se le pida que influya en un par, asume. Con el resto, tendrá libertad absoluta. Nisman estaba solo y dependía de las investigaciones de Antonio Stiuso. A eso se limitaba su libertad, concluye.
Un legislador experto en el tema dice que durante el menemismo la SIDE era corrupta pero la conducción política era clara con Carlos Vladimiro Corach y Hugo Anzorreguy. El kirchnerismo no intervino políticamente en su dirigencia; dejó a la gente de la gestión anterior, sin un líder claro. La relación entre servicios y poder judicial se había vuelto intensa en los años 90 y creó una serie de hábitos. Se aumentaron los fondos reservados: se desviaban para pagar sobresueldos a jueces y funcionarios.
***
—Nisman también era un tipo nervioso.
El abogado de ojos y barba negrísimos dice tener manchas en la pierna, de psoriasis, parecidas a las que tenía Nisman en la cabeza y por las que debía aplicarse cremas. Cuando empezó a trabajar con el caso AMIA, el abogado andaba afeitado y de traje y estaba al tanto de cada detalle de la causa. Hoy, más relajado, de chomba y zapatillas de cuero repite lo que se escucha en Comodoro Py: “Yo lo veía todo el tiempo con Stiuso”, quien había convencido a todos de que “iba a investigar de verdad”. Y este hombre, ahora lejos de Comodoro Py y de la unidad AMIA, no acordaba con el fiscal Nisman: estaba –y continúa estando—convencido de que los pasos que la SI lo hacía dar en su investigación eran un “escenario armado por la SIDE, dirigido por la CIA y el Mossad. Nisman era su ejecutor”.
El vínculo local con el Mossad y la CIA en el caso AMIA es, desde luego, previo al trabajo de Nisman en la fiscalía y a veces excede las reglas permitidas de la cooperación. El abogado y los querellantes recuerdan que se dio autorización al secretario de una fiscalía israelí para viajar a entrevistar a Telledín en la cárcel. Todo se hizo sin dejar registro de las conversaciones como indica la ley, sin presencia de un fiscal o un juez, como consta en el fallo del Tribunal.
Aparentemente, el hombre no trabajaba para ninguna fiscalía israelí.
—Era del Mossad.
***
Nisman vivía paranoico. Denunciaba cada amenaza que recibía, por inverosímil que sonara. A raíz de ese estrés, había cambiado las sesiones de psicoanálisis por una terapia más pragmática: El Arte de Vivir. Su maestra de respiración era la coordinadora en Latinoamérica, Beatriz Goyoaga.
La primera denuncia de Nisman por supuestas amenazas fue a mediados de 2010 contra el juez federal Claudio Bonadío, el ex ministro del Interior, Carlos Corach, su hijo Maximiliano y el ex comisario Alberto “Fino” Palacios. Por mail, recibió un documento que enumeraba supuestas reuniones de los Corach, Palacios y Bonadío para apartarlo de la causa AMIA. El 12 de julio de 2010 se presentó ante una fiscalía y los señaló a los cuatro.
“Nunca me citaron, no escuché ni sabía nada”, asegura sorprendido Corach junior, hoy presidente de la junta comunal de Palermo por el macrismo. Activo tuitero y dirigente del staff de Horacio Rodríguez Larreta, jura que desconoce la trama que lo vincula con las amenazas.
Luego, Nisman explicó en la fiscalía 10, de Diego Iglesias, que “integrantes de la agrupación Quebracho verían con agrado llevar a cabo dichas intimidaciones”. Por su historial violento y su simpatía con Irán, para Nisman el grupo era la representación del miedo.
La causa de 2010 quedó en la nada. “Se intervinieron los teléfonos de un dirigente de Quebracho y de su familia, pero no surgió absolutamente nada”, dicen en la fiscalía. Hasta el momento de su muerte, Nisman estuvo pendiente de esa investigación, convencido de que pretendían atacarlo.
En general, excepto cuando trabajaba junto al fiscal Martínez Burgos, recibía a los familiares de las víctimas del atentado a la AMIA solo; el escritorio impecable, sin un papel, los biblioratos en fila.
—¡Decime dónde están los avances! ¿Te das cuenta de que no estás haciendo nada?—le dice una mujer de pelo ya blanco. A su lado el abogado querellante, Sergio Burstein y dos familiares más asienten en silencio.
Nisman se levanta de su sillón con seguridad. Los gritos y los modales de la mujer no lo alteran.
—Claro que hay avances—responde y abre la puerta para gritar—. ¡Martín, traé la carpeta que te di ayer por favor!
Cada vez que sucede algo así, Nisman no se pone nervioso ni se achica. Llama a sus colaboradores para que muestren información extra, argumenta una y otra vez y les da a los familiares esperanzas de nuevas pistas. Quienes participaban de aquellas reuniones coinciden: “No lo hacía de mala fe”.
***
La maquilladora de TN lo sacó de su limbo mental de fojas, escuchas, fechas y detalles sobre la denuncia contra el gobierno. Con Nisman ya sentado en el estudio, tuvo que apurarse: “Como no tuve la intimidad de la sala, sólo le puse un poco de polvo porque tenía la cara demasiado brillante”. Eso recuerda de su última entrevista televisada. “Me agradeció y me fui, nada raro. Sólo lo vi un poco ansioso cuando la cámara lo enfocaba mientras entrevistaban a los demás invitados”, relata la maquilladora, que hasta esa noche no lo conocía.
Después del largo reportaje de Edgardo Alfano en TN, Nisman caminó hacia el panel de control para chequear en los monitores cómo había salido. No le importaba lo que había dicho, porque de eso estaba absolutamente convencido: el fiscal fue a controlar cómo salía su imagen en HD.
Esa tarde, en una sesión de fotos para La Nación había mostrado la misma inquietud. Primero en el lobby y después en el jardín interno del complejo de tres torres, le pidió al fotógrafo: “A ver, ¿salgo con ojeras o con cara de cansado? Estoy enloquecido de trabajo y encima esta noche salgo en TN. Te pido por favor: cuidame”.
