rumiar la biblioteca: 2024

lunes, 9 de diciembre de 2024

María Lugones y el feminismo decolonial

 

María Lugones, Hacia un feminismo decolonial, traducción de Gabriela Castellanos, Camilo Porta Massucco y Joaquín Rodríguez Feo, Buenos Aires, Eterna Cadencia (2024)

https://eternacadencia.com.ar/site/view-ec-book/274?srsltid=AfmBOop-WpzPJhN3qd3hh5U-jZiXdGEdIMA55CKwY83ERNC1JXvHXSlV

Interesante propuesta de lectura que nos pone en órbita sobre un feminismo que no es el de las mujeres blancas y burguesas, o más bien: se trata de un feminismo que no pierde de vista otras dominaciones tales como la de la raza y la socioeconómica. Plantea aquí Lugones, a través de diversos ensayos, que el concepto de raza y el de género fueron implantados con la colonización europea, pues el blanco europeo necesitaba una categoría inferior de seres humanos para justificar moralmente la dominación de los mismos y el uso de esa mano de obra esclava. Así, todos los no-blancos eran casi humanos o menos que humanos. Por eso, el feminismo no-blanco es incapaz de posicionarse solamente ante la dominación masculina y los roles de género, pues este feminismo solo se aplicaba a las mujeres blancas. El resto de mujeres no-blancas ni siquiera eran mujeres como tales, eran tan solo no-humanas hembras. 

"Solo los civilizados eran hombres y mujeres. Los pueblos indígenas de las Américas y los africanos esclavizados se clasificaban como no-humanos en su especie –como animales, incontrolablemente sexuales y salvajes. El hombre moderno europeo, burgués, colonial, se convirtió en sujeto/agente, apto para gobernar, para la vida pública, un ser de civilización, heterosexual, cristiano, un ser de mente y razón. La mujer europea burguesa no era entendida como su complemento, sino como alguien que reproducía la raza y el capital mediante su pureza sexual, su pasividad y su atadura al hogar en servicio al hombre blanco europeo burgués."

Plantea además que el género en otras civilizaciones no-occidentales era mucho más fluido, sin categorías estancas, de modo que había un tercer género y, por otro lado, tampoco se penalizaban las relaciones homosexuales. El género nació como categoría social de dominación al mismo tiempo que la raza. 

lunes, 2 de diciembre de 2024

Juan Arnau o saber burlarse de nuestros propios deseos (cita)


Juan Arnau, La meditación soleada, Barcelona, Galaxia Gutenberg (2024)

https://www.galaxiagutenberg.com/producto/la-meditacion-soleada/


"En la intención va inscrito el deseo. El deseo es una de las caras de la intención. Ya se dijo, somos seres deseantes. No hay modo de evitar la seducción del deseo. Vivir es desear. Anhelamos desde la mente, como si el vacío radical de la conciencia tuviera que llenarse con intención para engendrar las formas. El deseo intrínseco del ser se aprecia en el impulso por regresar al origen que curva nuestros universos. Pero hay diversos modos de reaccionar al deseo, distintas actitudes. Podemos dejarnos arrastrar por el deseo ciego (una forma, como otra cualquiera de anteojeras), o cultivar el deseo irónico. Aprender a mirarnos desde fuera y ver cómo deseamos. Aprender a sonreír ante nuestros propios deseos. Incluso a burlarnos de ellos. ¿Quién es aquel que es capaz de salir de sus propios deseos? La meditación soleada es un medio para conseguirlo."

lunes, 25 de noviembre de 2024

Cristina Rivera Garza o escribir es político

 

Cristina Rivera Garza, Los muertos indóciles (2013), prólogo de Jorge Carrión, Bilbao, Consonni (2021)

https://consonni.org/es/publicaciones/los-muertos-indociles-necroescritura-y-desapropiacion

Necesario este libro de reflexiones acerca de lo que significa escribir en la era de las nuevas tecnologías, pero sobre todo de lo que significa escribir cuando el escritor ha bajado definitivamente de la torre de marfil y ya no se considera un genio inspirado sino un reescritor, pues asume que el hecho literario es más bien una cuestión de artesanía y oficio, una conversación con todo lo que ya se escribió, una manera de leer (tal vez la más productiva), un ser consciente del otro en la creación: palimpsesto sin duda, pero también comunicación. Escribir es político, viene a decirnos Rivera Garza: que nuestra escritura refleje también este mundo nuevo que habitamos, que imaginamos posible.

"¿Dices que el pasado se instauró en el poder pero sigues hablando de la originalidad como baluarte literario? ¿Te preocupa el estado de las cosas pero cuando escribes crees que la estética no va con la ética? ¿Estás dispuesta a transformar el mundo pero cuando narras te persignas ante la divina trinidad inicio-conflicto-resolución? ¿Te diviertes escribiendo como un loco o un niño pero a eso lo llamas ejercicios o apuntes y nunca 'literatura'? ¿Eres un as en las redes y haces mucho copy-paste pero cuando narras lo único que te preocupa es la verosimilitud? ¿Quieres trastocarlo todo pero te parece que el texto publicado es intocable? En resumen: ¿Estás en contra del estado de las cosas pero sigues escribiendo como si en la página no pasara nada?" 

lunes, 18 de noviembre de 2024

Lydia Davis: brevedad, ironía, repetición

Lydia Davis, Esa gente que no conocemos (2023), traducción de Eleonora González Capria, Buenos Aires, Eterna Cadencia (2024)

https://eternacadencia.com.ar/site/view-ec-book/271?srsltid=AfmBOoqkJmu8_iN84M0rT7t_R4BeL7XsKe0jrKm9h0SVy3fazAPnYK2E


Por lo general, creo que escribir un texto corto sobre libros de textos cortos es tremendamente difícil, porque raramente suele existir una unidad clara. De modo que me cuesta escribir un texto corto sobre el libro de Lydia Davis porque recopila textos cortos, algunos más largos, es cierto, pero generalmente cortos o muy cortos. Busco la unidad: tal vez está el asunto de mujeres de cierta edad; el asunto de escribir sobre reacciones vergonzosas; el asunto de irse a vivir a un pueblo pequeño cuando se lleva toda la vida en la ciudad; viajes a ciudades, viajes en trenes, restaurantes; naturaleza en miniatura porque suelen tratar de líquenes o insectos; la cosa aquella del lenguaje y de los juegos de lenguaje tan propios de la autora; la ironía naif, tan propia (también) de la autora; la cuestión de los detalles cuando el escritor observa a otras personas. ¿Esto es unidad? Difícilmente pueda considerarse unidad, salvo porque pertenecen a una misma autora. Algunos textos son magníficos, otros pasaron sin más. Algunos se desbordan con ese estilo entre absurdo y naif y con repeticiones que tanto disfruto, otros son neutros y anodinos. Tal vez estos últimos cobran sentido porque son muchos. Pero fui doblando la esquina de la página de los que me gustaron mucho, por lo general los que desbordan ese estilo que tanto disfruto, y cuento unas treinta esquinas dobladas.

"Claramente, en ciertas ocasiones resulta más difícil de aceptar que una se siente insignificante o poco importante. Es más difícil aceptar que una se siente insignificante en comparación con los integrantes de la propia familia que en comparación con el universo y la eternidad. / No es fácil sentirse insignificante y, al mismo tiempo, sentirse poderosa y bien. Hay que reconocer un largo camino y volver al punto de partida. Durante los primeros años de la vida a veces una se siente insignificante y mal. Después una aprende a sentirse más importante y bien. Y después una aprende a sentirse más insignificante de nuevo, pero bien."

lunes, 11 de noviembre de 2024

José Salem y el detective jubilado

José Salem, Dominó, prólogo de Edgardo Scott, Manzanares, Fagus (2024)

https://faguseditorial.com/

Un grupo de jubilados se junta una vez por semana a jugar al dominó, pero un día, Manolo, el más puntual, no llega. Lo llaman por teléfono y no contesta. Qué raro. Como vive cerca, van a su casa a buscarlo y se encuentran la puerta abierta y a Manolo asesinado en medio del salón. Además, al narrador, Tomás, le parece ver una silueta escapándose por la ventana. También identifica algo sobresaliendo del chaleco de la víctima y se decide a tomarlo. Se trata de un sobre que contiene una carta que, más tarde, leeremos, y una llave que da acceso a una caja fuerte con documentación que acredita un caso de corrupción en las más altas esferas del Estado. ¿Por qué se habrá guardado el sobre y por qué no se lo dio inmediatamente a la policía? Eso nos preguntamos los lectores así como Tomás, a cada rato. 

