La ciudad de Molina de Aragón es
conocida por muchísimas cosas algunas buenas y otras no tanto; es conocida por
ejemplo por de forma habitual registrar una de las temperaturas más bajas de
todo el país, recordemos los -28,2ºC que se registraron la madrugada del 28 de
enero del año 1952, o en las navidades del año 2001, que las pasamos totalmente
nevadas con temperaturas que de nuevo descendieron por debajo de los -20ºC; o el más reciente, en el temporal llamado Filomena (enero del año 2021), cuyos espesores de nieve en muchos lugares rebasaba el metro y medio de altura, y el mercurio se desplomó a -25,2ºC, la madrugada del 11 de enero.
Es
conocida por tener uno de los castillos más grandes de España; de forma popular
siempre se ha dicho que es el segundo más grande del país, por detrás del de
Gormaz; si bien haciendo unos cálculos en “google earth”, a mí me parece que el
nuestro es más grande…
Es
conocida por sus pasteles de bizcocho rellenos de crema llamados Patas de Vaca,
por el chocolate del Iturbe, por las magdalenas de su hornos, o por las morcillas de arroz.
Es
conocida por ser la capital de una comarca de naturaleza salvaje, de belleza inefable.
También
por aparecer en muchas pruebas de oposiciones, para aprovechando el apellido de
la villa, preguntar a ¿Qué Comunidad Autónoma pertenece?
O por tener una veleta de madera de sabina, que cuentan que a la distancia corteja de la Giralda de Sevilla.
En el lado
de lo malo, tenemos el tema de la denominada Siberia española por su baja densidad de población…;
pero este tema lo dejo para otro artículo.
Pero sin
lugar a dudas también es conocida por la efeméride de celebrar dos veces la
Nochebuena, una en la fecha del 24 de diciembre como todo el mundo, y otra el 7
de diciembre, víspera de la fiesta de la Inmaculada Concepción de María.
La cosa,
o mejor dicho la fiesta viene de lejos, en concreto del año 1518, siendo el
responsable de todo esto el Cabildo de Molina y un tal Giovanni di Lorenzao,
que ha pasado a la historia como el Papa León X.
La clave
es, ¿Cómo supo el tal León X, de la devoción de Molina hacia la Inmaculada, incluso
cómo supo del existir de Molina?...
Papa León X (www.eslobidka) |
Para contestar a estas
cuestiones, debemos de remontarnos al nacimiento del propio Señorío de Molina; y es que tras la conquista a los árabes de los vastos terrenos que hoy
conforman la comarca de Molina y el Alto Tajo, por las tropas del Rey aragonés
Alfonso I el Batallador, se genera un litigio entre los reinos de Castilla y de
Aragón, pues ambos habían pactado qué territorios quedarían de un reino u otro tras la conquista a los musulmanes; en el pacto se había dicho que las tierras de
Molina serían para Castilla, pero habían sido los aragoneses quiénes las habían
conquistado, por lo que entendían que por esta razón debían quedarse en territorio
aragonés.
Ante tal situación de
conflicto, es Manrique Pérez de Lara, noble y con gran influencia en ambos
reinos, el que a modo de mediador consigue calmar los ánimos belicosos de ambos
reinos, con la propuesta de constituir un Señorío independiente de ambos
reinos, pero a la vez, leal y amigo.
Propuesta que convence a castellanos y aragoneses, naciendo así el Señorío de Molina en el año 1.138.
Al ser un territorio recién
conquistado, y el cual aunque se ha repoblado con gentes venidas del norte de
castilla y del actual País Vasco, y por ende de religión católica, sigue
estando poblado con ciudadanía de religión sarracena; así pues entiende de
Lara, que debe constituirse una institución que se encargue de predicar y
enseñar “la religión verdadera”, constituyéndose un cabildo eclesiástico, el
cual reuniera a todos los sacerdotes y personal dedicado a la evangelización; y
cuya función primordial sería la de celebrar liturgias ya no sólo en la ciudad
de Molina, sino en todos los pueblos y villas de territorio, y así mismo
extender la palabra del evangelio católico.
