07 febrero 2017
Rosell de la CEOE y Montoro son unos trileros
29 diciembre 2016
La CEOE tan patriótica y solidaria como siempre
20 agosto 2013
Rosell en el país de las maravillas
El ministro de trabajo in pectore, el jefe de Fátima Báñez --junto a la Virgen del Rocío—, el verdadero creador de la reforma laboral, el presidente de la CEOE, Juan Rosell, sigue en sus trece de hacer del mundo del trabajo un mundo de esclavos.
Sus proposiciones sectarias y contrarias al mundo de los trabajadores hace de este individuo un elemento cavernícola despojado de sensibilidad y dispuesto a cualquier cosa con tal de continuar obteniendo beneficios.
No contento con proponer hace unos días convertir contratos de tiempo pleno en contratos de tiempo parcial, sigue insistiendo en hacerse el rey de la serpiente venenosa de verano, y ahora haba de eliminar “privilegios” de los trabajadores con contratos indefinidos y dárselos a los que tienen contratos temporales.
Primero crea un mercado laboral con el 90% de contratos temporales y como le queda ese 10% de contratos indefinidos, quiere que estos rebajen derechos. O sea, conociendo el percal, este individuo lo que quiere, como siempre, es igualar por abajo. Igualar condiciones y sueldos y convertir a los trabajadores en esclavos.
De esta forma también trata de crear una guerra entre los trabajadores indefinidos y los temporales, haciendo que estos se crean discriminados por aquellos, cuando quienes los discriminan son los empleadores y los gobiernos que elaboran leyes que lo permiten.
Total, seis millones de parados y los trabajadores con los derechos mínimos, ese es su deseo. Así defiende los intereses de los empresarios –de los grandes, que de los pequeños no se acuerda y también los discrimina—, en vez de incitar a que se invierta más y sólo ve un aumento de productividad con la baja de salarios.
Como siempre, habla quien tiene más que callar, un individuo que representa a la entidad más carca de este país y que está marcada por delitos e irregularidades. Son muchos los ejemplos, pero bastará hablar de quién fue el anterior presidente de la CEOE –Díaz Ferrán--, hoy en la cárcel, o del actual vicepresidente –Arturo Fernández--, quien ha sido denunciado por pagar parte de los sueldos de sus empresas en B, sin cotizar a la Seguridad Social y sin pagar a Hacienda. Un ejemplo maravilloso de cómo actuar.
A este individuo se le llena la boca de mencionar a España y se siente un patriota incomprendido por los sindicatos. Un patriota de hojalata, que dice que estamos como Alicia, en el país de las maravillas, está claro que se refiere a él y a los suyos, los grandes empresarios. Ellos sí que están aprovechando la crisis, cada vez con más beneficios, cada vez con más esclavitud en el mercado laboral.
Mientras los salarios han bajado, los beneficios siguen aumentando y no conforme con eso, quiere más. Su insaciabilidad no tiene límites y, o se le para o seguirá en su afán de convertir a este país en la China europea, donde no haya derechos para los trabajadores y los empresarios sean los reyes del mambo.
Ya sé que es inútil, pero por si un día le ocurre lo de Pablo y se cae del caballo y se convierte, le voy a sugerir como puede ser, de verdad, un patriota y mirar por su país:
- Cesar a Arturo Fernández, su vicepresidente, por pagar en B a sus empleados
- Que se rebajen el sueldo los consejeros de administración de las empresas hasta llegar a no ser más de 10 veces el salario mínimo
- Denunciar a las empresas de la CEOE que utilicen paraísos fiscales
- Conseguir que las empresas tributen el 35% de los beneficios, sin que haya vericuetos legales que les hagan pagar sólo el 3,5% como ocurre con las empresas del IBEX-35
- Perseguir y denunciar el fraude fiscal. Según los inspectores de Hacienda, el 80% del mismo lo cometen las grandes empresas y las grandes fortunas
- Solicitar que se legisle contra las SICAV, prohibiéndolas o subiendo su cotización, que hoy es del 1%
- Renunciar a las subvenciones del Estado
Seguro que hay más medidas que podrían demostrar que el Señor Rosell puede llegar a ser un buen patriota, pero si cumple las anteriores ya le podríamos nominar como empresario modelo. Mientras que siga defendiendo lo que defiende seguirá siendo un empresario esclavista, que se beneficia de un gobierno que legisla en su favor y en contra de los trabajadores. Y es que Rosell vive, gracias a este gobierno, en el país de las maravillas.