Al día siguiente, lo visita el hijo de Manolo y luego su amante. Ambos parecen saber que Tomás esconde información. Y como se huele que el asunto es escabroso, el protagonista decide alejarse de Buenos Aires y esconderse unos días en Montevideo. La cosa se sigue complicando y en Uruguay se encuentra con un amigo que lo convence de que tiene que acudir a las autoridades. 

Dominó deviene en un juego de identidades y, a la vez, desmonta los prejuicios sobre la tercera edad.

"Entonces, imaginaba la vejez sin sacudones, sin el ritmo despiadado de la vida adulta ni tanta exposición al mundo exterior, a la gente y sus imposturas. Una etapa reservada al remanso de días y de noches protegidos por la quietud del hogar, a tardes de siesta y películas en la tele, a pasar un buen rato detenido en el banco de una plaza para observar las marcas del tronco de un árbol, su corteza y hasta la savia que lo nutre; para la simple apreciación del devenir contiguo, del cual uno es amo y señor así como lo es de su propia respiración, de su mirada y de su próximo paso."

lunes, 4 de noviembre de 2024

Brianna Carafa o el anhelo de la infancia

 

Brianna Carafa, La vida involuntaria (1975), traducción de David Paradela López, El Escorial, Caleidoscopio (2024)

https://caleidoscopiodelibros.es/la-vida-involuntaria/

Pintus, un joven algo contemplativo y con aspiraciones de escritor, con una infancia complicada (falto del cariño de su madre), solo encuentra interés en un caserío al que llama "Tejados Rojos", lugar que es depositario de sus anhelos, lugar al que no puede acceder. 

Cuando llega la edad universitaria, Pintus se va a vivir a Vallona. Comienza así una vida bohemia, estudios de filosofía y psicología, y experiencias de la madurez, que no siempre resultan satisfactorias. De esta forma, leemos una novela de aprendizaje con reflexiones verdaderas, cierto, pero tal vez con un estilo que hoy suena algo demodé y grandilocuente:

"Resumiendo, era incapaz de pensar, tal y como el profesor Bastovich propugnaba de toda la humanidad. No cabía duda de que yo era una de las primeras víctimas del saqueo de lo irracional, de las manos de una muchacha sobre mi cuerpo, por ejemplo, de la cálida oscuridad de los sentimientos y del miedo a vivir. Debería haberme conformado con ser un empleado de banca, porque ni siquiera poseía aptitudes artísticas o deportivas. Y no sentirme tan humillado, sino existir en otra parte, en las citas amorosas, en la invencible resurrección de los sentidos, con el deseo de amar que, cada vez, resultaba de ello."

Tal es el desencanto de la vida adulta que Pintus atesora aquel anhelo de las "Tejados Rojos" como lo único que importa. Así, Carafa viene a decirnos que el anhelo primero es el que nunca nos traiciona.

lunes, 28 de octubre de 2024

Olga Tokarczuk y la crisis de la mediana edad (cita)

 

Olga Tokarczuk, Un lugar llamado Antaño (1996), traducción de Ester Rabasco Macías y Bogumila Wyrzykowska, Barcelona, Anagrama (2020)

https://www.anagrama-ed.es/libro/panorama-de-narrativas/un-lugar-llamado-antano/9788433980625/PN_1026

"Mientras es joven, el ser humano se halla ocupado en su propio desarrollo, se esfuerza por progresar y ampliar sus horizontes: desde la cuna hasta las paredes de la habitación; luego, hasta la casa, el parque, la ciudad, el país, el mundo. Después, cuando ya es un hombre hecho y derecho, le llega el momento de soñar o de algo todavía más grande. Alrededor de los cuarenta se produce una crisis. La juventud, con toda su intensidad, se cansa de su propia fuerza. Una noche o una mañana, el hombre cruza la frontera, alcanza la cima y da el primer paso hacia abajo, hacia la muerte. Entonces surge la pregunta: ¿bajar orgulloso de cara a la oscuridad o volver la vista a lo que hubo, mantener las apariencias, fingir que no hay oscuridad alguna y que la luz de la habitación se ha apagado?"

lunes, 21 de octubre de 2024

Florencia del Campo: casa, inmigración, cuerpo, escritura

 

Florencia del Campo, Que tenga una casa, Avinyonet del Penedès, Candaya (2024)

https://www.candaya.com/libro/que-tenga-una-casa/

La narradora de esta historia autoficcional está en una residencia de escritores con un proyecto de cuentos, pero apenas escribe sobre eso y va surgiendo otra escritura: ¿qué significa tener o no tener una casa? La pregunta se la hace una inmigrante argentina, escritora y editora, que salió de su país sin llaves en los bolsillos. Ha vivido siempre en casas de otros y ha trabajado familiarizada con la precariedad. Ha sido niñera, limpiadora, agente inmobiliaria. Pero un día la casa de la infancia se vende y recibe una herencia: ¿comprar una casa para tener un lugar, no tanto donde poder quedarse sino a donde poder volver? Así, conocemos la aventura de comprar una casa y al mismo tiempo los paralelismos entre casa/cuerpo/escritura. Sabemos que no tener casa es no tener raíces o ataduras, y que tal vez elegir la intemperie absoluta sea la manera más radical de ser libre. Pero sabemos que la casa es mucho más que un techo: es metáfora y símbolo; es pertenencia.

"Escribo y no veo palabras, veo casas. No tengo palabras, tengo cuerpo. No voy a escribir un libro de cuentos relacionados con la historia de España y con la historia de mi familia paterna a través de sus casas para llegar hasta mis casas, sino un libro sobre la ausencia y la lengua madre que muerdo. ¿Ausencia de casa, de padre, de madre, de fronteras? Una escritura que poco a poco se va vinculando con la casa."

lunes, 14 de octubre de 2024

Juan Vico y Dino Campana: el arte de huir

Juan Vico, Los regresos, Barcelona, Galaxia Gutenberg (2024)

https://www.galaxiagutenberg.com/producto/los-regresos/ 

"Hay narradores, aseguraba Montaigne, cuyo fin es contar los hechos, y otros que se conforman con contar lo que pudo suceder; entre ambos, seguramente, deambularemos los demás, devoradores de despojos, espigadores del rumor, a ratos convencidos, resignados a ratos."

Ese narrador que cuenta la historia, prestidigitador, que describe escenas como el ojo de una cámara, travelling o corriente de aire, cercano y remoto a la vez, que de golpe se detiene en la imagen y la congela y enseguida se encarga de hacerla desaparecer: tal vez en esto consista la fascinación de la historia. 

Encima nos cuenta la vida del no menos fascinante Dino Campana, poeta italiano experto en escapismos o fugas (parece que heredó la costumbre de su madre), que practica deliberadamente y también por accidente: hasta una de sus más célebres fotos se supo luego falsa. Y tal vez ese narrador tan presente viene a resaltar cuán escurridizo es su biografiado. Conocemos las peripecias del poeta pero sobre todo escuchamos la voz de quien nos cuenta su vida, ayudado de unas cuantas fotografías. No es fácil, sin duda, seguirle la pista. 