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Como era de preverse, el ídolo (¿mártir?) del "republicanismo" judicial antikirchnerista, promocionado por los medios hegemónicos y los políticos opositores, era en realidad un ídolo con pies de barro...
Además, como dijimos aquí varias veces, su fiscalía siguió una única línea de investigación, muy sospechada de ser falsa o, al menos, tan "floja de papeles" como su acusación de encubrimiento contra el gobierno, para la casi unanimidad de juristas de prestigio.
Al parecer, si Nisman no presentaba su denuncia tenía mucho más que perder al correr el riesgo de que el desmantelamiento de la exSIDE de Stiuso y compañía dejara en evidencia las carencias de su "investigación" y sus sospechosos manejos de los recursos públicos y las características de su lujosa y osada vida durante la década en la que supuestamente investigaba el atentado contra la AMIA, la misma que le reprochaba su ex esposa en un conocido mensaje de Whatsapp difundido por los medios.
Repasemos lo que se supo en estos días sobre las actividades conocidas y desconocidas del fiscal.
Cajas de seguridad, cuentas en EE.UU. y empleados (¿ñoquis?) de la fiscalía:
(La jueza) Palmaghini consideraba “pertinente determinar sí el fallecido Natalio Alberto Nisman contaba con cajas de seguridad en entidad bancaria alguna”, cosa que el 27 de enero “sugirió a la Fiscalía de Instrucción No. 45”. Tal giro idiomático revela que la jueza carecía de facultades para ordenarlo, y por eso se limitaba a sugerirlo, como una buena vecina y ¡nueve días después de la muerte de Nisman! Para entonces, la madre del fiscal, Sara Garfunkel, ya había vaciado los cofres y las cuentas que compartía con Nisman en dos sucursales del Banco Ciudad (en Corrientes y Uruguay y en Callao y Juncal) y en la empresa privada de cajas de seguridad no bancarias Hausler, con bóvedas en una galería de Florida y Paraguay. Garfunkel fue conducida a esa expedición de rescate por la intrépida custodia de Nisman. Los policías conocían ese depósito hermético, porque antes habían llevado a madre e hijo a firmar el contrato de alquiler. Según la explicación de los directivos de Hausler Alan Packer y Juan Piantoni antes de llegar a su caja, Nisman y su madre debían sortear siete puertas. Cada una se abre una vez que se cerró la anterior, y siempre que el sistema reconozca las huellas digitales y el rostro de la persona autorizada a acceder.
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Declaraciones de la exposa y de una hermana de Nisman indican que el fiscal compartía negocios y una cuenta bancaria en Nueva York con quien dice haberle prestado el arma del último disparo, Diego Lagomarsino, teóricamente dependiente suyo en la fiscalía con una retribución que envidiaba todo el Ministerio Público. Su abogado Máximo Rosconi lo admite pero dice que no lo declaró en el expediente por cuidar la imagen de San Nisman Mártir. Esa preocupación es muy extendida entre quienes conocieron su vida rumbosa, con bulo en Puerto Madero (...) con nutricionista que se cobraba mediante un contrato en la Unidad Fiscal, a la que renunció en cuanto murió su cliente; carísimo personal trainer, cosmiatra, tours de compras electrónicas compartidos con Lagomarsino, con ingreso de la mercadería sin impuestos; paseos por resorts internacionales con chicas preciosas, alguna contratada como secretaria en la Unidad; mesa propia en la sala vip de puteríos a los que, como declaró un gatito gracioso, asistían señores grandes y chicas jóvenes a las que dejaban pasar sin cobrarles. Nisman nunca le hablaba de cosas personales, claro.
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La cuenta en Nueva York y el rol de Lagomarsino.
Uno de los enigmas que se plantean en la hipótesis de homicidio, sustentada por la ex esposa de Alberto Nisman, es cuál habría sido el móvil. Sandra Arroyo Salgado planteó alternativas, desde una relación económica con Diego Lagomarsino hasta la idea de que el informático es parte de un servicio de Inteligencia y mató, o participó del asesinato, en el marco de un plan de esa organización.
Arroyo Salgado sorprendió el lunes pasado cuando se presentó a declarar ante la fiscal Viviana Fein y contó que Nisman y Lagomarsino compartían una cuenta en un banco de Nueva York. La versión provino de la hermana del fiscal, quien quiso acceder a esa cuenta, no tenía la contraseña y en el banco le dijeron que tal vez la contraseña estuviera en poder de Lagomarsino, ya que el informático también figura en la cuenta.
Según aseguran cerca de Lagomarsino, hace más de un año Nisman le pidió que accediera a ser una especie de testaferro en esa cuenta. Nisman le prometió que no lo molestaría mucho, pero que como el fiscal era lo que se denomina una persona políticamente expuesta, lo mejor era que no figurara como titular. Para usar palabras sencillas, Lagomarsino actuó de prestanombre, presionado por el hecho de que ganaba una importantísima suma de dinero mensual sin concurrir a la Fiscalía.
En el último año, las molestias fueron sólo dos, siempre de acuerdo con la versión de los allegados a Lagomarsino. En ambos casos se trató de que el informático autorizara transferencias de unos 2500 dólares de la cuenta para pagar las expensas de una propiedad en Uruguay. Ese nivel de expensas hace pensar en una propiedad de cierta importancia y nadie sabe si está declarada. Por supuesto que también está la versión de que la cuenta en Nueva York servía para mover fondos de algún negocio conjunto de Nisman y Lagomarsino, tal vez referido a la importación informal de elementos informáticos. Como se sabe, Stiuso fue acusado de introducir a la Argentina más de 90 toneladas de material tecnológico, principalmente médico y odontológico, pero también televisores y PlayStation.
