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24 de noviembre de 2024

Las fuerzas del cielo apuran un terrenal negocio a medida en las aguas del Paraná

Javier Milei impuso condiciones para la licitación de la Hidrovía que benefician de antemano al actual -primero y único- proveedor del servicio de dragado, la empresa belga Jan De Nul.  

Adrian Murano


El gobierno de Javier Milei anunció que avanzará a paso redoblado con la licitación de la Vía Navegable Troncal (VNT), conocida popularmente bajo el nombre comercial de Hidrovíala arteria principal del comercio exterior argentino que se extiende sobre el Río Paraná. El pliego que prepara el gobierno libertario promete un lucrativo negocio por varias décadas: 30 años de concesión, con opción a una prórroga de 30 años más. Según surge del proyecto que presentó el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, la intención oficial es mantener el mismo esquema de concesión privada que rigió desde la fundación del negocio, en la década del noventa. Beneficiarios incluídos. Las condiciones escritas en el proyecto sugieren que el plan está orientado a beneficiar al actual -primero y único- proveedor del servicio de dragado, la empresa belga Jan De Nul.  

La VNT es crucial para el transporte de cargas, que representan más del 80% de las exportaciones del país. La concesión de las operaciones de dragado y balizamiento vencieron en 2021, lo que abrió la posibilidad de la recuperación de esa vía estratégica en manos del Estado Nacional. Pero las internas y cavilaciones que caracterizaron al gobierno de Alberto Fernández mantuvieron en un limbo la administración de la Vía, que de manera interina estuvo a cargo de la estatal Administración General de Puertos (AGP).  Luego de batallar un semestre con el “frenemy” Mauricio Macri -que nunca ocultó su interés por el negocio y su simpatía por la empresa de dragado holandesa Boskalis-, el gobierno de Milei parece haber decidido avanzar sobre terreno conocido.

El plazo límite para la presentación de ofertas, fijado para el 29 de enero de 2025, es un indicio del direccionamiento. El cronograma de la licitación, coincidente con las fiestas de fin de año y la feria judicial, plantea un desafío logístico significativo para cualquier empresa interesada en competir, salvo aquellas que ya están operando en el mercado, como Jan De Nul, quien se mantiene en operaciones prorrogada por la AGP.

Es de suponer que, en licitaciones de esta envergadura, el diseño de plazos debe fomentar la participación amplia para garantizar una competencia genuina y no restringirla de forma arbitraria. En esa misma línea restrictiva, el pliego excluye la posibilidad de realizar consultas técnicas a través de correo electrónico, lo cual resulta anacrónico en un contexto donde la digitalización es la norma en procedimientos administrativos complejos. Este requisito, que obliga a las empresas a realizar consultas de manera presencial, limita el acceso de oferentes internacionales y favorece, nuevamente, a quienes ya tienen presencia local.

El pliego establece que las consultas técnicas deberán hacerse de modo presencial

La cara visible de la empresa belga en la Argentina es Pieter Jan de Nul, joven heredero de la compañía familiar. Cuando su padre se hizo de la concesión, en 1995, Pieter tenía apenas 11 años. Hoy conduce las operaciones locales de la firma, división que le reporta un 10% a la facturación global de la compañía, que orilla los 2000 millones de dólares al año. 

Los requisitos técnicos planteados en el pliego licitatorio también parecen escritos a medida de la compañía belga. Entre las condiciones se incluyen la experiencia específica en dragado en vías navegables similares a la VNT y los volúmenes mínimos de operación que, como están las cosas, solo Jan De Nul parece estar en condiciones de cumplir.  

Las exigencias del pliego coinciden con las características de Jan de Nul

Incluso las características de las dragas exigidas, como su modernidad y bajas emisiones, se ajustan perfectamente al equipamiento que esta empresa belga ya opera en el país. En otras privatizaciones similares, las exigencias se establecieron en términos de resultados a lograr, dejando a las empresas la libertad de proponer soluciones técnicas adaptadas a sus capacidades. Sin embargo, la precisión de las especificaciones parece estar diseñada para eliminar a cualquier competidor alternativo.  

El pliego también incluye cláusulas que eliminan a grandes actores internacionales del rubro. La prohibición de participación para empresas controladas directa o indirectamente por estados soberanos excluye, por ejemplo, a Shanghai Dredging, una de las dragadoras más importantes de China, y al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos. 

En el caso de la compañía china, el veto es doble, ya que también queda fuera debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos y su inclusión en listas negras elaboradas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC). La exclusión es promocionada por el gobierno como un modo de evitar la injerencia de actores estatales extranjeros, lo que choca de frente con la presencia permanente del Cuerpo de Ingenieros de la armada de Estados Unidos como “consultores colaboradores” en la Hidrovía desde que Milei llegó al poder.

No es secreto que EE.UU. reprueba la presencia de empresas chinas en la región. Resta saber cómo responderá el gigante asiático frente a un nuevo desplante del deudor que, ayer nomás, dejó de considerarlo un “régimen criminal” mientras extendía la gorra para una nueva extensión de Swap.   

