sábado, 7 de diciembre de 2024

¿Por qué en Molina de Aragón hay dos Nochebuenas?





La ciudad de Molina de Aragón es conocida por muchísimas cosas algunas buenas y otras no tanto; es conocida por ejemplo por de forma habitual registrar una de las temperaturas más bajas de todo el país, recordemos los -28,2ºC que se registraron la madrugada del 28 de enero del año 1952, o en las navidades del año 2001, que las pasamos totalmente nevadas con temperaturas que de nuevo descendieron por debajo de los -20ºC; o el más reciente, en el temporal llamado Filomena (enero del año 2021), cuyos espesores de nieve en muchos lugares rebasaba el metro y medio de altura, y el mercurio se desplomó a -25,2ºC, la madrugada del 11 de enero.






         Es conocida por tener uno de los castillos más grandes de España; de forma popular siempre se ha dicho que es el segundo más grande del país, por detrás del de Gormaz; si bien haciendo unos cálculos en “google earth”, a mí me parece que el nuestro es más grande…


         Es conocida por sus pasteles de bizcocho rellenos de crema llamados Patas de Vaca, por el chocolate del Iturbe, por las magdalenas de su hornos, o por las morcillas de arroz.



         Es conocida por ser la capital de una comarca de naturaleza salvaje, de belleza inefable.






         También por aparecer en muchas pruebas de oposiciones, para aprovechando el apellido de la villa, preguntar a ¿Qué Comunidad Autónoma pertenece?
 
        
    
    O por tener una veleta de madera de sabina, que cuentan que a la distancia corteja de la Giralda de Sevilla.



     En el lado de lo malo, tenemos el tema de la denominada Siberia española por su baja densidad de población…; pero este tema lo dejo para otro artículo.



         Pero sin lugar a dudas también es conocida por la efeméride de celebrar dos veces la Nochebuena, una en la fecha del 24 de diciembre como todo el mundo, y otra el 7 de diciembre, víspera de la fiesta de la Inmaculada Concepción de María. 

 
         
    La cosa, o mejor dicho la fiesta viene de lejos, en concreto del año 1518, siendo el responsable de todo esto el Cabildo de Molina y un tal Giovanni di Lorenzao, que ha pasado a la historia como el Papa León X.
        

    La clave es, ¿Cómo supo el tal León X, de la devoción de Molina hacia la Inmaculada, incluso cómo supo del existir de Molina?... 


Papa León X (www.eslobidka)


     Para contestar a estas cuestiones, debemos de remontarnos al nacimiento del propio Señorío de Molina; y es que tras la conquista a los árabes de los vastos terrenos que hoy conforman la comarca de Molina y el Alto Tajo, por las tropas del Rey aragonés Alfonso I el Batallador, se genera un litigio entre los reinos de Castilla y de Aragón, pues ambos habían pactado qué territorios quedarían de un reino u otro tras la conquista a los musulmanes; en el pacto se había dicho que las tierras de Molina serían para Castilla, pero habían sido los aragoneses quiénes las habían conquistado, por lo que entendían que por esta razón debían quedarse en territorio aragonés.

 
     Ante tal situación de conflicto, es Manrique Pérez de Lara, noble y con gran influencia en ambos reinos, el que a modo de mediador consigue calmar los ánimos belicosos de ambos reinos, con la propuesta de constituir un Señorío independiente de ambos reinos, pero a la vez, leal y amigo. 



    Propuesta que convence a castellanos y aragoneses, naciendo así el Señorío de Molina en el año 1.138.  





Al ser un territorio recién conquistado, y el cual aunque se ha repoblado con gentes venidas del norte de castilla y del actual País Vasco, y por ende de religión católica, sigue estando poblado con ciudadanía de religión sarracena; así pues entiende de Lara, que debe constituirse una institución que se encargue de predicar y enseñar “la religión verdadera”, constituyéndose un cabildo eclesiástico, el cual reuniera a todos los sacerdotes y personal dedicado a la evangelización; y cuya función primordial sería la de celebrar liturgias ya no sólo en la ciudad de Molina, sino en todos los pueblos y villas de territorio, y así mismo extender la palabra del evangelio católico.
 




       





  Para constituir y dirigir este cabildo Pérez de Lara duda entre varios nombres, y es su esposa doña Ermesenda de Narbona la que da con la solución, su propio confesor, el clérigo francés Don Juan de Sardón; cuyo retrato está sobre la puerta principal de la iglesia Santa María la Mayor de San Gil.