En cualquier caso, Arroyo Salgado habló de la cuenta en Nueva York, y si lo hizo es porque considera que alguna vinculación puede tener con lo que ella considera un homicidio.
Por otro lado, al principio de la causa, la ex esposa del fiscal dejó entrever que Lagomarsino pertenece a un servicio de Inteligencia –al que no identifica– y que eso es lo que explica que tiene una estructura de abogados y peritos que lo defienden. También explicaría las características sofisticadas –especula Arroyo Salgado– del asesinato.
Lo que no parece encajar con la idea de un gran servicio de Inteligencia es que el supuesto crimen se cometió con un arma a nombre de Lagomarsino, o sea con una que deja la firma en la escena del crimen y que es propiedad del superagente de ese servicio.
Para colmo, no es que el supuesto servicio de informaciones haya usado una pistola de profesionales –como desliza la querella–: la Bersa era vieja y con proyectiles viejos.
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Gastos, cuentas y modelos.
- La procuración dio de baja tres contratos inexplicables que Nisman firmaba cada mes. El primero, de Diego Lagomarsino, era por 41 mil pesos mensuales, el contrato más alto de cualquier fiscalía del país. El segundo era para una especie de consultor, Claudio Rabinovitch, que cobraba 32.400 pesos mensuales por un asesoramiento que nadie en la fiscalía supo en qué consistía. Finalmente, hay una mujer a la que se sindica como su nutricionista que cobraba unos 20 mil pesos por mes. Ninguno de los tres contratados concurría en forma normal a la fiscalía, de manera que los propios empleados los consideraban una especie de ñoquis.
- Las fotografías de modelos que viajaban con el fiscal al Caribe también llaman la atención. Incluyen a YLP, que igualmente figura como empleada de la fiscalía. Todo exhibe un desmesurado nivel de gastos y una vida nocturna en la que alardeaba “soy el fiscal de la AMIA”. Florencia Cocucci contó que conoció a Nisman en Rosebar, un boliche de moda en Palermo, y luego dio complicadas explicaciones sobre la forma en la que se encontraron en Cancún. Hasta el momento pasaron ocho modelos por la fiscalía, sin que ninguna pueda aportar elementos sobre su muerte, aunque sí explicaron cómo se encontraron casualmente con el fiscal en el Caribe.
- La cuenta en Nueva York abre un nuevo flanco desde el vamos, porque no estaba a su nombre, sino que figuraba a nombre de sus familiares y de Diego Lagomarsino. Es decir que tenía una cuenta a nombre de testaferros.
- De la cuenta de Nueva York salieron pagos de expensas de una propiedad en Uruguay que habrá que ver a nombre de quién está.
- El vaciamiento de la caja en el Banco Ciudad plantea una serie de preguntas, empezando por la más elemental: ¿qué contenía verdaderamente la caja? Lo segundo tiene que ver con la forma en que fue vaciada por la madre, unos días después de la muerte del fiscal.
- El alquiler del departamento en Le Parc también impacta. Se menciona la cifra de 30 mil pesos mensuales, un monto que no se condice con los ingresos de un funcionario judicial de su nivel.
A todo esto se agregan las visitas a la Embajada de Estados Unidos, retratadas en los cables de Wikileaks. Nisman concurrió en numerosas oportunidades, pidió disculpas por no haberles adelantado a los hombres del FBI algunas medidas que iba a tomar en el expediente AMIA, recibió recomendaciones de no apartarse de la pista iraní y llevó para que le corrijan algún escrito. En los primeros días tras su muerte, hubo un intento de endiosar al fiscal, pese a que los cuestionamientos de los familiares eran conocidos desde mucho antes. En los dos meses que lleva la causa por su muerte se hicieron más visibles las irregularidades que lo rodeaban y, según se piensa, es mucho todavía lo que hay por destapar.
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Cómo ahorrar con la investigación de la AMIA
Las anomalías en los manejos de Nisman abarcan los numerosos viajes al Caribe, acompañado por distintas modelos. No sólo hay datos concretos de que pagó los pasajes en primera clase –el suyo y el de sus acompañantes–, sino que viajó sin pedir vacaciones, es decir que cobraba su sueldo mientras estaba en la playa.
En verdad, fue Arroyo Salgado quien planteó la posibilidad de que la muerte de Nisman haya estado relacionada con un conflicto económico. Habrá que ver cuánto peso tuvo el hecho de que Nisman se quedara con la mitad del sueldo de Lagomarsino; hay que saber también cuánto dinero hay en las cuentas hasta ahora secretas en Nueva York y cómo se movieron esos fondos, para ver si el conflicto económico del que habló Arroyo Salgado existe y si pudo tener que ver con la muerte del fiscal.
Reintegro
En el escrito de ayer, Rusconi detalla que en el momento de la contratación, en 2007, Nisman le fijó como condición a Lagomarsino que “debía reintegrarle ese porcentaje (el 50 por ciento) del valor contrato”.
Los datos aportados por Lagomarsino ponen una enorme duda sobre los demás contratos existentes en la Unidad AMIA, que era la que manejaba Nisman. En total hay diez contratos, en los cuales hay aspectos llamativos. Una parte de los contratados no iba nunca a la fiscalía. Otra parte, no se sabe en qué trabajaba. Hay finalmente un grupo que tampoco concurría a la sede de la Unidad AMIA pero ahora, precipitadamente, van todos los días. Del total, hay dos contratos que se dieron de baja: el de Lagomarsino y el de Claudio Rabinovitch, que actuaba como asesor. Un contrato que está en proceso de baja, el de la nutricionista, y siete contratos que se están observando con lupa. También las cifras son asombrosas: 41 mil pesos cobraba Lagomarsino (aunque ya se sabe que entregaba a Nisman la mitad), 32.400 Rabinovitch y 28.800 la nutricionista. Los demás contratos rondan los 20 mil pesos promedio.