Otra empresa afectada por las condiciones del pliego es DEME Dredging, una competidora belga que, meses atrás, ofreció realizar el mismo trabajo que Jan De Nul con una reducción de costos del 30%. Sin embargo, el pliego otorga al precio un peso ínfimo (0,15) dentro de la fórmula polinómica de evaluación, minimizando la relevancia de las propuestas económicas más competitivas y priorizando otros criterios que parecen diseñados para favorecer al actual operador.  

El pliego diseñado por el Ejecutivo implicó el rechazo de la propuesta de las cerealeras, que pretendían fraccionar la operación en varios tramos para favorecer a los puertos privados que se extienden sobre la vera del Paraná. A EE.UU. no le gustaba eso: los Ingenieros militares aspiran a mantener los niveles de dragado qué orienten el uso del puerto de Montevideo como puerto de salida de buques de gran calado, de modo de mantener el control sobre las cargas que salen de la región, en especial, destinadas a Asia.

El alineamiento del proyecto argentino con los deseos estadounidenses es tal, que la licitación excluye el dragado de los canales Buenos Aires y Magdalena, para alegría del Uruguay, que ya celebró un regalo previo de la Argentina de Milei: el permiso para aumentar el dragado a 14 metros.

La concentración del servicio en manos de un solo actor, por supuesto, provoca otros daños colaterales. No solo amenaza con perpetuar un monopolio, sino que también limita la capacidad del Estado para renegociar términos más favorables en el futuro. Eso, claro, si acaso en el futuro hubiera algún gobierno interesado en proteger y potenciar la soberanía nacional.

El Destape

gocio a medida en las aguas del Paraná  

Javier Milei impuso condiciones para la licitación de la Hidrovía que benefician de antemano al actual -primero y único- proveedor del servicio de dragado, la empresa belga Jan De Nul.  

Adrian murano

22 de abril de 2024

 El Canal Magdalena no se rinde, la Patria tampoco

Mempo Además de la presumiblemente numerosa manifestación docente anunciada para mañana martes 23, en defensa de la educación pública, algunas centrales obreras y un puñado de jefes comunales bonaerenses cercanos al gobernador Axel Kicillof han anunciado –para cerrar la semana– otra acción que se presume de extraordinaria trascendencia política, económica y soberanista: el anuncio del relanzamieto del Canal Magdalena.

Previsto para el viernes 27 en La Plata, el acto consistiría en el anuncio oficial del reinicio –por ahora sólo verbal– del ya emblemático Canal que en los últimos 5 años esta columna, junto con un puñado de veteranos expertos marinos y dirigentes, ha contribuido a que se convierta en causa nacional.

Hasta donde se sabe, habría un esquema de reuniones multisectoriales impulsadas por Kicillof con el objeto de desarrollar una fuerte oposición al gobierno nacional y en particular al presidente Javier Milei. Estrategia que –se asegura sotto voce– hará en la capital bonaerense y con el mencionado acto del viernes 27 en el Puerto de La Plata, su presentación en sociedad con un fuerte reclamo al gobierno nacional para que realice la obra del Canal Magdalena.

La movida es acompañada por tres intendentes fuertemente alineados con el gobernador: Mario Secco (Ensenada), Fabián Cagliardi (Berisso) y Julio Alak (La Plata). Y presumiblemente los cuatro, con AK, indudables sabedores de que en la Casa Rosada no se moverá ni un pelo en favor del canal. Lo que sólo delata la fuerte decisión de llevar a cabo la obra. Que sí cuenta –hasta donde sabe esta columna– con el apoyo de todas las centrales obreras nacionales, e incluso se da por seguro el aval del Arzobispo platense, Monseñor Gabriel Mestre, quien desde que asumió el arzobispado en septiembre de 2023, se pronunció a favor de esta obra necesaria.

La convocatoria proclama la "recuperación soberana" del Canal Magdalena, al que erróneamente se sigue nombrando con necios eufemismos empresariales como "vía troncal de navegación", cuando lo que corresponde es cuestionar ésa y otras sustituciones semánticas, porque si un río es un río y un canal es un canal, toda nueva y diluyente nominación es interesada, distorsiva y chueca.

No obstante ello, lo fundamental de estos preparativos es la renovación de la perspectiva de una obra fundamental para la Argentina, tanto porque el Canal Magdalena permitirá la salida soberana de los ríos Paraná y de la Plata al Océano Atlántico y al mundo entero, como por la veloz creación de entre 30 y 40.000 empleos, además del mejoramiento ambiental y otras ventajas que ya esta columna ha puntualizado en diversas ocasiones.

Es claro que la recuperación del impulso al emblemático Canal, además de las innumerables ventajas ya descriptas reiteradamente por esta columna, representa ahora una contundente corrección a la estúpida decisión del gobierno de Javier Milei, quien hace pocas semanas autorizó gratuitamente al Uruguay el dragado del acceso al Puerto de Montevideo, a fin de constituirlo en puerto exportador único y exclusivo, en desmedro de varios puertos argentinos mucho mejor dotados.