"Pronto lo perdemos de vista mientras recuperamos el resuello: imposible seguir el ritmo de sus poderosas zancadas. Una lástima, señalan los estudiosos, que tengamos tan poca información sobre esta etapa de la existencia del poeta, algunos ecos que apenas nos alcanzan mientras atraviesa el continente, el ruido deformado de ese coro que componen siempre nuestros contemporáneos, es decir, al indistinto fragor de las ciudades, al estertor de las palabras entredichas en noches que todos hemos vivido o podido vivir, metralla biográfica, indescifrable tumulto que escuchamos de puntillas y que obedientes aceptamos soslayar."

Además de desaparecer, Campana tiene un carácter complicado: parece que no está cuerdo y la familia decide internarlo en un hospital psiquiátrico. Y entonces Dino convence al padre para que lo saque de allí. Y el padre lo manda a Argentina, que es como otro hospital psiquiátrico. Y Dino se está un tiempo en América y regresa a Europa. En realidad se va todo el tiempo, regresa todo el tiempo. Entra y sale de hospitales psiquiátricos y viaje y huye y regresa y escribe y tiene amores tormentosos envueltos en niebla. Su vida entera está llena de niebla o vacíos difíciles para el biógrafo, que conjetura y nos lleva, ironía en mano, por una de las biografías más enigmáticas de la poesía de principios del siglo XX.

lunes, 7 de octubre de 2024

Conversación con Franco Chiaravalloti a propósito de "El teatro perpetuo"

 

Franco Chiaravalloti, El teatro perpetuo, Madrid, Tres hermanas (2024)

https://treshermanaslibros.com/libro/el-teatro-perpetuo/

[Publicado en Quimera 489, septiembre de 2024]

 

Franco Chiaravalloti (Buenos Aires, 1979) acaba de publicar El teatro perpetuo (Tres Hermanas, 2024), un libro de cuentos que abunda en el dolor, tanto físico como emocional, y que nos invita a reflexionar sobre el papel que asumimos dentro de nuestras propias familias, como si al final la vida no fuera más que una constante escena teatral.

 

Después de esa especie de libro de viajes que es Insular —tu anterior libro de cuentos—, leo El teatro perpetuo como un recorrido más intimista. El viaje aquí no viene a mostrarnos el exotismo y la multiplicidad cultural, sino que abunda en cuestiones generacionales, como la de perder a los padres y asumir ciertas responsabilidades de cuidador. Estos cuentos me resultaron emotivos y duros, porque reflejan experiencias con las que empezamos a enfrentarnos los de la “segunda edad”. ¿Había una intención en reflejar esta experiencia o simplemente apareció?

 

La premisa de El teatro perpetuo fue aflorando en mí poco a poco, a partir de ciertas vicisitudes personales. Como bien dices, la llamada “segunda edad” nos enfrenta a la cuestión de la caducidad de los padres de modo repentino, sin darnos tiempo a prepararnos para ello. Nos preguntamos cuánto hemos de cuidarlos, hasta cuándo estarán con nosotros. Un día, empiezas a hablar de artrosis o a notar en casa eso que los japoneses llaman kareishu, olor a anciano. El deterioro es más visible, y quizás debido a ello los días se suceden con más velocidad: el calendario fustiga, el freno de mano no responde, siempre hay un nuevo incendio que apagar. Esos ecos gestaron la materia prima con la que ideé unos personajes cuyo refugio es diferente al de los protagonistas de Insular, que eran mujeres y hombres en busca de la evasión bien lejos de su lugar de origen, en entornos hostiles o inhóspitos. En El teatro perpetuo, en cambio, el cobijo es el hogar. La casa se vuelve placenta. Y es aquí donde aplico, aunque en clave realista, un procedimiento propio del terror, habitual, por ejemplo, en los relatos de Shirley Jackson: el de la casa profanada. Toda casa supone la corporización del mundo interior de sus moradores; es fuente de protección, amparo ante las inclemencias. Si la amenaza que viene a destruir la propia integridad no proviene de fuera sino de las entrañas de la casa —ese territorio cuyas reglas, supuestamente, fueron escritas por nosotros mismos—, es entonces cuando comienza a operar el terror.

 

También hay violencia, a veces patriarcal, a veces impulsiva. Hay sangre, imposiciones, machismo. Es interesante cómo enfocas la mirada desde la perspectiva femenina, cómo esta vez te has calzado zapatos de mujer incluso más que en Insular. Puede que nos falte mucho recorrido para entender el mundo desde perspectivas que no sean masculinas. ¿Qué te permite la mirada femenina? Hago esta pregunta y al tiempo soy consciente de que tal vez a una mujer no se le preguntaría «qué te permite la mirada masculina».

 

En Esos de ahí afuera, mi segundo libro de cuentos —publicado en 2015 por el sello Talentura—, ya había incursionado en el ejercicio de narrar a partir de voces femeninas. Yo suelo escribir para salir de mí, para entender las miradas que me rodean, las motivaciones ajenas, ya sea si esa mirada pertenece a mi mamá, a un navegante ruso o a una niña paraguaya con dolor de muelas. Por eso escribo cuento: porque ante cada historia puedo sumergirme aún en más miradas.

Varios de mis cuentos surgieron de entrevistas. Uno de ellos es «Para que nunca te falte de nada», de El teatro perpetuo, que nació tras una extensa charla que mantuve con Deborah, una prostituta retirada de la calle Robadors, en el Raval barcelonés. En ese texto no solo busco reflejar algunas de sus vivencias —una vida plagada de latigazos—, sino también capturar su tono al hablar, una voz locuaz, serpenteante, llena de energía. El cuento «Puerto de la Cruz», por su parte, lo escribí a partir de un suceso de violencia de género sufrido por una persona muy cercana a mí. A toda esa argamasa le doy forma narrativa, le añado detalles o acentúo rasgos que beneficien la historia. La moldeo según mis intereses. Así es como ejercito la alteridad.

Además, me atrae acercarme a los silencios ajenos y fabular. Y la familia —tema central de El teatro perpetuo— suele estar plagada de silencios, historias contadas a medias incluso en familias sin una historia turbulenta detrás. Esos secretos se enquistan, se vuelven escollo, nos restringen la existencia. En el cuento «El otro Eric», por ejemplo, el protagonista descubre una vertiente secreta de su madre justo antes de verla morir, un secreto en el que prefiere no indagar para seguir habitando en el relato sobre el que construyó su vida.

Volviendo al tema de las voces femeninas, soy consciente de que escribir desde el punto de vista de una mujer puede llamar la atención del lector, una atención que manifiesta que no es tan habitual que un hombre escriba como mujer. Te confieso que antes me sentía un intruso, que estaba invadiendo un territorio que no me pertenece. Me preocupaba que la lectora o el lector sintiera un cortocircuito al leer el cuento y después ver mi foto en la solapa. Un día me pregunté ¿y por qué no puedo hacerlo? Hoy no me gusta que el lector piense «oh, mira, un hombre escribiendo con voz de mujer». No me interesan esos lectores. Creo que deberíamos empezar a superar esa forma de leer. Durante siglos, y aún hoy, miles de mujeres escriben novelas con la voz y el punto de vista de un hombre y no suele suscitar ese comentario. Ello se debe a que, en general, las mujeres escritoras han leído siempre más hombres que mujeres, y los hombres escritores también hemos leído más hombres que mujeres. La tendencia está cambiando, pero aún queda mucho por hacer.

 

 

El registro es generalmente realista, pero en algunos cuentos está como desplazado o enrarecido, casi fantástico (aunque no totalmente). A mí este mínimo desplazamiento del realismo siempre me entusiasma, porque expande la imaginación, ofrece otras realidades posibles (u otras maneras de mirar/percibir/entender la realidad). ¿Crees que el enrarecimiento es propio de la tradición rioplatense?

 

Me interesa producir una literatura que abra solo una hendija de la puerta, no la puerta entera, historias en las que, como dije antes, predominen los silencios. Es otra de las razones por las que elijo el cuento, ya que la brevedad obliga a encuadrar, a no mostrar lo importante de una historia sino a sugerirlo. A callarlo. Y los silencios son inquietantes. En la literatura y en la vida. Nos empujan a dar con una respuesta de la que no estamos seguros: conjeturamos, atamos cabos, indagamos, nos topamos con muros. Este procedimiento origina una literatura que, parafraseando a Kafka, no es un alambre tendido en lo alto sino que está bien cerca del suelo, hecho más para tropezar que para andar por él.