Cuentas
“Sara Garfunkel y Sandra Nisman aseguran que Alberto les dijo que el dinero de Nueva York era para sus hijas, en caso de que a él le pasara algo. Sé que él realizaba inversiones inmobiliarias con unos primos”, detalló Arroyo Salgado cuando habló de la cuenta.
Hasta ahora, en la causa judicial no hay detalles sobre cuánto dinero hay en el Merrill Lynch ni se sabe si es una cuenta declarada. En principio, todo indica que no hay registro en la AFIP y se habla de varios centenares de miles de dólares.
Caribe
Cuando la modelo Florencia Cocucci fue a declarar, el diálogo resultó sorprendente:
–¿Quién pagó el viaje en primera y los gastos en Cancún? –preguntó la fiscal.
–No sé, todos los arreglos los hizo Alberto –contestó la modelo.
–¿Pero entonces pagó él?
–No sé.
–A ver, ¿pagó usted el pasaje y los gastos en Cancún?
–No, la verdad que no –redondeó Cocucci.
En aquella escapada de noviembre, Nisman viajó a Cancún con Cocucci y con otra chica, una modelo contratada en la fiscalía. Sólo los pasajes costaron cerca de 12 mil dólares.
Sin embargo, lo más impactante es que Nisman no pidió vacaciones para irse a las playas con las dos modelos. Según los registros, durante todos esos días de noviembre estuvo trabajando. Esto significa que durante el tiempo de playa y sol, él cobraba su sueldo habitual y, además, se le iban a liquidar, por separado, las vacaciones, porque en forma oficial nunca se las tomó. Viajaba al Caribe o a Europa pero en los papeles figuraba que estaba trabajando. Por lo que se ve hasta el momento, durante todo 2013 y 2014 realizó varios viajes de placer con distintas modelos. Ninguno figura como período de vacaciones ni hay pedidos de licencia.
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El otro elemento que estará en el escrito que se presentará hoy ante Fein es la cuenta bancaria de Nueva York.
En el texto que se entregará hoy a Fein se consigna que Lagomarsino intervino dos veces en movimientos de esa cuenta. Una, a mediados de 2014 y la otra a principios de enero de 2015. En ambos casos se trató de transferencias de 2500 dólares a Uruguay para pagar los impuestos de un terreno en ese país.
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"Se le dieron muchísimos fondos para que esclarezca el caso AMIA y él la dedicaba para salir
con minas y pagar ñoquis. Entonces se mofó durante todo este tiempo de 85 víctimas y más de 300 heridos que provocó el atentado. Un sinvergüenza de los que pocos se han visto en este país", señaló el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.
"A uno le cuesta creer que este hombre, estando en vacaciones, va a la casa de su amigo, perdón, del turro que le robaba la mitad del sueldo, y le llevaba una pistola para que se cuidara, y no sabía el saldo de la cuenta. Vamos, no nos tomen por idiotas". "Se le dieron los fondos para que descubriera los responsables del atentado, que no fue un atentado contra los judíos, fue un atentado contra la Argentina -aclaró y prosiguió-. Él se mofó de las 85 víctimas porque usó los dineros para salir con señoritas, están viralizadas las fotos del fiscal Nisman con varias señoritas, y para pagar ñoquis como Lagomarsino al que le sacaba el 50 por ciento."
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¿Dr. Jeckyl y Mr. Hyde? La palabra de alguien que conoce el paño...:
Coppola sobre Nisman: "El fiscal iba a Rosebar con unos bombones increíbles".
El ex representante de fútbol contó que se cruzó varias veces con Alberto Nisman en Rosebar, Palermo. Lo veía siempre con "chicas muy altas y muy elegantes".
El último en hablar fue Guillermo Coppola, ex representante de fútbol, que contó cómo fue el encuentro con Nisman en el boliche Rosebar.
"Me lo presentaron uno amigos abogados que lo conocían y compartíamos un saludo cordial en un espacio más cómodo. Lo veía esporádicamente en Rosebar. Suelo ir algún jueves, que es el día que va un poquito de gente más grande", contó Coppola en Argentina Despierta.
El ex representante de Maradona aseguró que el fiscal responsable de investigar el atentado a la AMIA "iba con unos bombones increíbles. Siempre eran chicas muy altas y muy elegantes. Es un lugar donde se va un poquito mejor vestido. Todas tenían un perfil, muy lindas. Yo cuando me acercaba a saludar me fijaba".
Y finalizó diciendo que siempre lo veía con chicas.
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Veamos, finalmente, dos completos y rigurosos informes sobre su trabajo de fiscal:
Un fiscal colgado del pincel.
Por Jorge Elbaum
(Sociólogo y ex Director General de la DAIA)
Las muertes y los suicidios relacionados con la política o la justicia siempre tienen un halo
de conspiración. Lo traumático de la muerte pone el foco en las bambalinas del poder, en los enfrentamientos y en los intereses en disputa. Lo que ya pasará a llamarse “el caso Nissman” remite, históricamente, al cruce entre poder y –probablemente-- psicología: un fiscal que cruza la raya de su cometido judicial e ingresa en los territorios farragosos y turbios de los llamados “servicios de inteligencia” tantos nacionales como extranjeros. Una oposición que exhibe obscenamente el cadáver como maniquí de sus limitaciones y una “familia judicial” que ya empieza a trasmutar en “famiglia”. La muerte del fiscal deja un escozor trágico y sorpresivo. Los retazos deshilachados de lo que se llama la “oposición” se miran con complicidad mezquina y se preguntan, entre murmullos, cómo pueden sacarle el máximo rédito al cadáver todavía tibio.
Sin embargo, en vez de apuntarle a lo obvio se internan en culpas, medias palabras y chapucerías de panel televisivo: Nissman se suicidó porque lo dejaron colgado del pincel. Porque le prometieron “escuchas” que no existían y/o falsas evidencias que terminaron siendo humo. Alguien (o varios sujetos complotados de diversos servicios, locales y extranjeros) lo utilizaron durante los últimos años, generando una dependencia “informativa” que tenía que poner sobre la mesa, frente a los diputados, la tarde que se suicidó.