Todo lo anterior está a la vista y por eso tiene tanta importancia. Es como si el Magdalena fuese un medidor de la sistemática y patética destrucción del país en manos de un loco. De donde la resolución es por lo menos incierta y por eso hasta ahora no se ve modo cierto de mejorar, ni mucho menos cambiar, la dura realidad y la incertidumbre. Que por eso mismo crece día a día y es tan inquietante.

La velocidad y saña con que el gobierno nacional viene condenando a por lo menos 40 millones de compatriotas, empobrecidos y hambreados de manera cruel e inhumana en uno de los territorios más ricos del planeta, y a tan impactante velocidad, quizás no tenga parangón en toda la Historia de la Humanidad.

El cuadro de situación es harto elocuente y no se reduce a la reciente, escandalosa autoasignación de brutales aumentos de salarios en el Senado, mientras se sigue condenando al cierre a más de 50 universidades públicas en las que estudian 2,5 millones de jóvenes.

Como en un hilo de horror, la bestialidad gobernante se combina y emparenta con una ringlera de grotescos políticos de alta miserabilidad, como eliminar la investigación científica y técnica, organismos como el Conicet, Arsat, las centrales atómicas y toda la larga y mundialmente respetada labor desarrollada por investigador@s formados aquí y que son orgullo de la Argentina junto con el cine nacional y las muchas, riquísimas expresiones culturales.

En paralelo, la inminente entrega total de YPF parece prosperar gracias al repugnante sometimiento a jueces y juezas norteamericanos por parte de mandantes y socios locales que forman parte de la caterva de estudios jurídicos cipayos, avorazados y apátridas.

Y hay otros simbólicos íconos nacionales en los paquetes de entrega: como Aerolíneas Argentinas, empresa de bandera no deficitaria pero ahora cretinamente condenada a desguace por segunda vez en sólo un cuarto de siglo.

Súmesele la degradación militar que hoy vuelve a producirse, luego de que las Fuerzas Armadas recuperaran lentamente el respeto popular. Se obliga ahora a que todo el personal de las Fuerzas Armadas haga la venia ante funcionarios disfrazados que deshonran a la Historia Argentina, desvirtuando así la ardua y sana democratización de todas las fuerzas durante los últimos 40 años. Y fuerzas hoy condenadas, además, a la vergüenza de mirar como meros muñecos sumisos la ocupación de nuestros territorios por la soberbia extranjera. Y encima soportando el dudoso negociado que implica comprarle a Dinamarca entre 20 y 30 viejos aviones de guerra que serán destinados a unas Fuerzas Aéreas que hoy -de hecho– ya no tienen Patria que defender, que es la peor ofensa al abnegado personal militar.

Ahí están, como pruebas de los agravios que se infieren a las Fuerzas Armadas recuperadas en 40 años de democracia, la ominosa e inadmisible entrega de nuestras Islas Malvinas, así como las instalaciones británicas que funcionan como gobierno de facto en todo el triángulo polar antártico, y por si fuera poco la entrega de la producción de agua potable a una empresa extranjera, la israelí Mekorot, traída al país en lo que fue una de las peores decisiones del gobierno anterior, continuada alegremente por el actual.

En el horrible contexto de sufrimientos en millones de humildísimas viviendas en las que padecen miles de familias carenciadas, dispersas en todo el territorio nacional, encima les caen las avalanchas de aumentos en los servicios públicos básicos (agua, luz, desagües) a modo de mazazos brutales para por lo menos 35 millones de argentin@s. A lo que se suma el deterioro –cruel, innecesario y exagerado– de todo el sistema de Salud Pública, que fue esencial y a la vez ejemplar por los principios de solidaridad y altos niveles de salubridad popular que sostuvo durante décadas.

La Argentina entregada a la extranjería más voraz es hoy poco menos que inexplicable. Le consta a esta columna que el mundo entero contempla, azorado, esta tragedia inexplicable. @

Pagina 12




16 de marzo de 2024

Kicillof detiene el avance militar estadounidense en suelo argentino

El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, bloquea la entrada de fuerzas armadas de Estados Unidos, desafiando la penetración extranjera en territorio nacional. La respuesta del gobernador bonaerense ante la autorización de Javier Milei al Ejército de Estados Unidos en la ruta fluvial más vital de Argentina.



(Por Walter Onorato - @WalterOnorato) El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, ha lanzado un desafío directo a la penetración extranjera en territorio argentino al bloquear el ingreso de las fuerzas armadas de Estados Unidos. Este movimiento en defensa de la soberanía nacional ha puesto en alerta a las autoridades provinciales ante la inacción de nación.

Tal como venimos denunciando desde nuestro portal, el gobierno de libertario de Javier Milei dio un paso inaudito al permitir la instalación de militares estadounidenses en la Hidrovía Paraná-Paraguay. El acuerdo firmado entre la Administración General de Puertos (AGP) y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos es una peligrosa amenaza a la soberanía nacional y cuyas explicaciones se debe exigir detalladamente.

Inmediatamente, el gobernador bonaerense Axel Kicillot tomó una medida a la altura de la circunstancia, ejecutada a través de su Ministro de Gobierno, Carlos Bianco. Como respuesta a la falta de transparencia y formalidad en la firma de un Memorando de Entendimiento (MoU) entre la Administración General de Puertos (AGP) de Argentina y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos (USACE).