Y esto, ya lo he dicho, también pasa en las familias, donde no faltan las historias ocultas, las vergüenzas maquilladas con un abrazo a medias, o con un delicioso plato de fideos con pesto. Come y calla. Pero las preguntas siguen ahí, enraizando en nosotros.

Lo fantástico también vive de los silencios. De la duda irresuelta, como dijera Todorov. O del enrarecimiento, en tus propias palabras. Por eso el cuento y el fantástico casan tan bien. Latinoamérica en general y la esfera rioplatense en particular han sido siempre un campo fértil para el desarrollo de este tipo de literatura, ese fantástico sutil, casi cotidiano, no solo porque ha sido cuna de los grandes maestros que marcaron el camino sino también porque su tradición ha sido edificada con una mirada cosmopolita, un cóctel de influencias, desde la anglosajona y la francesa hasta la tradición oral de los pueblos originarios. El resultado es un tratamiento más poético de lo fantástico, menos funcional del que se suele trabajar en España.

Y esa manifestación aún late con estridencia a ambas orillas del Plata. La prosa salvaje y misteriosa de Onetti, los saltos al vacío de Osvaldo Lamborghini, los ecos de Borges, Bioy, Ocampo o Cortázar hoy cobran forma en la incómoda inquietud de los cuentos de Samanta Schweblin, en la sensibilidad de Alejandra Kamiya, en la intensidad de Marcelo Luján, en la prosa afilada de Valeria Correa Fiz o en la inacabable versatilidad de Andres Neuman, por poner solo algunos ejemplos.

 

 

El cuento con que se cierra el libro, «Abrasadoramente», es muy enigmático y poético: me quedé pensando: ¿es la muerte? ¿La violencia? ¿El dolor? ¿La guerra? El fraseo es muy orgánico, casi acuático o de aire moviéndose. Luego está «Basura» que trabaja más bien con el humor y la ironía. Creo que invitas al lector a un viaje también desde el lenguaje. No solo porque utilizas distintas temáticas y técnicas narrativas, sino también porque he notado un trabajo muy consciente en cuanto a registros del castellano dependiendo de quién es el narrador o en qué espacio geográfico se sitúa el cuento.

 

Con «Abrasadoramente» me propuse un experimento: lo escribí a poco del inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, y por entonces estaba imbuido por los sentimientos que me causaba este conflicto y mis lecturas sobre geopolítica. Entonces a mi mente aterrizó una imagen, que creo haber visto en Internet perdida por ahí: la noria abandonada y oxidada del parque de atracciones de Prípiat, el poblado más cercano a la central nuclear de Chernóbil. Era el detalle más significativo del skyline de esa ciudad en ruinas. Con todo eso me puse a escribir sin parar, sin pensar, de una sentada, sin tener idea adónde llegaría. Tardé veinticinco minutos en obtener la primera versión. (En Obabakoak, Bernardo Atxaga sugiere hacerlo en cinco minutos; vale, me he pasado un poco). No lo corregí demasiado; de hecho, la versión que terminé publicando es bastante parecida a la primera. Así me salió un narrador colectivo que relata el intento de los sobrevivientes de una guerra de iniciar una revolución subidos a una noria desprendida de su eje. El vértigo que sentí al escribir ese cuento se tradujo en el argumento, ya que era el mismo vértigo de los personajes al desprender la noria y hacerla girar.

Es interesante que hayas percibido humor e ironía en «Basura», porque mi intención inicial era escribir un texto dramático con tintes kafkianos y cierta dosis de terror, siempre dentro del realismo. En este cuento hay también vértigo, el que sienten Cloe y Javier, los protagonistas, cuando precipitan su decisión de irse a vivir juntos, de construir con urgencia una vida en común antes de que se entrometa cualquier imprevisto que ponga en evidencia sus miserias.

Y la adecuación para mí es fundamental, es una obligación. La disfruto. Disfruto capturar giros, jergas, entonaciones. Me entusiasma indagar en las diversas variantes de nuestra lengua, así como en los registros y puntos de vista de quienes protagonizan las historias. Me travisto en cada cuento. Este es un procedimiento que he seguido en todos mis libros previos. No sé si alguna vez dejaré de hacerlo, si empezaré a escribir sobre mí mismo. En realidad siempre escribo sobre mí, siempre escribimos sobre nosotros, no puede haber otro modo, la autoficción no existe porque en mayor o menor grado todo es autoficción.

 

 

Para terminar, ¿cómo ves el cuento dentro del panorama actual? Por momentos pareciera que está más vivo que nunca, que se publica más y que se conecta mejor con el género.

 

Si hablamos del ámbito literario en España, percibo que en los últimos años ha habido una mayor apertura hacia la narrativa breve. Los sellos importantes alimentan sus catálogos con más libros de cuentos y menos cautela, aunque para entrar en ellos aún tienes que forjar tu recorrido con novelas previas o mediante premios literarios que te abran la puerta. Es decir: los editores aún arrugan la nariz ante el manuscrito de un libro de cuentos. La novela sigue siendo la medida de todas las cosas. He participado en numerosas presentaciones o charlas en las que me preguntan “¿para cuándo la novela?”, como si el cuento fuera un campo de entrenamiento. ¡Año 2024 y seguimos hablando de esto!

Además, el cuento en España vive en un limbo sempiterno: no tiene la popularidad de la novela ni el prestigio de la poesía. Los cuentistas estamos obligados a publicar al menos un libro de uno u otro género para que alguna entidad supraliteraria nos preste atención y nos ponga en el mapa. A mí me importa tres pepinos. Hasta que no sienta una verdadera necesidad de hacer otra cosa, yo voy a seguir escribiendo cuentos.


lunes, 30 de septiembre de 2024

Pablo Matilla: pasado, alcohol, padre

 

Pablo Matilla, Barrancos, Barcelona, Témenos (2023)

Escrita con prosa clásica y tono neutro, Barrancos cuenta la historia de una complicada relación paternofilial. El hijo es alcohólico y solo sabe relacionarse con el padre pidiéndole dinero; el padre le echa la culpa de la muerte de la madre, pues ocurrió justo después del parto. Así, odio e indiferencia, desprecio y hastío impregnan sus contactos y también sus recuerdos. Entonces el padre muere y, para poder heredar, el viejo le había pedido un único favor: que vaya a la casa del pueblo donde nació y entierre sus cenizas bajo el olivo del patio. De esta forma comienza un viaje que es también un viaje al pasado, a la memoria y la alucinación, con un ambiente afantasmado que recuerda a Pedro Páramo, todo regado de alcohol y desolación.

"No era odio lo que sentían el uno por el otro. Descolgó el teléfono y escuchó el pitido de la línea. Sí que era odio. Marcó el primer número, esperó a que la rueda volviera a su lugar. Claro que era odio. Otro número. Y otro. Marcados muy despacio, como si toda la velocidad de la carretera se convirtiese, ahora, en lentitud. La forma más pura del odio. Uno siempre quiere a su padre, no cabe duda. Pero los caminos de la vida son intricados: el placer se convierte en dolor, la alegría en hastío, la fuerza en abulia, el amor en odio."

lunes, 23 de septiembre de 2024

Ernesto Escobar Ulloa o el viaje y la memoria

 

Ernesto Escobar Ulloa, Horizonte tardío, Barcelona, Comba (2024)

https://editorialcomba.com/libros/narrativa/horizonte-tardio/

Novela construida con historias dentro de historias, contada en diversas capas de tiempo: el protagonista le está contando a su amiga Aurora, que está convaleciente, sobre aquel viaje que realizó en Perú, cuando aún vivía allí, un viaje que cambió algunas cosas importantes en su vida: hubo un amor y un desamor, hubo un stop para con ciertas sustancias, hubo la decisión de irse a vivir a España. Pero todo esto está contando con saltos de tiempo, del mismo modo que trabaja la memoria, pues esta jamás hilvana de comienzo a fin, cronológicamente, sino que va retomando recuerdos por enlaces temáticos, tal vez, o enlaces simbólicos, de modo que la novela es la historia de aquel viaje pero también la historia de todos los recuerdos que se relacionan con aquel viaje, que no siempre sucedieron durante el viaje, pero que de alguna manera tienen que ver con él: la literatura, los años noventa, Sendero Luminoso, racismo, música metal, inmigración, fútbol, marihuana, infidelidades e hipocresía machista, la ficción y la verdad. Horizonte tardío se desliza con prosa cercana, oral, envolviéndonos de historias a lo Sherezade.