Algunos jugadores del tablero internacional fueron cambiando sus prioridades de acuerdo a la conformación de los enemigos de turno: Alberto Nissman terminó siendo cooptado por la CIA y el Mossad durante el conflicto por las plantas nucleares construidas por Teherán, alrededor de los años 2009 y 2010. En una deriva que los familiares de la muertos de la AMIA percibieron como obvia, el fiscal fue aislándose de quienes eran sus defensores más acérrimos y se asoció con la derecha israelí representada por Beraja, la DAIA y la AMIA y con un nexo permanente con “La Emajada” llamado Alfredo Neuburger, retratado explícitamente en los wikileaks.
En ese entonces el enemigo a ser “limado” era Ahmanidejad, presidente Persa, que se negaba a orientar la energía nuclear a fines pacíficos. Una acusación contra los iraníes por la masacre de la AMIA –y al mismo tiempo la negativa a profundizar la “pista Siria”—hubiesen o no evidencias servía en ese entonces para presionar a Teherán. Nissman se introdujo en el juego escabroso del ajedrez internacional con una ingenuidad y ambivalencia constitutiva: creyendo ilusamente que escalaba en la jerarquía jurídica de la guerra contra el terrorismo, pero dependiendo de “informes” que siempre le “prometían” y no siempre llegaban a sus manos. Cuando la Presidenta descabezó la SI el escenario internacional ya había cambiado por completo: Irán ya no funge como el enemigo terrorista sino que ha devenido en un aliado de Estados Unidos, en su guerra contra el califato fundamentalista sunnita del ISIS. El fiscal empieza a quedarse solo, en una tarea que ya no postula socios extranjeros. Por su parte, los informantes locales no tienen todo lo que han prometido y suelen habitualmente, frente a ocasiones del estilo, con un gesto adusto, recomendarte el arma más eficaz para que termines con tu vida.
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El Rompecabezas de Nisman.
Cuando lo policial y lo político se mezclan, en la batalla mediática por el verosímil, quizás triunfe la operación mejor orquestada. El caso Nisman genera enormes consecuencias sobre la política y la campaña electoral. La muerte del fiscal saca del clóset a un actor cada vez más influyente desde la vuelta de la democracia: los servicios de inteligencia. Su estrecha relación con sectores de la justicia federal queda al desnudo. De esa trama oscura y de un hombre solo habla esta investigación de Revista Anfibia.
En cada audiencia, frente a los testigos y al lado de los imputados, uno de los querellantes se sentaba junto al fiscal Alberto Nisman. Todas las mañanas, antes de empezar,el fiscal le mostraba orgulloso una carpeta llena de recortes periodísticos con todo lo publicado sobre el juicio: un clipping. Al abogado le impresionaba lo pendiente que estaba ese hombre de la repercusión del proceso.
Cuando le tocaba hablar ante los jueces, Nisman era verborrágico y apresurado.
—Hablá más despacio, Alberto, ni yo que me conozco la causa completa te entiendo —le decía el abogado.
En las primeras audiencias, Nisman se ubicaba junto a los otros fiscales: Eamon Mullen y José Barbaccia. Los tres habían firmado, en la primera instancia, el requerimiento de elevación a juicio en el que se aseguraba que la Bonaerense extorsionó a Carlos Telleldín para que vendiera la camioneta Traffic a los autores del atentado. Se movían en bloque. Cuando se empezaron a hacer evidentes los testimonios falsos, las imputaciones arbitrarias y las pruebas plantadas, Nisman se fue alejando de sus colegas. Lo único visible de la alianza de aquel equipo eran los escritos firmados en conjunto.
El 13 de abril de 2003, los jueces Gerardo Larrambebere, Miguel Pons y Guillermo Gordo ordenaron que Barbaccia y Mullen fueran apartados de la causa. Dijeron que sabían y ocultaron que Telleldín, acusado como “partícipe necesario”, recibió 400 mil dólares en 1996 para declarar contra policías bonaerenses. Barbaccia no estaba presente. Mullen se levantó en silencio. Nisman permaneció sentado.
Quienes defienden la figura de Nisman, recuerdan que el día que Telleldín firmó la declaración falsa el fiscal aún no se había sumado al equipo que investigaba el atentado a la AMIA. Quienes lo cuestionan, aceptan que eso es real pero recuerdan que el fiscal comenzó a trabajar junto a Mullen y Barbaccia en junio de 1997: o sea, que acompañó sus presentaciones y actuaciones hasta que se precipitó el final.
Nisman ingresó a Comodoro Py signado por esa escena histórica en la que sus pares pasaron al cadalso jurídico. Unos y otros se preguntan por qué Nisman no quedó marcado por el encubrimiento, por qué no apeló la acusación a Mullen y Barbaccia si sostuvo lo mismo que ellos hasta lo último.
En el ámbito judicial, por ese hecho y por su estrecha relación con los servicios de inteligencia, a pesar de su dedicación permanente a la causa AMIA, Nisman era visto con reservas por la mayoría de sus colegas.
***
La mayoría de las 24 fuentes judiciales consultadas por el equipo de Anfibia dan por real y por conocida la relación estrecha entre el fiscal y la Secretaría de Inteligencia. Ese fue el pacto desde el inicio, cuando en 2004 el entonces presidente Néstor Kirchner impulsó la investigación poniendo a la Secretaría de Inteligencia al servicio de la flamante UFI AMIA, a través del espía que luego se convertiría en enemigo del kirchnerismo, Antonio “Jaime” Stiuso. Siempre en estricto off the record, las fuentes admiten que el caso Nisman deja al descubierto una zona de convivencia admitida, normalizada e histórica: la de los servicios de inteligencia con la justicia federal. Once personas que trabajan en altos puestos de la justicia federal, cuatro que trabajaron en la fiscalía con Nisman, tres querellantes, seis ex funcionarios importantes de Justicia o Seguridad lo admiten y describen. En este punto crucial, veinte de ellos –casi todos—están de acuerdo: esa relación es carnal. Los únicos que no lo confirman, tampoco lo niegan: prefieren –aclaran ante las preguntas– no hablar del tema.