Por este motivo, el pedido de acceso a la información pública presentado por Bianco busca arrojar luz sobre los detalles de este acuerdo, que podría tener implicaciones directas sobre los ciudadanos bonaerenses y la gestión provincial en materia de vías navegables.

De esta manera se solicita que sea revelado los antecedentes administrativos que llevaron a la firma del MoU, una copia del mismo, así como cualquier otro compromiso derivado de este acuerdo bilateral.

La decisión de Kicillof de frenar el avance militar estadounidense en suelo argentino refleja un claro posicionamiento en defensa de la soberanía nacional y sus intereses territoriales. Ante la incertidumbre generada por este episodio.

 

El Texto de la nota enviada

Me dirijo a Usted, en mi carácter de Ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, cargo que desempeño en virtud del Decreto N° 7/23 B del Gobernador, Dr. Axel Kicillof, constituyendo domicilio en calle 6 e/51 y 53 S/N de la ciudad de La Plata, a los efectos de solicitar acceso a la información pública, en razón al derecho que me asiste por el articulo 4" de la Ley N° 27.275, sus normas complementarias y reglamentarias.

Al respecto, debe tenerse presente que en los últimos días se ha divulgado en diferentes medios de comunicación masiva, así como en distintas páginas web oficiales de entes estatales u organismos públicos, información referida a la firma de un Memorandum de Entendimiento (MOU) entre el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos (USACE, por sus siglas en inglés) y la Administración General de Puertos (AGP) de Argentina

Asimismo, es dable destacar que la Provincia de Buenos Aires, integra el Consejo Directivo del Ente Nacional de Control y Gestión de la Via Navegable, organismo de carácter autárquico, creado por el Decreto de Necesidad y Urgencia Nº 556/21. Dicho Ente, tiene como misión principal, velar por la calidad y adecuada prestación de los servicios, la debida protección de los usuarios y las usuarias, el resguardo de los bienes de dominio público y privado del Estado Nacional y el cumplimiento de las leyes, reglamentos y marcos contractuales y regulatorios de la vía navegable troncal, comprendida entre el kilómetro 1.238 del Río Paraná punto denorninado Confluencia, hasta la Zona de Aguas Profundas Naturales, en el Rio de La Plata exterior, y de aquellos sectores que el Poder Ejecutivo Nacional le asigne en el futuro.

Además, dicha misión principal debe cumplirla mediante el ejercicio de la actividad de auditoria, control, inspección, regulación y seguimiento de las materias administrativas, ambientales primarias, económico-financieras, legales, de determinación y/o modificación de traza, larifarias y técnicas de los contratos de concesión de obra pública y otros que pudieran realizarse para el desarrollo de trabajos de modernización, ampliación, operación y mantenimiento del sistema de señalización y balizamiento, de dragado y redragado, control hidrológico y/o de actividades complementarias a aquellos.

Como consecuencia de lo expuesto, y considerando que el MOU celebrado entre el USACE y AGP, podria lener efectos directos sobre las y los bonaerenses y sobre la gestión que el gobierno de la provincia de Buenos Aires desarrolla en materias vinculadas a la via navegable, se solicita que en el plazo establecido en el artículo 11 de la Ley 27.275, se remita toda la información detallada a continuación:

Copia de todos los antecedentes administrativos, documentación y/o actuaciones administrativas que hubieran dado origen al Memorandum de Entendimiento firmado entre esa Administración General de Puertos de Argentina y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos.

Copia del Memorandum de Entendimiento firmado entre esa Administración General de Puertos de Argentina y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos.

Copia de todo acuerdo o compromiso asumido entre ambas instituciones que fueran el resultado o la consecuencia de la suscripción de dicho Memorándum de Entendimiento con Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos; si los hubiere.

Información detallada sobre los/as funcionarios/as que han participado de la negociación y de la suscripción del referido Memorandum con el Cuerpo de 12 del Ejército de los Estados Unidos y/o de cualquier otro instrumento

con similares efectos. Dicha información deberá incluir los actos administrativos de designación y las normas mediante las cuales se establecen las incumbencias de las áreas administrativas a su cargo.

Información relativa a las normas que establecen las estructuras orgánico funcionales y competencias de los Ministerios y/o Secretarias de Estado o cualquier otro organismo que hubieran intervenido en los diferentes procedimientos que dieron lugar a la suscripción de mencionado Memorandum y/o de cualquier otro instrumento. con similares efectos.

Sin otro particular, saludo a usted atentamente.

 

EN ORSAI

13 de marzo de 2024

 Acuerdo entre el gobierno de Javier Milei y el Ejército norteamericano

Militares de Estados Unidos se instalarán en la Hidrovía

La AGP firmó un convenio para que el cuerpo de ingenieros del Ejército tenga presencia en la ruta fluvial más importante del país. La oposición denuncia "pérdida de soberanía" y exige que Nicolás Posse vaya al Congreso a dar explicaciones.