Para
constituir y dirigir este cabildo Pérez de Lara duda entre varios nombres, y es
su esposa doña Ermesenda de Narbona la que da con la solución, su propio
confesor, el clérigo francés Don Juan de Sardón; cuyo retrato está sobre la
puerta principal de la iglesia Santa María la Mayor de San Gil.
El cabildo eclesiástico o de
clérigos cuyo símbolo son las azucenas; de ahí que en el cuadro un ángel porte
un ramito de estas flores, lo componían clérigos y religiosos nacidos en las
tierras de Molina, solamente el Arcipreste podía ser extranjero, de ahí que el
fundador fuese francés.
La sede del Cabildo se
encontraba en la Iglesia de San Martín, lugar dónde en el año 2019, se encontraron los restos de una lápida, en la que parece ser indicaba el lugar de
enterramiento del tal don Juan de Sardón.
La Patrona del Cabildo desde sus
orígenes fue la Inmaculada Concepción, de ahí que, si los encargados de predicar
la palabra del Dios Católico, tenían de patrona a la Inmaculada Concepción, su devoción
también fuese trasladada al pueblo llano, la cual a lo largo de los años fue
creciendo.
Así pues, el Cabildo de clérigos
remitió al Vaticano, una carta en la que explicaban la gran devoción a la
Inmaculada Concepción que se rendía a lo largo y ancho de las tierras del
Señorío de Molina, lo que llevó al Pontífice León X, a que en el año 1518,
concediese un privilegio especial a la ciudad de Molina para oficiar una misa
capitular, presidida por la totalidad del cabildo en la media noche de la
víspera de la festividad de la Inmaculada, “in nocte ante festum” (la noche
antes de la fiesta).
Privilegio
que no solamente tiene Molina, ya que también lo tiene la localidad murciana de
Mula, y el propio Vaticano.
Pero en
un momento dado este privilegio desapareció, y es que en el año 1851 España
suscribe un concordato con la Santa Sede, en la que se suprimen los cabildos, si
el privilegio papal había sido concedido al cabildo de clérigos de Molina, y
éste desaparece, con su desaparición también decayó el privilegio papal.
Ante esta
situación, los molineses deciden escribir de nuevo a Roma, para recordar el
privilegio que habían venido disfrutando durante más de tres siglos. El encargado
de esta emisiva no es otro sino el Párroco de la Iglesia Santa María la Mayor
de San Gil, de nombre Melchor Gaona, el cual en el año 1883, solicita de nuevo
la renovación de dicho privilegio.
Roma estudia la propuesta y ante
los antecedentes históricos de nuevo firma y emite el privilegio, cambiando los
titulares de éste, en vez de para el Cabildo, lo firma para la Parroquia Santa
María la Mayor de San Gil, privilegio firmado el 14 de diciembre del año 1883
por el Papa León XIII.
Durante esos
treinta y dos años intermedios sin privilegio, no he encontrado documentación acerca de si la
fiesta se continuó celebrando o no, pero estoy seguro que sí, por lo arraigado
de la costumbre en la población.
Molina
seguía celebrando año tras años esta fiesta, y en 1854, la villa se encuentra
con que la Iglesia aprueba lo que se denominó el dogma de la Inmaculada
Concepción, el cual vino a decir que la Virgen María estuvo libre del pecado
original, y que se quedó en cinta siendo virgen.
Cien años después de la aprobación
de este dogma concretamente en el año 1954, la ciudad de Molina erigió un
monumento dedicado a la Inmaculada Concepción de María, que se puso en lo alto
del conocido como Cerro de Santa Lucía, mirando a la villa, como invocando su
protección, y que es el lugar en el que desde entonces, en la tarde del
día 7 de diciembre se hace una gran fogata que se ve prácticamente desde toda
la población, y que es preludio de las grandes hogueras que de nuevo se prenden
en distintas plazas y calles de la población en la tarde - noche del 24 de diciembre.
Y
así como han ido haciendo los molineses todos los días 7 de diciembre desde
hace más de quinientos años, en dos días de nuevo celebraremos nuestra particular
Nochebuena, donde no faltará el cabrito, los primeros turrones, los amigos, la
familia y el recuerdo a los que ya no están.
Pasadlo muy bien.
FINEM.