Salud y República
09 febrero 2013
¿De dónde salen los de la CEOE?
Debe ser algo crónico. La cúspide de los empresarios españoles, de la CEOE, demuestra durante su historia qué clase de empresarios tenemos. Me refiero a los grandes empresarios, puesto que los medianos y pequeños no tienen mucho que ver con ellos.
Y es que al tal Cuevas, presidente de la CEOE hasta 2007, un hombre áspero, difícil y que a penas trabajó, sólo politiqueó para vivir del cuento –por cierto hoy su hijo está acusado de pertenecer a una trama de blanqueo de dinero--, le sucedió Díaz Ferrán, un delincuente de primera fila, que hundió varias empresas, que dejó a miles de trabajadores en la calle, que engaño a Hacienda y lavó dinero negro, que tenía cuentas millonarias en paraísos fiscales mientras que le perseguían para cobrar sus múltiplos deudores. Todo esto, mientras se daba golpes de pecho, iba a misa todos los días y daba lecciones de moralidad desde su púlpito.
Bueno, pues eso no se queda ahí, ahora tenemos en la cúspide de la trama empresarial a Joan Rosell. Un tipo mediocre cuyo primer mérito es haberse aliado con este gobierno para elaborarles e imponerles la reforma laboral que “tantos empleos ha creado y está creando”.
Pero es que ahora, el tal Rosell se pone estupendo y ha decidido estar en la picota de los medios de comunicación, para lo cual ha hecho unas declaraciones que han dejado estupefacto a la gran mayoría de los ciudadanos.
La primera parida que manifestó fue que los donativos que se habían donado al PP eran cantidades ridículas. Es lo que tiene manejar los euros por miles. Por un lado, miles de euros le parecen calderilla y por otra parte le importa un bledo que pueda ser dinero negro. Un ejemplo de hombre ejemplar que ejemplifica con sus ejemplos.
Además, ha dicho que no hay seis millones de parados. La primera intención era decir que muchos trabajaban en la economía sumergida, pero le debieron decir, ¡cuidado! no te pases, que la culpa de eso la tienen los empresarios que les contratan. Entonces, dio marcha atrás y dijo que el sólo cree en el número de los parados registrados. Aduce que no cree en las estadísticas, aunque sean oficiales, negando al INE. Este individuo es ingeniero industrial y como se sabe “los ingenieros no utilizan las estadísticas”. Además, no reconoce que hay parados que no se registran, lo que le hace estar fuera de la realidad, montado en su burbuja empresarial.
Y no se ha quedado ahí, ha soltado otra prenda, ésta contra los funcionarios. De éstos dice que sobran 400.000 y que era mejor que se quedaran en casa para que no gasten papel, boli y teléfono. O sea que se están tocando las narices. Otro insulto más, muy en línea con el gobierno, como todo lo que dice y hace, no me extrañaría que un día de estos le nombraran ministros por sus méritos.
¿Dónde va este país con esta cúpula empresarial? ¿Acaso no viajan? ¿A qué se debe esta impostura montaraz y decimonónica? ¿Llevan ese menosprecio a los trabajadores en su ADN? Que tristeza tener esta clase empresarial, cuyo objetivo para aumentar la productividad es únicamente abaratar los costes salariales y no invertir en investigación y ciencia.
Por cierto que el segundo de la CEOE es Arturo Fernández, que está imputado por el caso Bankia. Y es que dios los cría y ellos se juntan.
Salud y República