El gobierno de Javier Milei dio un salto más en su alineamiento absoluto hacia Estados Unidos, al habilitar la instalación de militares norteamericanos en la Hidrovía Paraná-Paraguay. La Autoridad General de Puertos (AGP) firmó un memorándum de entendimiento que habilita la llegada del Cuerpo de Ingenieros del Ejército estadounidense en una de las cuencas de agua dulce más grandes del mundo. Desde la oposición denunciaron que la medida "atenta contra la soberanía nacional" y pidieron que el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, asista al Congreso para explicar las implicancias del acuerdo.

Con un compendio de frases abstractas, la AGP informó que se trata de un proceso de colaboración conjunta en el intercambio de información y gestión de la Hidrovía. En concreto, el pacto permite la presencia de militares de Estados Unidos en la ruta fluvial más importante del país, por donde pasan casi todas las exportaciones de Argentina. "El convenio permitirá profundizar el intercambio de información entre ambas gestiones, con el eje puesto en la eficiencia y la concreción de nuevas capacitaciones en aspectos de gestión de puertos y vías navegables, mantenimiento de la navegación y equilibrio ambiental, así como desarrollo de infraestructura, entre otras áreas", se enunció en un comunicado.

El pacto fue sellado por el interventor de AGP, Gastón Benvenuto, el secretario de Empresas y Sociedades del Estado de la Jefatura de Gabinete de la Nación, Mauricio González Botto, el embajador de Estados Unidos, Marc Stanley, y el representante del Cuerpo de Ingenieros estadounidense, Adrien McConnell. Según Benvenuto, el acuerdo permitirá “aprovechar los conocimientos técnicos” norteamericanos para mejorar “la gestión de recursos, los sistemas de tecnificación de dragado y balizamiento y profundizar la capacitación de los cuadros técnicos”. "Es un ejemplo perfecto de cómo nuestros países pueden conectar expertos técnicos para mejorar la gestión de nuestra infraestructura crítica", sumó Stanley.

Dirigentes opositores manifestaron su preocupación por la falta de transparencia y la pérdida de soberanía que implica. El diputado santafesino Eduardo Toniolli remarcó que no se informó la presencia de funcionarios de Cancillería ni de los ministerios de Defensa y Seguridad, siendo Prefectura la responsable de cuidar el Río Paraná y Gendarmería de custodiar las fronteras. “Tampoco se ha presentado una solicitud de autorización ante el Congreso de la Nación para el ingreso de tropas extranjeras a nuestro país, tal como lo establece la Ley 25.880”, añadió.

El argumento que utiliza el Gobierno para justificar el pacto es que el Cuerpo de Ingenieros estadounidenses administra la hidrovía del río Misisipi y que “comparte muchas características” con la ruta argentina. “Son columnas centrales para el comercio internacional, así como para el transporte de las cosechas agroindustriales, y están entre las vías navegables de mayor extensión del planeta”.

Lo cierto es que la Hidrovía es la ruta por la cual sale más del 80 por ciento de los productos exportables argentinos (granos, harinas y aceites, entre otros productos), en un mercado que disputan principalmente empresas norteamericanas como ADM, Bunge, Cargill, Dreyfus y la china COFCO. “Es sabido que Estados Unidos considera la presencia China como una amenaza a su seguridad nacional y a su competitividad global”, indicó Toniolli, quien presentó un proyecto de resolución para que Nicolás Posse brinde detalles del convenio ante el Congreso.

“Es un hecho realmente grave que merece más explicaciones. Es un acuerdo con un país que evidentemente busca incrementar su influencia hemisférica sobre América Latina e involucra a una fuerza armada extranjera. Claramente atenta contra la soberanía nacional en una vía estratégica desde el punto de vista geopolítico y económico”, agregó el exdiputado Guillermo Carmona.

En términos de seguridad internacional, la Hidrovía también es foco de atención por el crecimiento del narcotráfico. "Es la vía principal por donde pasa la droga que llega a Europa", aseguró el extitular de la Federación Agraria Argentina, Pedro Peretti.

Como antecedentes a la incursión de militares norteamericanos en la Vía Navegable Troncal, se encuentra la histórica oposición de Argentina a la presencia de cualquier país que no forme parte del Acuerdo de Santa Cruz de las Sierras (que incluye a Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay). Tanto en 2019 como en 2022, Paraguay impulsó un convenio similar, que generó el rechazo del gobierno argentino y de los gobernadores del Norte Grande. Sin embargo, en marzo del año pasado, finalmente Paraguay y Estados Unidos avanzaron en la elaboración de un Plan Maestro de Navegabilidad con el apoyo técnico de los ingenieros del norte. "Hoy nos toca reiterar la misma preocupación, pero en este caso por decisiones del gobierno argentino que configuran a todas luces un alineamiento decidido en el marco de la disputa comercial y geopolítica entre dos potencias", concluyó Tonioli.

En medio de la avanzada norteamericana, aún no está definido qué pasará con la administración de la Hidrovía. En Casa Rosada sostienen que se trabaja en la licitación, aunque por el momento no hay una fecha en el horizonte. La gran preocupación del Norte, obviamente, es que no caiga en manos chinas.