Un ex compañero de Nisman y dos jueces federales se animan a decir (protegiéndose siempre en el off the record) que Nisman era “un agente” de inteligencia. Cuando se los interroga para que definan con precisión a qué supuesto servicio reportaba, dos de ellos aseguran que a la central norteamericana, la CIA. Mientras que la tercera fuente lo considera un agente del Mossad, el servicio secreto israelí.
Es difícil evaluar las afirmaciones de estas fuentes calificadas. En las entrevistas sobre servicios de inteligencia, cuando se intenta profundizar este tipo de hipótesis el límite es la palabra clave: secreto.
—Si te sale bien, sos procurador o presidente del Congreso Judío Mundial. Si te sale mal, te mandan un arma. Alberto no era solamente un fiscal —dice un ex funcionario de Seguridad vinculado a Nisman por el caso AMIA.
Es fácil de comprobar que, varias veces, el nombre de Nisman sonó como candidato para la Procuración General.
Un fiscal federal y un juez federal escucharon a Nisman hablar sobre las lujosas camionetas negras que lo esperaban cada vez que pisaba Estados Unidos. Consultado al respecto, el fiscal dice:
—Siempre me lo hice de la CIA: alguna vez compartimos un curso patrocinado por ese servicio secreto. Estaban Nisman y (María Romilda) Servini de Cubría.
Y luego reflexiona sobre el lugar donde fue enterrado Nisman, en el cementerio judío de La Tablada.
—Lo pusieron frente al monumento a los muertos al servicio de Israel. Y él no era un religioso convencido y practicante.
Fuentes ligadas al cementerio confirmaron este dato: la tumba de Nisman está muy próxima al “Monumento de recordación a los caídos por la defensa del Estado de Israel”: mucho más cerca que la manzana donde están enterradas algunas de las víctimas de la AMIA.
—Si dividís al mundo entre la gente de reflexión y la gente de acción, Nisman era de los segundos. Le gustaba más la actividad secreta que ser fiscal.
El ex Director Ejecutivo de la DAIA, Jorge Elbaum, afirma que Nisman se suicidó y, sin el pudor de otros, acusa al fiscal muerto de haber armado la investigación según las necesidades de la CIA y el Mossad.
—A su camioneta se la alquilaba una empresa manejada por la CIA.
En este dato coinciden en “off”también un fiscal federal y un juez. Elbaum dice que a partir de 2009, quiso“operarlo”a él y a Sergio Burstein: Irán tenía que ser culpable.
—Lo usaron hasta el último minuto, le prometieron una gran recompensa, y de pronto Nisman se encontró sin nada.
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Cuando lo policial y lo político se mezclan, los casos se convierten en una cuestión de fe: la realidad llega al extremo de lo subjetivo; en el barro mediático, quizá triunfe la operación mejor orquestada. Es la batalla por el verosímil. En el caso Nisman, la trama jurídica se enreda con traiciones íntimas y lealtades corporativas. El rompecabezas de la muerte del fiscal reúne al terrorismo internacional y a la omnipresencia de la CIA, al gobierno, a la oposición culpando del crimen a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner; a las lecturas sobre el trabajo de Nisman, su obsesión y su vanidad personal. Los conflictos históricos se vuelven estridentes: la autonomía de algunos sectores de la Secretaría de Inteligencia (SI); las relaciones entre la justicia y los servicios. Mientras la evidencia lo permita, se exaltará o disimulará la importancia de cada pieza. Más allá de que la fiscal Viviana Fein descubra qué pasó el domingo 18 de enero dentro del baño del departamento de Le Parc, la “zona opaca”transitada por juristas e Inteligencia está quedando expuesta.
Los vínculos entre un funcionario judicial y los servicios secretos no se generan de un día para otro. Se basan en la construcción de una relación personal que incluye sociales amenas y hasta escenas de tiempo libre. La amistad suele teñir la relación profesional.
Un fiscal federal dice que un ofrecimiento para formar parte de una operación surge de una conversación cualquiera, quizá tomando un trago con el amigo espía. El otro deja caer la propuesta.
— Si no lo frenás en el acto, les estás mandando un mensaje ambiguo y las propuestas van a seguir llegando. A mí me dijeron: “Si nosotros te hiciéramos saber una información que te llevaría a investigar a la presidenta, ¿vos qué harías?”. Yo respondí que no me interesaba. “No me voy a hacer socio tuyo para desequilibrar a un Gobierno democrático”.
***
A los 24 años, Nisman se peinaba con raya al costado y tenía un bigotito a lo Clarke Gable, que le daba un aire policial. Hijo de Sara Garfunkel, propietaria de una farmacia, y del empresario textil Isaac Nisman, su situación económica lo ubicaba uno o dos escalones por encima del resto de los abogados de su edad que trabajaban en el juzgado provincial Nº 7 de Morón, a cargo del juez Alfredo Ruiz Paz. El secretario era Santiago Bianco Bermúdez, el mismo que ahora es el abogado de Antonio Stiuso.
Entre el calor asfixiante de esa construcción con algunos techos de chapa y su rol subalterno en el escalafón judicial, Nisman estaba eximido de la formalidad de usar traje. A pesar de que viajaba apretujado en el tren que iba de Once hasta Morón calzaba saco y corbata casi todos los días. Era flaco y le gustaba jugar al tenis. No era un judío religioso practicante, pero su apellido lo volvía una notoria excepción en un mundo católico.