"Me pregunto qué hago acá, tan lejos, en otro continente, recordando un viaje tan lejano, así como Quispe se preguntaba con remordimientos 'qué hago acá, yendo a la playa mientras otros dan su vida'. Así lo dijo. Arrepentido. Me digo que todo comenzó con Aurora preguntándome por el tiempo en que nos conocimos. No me va la nostalgia, pero sin duda hay algo más en ese viaje que sigue viajando conmigo."

lunes, 16 de septiembre de 2024

Hernán Díaz y el dinero como ficción

 

Hernán Díaz, Fortuna (2022), traducción de Javier Calvo, Barcelona, Anagrama (2023)

https://www.anagrama-ed.es/libro/panorama-de-narrativas/fortuna/9788433901927/PN_1098

Novela que varía sobre la ficción en general y sobre la más esclavizante de todas nuestras ficciones: el dinero. Pero además nos adentra en reflexiones acerca de cómo la realidad que creemos objetiva es siempre una determinada construcción narrativa de los hechos, una manera de ficcionar, porque la realidad está construida con verdades parciales o con discursos dispares y hasta contradictorios. El acierto está en que el libro se nos presenta desplegando precisamente esos recursos: diferentes puntos de vista y diferentes narrativas de una misma pareja de clase alta relacionada con los negocios financieros.

"El dinero es una mercancía fantástica. Una fantasía. Ni lo puedes comer ni te abriga, pero representa toda la comida y toda la ropa del mundo. Por eso es una ficción. Y eso mismo lo convierte en el patrón con el que valoramos todas las mercancías. ¿Qué comporta eso? Pues que el dinero se convierte en el bien de consumo universal. Pero recuerda: el dinero es una ficción; bienes de consumo en forma de pura fantasía, ¿entiendes? Y eso es doblemente cierto en el caso del capital financiero. Las acciones, los valores, los bonos. ¿Crees que alguna de las cosas que compran y venden esos bandidos del otro lado del río representan algún valor real y concreto? No, para nada. Las acciones, los valores bursátiles y toda esa porquería no son más que promesas de una valor futuro. Así pues, si el dinero es una ficción, el capital financiero es la ficción de una ficción. Con eso comercian todos esos criminales: con ficciones."

lunes, 9 de septiembre de 2024

Jorge Carrión o el asunto del personaje de ficción

Jorge Carrión, Las huellas, Barcelona, Galaxia Gutenberg (2024)

https://www.galaxiagutenberg.com/producto/las-huellas/

Las huellas es un libro que recopila cuatro novelas ya publicadas por Jorge Carrión cuyos argumentos están entrelazados y que por fin podemos leer en conjunto. El asunto principal es el personaje de ficción.


Los muertos es una serie de televisión que divide al mundo entre nuevos y viejos. Estos personajes en realidad no saben que antes fueron personajes de ficción y a veces sienten interferencias que son como ramalazos de recuerdos y también van a adivinos para que averiguar cómo se llaman, porque cuando nacen son "nuevos" y no conocen su propia identidad ni a qué se dedicaban antes, en la vida pasada. El misterio no reside en el futuro sino en el pasado. Eso es la serie, pero en la realidad Los muertos tiene enormes consecuencias en la sociedad. Las personas se identifican con los personajes, sufren con ellos, los consideran tan cercanos como a un familiar. Si un personaje muere, ¿su duelo equivale al provocado por una persona real? ¿Tienen derecho los creadores a matar a un personaje? ¿Cuáles son los derechos de los personajes de ficción? Todo un debate que parece continuar con los planteamientos de Unamuno en Niebla. Además, existe una página llamada Mypain que es una red social donde el usuario reencarna a personajes que han muerto en la ficción. En la segunda temporada de la serie, los creadores introducen una "pandemia" que hace desaparecer a los personajes.

"«Hay algo peor.» «¿Qué, amigo?» «La certeza de que el otro mundo no era mejor: allí éramos esclavos o blade runners, replicantes o humanos, modelos básicos de placer o asesinos, pero sobre todo éramos marionetas, peor aún, muñecos de ventrílocuo, muñecos agujereados, muñecos de entrañas ocupadas por una mano, sin voz propia, eso éramos, Roy, muñecos sin voz propia.» «Turistas de una vida ajena, pero, no obstante, sentimos nostalgia.» «Y sí.» «Pero no obstante, no queremos ser los siguientes en desaparecer. » «Y no.»"

Interesante el juego de paratextos dentro del texto: textos que interpretan la serie Los muertos con estilo de crítica y que terminan de explicarnos en qué consiste la serie. 

*

Los huérfanos nos sitúa en un búnker donde hay gente encerrada, hubo una guerra y están bajo una perpetua luz amarilla. El narrador (en primera persona), que está escribiendo el texto que leemos, nos confiesa que lleva trece años acostumbrándose a esa luz. Hay una comunidad en el búnker, no son muchos, pero son unos cuantos, y saben que el búnker está en China y que allí se refugiaron en cuanto estalló la Guerra en el año 2035. Pero hay más búnkeres repartidos por ahí. El narrador se escribe con Mario, uno de los creadores de Los muertos y el único superviviente de un búnker que está en una isla del Pacífico. Sabemos que la gente no sale del búnker por la radiactividad. Y el narrador, Marcelo, es un guardián del diccionario:

"El lenguaje es trémula oscuridad: por eso las letras son negras y están en movimiento. El Diccionario trata de domesticar esa oscuridad ingobernable, nos ofrece en forma de lista, recortadas de su oscuridad original, la mayoría de las palabras que componen un idioma. Por eso las páginas del Diccionario son blancas. El negro es el lenguaje, el blanco es el Diccionario que salva provisionalmente a las palabras, ordenándolas, de la locura abismal en que perpetuamente residen."

La novela trata sobre la memoria histórica en diferentes modalidades, pero sobre todo reflexiona sobre la reanimación histórica, que muchas veces ficcionaliza la historia. Historia y ficción van y vienen, se retroalimentan, se mimetizan, se interpretan. Marcelo fue un redactor de informes para la Comisión de Informes de Estrategias de Recuperación de la Memoria Histórica antes de las bombas, y por eso leemos intercalados retazos de algunos de ellos. Pero además los personajes de Los huérfanos han visto la serie Los muertos y fueron usuarios de Mypain. Internet es un fósil, apenas sobreviven algunas páginas. Hay un personaje del búnker, Chang, que tiene un arma y el arma lo convierte en el jefe; hay otro, Anthony, que está encerrado y hace cosas raras. Hay una adolescente, Thei, a quien Marcelo desea culposamente.

"Narrar, pese al utópico deseo de verdad, es ir acumulando mentiras."

*

Los turistas nos sitúa ante la mirada de Vincent van der Roy, recién estrenado el siglo XXI. Contada en tercera persona, con narrador neutro. Está viajando a Holanda. En realidad, está persiguiendo a una anciana. Dice Vincent que sabe leer a las personas y esta anciana no para de subir a aviones y Vincent la sigue y en las escalas tiene aventuras con mujeres hermosas. Vicent ha perdido a su mujer y su antídoto al dolor es huir hacia delante. En una de las paradas, en Sudáfrica, conoce a un cineasta que está interesado en poner en marcha un experimento con un personaje de ficción: que alguien lo encarne y así el personaje podrá gozar de la libertad que nunca tuvo. 

