Es el título de una de las obras de Robert J. Sternberg, uno de los psicólogos más importantes del siglo XXI, investigador de la Universidad de Yale y autor de una serie de teorías que abarcan campos como inteligencia, creatividad, amor, sabiduría y odio.
En su libro explica que la inteligencia exitosa no es otra cosa que buscar las propias virtudes y sacarles todo el provecho posible. Y explica 20 características exitosas independientes del área a que se dediquen las personas. Son estas:
1. Las personas con inteligencia exitosa se automotivan
2. Se concentran en sus objetivos
3. Tienen capacidad para aplazar la gratificación
4. Aprenden a controlar sus impulsos
5. Saben como perseverar
6. Saben como sacar el máximo partido de sus habilidades
7. Traducen el pensamiento en acción
8. Se orientan hacia el producto
9. Completan la tarea y llegan hasta el final
10. Tienen iniciativas
11. No tienen miedo de arriesgarse ni de fracasar
12. No postergan, no dejan para después lo que pueden hacer ahora
13. Aceptan la crítica justa
14. Rehúsan la autocompasión
15. Son independientes
16. Tratan de superar las dificultades personales
17. No hacen demasiadas cosas a la vez, pero tampoco demasiado pocas
18. Ven al mismo tiempo el bosque y los árboles
19. Tienen un nivel razonable de autoconfianza, creen en su capacidad para alcanzar sus objetivos.
20. Equilibran el pensamiento analítico, creativo y práctico.
A modo de ejemplo, transcribo una pequeña historia tomada de “las tres claves de la inteligencia exitosa”:
A Jack, que se considera el más listo de su clase, le encanta burlarse de Irvin, a quien ha identificado como el más estúpido de la clase. Jack aparta a su amigo Tom y le pregunta:
- ¿Tom, quieres saber qué es ser "estúpido"? Observa... ¡Hola Irvin! Aquí hay dos monedas. Toma la que quieras, es tuya.
Irvin mira un rato las dos monedas, una de cinco centavos y otra de diez, y luego escoge la de cinco.
- ¡Venga, Irv, tómala, es tuya! - rie Jack
Irvin toma la moneda de tamaño mayor y se marcha.
Un adulto que ha estado observando desde cierta distancia se acerca a Irvin y le señala amablemente que la moneda de 10 centavos vale más que la otra aunque sea más pequeña, y que la elección le había hecho perder 5 centavos.
¡Ya lo sé! responde Irvin, pero si tomara la de 10 Jack nunca volvería a pedirme que eligiera entre las dos monedas. En cambio así seguirá pidiéndomelo una y otra vez. Ya he conseguido más de un dolar de él sin hacer otra cosa que elegir la moneda de 5 centavos.