 

 
El cabildo eclesiástico o de clérigos cuyo símbolo son las azucenas; de ahí que en el cuadro un ángel porte un ramito de estas flores, lo componían clérigos y religiosos nacidos en las tierras de Molina, solamente el Arcipreste podía ser extranjero, de ahí que el fundador fuese francés.



      La sede del Cabildo se encontraba en la Iglesia de San Martín, lugar dónde en el año 2019, se encontraron los restos de una lápida, en la que parece ser indicaba el lugar de enterramiento del tal don Juan de Sardón. 

   
     La Patrona del Cabildo desde sus orígenes fue la Inmaculada Concepción, de ahí que, si los encargados de predicar la palabra del Dios Católico, tenían de patrona a la Inmaculada Concepción, su devoción también fuese trasladada al pueblo llano, la cual a lo largo de los años fue creciendo.

 

Así pues, el Cabildo de clérigos remitió al Vaticano, una carta en la que explicaban la gran devoción a la Inmaculada Concepción que se rendía a lo largo y ancho de las tierras del Señorío de Molina, lo que llevó al Pontífice León X, a que en el año 1518, concediese un privilegio especial a la ciudad de Molina para oficiar una misa capitular, presidida por la totalidad del cabildo en la media noche de la víspera de la festividad de la Inmaculada, “in nocte ante festum” (la noche antes de la fiesta). 

 
        
 Privilegio que no solamente tiene Molina, ya que también lo tiene la localidad murciana de Mula, y el propio Vaticano.

 
       
      Pero en un momento dado este privilegio desapareció, y es que en el año 1851 España suscribe un concordato con la Santa Sede, en la que se suprimen los cabildos, si el privilegio papal había sido concedido al cabildo de clérigos de Molina, y éste desaparece, con su desaparición también decayó el privilegio papal.

 
        
    Ante esta situación, los molineses deciden escribir de nuevo a Roma, para recordar el privilegio que habían venido disfrutando durante más de tres siglos. El encargado de esta emisiva no es otro sino el Párroco de la Iglesia Santa María la Mayor de San Gil, de nombre Melchor Gaona, el cual en el año 1883, solicita de nuevo la renovación de dicho privilegio.

 
    Roma estudia la propuesta y ante los antecedentes históricos de nuevo firma y emite el privilegio, cambiando los titulares de éste, en vez de para el Cabildo, lo firma para la Parroquia Santa María la Mayor de San Gil, privilegio firmado el 14 de diciembre del año 1883 por el Papa León XIII. 


 
         Durante esos treinta y dos años intermedios sin privilegio,  no he encontrado documentación acerca de si la fiesta se continuó celebrando o no, pero estoy seguro que sí, por lo arraigado de la costumbre en la población.

 
         
    Molina seguía celebrando año tras años esta fiesta, y en 1854, la villa se encuentra con que la Iglesia aprueba lo que se denominó el dogma de la Inmaculada Concepción, el cual vino a decir que la Virgen María estuvo libre del pecado original, y que se quedó en cinta siendo virgen.

 
Cien años después de la aprobación de este dogma concretamente en el año 1954, la ciudad de Molina erigió un monumento dedicado a la Inmaculada Concepción de María, que se puso en lo alto del conocido como Cerro de Santa Lucía, mirando a la villa, como invocando su protección, y que es el lugar en el que desde entonces,  en la tarde del día 7 de diciembre se hace una gran fogata que se ve prácticamente desde toda la población, y que es preludio de las grandes hogueras que de nuevo se prenden en distintas plazas y calles de la población en la tarde - noche del 24 de diciembre.

 

 
 


        









Y así como han ido haciendo los molineses todos los días 7 de diciembre desde hace más de quinientos años, en dos días de nuevo celebraremos nuestra particular Nochebuena, donde no faltará el cabrito, los primeros turrones, los amigos, la familia y el recuerdo a los que ya no están.



 
Pasadlo muy bien.
FINEM.




domingo, 18 de febrero de 2024

LOS AMANTES DE TERUEL. Una bella y triste historia de amor.




    El genial cantautor Ismael Serrano, en su canción “tierna y dulce historia de amor”, afirma eso de que “como todas las historias de amor, al menos las más bellas..., la nuestra por supuesto,  también acabó en tragedia”.

