No cabe duda que las elecciones del 28A son trascendentales. Quizá las más importantes desde la transición democrática. Nos jugamos mucho, construir un futuro progresista y de izquierda o perder gran parte de las conquistas sociales y políticas de los últimos años.
El resurgir de la ultraderecha está haciendo cambiar el mapa político español y a la vez condicionar las políticas de la derecha tradicional. Para evitar pérdida de votos PP y C's están derechizando tanto sus propuestas políticas que, no solo, están dejando vacío el centro político, sino que, están haciendo crecer las expectativas electorales de esa ultraderecha.
Por eso en estas elecciones generales no puede suceder lo que pasó en Andalucía, que una parte del electorado progresista y de izquierdas se quedó en caso, no votó y con ello posibilitó el gobierno de las tres derechas. Ya sabemos las consecuencias de ese error, aplicación de políticas socialmente regresivas y políticas económicas que benefician solo a los poderosos.
Eso no puede volver a ocurrir, porque si el trifachito llega a gobernar España el retroceso social y político sería bestial. Hay que ir a votar aunque sea con una pinza en las narices. No es momento de pasar factura por errores pasados, porque no votar significa que el trifachito si que va cumplir sus promesa electorales. Y ya sabemos lo que eso significa.
Las mujeres verán recortadas su posibilidades de igualdad, volveremos a que se considere la violencia de género como en los tiempos de los crímenes pasionales y en el mejor de los casos aplicarán eso que llama Ciudadanos como feminismo liberal, que no es otras cosa que cada cual se lo defienda como pueda.
Los Pensionistas no tendrán garantizada la revalorización de sus pensiones y el trifachito forzará a que el estado sólo cubra una parte mínima de la pensión y que el resto cada cual se lo busque en los fondos privados de pensiones.
Los trabajadores seguirán con la reforma laboral del Partido Popular y darán un nueva vuelta de tuerca para que los empresarios tengan mayor poder de decisión en las relaciones laborable y puedan obtener mayores beneficios a costa de aumenta la precariedad laboral.
Los jóvenes seguirán sin futuro porque seguirán en la línea de que se busquen el futuro fuera de España.
La mayoría social será engañada con la rebaja de impuestos. Un rebaja de impuestos que significa un menor ingreso en la Hacienda Pública (16.000 millones a prometido el Partido Popular). Y con eso justificarán el "necesario" recorte en sanidad, educación, dependencia y en general en todo lo que signifique estado del bienestar. Porque claro si no hay suficientes ingresos no tendrán más remedio que apretarnos el cinturón de nuevo a los de siempre.
Esa es la vuelta al pasado que nos espera si nos ponemos muy finos y nos quedamos en casa y no vamos a votar el 28. Porque ellos si van a votar para el que voto del todas las derechas pueda sumar una mayoría que les posibilite gobernar. Hay que ir a votar para que todos los votos progresistas y de izquierdas sumen para que se puedan constituir un gobierno progresista y de izquierda. Ya habrá tiempo de ajustar cuentas más adelantes por los errores pasados. Porque si no, las cuentas nos las ajustarán a nosotros.
Los sindicatos de clase, CCOO y UGT, lo tienen muy claro en esta ocasión junto con el mundo de la cultura afirman que "estas no son una elecciones mas, sino que son una elecciones trascendentales". Por eso, en palabras de Unai Sordo “nos jugamos mucho. Los riesgos para los derechos y libertades democráticas son mayores que nunca. Por ello, hay que decirle a la gente que quedarse en casa el 28 de abril no es una opción. Hay que ir a votar y reforzar en las urnas mayorías progresistas que acometan políticas para cambiar tanta desigualdad y precariedad, y construir el país que queremos desde parámetros progresistas, de cohesión social y desarrollo democrático”
Hay que votar porque las alternativas son:
Salud, República y Socialismo.
Las mujeres verán recortadas su posibilidades de igualdad, volveremos a que se considere la violencia de género como en los tiempos de los crímenes pasionales y en el mejor de los casos aplicarán eso que llama Ciudadanos como feminismo liberal, que no es otras cosa que cada cual se lo defienda como pueda.
Los Pensionistas no tendrán garantizada la revalorización de sus pensiones y el trifachito forzará a que el estado sólo cubra una parte mínima de la pensión y que el resto cada cual se lo busque en los fondos privados de pensiones.
Los trabajadores seguirán con la reforma laboral del Partido Popular y darán un nueva vuelta de tuerca para que los empresarios tengan mayor poder de decisión en las relaciones laborable y puedan obtener mayores beneficios a costa de aumenta la precariedad laboral.
Los jóvenes seguirán sin futuro porque seguirán en la línea de que se busquen el futuro fuera de España.
La mayoría social será engañada con la rebaja de impuestos. Un rebaja de impuestos que significa un menor ingreso en la Hacienda Pública (16.000 millones a prometido el Partido Popular). Y con eso justificarán el "necesario" recorte en sanidad, educación, dependencia y en general en todo lo que signifique estado del bienestar. Porque claro si no hay suficientes ingresos no tendrán más remedio que apretarnos el cinturón de nuevo a los de siempre.
Esa es la vuelta al pasado que nos espera si nos ponemos muy finos y nos quedamos en casa y no vamos a votar el 28. Porque ellos si van a votar para el que voto del todas las derechas pueda sumar una mayoría que les posibilite gobernar. Hay que ir a votar para que todos los votos progresistas y de izquierdas sumen para que se puedan constituir un gobierno progresista y de izquierda. Ya habrá tiempo de ajustar cuentas más adelantes por los errores pasados. Porque si no, las cuentas nos las ajustarán a nosotros.
Los sindicatos de clase, CCOO y UGT, lo tienen muy claro en esta ocasión junto con el mundo de la cultura afirman que "estas no son una elecciones mas, sino que son una elecciones trascendentales". Por eso, en palabras de Unai Sordo “nos jugamos mucho. Los riesgos para los derechos y libertades democráticas son mayores que nunca. Por ello, hay que decirle a la gente que quedarse en casa el 28 de abril no es una opción. Hay que ir a votar y reforzar en las urnas mayorías progresistas que acometan políticas para cambiar tanta desigualdad y precariedad, y construir el país que queremos desde parámetros progresistas, de cohesión social y desarrollo democrático”
Hay que votar porque las alternativas son:
MIRAR AL FUTURO O VOLVER AL PASADO