(Hay un interludio muy bien logrado: una voz en verso, poética, sospechamos que la de la anciana que a la vez es la voz de El Viaje desde el principio de los tiempos y que ahora se llama turismo. Esa voz, que ha conseguido insertar el tiempo en la grafía y el estilo (porque los versos se van modernizando a medida que avanzamos en la lectura), le habla a otra mujer.)

Sigue otra parte con diálogos algo teóricos, reflexiones sobre la creación, la vida, etc. Vuelve a encontrarse con el personaje cineasta, Ahmed, con quien van entablando una amistad cada vez más profunda. Luego sabremos que el personaje se llama George, es decir, el otro creador de la serie Los muertos.

"A veces lo pienso: ¿en qué dimensión vivirán los personajes de ficción mientras nadie lee las novelas en que aparecen o ve las películas en que viven sus aventuras? Tiene que haber un limbo, un espacio habitado por esas criaturas cuando nadie las ve. No me las imagino congeladas, sino dinámicas, viviendo al margen de quienes decidieron el guión de sus existencias…"

A ellos se suma Jess de la que Vincent se enamora, aunque podría ser su hija. Siente celos de la complicidad entre Ahmed (George) y ella. Más tarde aparecerá también Mario. De modo que esta es la novela que nos muestra cómo se conocen George y Mario, los creadores de Los muertos.

*

Los difuntos es una spin-off de Los muertos y vamos a "verla" en las páginas que siguen. Hay un Recién Llegado que aparece en un mundo alternativo. Poco a poco va recuperando el lenguaje y traduce todo lo que ve. Aquí es un esclavo, acaban de comprarlo. La primera tarea es darle de comer a una enorme caldera, palada tras palada. Pero, ¡anda!, es un caso atípico: el Recién Llegado ha conseguido hablar realmente muy rápido. Le dicen que tal vez sea capaz de saber cómo se llama. Y sí, sabe: se llama Dioniso. Y ahora le asignan un trabajo en la biblioteca. Aparte de eso, una celebrity, Hickok, ha decidido guardar dos pistolas en una caja fuerte de un banco. Al poco vemos cómo le entrega un sobre a Dioniso: allí le dice que tiene que devolver las pistolas al museo de historia, pues es allí adonde pertenecen. En la segunda parte sabemos que Dioniso planea liberar a todos los recién llegados de la esclavitud. Y esta historia se repite variada infinidad de veces.

lunes, 2 de septiembre de 2024

Alejandro Zambra o una palabra para lo contrario del duelo (cita)

 

Alejandro Zambra, Poeta chileno, Barcelona, Anagrama (2020)

https://www.anagrama-ed.es/libro/narrativas-hispanicas/poeta-chileno/9788433998934/NH_641

"Quizás existe una palabra para designar lo contrario del duelo, lo que se siente no después de que alguien muere sino cuando reaparece; lo que se siente cuando de súbito recuperamos a alguien que había permanecido ausente hasta de nuestros sueños. Palabras como renacimiento o resurrección son tan inadecuadas, porque lo que Gonzalo siente es más complejo, más específico: lo contrario del duelo coexiste con el duelo, es algo así como una alegría elegíaca."

lunes, 26 de agosto de 2024

Albert Lladó y la era de la cancelación en la ficción (cita)

 

Albert Lladó, Contra la actualidad, Barcelona, Galaxia Gutenberg (2024)

https://www.galaxiagutenberg.com/producto/contra-la-actualidad/

"Lo que una novela, o un filme, nos permite es ensanchar nuestro universo moral, ver desde el punto de vista de personajes incluso monstruosos, como Humbert Humbert que en nuestro día a día condenaríamos de inmediato, pero que, tras el pacto de ficción, acompañamos para entender un poco mejor este mundo ambiguo, imperfecto, defectuoso y tantas veces cruel. Si entender las razones no es dar la razón, mirar desde una perspectiva determinada no es secuestrar nuestra mirada, sino ampliarla al máximo para sortear eso que llamamos 'cámara de eco' y que consiste en leer únicamente aquello que ya pensamos, aquello que creemos decente y loable."

lunes, 12 de agosto de 2024

Matías Néspolo o la huida hacia delante

 

Matías Néspolo, Una fábula sencilla, Avinyonet del Penedès, Candaya (2024)

https://www.candaya.com/libro/una-fabula-sencilla/

Esta es la historia de Gabriel, un tipo que está pasando por uno de esos baches bien profundos de la vida, cuando todo pasa junto y todo es malo. Ha perdido mujer, trabajo y a punto está de perder el piso. Y uno piensa que menos mal que tiene una panda de amigos, amigos de juventud, amigos de cuando iban de noche buscando el pájaro de fuego de la poesía. Claro que, a estas alturas, ya ninguno se dedica a escribir, porque aquello ha quedado atrás como un deseo de juventud:

"Una ficción había sido mi vida en pareja con Mariela en el ático de Gràcia. Una farsa la disciplina y el orden fingido de un trabajo estable. Un engaño mi fe ciega en la escritura. Una fábula idiota las proezas de aquella pandilla de desgraciados que ladraban al micro sus poemas. Y falsa también había sido la experiencia de la noche en aquella mitificada tierra de héroes que no era más que un campo de refugiados de las guerras del exceso, el alcohol y la marginación. Una marginación que tal vez fuera en buena medida provocada adrede o inclusive una simple pose, y eso lo enturbiaba todo aún más. Quizá la legendaria jauría de poetas había sido más bien una manada de hienas cebadas en la carroña de su propio deseo, en la saciedad del goce. Y en los despojos nunca hubo poesía."

Lo que uno enseguida piensa es en las ganas de riesgo de esta pandilla: cierto que la poesía tiene el riesgo del infinito y del morirse de hambre, pero en lo que se meten de adultos es riesgo de verdad. La mayoría son latinoamericanos que viven en Barcelona, salvo uno que es autóctono e hijo de la burguesía, y es precisamente Pep quien los va metiendo a todos en el narco. Quién lo iba a decir. Y para Gabriel, que a veces parece un héroe despistado, aquello va tomando la forma de un laberinto del que no sabe muy bien cómo salir: lo único que se le ocurre es la huida hacia delante. 

Novela-bestiario, pues cada capítulo toma de símbolo a un animal, Una fábula sencilla avanza a ritmo ágil y vibrante, prosa naturalísima, como si la estuviéramos escuchando. Tenemos miedo, pensamos todo el tiempo "no vayas por ahí, Gabriel" y a la vez disfrutamos con el registro variado de voces del crisol latinoamericano, porque la novela es también novela de la inmigración, novela del desencanto, novela del narco, novela de poetas latinoamericanos.

lunes, 5 de agosto de 2024

Luis Luna Maldonado o emigración y contrabando

 

Luis Luna Maldonado, Aquí sólo regalan perejil, Madrid, Alfaguara (2018)

https://www.penguinlibros.com/es/tematicas/164376-ebook-aqui-solo-regalan-perejil-9789877384789

Abilio es un joven colombiano que hace un tiempo vive en Barcelona pero está a punto de regresar a su país. ¿Por qué? Porque las cosas no salieron como pensaba. Este es su último día y le está contando la historia completa a Wong, el chino dueño del bar. Le cuenta cómo llegó y qué pasó en la Ciudad Condal y por qué ha decidido regresar. Claro que Abilio no es trigo limpio: es experto en contrabando. Allá se ganaba la vida así, cosas de vivir cerca de la frontera, y al llegar cree que es lo único que más o menos sabe hacer. Tanto acá como allá hay una mujer, claro, porque Abilio no deja de ser el galán (fracasado) que se espera de todo latinoamericano. Obviamente se mete en miles de líos y vemos a Abilio rebuscándosela para no salir del todo mal parado. Pero no es un tipo con suerte, o al menos termina pagando el pato. 