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30 de octubre de 2023

 Última carta a Alberto para que no entregue el Paraná

Mempo En medio del penoso sainete en que se ha convertido el proceso electoral, con el lamentable protagonismo de dos sujetos que podrían ser definidos uno como psicópata y el otro como esquizofrénico —a juzgar por sus discursos farragosos uno e insinceros el otro— el peligro que ambos representan hoy es el de dinamitar la poca paz y orden que todavía imperan en la vida nacional.

En ese contexto en el que sobreabundan políticos y periodistas desvergonzados —que son legión— las restantes opciones electorales a semejante desvarío son: un producto urdido de urgencia entre gallos y medianoche; otro que parece esperar al mejor postor por derecha; y en tercer lugar las siempre minoritarias propuestas trotskistas.

En ese marco, quizá las silenciosas mayorías ciudadanas deberían mirar hacia el poder preguntándose donde estará el Presidente Alberto Fernández y a qué será que dedica su agenda en estas horas. Interrogantes que no son asunto baladí, ya que surgen de la constatación de hechos de vital importancia que esta columna viene señalando porque entrañan pérdidas alarmantes de Soberanía.

Por eso se pregunta esta columna —desde hace unos 40 meses— por qué el Poder Ejecutivo ha dejado pasar tanto tiempo con tibios amagos soberanistas hasta encontrarse ahora, al inminente final de su mandato, prácticamente condenado ante la Historia por la entrega de la soberanía nacional sobre el río Paraná.

Lo cual —todo lo indica— evidencia una decisión tan irreversible como equivocada por todo lo que ello significa, que es abrumador para nuestro país.

Por eso, y por enésima vez, se alerta en este humilde espacio periodístico de 7.000 caracteres, que es estúpido y necio de toda necedad —e insoportable para millones de argentinos/as con mínimo espíritu patriótico— abandonar los restos de soberanía fluvial y entregarlos, como necios cipayos, a "autoridades internacionales" para que sean ellas sean las que reglen, controlen y ejerzan soberanía sobre el río más importante de la Argentina, río histórico en el que lucharon José de San Martín y Manuel Belgrano, y en el que décadas después se libraron las batallas de Vuelta de Obligado y Punta Quebracho, todas luchas para asegurar precisamente la soberanía nacional.

Claro que han sido alertas inútiles, evidentemente, pero que ahora es menester repetir y subrayar porque la Soberanía Argentina terminará seguramente el 6 de diciembre próximo, cuando se reúnan los 5 países que en 1992 firmaron el "Tratado de la Hidrovía" (Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay).

Todo indica que en esa fecha los cuatro países que son nuestros hermanos, pero no tontos, dispondrán —como ya se anunció en la última reunión, informada hace pocas semanas por esta columna— que el río Paraná sea gobernado por una "autoridad internacional".

Esto significará el fin de la Soberanía Argentina. Que debe ser preservada mediante una medida sencilla y concreta que no requiere nada más que la decisión presidencial. No hace falta ley, ni decreto, ni reuniones a ningún efecto. Solamente se trata de comunicar la voluntad de la Argentina de preservar la soberanía nacional sobre el río que atraviesa su territorio. Expresada sencilla y claramente mediante cartas o telegramas dirigidos a los 4 países miembros, comunicándoles sencillamente que Argentina se retira del Tratado. Nada más.

Es de esperar que no sea éste un mensaje para sorderas gubernamentales. Que ya las hubo innumerables veces frente a propuestas sensatas y bien fundadas. Pero todas frustradas en la espera de que Alberto diera la orden, la simple orden, de no entregar el río e impedir así tramoyas de los lobbies influyentes en el Ministerio de Transporte, heredados del macrismo y del así llamado "Frente renovador", luego reforzados por la absoluta inacción del "Frente de Todos", y hasta ahora silenciados también por la confluencia "Unión por la Patria".

Es imperativo que no se sigan descuidando los débiles restos de soberanía que nos quedan. Es urgente impedir que los negocios multinacionales sigan vejando nuestra dignidad como nación. Es urgente no entregar, no regalar, no internacionalizar el Río Paraná, nuestro Padre Río como hace cinco siglos lo llamaban los originarios guaraníes.

Duele y dolerá aún más si esta decisión no se toma, porque queda muy poco tiempo. Y asombra y duele que nuestro Presidente parece que no se inmuta. Como también duele la caterva política que pide y espera millones de votos sin siquiera darse por enterada de la trascendente cuestión que es la Soberanía fluvial.

Es sabido que todo tiempo acaba, y todo indica que la última changüí que tendrá la Argentina para reafirmar esta soberanía será después del balotaje del 29 de noviembre próximo y antes de la reunión del Mercosur prevista para el 6 de diciembre. Y lo que es casi seguro, y dramático, es que traidores, cipayos, vendepatrias, serviles de transnacionales o como se prefiera llamarlos, van a celebrar toda entrega silenciando y ninguneando la causa de la soberanía hídrica nacional sobre el Paraná y el canal Magdalena, que son las dos inmejorables vías e instrumentos adecuados para acabar de una vez con la maldita deuda externa abusiva que azota a nuestro pueblo. Las dos, desde luego, conllevan imprescindibles decisiones para que se audite esa supuesta "deuda", y para que el comercio exterior argentino sea verdaderamente argentino y no de 40 compañías que colmaron el Paraná de puertos propios, cerrados y con banderas foráneas, y con miles de barcos, ninguno argentino.