   



    Y algo así pasó con la historia que hoy os voy  relatar, que a caballo entre la tradición oral y la leyenda, cuentan los turolenses que, ocurrió allá por el siglo XIII, en la pequeña y tranquila ciudad del Torico.

    Parece ser que dos jóvenes de familias hidalgas turolenses desde niños compartían juegos, escapadas y largos paseos por las riberas de los ríos Turia y Alfambra.

    Esa relación hizo  nacer entre ellos un amor incuestionable que, no les permitía estar el uno sin la otra y viceversa.


    Esta coyuntura les llevó a su deseo de contraer nupcias para poder pasar juntos el resto de sus vidas.

    Pero había un inconveniente, y es que la familia de Diego  Martínez de Marcilla que así se llamaba el chico, pese a la hidalguía y nobleza, estaban pasando por ciertas penurias económicas, hecho éste que disgustaba al padre de Isabel de Segura, nombre de la protagonista de esta historia.



    Así pues, Diego y el padre de Isabel acordaron que el primero, saldría de Teruel a buscar fortuna, para volver rico y con dote suficiente para poder contraer matrimonio con su amada Isabel; la cantidad acordada fue la de 30.000 sueldos; y todo ello en un plazo improrrogable de cinco años.

 Los Amantes Ciudad Encantada de Cuenca

    Dicho y hecho, Diego emigró de Teruel camino de las contiendas que árabes y cristianos tenían por el sur peninsular por la conquista y tenencia del territorio bajo una religión u otra.



    Los enfrentamientos eran duros, igual que las condiciones de vida, pero Diego tenía siempre presente el recuerdo de su amada que, le animaba en continuar con su empresa de recoger el botín acordado.



    Mientras Isabel esperaba a su amado rechazando los envites de hidalgos caballeros turolenses, y añorando el regreso de  Diego, para acudir junto a éste al tálamo nupcial.



    Pero el padre de Isabel, creyendo que Diego nunca más volvería, y para asegurar bienestar y riqueza a su hija y futuros nietos, antes de acabar el plazo acordado con Diego, ordena la boda de su hija Isabel con el Señor de Azagra, noble importante en la Corte Aragonesa y hermano del Señor de Albarracín.



     Isabel triste y abatida acepta los deseos de su padre y se celebra una boda con grandes magnificencias, siendo conocida tal efeméride en todo el reino.


     Es precisamente el día señalado para la boda, cuando Diego ya de regreso cabalga presuroso y jadeante hacia su añorada ciudad de Teruel, animando a su pollino con aquel ya famoso “anda quilla”, como si quisiera hacer más breves los momentos que le faltan para llegar hasta su amada; creyendo que ya nada podría frenar aquel entrañable y conmovedor querer.



    Pero para su desgracia, nada más atravesar las murallas de Teruel por la Puerta de Daroca, alguien le informa de los acontecimientos que se están dando; a través de unos vecinos amaña una entrevista con Isabel  en el zaguán de  la casa de ésta. 



    Diego incrédulo de lo que le cuentan y bastante emocionado al reencontrarse con Isabel le pide un beso que,... ésta le rechaza aludiendo a que no puede, pues ahora se debe a otro hombre…; el infortunado Diego lleno de dolor y desdicha, palidece, se desploma y cae muerto al suelo…



    Al otro día se celebran las exequias fúnebres con los restos de Diego; cientos de personas acompañan al desventurado amante hacia su última morada…, al tétrico paso, se suman el sonido del tañer de las campanas, y el griterío de las plañideras…



    Isabel tras las celosías observa el triste acontecimiento compungida y llena de dolor; exhausta  se cubre con un oscuro manto y sale a la calle, abrumada se abre paso entre la multitud y al llegar ante los restos de Diego, se abraza al mismo y le da el beso que en vida le había negado; cuando pretenden separarla del mismo, atónitos todos perciben que está exánime, es decir sin vida.




    Ante aquella indescriptible escena de amor, hubo un unánime sentir de que ambos amantes estuviesen  juntos en la muerte, ya que en la vida las circunstancias lo habían impedido, y que lo estuviesen por siempre jamás para toda la eternidad…

 

 

    Cuentan que en las noches de luna llena, no es difícil verlos caminar tranquila y sosegadamente por las bellas calles de Teruel… 
 

¿Por qué en Molina de Aragón hay dos Nochebuenas?

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