Sus colegas de aquellos tiempos, los que lo estiman y los que no, coinciden en que ya entonces era vanidoso y audaz. “Mirá, es una vip del Cielo”, le mostró a un ex compañero. “¿De dónde la sacaste, Ruso?”, quiso saber el otro, también interesado en entrar a la zona exclusiva de la disco. “Me la conseguí chapeando con la ayuda de un policía amigo”, se jactó.
Un ex compañero que compartía los viajes en tren desde Morón lo describe impiadoso.
—Siempre, desde el comienzo, fue competitivo.
Pronto, de ese juzgado provincial Nisman saltó al juzgado federal de Morón.
—Ahí, dejó de saludarnos.
***
Desde hacía diez años, a diferencia de los demás fiscales federales, que manejan cientos de causas, el único trabajo de Nisman era investigar el atentado contra la AMIA, ocurrido en 1994.
El viernes 16 de enero al mediodía, menos de 48 horas antes de su muerte, llegó al local ubicado a cuatro cuadras de su departamento, en las Torres Le Parc, y pidió su menú habitual. Si bien solía pasar desapercibido dentro del restaurante, ese viernes ya se había convertido en una especie de celebridad de la política, luego de su denuncia por encubrimiento del atentado contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. A dos metros de su box, un hombre le comentó con cierto orgullo a la camarera: “Ese es el fiscal Nisman, el que denunció a Cristina”.
El domingo de su muerte, los responsables de custodiarlo eran los suboficiales Armando Niz y Luis Miño. El día anterior, Niz le había pedido franco porque tenía pautada una operación de riñón para el martes siguiente, pero Nisman, quizá por miedo, se lo negó.
Niz y Miño llegaron a Le Parc a las 11 de la mañana, tal como habían acordado con el fiscal. Desde entonces según el relato que hicieron ante la fiscal Viviana Fein los policías esperaron, tocaron el timbre, llamaron a la secretaria de Nisman y finalmente a la madre, Sara Garfunkel. Entraron al departamento pasadas las 22.30, con la ayuda de un cerrajero. Niz fue el primero en encontrar su cuerpo: Nisman todavía tenía el arma de Lagomarsino en la mano derecha. Una semana después su muerte, el jefe de la Federal, Román Di Santo, pasó a disponibilidad a Miño y Niz: resulta inexplicable que tardaran casi doce horas en ocuparse de verificar si el hombre al que custodiaban diez policías estaba en peligro. Y mucho más, que nunca avisaran a ningún superior de lo que estaba pasando.
La UFI-AMIA es una especie de fiscalía VIP: para 2015 el presupuesto era superior a 31 millones de pesos. Empleaba a 45 personas, de las cuales diez eran contratadas y no pertenecían a la planta permanente. Monotributistas con sueldos más altos que la media de la Procuración General, manejaban su día a día con total flexibilidad. El propio Nisman cobraba 100 mil pesos en mano, casi 40 mil más que el promedio de sus pares.
Sin la obligación de presentarse en la fiscalía, los contratados le reportaban directamente a Nisman. De ese grupo de diez, el más célebre a la fecha se llama Diego Lagomarsino, tiene 35 años, es técnico informático y trabaja desde 2007 para Nisman.
Lagomarsino facturaba 41.280 pesos por mes y fue quien, el sábado 17 a las 20.30 le prestó a Nisman la pistola Bersa .22. En el ranking de ingresos le sigue Claudio Rabinovitch, con 32.400 pesos. Abogado y periodista, su tarea era armar resúmenes de prensa y asesorar en comunicación. A Nisman no le alcanzaba con el trato personal que él mismo lograba tener con un grupo de periodistas especializados en el tema AMIA, ni tampoco con una consultora externa. Porque para mejorar el perfil mediático que siempre quiso darle a su trabajo, en 2009 también había contratado los servicios de una agencia de prensa y comunicación rutilante en el mercado. Su propietaria es una relacionista pública eficiente y célebre por organizar cocktails en los que se mezclan el mundo del arte y la cultura con el de la política y la economía. Entre sus cuentas además de la de Unidad Especial AMIA se destacan Papel Prensa, Grupo Clarín, diario La Nación, Revista 23 y marcas como Cartier, Baume Mercier y Estée Lauder Companies.
Tanto a Lagomarsino como a Rabinovitch la Procuración de Gils Carbó les rescindió los contratos el lunes 9 de febrero.
Las otras personas son ocho mujeres. Todavía no está claro qué rol cumplían para la UFI-AMIA. Ninguna de ellas supera los 35 años: Marina Pettis (licenciada en nutrición, cobra 28.780 pesos), Felicitas Mas Feijoo (20.525 pesos), María Victoria Buigo (17.700 pesos), Magalí Dietrich (16.225 pesos). La fiscalía gastaba en este tipo de sueldos 2.541.660 pesos al año.
Varios fiscales federales aseguran que todo depende de la ambición del influenciado: algunos se contentan con viajes a congresos, otros con dinero en efectivo. También, claro, hay quienes están por fuera de los arreglos y viven con su sueldo y su auto oficial con chofer. No se involucran. Tres fuentes dicen que “hay muchos ‘servicios’ que no trabajan de servicios’. Trabajan como legisladores, fiscales, funcionarios o periodistas”. La estrategia de la red incluye actores que “son parte de los servicios sin saberlo”. Operan en un eslabón específico de un plan general. Llevan sobres, hablan con gente para influenciarlos pero ignoran el objetivo último. “Prestan armas con inocencia”, dice un funcionario judicial que conoció a Nisman. Es probable que a un juez federal, que lleva muchas causas, sólo se le pida que influya en un par, asume. Con el resto, tendrá libertad absoluta. Nisman estaba solo y dependía de las investigaciones de Antonio Stiuso. A eso se limitaba su libertad, concluye.