Hay tiempo todavía, Alberto. Poquito pero suficiente para salvar a la Patria de la cárcel económica en que estamos. Y poquito pero suficiente para que usted mismo, en un acto éste sí patriótico, firme la carta, la simple carta o comunicación en la que diga que la República Argentina se retira del llamado "Tratado de la Hidrovía". Con sólo eso, sencillo y firme, nadie en los otros cuatro países podrá imponer la ya anunciada "autoridad internacional" para regir el río Paraná.

Ninguna "autoridad internacional" debe regir el río Paraná en nuestro territorio. Reafirmar nuestra soberanía es imperativo porque si no, en adelante, la Argentina perderá siempre 4 a 1 a la hora de cualquier decisión. Y encima seguiremos siendo el país idiota que draga, baliza, cuida y controla la salud del río, pero en favor de 6000 barcos anuales, todos de banderas extranjeras y que no pagan peaje.

Redímase con el pueblo que lo votó y con la Historia, Alberto. No prometa más hacer lo que después no hizo. No anuncie nada, que enseguida los lobbies de su Ministerio de Transportes se lo van a distorsionar para impedirlo. Simplemente y con urgencia mande la carta de renuncia de la Argentina al "Tratado de la Hidrovía" y concrete la licitación del Canal Magdalena, que está lista y espera su decisión.

No sólo este columnista; la Patria entera lo aplaudirá. Y acaso hasta ayude usted a que la ciudadanía valore su gesto como contribución para detener con votos el aturdimiento que le ha contagiado a gran parte del pueblo argentino quien parece ser un enfermo mental que, mire qué notable, nadie en la política denuncia.

Lo saluda, respetuosamente, este columnista.

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16 de octubre de 2023

 

El río Paraná: ¿derrota sin esperanza?

Menpo Giardinelli

Como vino advirtiendo esta columna los últimos 4 años, ya suenan las alarmas desde hace un par de semanas: en complejas circunstancias electorales ha llegado la hora de reafirmar la Soberanía Argentina sobre el río Paraná que fluye en nuestro territorio nacional, o perderla para siempre.

Durante estos 4 años algunos pocos patriotas advirtieron, propusieron e impulsaron la necesidad y la urgencia de re-nacionalizar de una vez el curso del río en territorio argentino, y esta columna jugó su parte haciendo docencia y encendiendo alarmas porque se estaba llegando –y se ha llegado– a la última instancia: si no se nacionaliza ya el Paraná en territorio argentino, en las próximas semanas este río dejará de ser nuestro en los más de mil kilómetros de aguas que bañan las costas de 6 provincias: Misiones, Corrientes, Chaco, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires.

Ya hace algunos meses empezó a vislumbrarse este final, y fracasadas todas las propuestas y reclamos presentados al Presidente y a varios ministros de Transporte, ahora se sumó, como mazazo inesperado, la presencia y gestión de un poderoso e influyente diplomático brasileño –Rubens Barbosa– ex embajador durante 5 años en los Estados Unidos (1994-1999) y otros 5 en Gran Bretaña (1999-2004). Hombre de inmensa fortuna, también fue Presidente de la Asociación de Países Productores de Café, y por si fuera poco es Subsecretario General de Integración, Comercio Exterior y Asuntos Económicos del Ministerio de Relaciones Exteriores. También es coordinador de la Sección Brasileña del Mercosur y representante permanente de Brasil en la Asociación Latino Americana de Integración (ALADI), que es el organismo tutelar del "Tratado de la Hidrovía".

El cual se aprobó por Ley 24385 del 24 de noviembre de 1994, modificada en 1999 e incorporada al sistema jurídico argentino en noviembre de 2021. Desde entonces y con el nombre de "Hidrovía Paraguay-Paraná", es uno de los mayores sistemas navegables del mundo: recorre Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay a lo largo de 3.442 kms que van desde Puerto Cáceres (Mato Grosso, Brasil) hasta Nueva Palmira, Uruguay.

El Embajador Barbosa es un influyente personaje, equivalente brasileño a los más poderosos y gravitantes empresarios de la Argentina, sólo que además también escribe. Lo hace regularmente en los diarios O Estado de São Paulo y O Globo, además de ser autor de ensayos y de 4 libros. Y llegó hace dos semanas, casi a la par que el canciller paraguayo Rubén Ramírez decía que "las medidas aplicadas de forma unilateral por la Argentina son una violación al Tratado de Asunción", por el que se creó el Mercosur.

Ramírez anunció que su gobierno recurrió al Tribunal de Revisión dada la controversia generada por el cobro de peajes por parte de la Argentina y en respuesta al embargo de una embarcación de bandera paraguaya, de la empresa Mercurio Group, que estaba por zarpar con 30 millones de litros de combustible. Acusó a la Argentina por violación del Tratado, y presentó en la embajada una protesta por "retención arbitraria e injustificada” de la embarcación, ya lista para zarpar y retenida “a pesar de la voluntad de pago de la compañía".