Toda la historia se cuenta con una prosa saltarina, oral, con ritmo caribeño. Salpicada, además, con muchas explicaciones sobre las particularidades de la variedad del español colombiano. Humor, acción y experiencia de emigrado.

"Nada peor que estar fuera de la casa y mal, jodido. Siete años, siete meses y once días acá en Barcelona. Sé por lo que he pasado. Me voy tal como vine, con la ilusión de empezar algo nuevo, pero ahora es al revés. A desandar un camino que ya no es el mismo para volver al ombligo que está poblado por otros aunque esos otros sean los mismos. Mi gente dirá ¡Uy!, Abilio está en las Españas, y entre chismes pensarán que voy todos los domingos a toros o a ver al Barça sin saber que soy del Español, que como jamón del bueno y paso con mejor vino, que voy a museo y visito castillos, que eso sí es progresar, que ahora cómo que va a venir, ¿se le habrá pegado el acento? Y cuando le digo mi gente, son los tres pelagatos conocidos, los tres familiares y sus pequeños círculos, los colegas del colegio que quedarán por ahí, los dueños de negocios del mercado y las chicas de El Camellón, cada quien en lo suyo, recordándote de vez en cuando o todos los días, como mis papás. Todos creen que acá todo es más fácil pero ignoran que la mierda sabe igual en todas partes."

lunes, 29 de julio de 2024

Covadonga González-Pola o recrear lo victoriano

 

Covadonga González-Pola, Mary Jane Kelly, Asturias, Pez de plata (2024)

https://editorialpezdeplata.com/coleccion-narrativa-pez-de-plata/108-mary-jane-kelly-9788412696189.html

Leemos aquí la recreación de un diario de la última víctima de Jack el Destripador, donde conocemos la vida de Mary Jane Kelly, prostituta, una mujer que ha tenido mala suerte en la vida, huérfana, ya viuda, empobrecida pero inteligente. Lo victoriano tan bien recreado, la preocupación por el matrimonio de estas mujeres, porque el matrimonio, tal y como nos contó Jane Austen, era la gran preocupación de la mujer y hasta la gran preocupación de la novela del siglo XIX. Y a la vez es una investigación criminal con ciertas notas de terror.

"Nunca sabes si el hombre que paga por tus servicios te va a atacar o si la violencia forma parte de sus preferencias en el sexo. Y ya habían muerto otras chicas antes de todo este revuelo de los periódicos y de que Jack el Destripador apareciera."

lunes, 22 de julio de 2024

Ana Paula Maia o lo animal enrarecido

 

Ana Paula Maia, De ganados y de hombres (2013), traducción de Cristian De Nápoli, Buenos Aires, Eterna Cadencia (2024)

https://eternacadencia.com.ar/site/view-ec-book/128

De realismo descarnado aunque abunde la carne, De ganados y de hombres es la historia de un matadero de vacas, donde Edgar Wilson, el personaje principal, es el encargado de aturdir las reses, es decir, darles aquel golpe que las deja desmayadas antes de ser degolladas y cuarteadas. Recuerdo que yo también, tal como una escena de la novela, fui con el colegio a un matadero donde nos explicaron que si las vacas están asustadas antes de morir, la carne se endurece, por eso no deben conocer el destino que les espera. 

Hay mucha muerte en esta novela, de todo tipo. Se confunde lo humano con lo animal y la violencia es cotidiana y poco a poco nos vamos acostumbrando a ella. 

"En los lugares donde la sangre se mezcla con el suelo y con el agua es difícil tratar de establecer cualquier distinción entre lo humano y lo animal. Edgar se siente tan en sintonía con los rumiantes, con la mirada insondable que tienen y con la vibración de la sangre en sus venas, que a veces se pierde en su misma conciencia al preguntarse quién es el hombre y quién el bovino."

Aunque también puede leerse como una novela de terror, incluso de terror medioambiental, porque los animales comienzan a comportarse de manera realmente extraña. 

Con prosa precisa, de frases cortas y diálogos notables, asistimos a una historia que empieza realista y poco a poco va enrareciendo lo cotidiano, en la línea de Samanta Schweblin o Selva Almada.

lunes, 15 de julio de 2024

Rodrigo Fresán en tres movimientos: diario de lectura 3


Rodrigo Fresán,
 El estilo de los elementos, Barcelona, Literatura Random House (2024)

https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/336145-libro-el-estilo-de-los-elementos-9788439742975

Movimiento tercero

Arranca el movimiento tercero con un ejercicio formal que, para qué negarlo, me fascina: el libro se ha convertido en un manual de estilo, un manual con instrucciones sobre cómo escribir o cómo editar el presente y el lector (es decir, yo) se va preguntando si primero vinieron las instrucciones y luego la escritura o primero la escritura y luego se insertaron las instrucciones, pregunta que viene a ser la misma que la del huevo y la gallina o si primero es el lector y luego el escritor. 

Lo que vemos en esta tercera parte es a Land ya adulto viviendo en Gran Ciudad III, es decir, Barcelona, y notamos que la narración ha pasado a primera persona y Land es el Land del pasado y "yo" es el Land del presente. Y pareciera que esta parte es una variación de las dos partes anteriores, un recorrido por la memoria de las dos partes anteriores, porque ha llegado una pandemia, la pandemia del Nome (palabra que aparece a lo largo de todo el libro como comodín), es decir, una pandemia que afecta a la memoria:

"O qué era lo que hacía que todas las personas vacilasen y dijesen la palabra Nome cuando, cada vez más seguido, no se recordaba una determinada ubicación de lugar o autor de libro o título de canción o actor de película o apellido de conocido de pronto desconocido como si todo y todos fuesen paraguas tan fáciles de olvidar bajo la tempestad de la desmemoria. Y no era desmemoria arbitraria o asistemática: se iba olvidando desde adelante hacia atrás, desde el presente al pasado."

Vuelve la femme fatale y el escritor aquel que había conocido en Ciudad II y que tanto se parece al propio Fresán, aunque no es exactamente Fresán, y termina pasando algo calamitoso: Land adulto y el escritor se enfrentan con violencia, lo que terminará por destruir su tercera biblioteca. Leemos sobre escritores fantasmas, sobre enseñar a escribir, sobre cómo un libro puede crear a sus propios lectores, sobre la muerte de los escritores, sobre las variaciones Goldberg de Glenn Gould, entre otras cosas.

Sin duda que entre esas otras cosas la más importante es que reaparece ella. Esta ella es Ella con la misma apariencia que tenía de adolescente, y al poco sabemos que ella es hija de Ella y que el parecido es notable. La hija de Ella le trae a Land adulto unas grabaciones de su propia voz y la de Ella cuando eran adolescentes, porque entonces Ella iba a todos lados con un grabador con forma de corazón con el que registraba conversaciones entre los dos. Y todo ese pasado llega de golpe a Land adulto, en un corazón rosa que atesora la voz de la adolescencia, de modo que en la tercera parte, que por momentos es una novela fantasmagórica y onírica y hasta bioycasaresca (porque dudamos de si ella realmente existe), asistimos a la recuperación de la memoria de Land, y sabemos que todo lo que hemos leído, todo el libro, es precisamente ese ejercicio. Porque recordar, junto a inventar y soñar, son los elementos (o las partes) del escribir:

"Inventar era recordar hacia adelante. Recordar era inventar hacia atrás. Soñar era recordar inventando de arriba abajo."

No me cabe duda de que El estilo de los elementos va de camino a ocupar merecidamente uno de los primeros puestos de mejor novela del año: inteligencia, humor a raudales (humor del qué y también del cómo: insertado en el propio lenguaje), nostalgia y emoción, fascinación formal.

lunes, 8 de julio de 2024

Rodrigo Fresán en tres movimientos: diario de lectura 2

 

Rodrigo Fresán, El estilo de los elementos, Barcelona, Literatura Random House (2024)

https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/336145-libro-el-estilo-de-los-elementos-9788439742975

Movimiento segundo

(Leo esta segunda parte con muchas interrupciones y aun así no tengo ningún problema para seguir la trama, cosa llamativa en una novela de estas características.)