Un legislador experto en el tema dice que durante el menemismo la SIDE era corrupta pero la conducción política era clara con Carlos Vladimiro Corach y Hugo Anzorreguy. El kirchnerismo no intervino políticamente en su dirigencia; dejó a la gente de la gestión anterior, sin un líder claro. La relación entre servicios y poder judicial se había vuelto intensa en los años 90 y creó una serie de hábitos. Se aumentaron los fondos reservados: se desviaban para pagar sobresueldos a jueces y funcionarios.
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—Nisman también era un tipo nervioso.
El abogado de ojos y barba negrísimos dice tener manchas en la pierna, de psoriasis, parecidas a las que tenía Nisman en la cabeza y por las que debía aplicarse cremas. Cuando empezó a trabajar con el caso AMIA, el abogado andaba afeitado y de traje y estaba al tanto de cada detalle de la causa. Hoy, más relajado, de chomba y zapatillas de cuero repite lo que se escucha en Comodoro Py: “Yo lo veía todo el tiempo con Stiuso”, quien había convencido a todos de que “iba a investigar de verdad”. Y este hombre, ahora lejos de Comodoro Py y de la unidad AMIA, no acordaba con el fiscal Nisman: estaba –y continúa estando—convencido de que los pasos que la SI lo hacía dar en su investigación eran un “escenario armado por la SIDE, dirigido por la CIA y el Mossad. Nisman era su ejecutor”.
El vínculo local con el Mossad y la CIA en el caso AMIA es, desde luego, previo al trabajo de Nisman en la fiscalía y a veces excede las reglas permitidas de la cooperación. El abogado y los querellantes recuerdan que se dio autorización al secretario de una fiscalía israelí para viajar a entrevistar a Telledín en la cárcel. Todo se hizo sin dejar registro de las conversaciones como indica la ley, sin presencia de un fiscal o un juez, como consta en el fallo del Tribunal.
Aparentemente, el hombre no trabajaba para ninguna fiscalía israelí.
—Era del Mossad.
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Nisman vivía paranoico. Denunciaba cada amenaza que recibía, por inverosímil que sonara. A raíz de ese estrés, había cambiado las sesiones de psicoanálisis por una terapia más pragmática: El Arte de Vivir. Su maestra de respiración era la coordinadora en Latinoamérica, Beatriz Goyoaga.
La primera denuncia de Nisman por supuestas amenazas fue a mediados de 2010 contra el juez federal Claudio Bonadío, el ex ministro del Interior, Carlos Corach, su hijo Maximiliano y el ex comisario Alberto “Fino” Palacios. Por mail, recibió un documento que enumeraba supuestas reuniones de los Corach, Palacios y Bonadío para apartarlo de la causa AMIA. El 12 de julio de 2010 se presentó ante una fiscalía y los señaló a los cuatro.
“Nunca me citaron, no escuché ni sabía nada”, asegura sorprendido Corach junior, hoy presidente de la junta comunal de Palermo por el macrismo. Activo tuitero y dirigente del staff de Horacio Rodríguez Larreta, jura que desconoce la trama que lo vincula con las amenazas.
Luego, Nisman explicó en la fiscalía 10, de Diego Iglesias, que “integrantes de la agrupación Quebracho verían con agrado llevar a cabo dichas intimidaciones”. Por su historial violento y su simpatía con Irán, para Nisman el grupo era la representación del miedo.
La causa de 2010 quedó en la nada. “Se intervinieron los teléfonos de un dirigente de Quebracho y de su familia, pero no surgió absolutamente nada”, dicen en la fiscalía. Hasta el momento de su muerte, Nisman estuvo pendiente de esa investigación, convencido de que pretendían atacarlo.
En general, excepto cuando trabajaba junto al fiscal Martínez Burgos, recibía a los familiares de las víctimas del atentado a la AMIA solo; el escritorio impecable, sin un papel, los biblioratos en fila.
—¡Decime dónde están los avances! ¿Te das cuenta de que no estás haciendo nada?—le dice una mujer de pelo ya blanco. A su lado el abogado querellante, Sergio Burstein y dos familiares más asienten en silencio.
Nisman se levanta de su sillón con seguridad. Los gritos y los modales de la mujer no lo alteran.
—Claro que hay avances—responde y abre la puerta para gritar—. ¡Martín, traé la carpeta que te di ayer por favor!
Cada vez que sucede algo así, Nisman no se pone nervioso ni se achica. Llama a sus colaboradores para que muestren información extra, argumenta una y otra vez y les da a los familiares esperanzas de nuevas pistas. Quienes participaban de aquellas reuniones coinciden: “No lo hacía de mala fe”.
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La maquilladora de TN lo sacó de su limbo mental de fojas, escuchas, fechas y detalles sobre la denuncia contra el gobierno. Con Nisman ya sentado en el estudio, tuvo que apurarse: “Como no tuve la intimidad de la sala, sólo le puse un poco de polvo porque tenía la cara demasiado brillante”. Eso recuerda de su última entrevista televisada. “Me agradeció y me fui, nada raro. Sólo lo vi un poco ansioso cuando la cámara lo enfocaba mientras entrevistaban a los demás invitados”, relata la maquilladora, que hasta esa noche no lo conocía.
Después del largo reportaje de Edgardo Alfano en TN, Nisman caminó hacia el panel de control para chequear en los monitores cómo había salido. No le importaba lo que había dicho, porque de eso estaba absolutamente convencido: el fiscal fue a controlar cómo salía su imagen en HD.
Esa tarde, en una sesión de fotos para La Nación había mostrado la misma inquietud. Primero en el lobby y después en el jardín interno del complejo de tres torres, le pidió al fotógrafo: “A ver, ¿salgo con ojeras o con cara de cansado? Estoy enloquecido de trabajo y encima esta noche salgo en TN. Te pido por favor: cuidame”.
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Como era de preverse, el ídolo (¿mártir?) del "republicanismo" judicial antikirchnerista, promocionado por los medios hegemónicos y los políticos opositores, era en realidad un ídolo con pies de barro...
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