El conflicto estaba cantado: durante la última reunión intergubernamental, el pasado 30 de agosto, Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay reclamaron a la Argentina suspender el cobro de peajes avalado por el contrato de concesión desde 2009, cuando el Estado argentino se comprometió a subsidiar por los primeros tres años el mantenimiento fluvial. Pero esos años se extendieron hasta 2022 y con un costo de más de 20 millones de dólares en razón de que el 91% de las barcazas que vienen de Paraguay navegan en tramos caudalosos, que no necesitan grandes obras de dragado pero sí balizamientos porque el río cambia constantemente de curso y el mantenimiento exige señalar los caminos que seguirán los barcos.

Por eso si hasta ahora las barcazas no pagaban los servicios prestados, este año se empezó a cobrar un peaje para costear el mantenimiento, en territorio argentino pero en beneficio de la circulación proveniente de Paraguay. Que no es asunto menor: a julio de este año se facturaron 11 millones de dólares.

En esos contextos y hace sólo dos semanas, luego de las protestas del gobierno paraguayo por esos peajes, estalló un entredicho inesperadamente violento por parte del gobierno de Asunción, que junto con eliminar los peajes reclamó la participación del Ejército de los Estados Unidos –algo inédito en la relación entre Paraguay y Argentina– en el encuentro plenario de las 5 naciones del Tratado.

Y fue allí que el Sr. Barbosa propuso la "creación de una autoridad internacional que se encargue de operar la Hidrovía Paraguay- Paraná". Y precisó además que "ésa sería la forma de evitar conflictos como el actual, que se originó ante la decisión unilateral de Argentina de cobrar peaje". Frase que no sólo no evitó conflictos sino que desató instantáneamente uno, y grave además por la reclamada presencia de fuerzas militares estadounidenses.

Según la argumentación aparentemente ingenua del Sr. Barbosa, los barcos que pasan por la mal llamada Hidrovía, cuyo nombre es "Río Paraná", deben pagar costos que ciertos poderes de los países miembros no están dispuestos a pagar. Razón por la cual –pretende él– "con una autoridad internacional aumentaría la seguridad jurídica y atraería inversiones para desarrollos regionales con nuevos puertos y almacenes a lo largo de todo el trayecto”.

Negociazo, obviamente, del que con la creación de tal "autoridad internacional" les sería muy fácil desplazar a la Argentina, que a pesar de ellos es el único país que tiene soberanía plena sobre el largo final del Paraná hasta su desembocadura en el Atlántico. Pero que la tiene en tanto no la pierda ni la rife como se vino haciendo desde el repudiable gobierno menemista.

La semana pasada el Sr. Barbosa fue invitado también a la última reunión de la ALADI y allí, con sutil énfasis, se manifestó en favor de una modificación al acuerdo de transporte fluvial. Opinión que ya fue denunciada por esta columna hace un par de semanas como "nociva para los intereses argentinos". En ese evento Barbosa fue incluso más allá con otro falaz argumento: “Los barcos que pasan por la hidrovía, cuando llegan a otros países, tienen que cambiar toda la tripulación; hay costos en esto. Con una autoridad internacional aumentaría la seguridad jurídica y atraería inversiones para desarrollos regionales con nuevos puertos y almacenes a lo largo de todo el trayecto”.

Por eso desde estas páginas se propuso el retiro inmediato de la Argentina de ese Tratado mediante la simple renuncia a una "asociación" cuyo ataque a la soberanía argentina es constante y ahora, además, peligroso. Porque la creación de una "autoridad internacional" para operar la llamada "Hidrovía", es una argucia que la República Argentina debe rechazar con toda urgencia y decisión. Es inadmisible la pretensión de crear una supuesta "autoridad internacional" que administre, decida y controle la navegación en este río, que en nuestro territorio es de nuestra soberanía exclusiva. La creación de una "autoridad internacional" para operar la llamada "Hidrovía", es una argucia que se debe rechazar con toda urgencia y decisión.

Barbosa sostuvo además que "es necesaria una modificación al acuerdo de transporte fluvial ante la Asociación Latinoamericana de Integración", con lo que inconfesadamente se encubriría la conducción por parte de esa supuesta "nueva autoridad internacional", que pasaría a manejar todo lo relacionado con el río Paraná.

La Argentina no puede aceptar ninguna modificación al acuerdo de transporte fluvial ante la ALADI. Ante un acuerdo en el que la Argentina entregó todo a cambio de nada, sólo queda denunciar ese tratado haciendo uso del art. 33 del mismo. Lo que es algo que al parecer ni el Presidente Fernández ni la Cancillería han considerado. Y que Tettamanti resume en estas palabras: "¿Cómo es posible que nosotros vemos lo que nadie ve? Sólo un gobierno autista e irresponsable puede seguir haciendo silencio en esta materia, decisiva para los intereses de nuestro país".

Lo que está claro es que la Argentina sin el Paraná no tiene futuro. La entrega del Río y la clausura del Canal Magdalena serían la renuncia final de nuestra soberanía fluvial y marítima, porque ese canal también es parte de este drama.

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