Land viaja a Ciudad II, ciudad tropical, donde vive ahora, es decir, Caracas. Un apartamento con piscina compartida en la que pasa la mayor parte del tiempo y donde conoce a adolescentes de todo el mundo (hasta hay cameo de un escritor que siempre quiso ser escritor y que fue secuestrado de niño, un escritor, en definitiva, tremendamente parecido a Fresán mismo, aunque Fresán no es ni Land ni este escritor). La felicidad de la adolescencia. La felicidad de relacionarse por primera vez con niñas y por fin enamorarse de Ella. Leer a Jane Austen y a las Brontë. Escuchar música de otra manera. Lo cierto es que el comienzo de la adolescencia coincide con el cambio de escenario como si fuera un pasar página. O cambiar de libro. Y esto no es del todo metafórico porque, como rito de paso, como abandono de la infancia, sus padres le obligan a destruir su biblioteca primera. 

De golpe aquí abundan los centros comerciales y aunque hay pocas librerías, Land las frecuenta y se hace experto en robar libros. Uno que ha robado, que lo acompañará durante toda esta etapa: el Tractactus logico philosophicus de Wittgenstein. Y llega el momento de ir al colegio y lo apuntan a uno católico y Land odia las matemáticas y no hace un examen y entonces lo expulsan. Esto es la Big Vaina: se pasa dos años simulando ir al colegio pero en realidad se interna en un centro comercial y lee. Roba libros y lee y sigue leyendo. Comienza a mirar la realidad como si fuera un libro, porque para entonces, adicto a la lectura, Land es El Lector:

"[...] sí, para él ya todo es literatura, ya no puede sino leer la realidad como si releyera ficciones, ya está perdido [...]."

Pero los padres se enteran y entonces llega la segunda destrucción de su biblioteca como castigo. Y lo obligan a quedarse en casa. Y quieren que escriba, que deje de leer y escriba. Pero Land no. Él solo quiere ser lector. Y sueña con su futuro, donde trabaja de asistente en la banda Supertramp y como librero y vuelve a Ciudad I y se convierte en periodista. Pero el sueño premonitorio termina y vuelve a la realidad, es decir, al presente. Menos mal que el Tractatus se salvó de la destrucción, y lo lee con fervor. Pero la realidad golpea: Drill ha muerto, Ella se ha enamorado de otro, sus padres ahora toman cocaína. En una de las fiestas de sus padres, Land prueba la cocaína y debuta sexualmente con una amiga de sus padres, la escritora femme fatale. Y Land se siente vacío y ya nada tiene sentido porque sabe que la juventud se terminó definitivamente. 

Oh, Land.

lunes, 1 de julio de 2024

Rodrigo Fresán en tres movimientos: diario de lectura 1

 

Rodrigo Fresán, El estilo de los elementos, Barcelona, Literatura Random House (2024)

https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/336145-libro-el-estilo-de-los-elementos-9788439742975

Movimiento primero

El libro está dividido en tres partes y la primera ocurre en la Gran Ciudad que sin ninguna duda es Buenos Aires, ciudad de nacimiento de Land, alter ego de Rodrigo Fresán, aunque en realidad no es para nada Rodrigo Fresán (que quede claro). Porque estamos aquí en el terreno resbaladizo de la autoficción o autobiografía libre y liberada de corsés, como aquella En busca del tiempo perdido, que tal vez sea el único modelo de escritura autoficcional que convence al narrador. Entonces sabemos que Land no quiere ser escritor, solo quiere ser lector. Sus padres son editores de Ex Editors y además se relacionan o directamente pertenecen a grupos guerrilleros, lo que a la postre los obliga a emigrar a otra Gran Ciudad. Pero aún estamos en la primera parte y aquí Land nos cuenta su infancia, su educación sentimental, su adoración por Drácula, por La Evanauta (novela gráfica sin duda trasunto de El Eternauta) y a la vez es un inventario de juguetes y golosinas tan argentinas, aunque a Land el juguete que más le gusta sea el libro. Le gusta más que los programas televisivos del tipo Colosos de la Lucha (que evidentemente es Titanes en el Ring), y el libro por momentos es un museo de la memoria argentina y a la vez historia argentina contada en clave argentina. 

Sabemos entonces que sus padres, que no son nada buenos padres, que no paran de organizar fiestas en casa que no dejan dormir a nadie, un día, a causa de una notable redacción en el colegio, le regalan a Land The Elements of Style, un libro recetario sobre en qué consiste el estilo. Claro que a Land aquello le parece absurdo. Sus padres son del tipo de padres que creen que sus hijos son genios y tienen amigos escritores como Silvio Platho que siempre anda diciendo que se va a suicidar. Aunque hay uno, mayor que sus padres, que viene a funcionar como maestro y lugar seguro de Land, cosa que sus padres no le brindan. Se trata nada menos que del autor de La Evanauta, César X Drill, y la parte en que conocemos las enseñanzas de Drill es sin duda la mejor parte dentro de la primera parte de la novela. Drill varía o filosofa o reflexiona en voz alta, y lo que le dice a Land deja huella en Land pero también, qué duda cabe, en los lectores. Le habla de la mentira, de que decir "no entiendo" es mejor que decir "no se entiende", de la ficción, la realidad, el pasado, de qué es un artista, de la memoria y del tiempo, entre otras cosas, sin duda provechosas y sobre todo propicias a leer lápiz en mano, da igual si azul o rojo. 

"He aquí la razón del Gran Arte. Razón que pasa, paradójicamente, por primero hacer sentir pequeño a su destinatario para que este, perseverando, pueda experimentar por sí mismo la excitante e intransferible sensación de crecer, de ir creciendo. De no entender en principio para acabar entendiendo. Y descubrir entonces que su relación con eso ha sido tanto más intensa y trascendente y provechosa que cualquiera de esas otras relaciones en las que todo estaba claro desde el comienzo."

La cosa sigue así: poco a poco la gente que se relaciona con sus padres empieza a desaparecer y aquello va tomando la forma de cuento de fantasmas hasta que vemos a Land despedirse de su biblioteca y partir en avión a nuevo destino. 

Los lectores a este punto estamos encantados: humor y estilo y a la vez historia argentina y sin duda reflexiones verdaderas sobre la escritura y la vida, pilares que construyen El estilo de los elementos, que va en camino de convertirse en uno de mis libros preferidos de Fresán y tal vez incluso del año.

lunes, 17 de junio de 2024

Ginés Cutillas y el pacto de lectura (cita)

 

Ginés Cutillas, El ensayo-ficción, Madrid, Sílex (2024)

https://www.silexediciones.com/producto/el-ensayo-ficcion/

"El pacto de ambigüedad presenta a la vez el texto como ficticio y real. Lo que cautiva de esta nueva forma de narrar es precisamente ese desprendimiento de la realidad que aligera el texto, no importa tanto la veracidad como la verosimilitud: aquí debería, podría o tendría que suceder y, sin embargo, también podría ser de otra manera. No se escribe bajo ninguna ley moral, lo que convierte el texto en un relato amoral, libre de prejuicios por parte del autor y de juicios posteriores por parte del lector, en un intento de abrirse a los demás, en busca del reconocimiento del otro."

[...]

"Ser 'borgiano' es precisamente eso, ser ambiguo al colocar la ficción y la realidad al mismo nivel. Piglia afirmaba que había tres tipos de escritores, según el plano en el que se encontrasen el texto y el subtexto. Si ambos están al mismo nivel, tenemos la literatura borgiana, si el subtexto va delante, la kafkiana, y si mostramos el texto, pero escondemos el subtexto, siguiendo el ya famoso método iceberg, entonces tenemos escritores tipo Hemingway. Curiosamente, estos tres tipos de escritores podrían tener su equiparación según el pacto de lectura: así, en el mismo orden, tendríamos el ambiguo, el ficcional y el autobiográfico."