Hace días escribía en este blog diciendo que la huelga no era un punto y final sino un punto de partida, o al menos así debería ser. Las cosas ni pueden ni deben ser iguales después de la huelga.
El objetivo principal de la huelga era cambiar el contenido del Reforma Laboral. Yo soy exceptivo sobre este tema, creo que Zapatero no va a dar su brazo a torcer dado que está demasiado comprometido con los que están indicando el camino para salir de la crisis: el FMI y los mercados especulativos. Zapatero va a tratar de enmascarar la no modificación con el seudocompromiso de negociar el reglamento de desarrollo de la Reforma Laboral y las próximas reformas: las pensiones y la negociación colectiva.
Pero esto solo es un intento de lavar su imagen de cara al electorado, dado que en primer lugar los reglamentos no modifican las leyes sino que las desarrollan en función del contenido de las mismas, por lo que no se puede esperar nada concreto de esa promesa. Y en segundo lugar las expectativas de negociación de las pensiones son escasas dado que el gobierno insiste en su propuesta de hacer una reforma que racionalice y reduzca el gasto en lugar de intentar incrementar los ingresos. Por otro lado ¿que objetivo tiene la propuesta de acordar la reforma de la negociación colectiva si lo más importante se ha incluido en la reforma laboral? Si la reforma laboral ha incluido el descuelgue de las empresas de sus convenios colectivos en función de su situación económica y además prima los acuerdos de empresa sobre el convenio de sector, que implicará la individualización de las relaciones laborales ¿que queda por reformar de la negociación colectiva?
Parece que Zapatero tiene más interés en suicidarse políticamente que escuchar el clamor ciudadano que estos días se ha oído en los centros de trabajo y en la calle.
Los sindicatos también tienen que hacer su propia reflexión. Los sindicatos no pueden tener lunas de miel con ningún gobierno sea este de izquierda o de derecha. No se puede estar dando la imagen de pasividad que se ha dado, han sido muchos meses de negociación durante los cuales se han mantenido a los trabajadores con la esperanza de que era posible llegar a un acuerdo con el gobierno y la patronal, y cuando este no llega la movilización se hace difícil. Entonces es necesario recuperar el tiempo perdido, primero de explicación y concienciación y después de conseguir el adecuado grado de movilización. El error de los sindicatos ha sido el hacer valer todas sus posibilidades a la negociación, olvidándose del elemental binomio negociación – movilización. Y es cierto que los sindicatos han hecho un esfuerzo extraordinario de explicación y concienciación en los últimos meses, pero la desconfianza ya había penetrado en un importante sector de la ciudadanía y no ha sido suficiente.
Independientemente de que se consiga o no modificar la ley de Reforma Laboral, los sindicatos deben recuperar la confianza de esa parte de la ciudadanía de la que la habían perdido. No se pueden dar más justificaciones del tipo, la huelga llega tarde o es una huelga pactada. Los sindicatos son un elemento fundamental del entramado social de un país y deben seguir jugando un importante papel en la resolución de la crisis económica y hacer jugar su valor en las futuras reformas por el bien de los trabajadores y trabajadoras.
Salud, Republica y Socialismo.